Estamos viviendo una profundización de la democracia. La justicia enmarcada en los DDHH nos deja dormir a nosotrxs y desvela a otrxs. No estamos solos, estamos abrazados y unidos a una causa impulsada por los organismos de DDHH y abrazada x el pueblo: Memoria, Verdad y Justicia.
Escribe: Alex Freyre
Desde la llegada de Néstor Kirchner empezamos a dejar de sentir miedo, y con las sentencias a los genocidas, hoy Argentina es un país más justo y estamos comprometidos a profundizar esa justicia.
Ellos tienen miedo, tienen miedo no sólo por su presente penitenciario sino porque ven florecer todas las flores que intentaron eliminar, está surgiendo toda la Memoria sobre lo que intentaron borrar y reescribir con complicidades civiles y religiosas, tienen miedo porque Nunca Más. Nosotros no estamos tranquilos, como no lo estaremos hasta que la justicia y la reparación se extiendan hasta los últimos de los últimos, y eso nos incluye. Durante siglos, milenios, fuimos los últimos de los últimos de la fila; la militancia y el derribar nuestros propios prejuicios nos puso ahora en la condición de ciudadanos plenos, con capacidad para litigar ante estos bárbaros. Estos monoformes que ahora sufren lo saben, presos, de por vida, mientras nosotros construimos un país mas igualitario.
Hoy más que nunca ese gesto desesperado de colgar una foto nuestra, y de las FFAA en el acto de la campaña que impulsamos contra el machismo en el Edificio Libertador y junto a todo el Estado Mayor Conjunto, esa foto es uno de sus últimos actos de impunidad, impunidad y desafío. Claro que nosotros estamos sufriendo este desafío y lloro lágrimas de bronca mientras pienso en ello, pero también estamos fortalecidos porque es lo poco que pueden ellos, es casi lo último, aunque no hay que descuidarse. No nos olvidamos, adonde vayan les iremos a buscar, ahora están presos y también les buscaremos allí. Claro que sus brazos atraviesan las rejas, tienen todavía un poder de amenaza y lo ostentan, tienen el respaldo de un puñado de jueces y juezas, de abogadxs, de organizaciones civiles y de algunos medios de comunicación, pero su derrota viene siendo escandalosa, ya están recogiendo lo sembrado. Tenemos que cuidarnos, no les tenemos miedo, somos cautos.
Esos mismos abogados que les defienden ya avanzaron contra nosotros, ya intentaron impedir nuestro casamiento mediante medidas cautelares impuestas por una justicia injusta y luego tratando de anular nuestra acta matrimonial lograda en Ushuaia. El abogado que promovió denuncias contra nosotros y la Gobernadora Fabiana Ríos por asociación ilícita está denunciado por esconder al Nro 2 de la ESMA, quien sigue prófugo; sigo a la espera de que el brazo de la justicia lo alcance. Los abogados que litigaron contra el fallo de la jueza que autorizó nuestro casamiento para el 1ro de diciembre de 2009 son de la Corporación de Abogados Católicos.
El día que nos casamos (28.12.09) con José María ocurrió un cambio sistémico para toda América Latina, un golpe certero al siniestro Plan Cóndor, un acto de rebeldía, amor y ciudadanía que luego refrendaron más de tres mil matrimonios celebrados en nuestro país luego de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario. Además de ganarles por la vía de las decisiones políticas del Poder Ejecutivo, de ganarles por la vía judicial, les ganamos en el Parlamento, los tres poderes alineados en proteger nuestros derechos fundamentales: el derecho a formar una familia; el principio de igualdad garantizado en nuestra Constitución Nacional y refrendado en el Bloque de Constitucionalidad Federal con los tratados Internacionales incorporados a la CN. Ese día, el 28 de diciembre de 2009, al celebrarse el primer matrimonio igualitario de América Latina, el Cardenal Bergoglio dejó de ser “papable”; ese día nuestros enemigos lo tienen marcado a fuego, nuestros amigos también.
Nuestras luchas se transformaron en causas populares y eso es un hecho fundamental para la sustentabilidad del modelo, para que reine en el pueblo el amor y la igualdad. Todavía cada vez que pienso que la libertad de expresión, esa por la que tanto hemos luchado, les permite ese gesto de impunidad; ese gesto desafiante, de colgar nuestra foto y sobre los márgenes de la misma seguir haciendo listas (lo único que saben hacer), esta vez escribiendo ellos los nombres de quienes consideran o aseguran que serian homosexuales y que actualmente están en ejercicio en las FFAA. Una foto del primer matrimonio entre personas del mismo sexo con el propio Ministro Puricelli acompañándonos en un acto que les irrita a ellos, a los asesinos, un acto contra el machismo, padre de todas las violencias, promotor de una perversa distribución del poder.
Sí, estoy indignado; sí estoy sufriendo este atropello, esta pequeña demostración de poder que se esmeran en ostentar; sí me duele que mi marido y yo estemos en esa foto; sí me enoja que sigan haciendo listas, y me enoja más que la lista es de personas homosexuales; sí me enoja esa amenaza; sí me parece injusto que estos quince presos por delitos de lesa humanidad no estén todavía en cárcel común por disfrutar de prebendas que les otorga una justicia injusta de estar en un pabellón hospitalario que es una especie de hotel con comodidades protegidas; sí estoy furioso y atormentado.
También estoy rodeado de amigxs y de oportunidades para seguir avanzando. Este año hemos creado el Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual y como la punta de un iceberg están surgiendo testimonios desgarradores de como el Terrorismo de Estado persiguió, detuvo ilegalmente y asesinó a nuestro colectivo, a los últimos de los últimos. Y estos testimonios construyen nuestra Memoria, esclareceremos la Verdad y tendremos Justicia, para nosotros, para los putos, las tortas, las travas, para aquellxs a quienes ellxs pensaron que nuestra palabra no valía nada, que podían regocijarse torturándonos mientras decían nadie les va a creer.
Pues sí, hoy, en 2011 ellos pasarán fin de año presos y nosotros en casa, con nuestra familia, con nuestros hijxs, felices, celebrando un año más de amor y de igualdad. Todavía falta mucho, faltan muchas conquistas que arrebataremos a la injusticia, falta que podamos garantizar el derecho a las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, legalizando el aborto; falta implementar en forma efectiva la ley de Educación Sexual en todas las escuelas y en todas las provincias; falta remover todas las barreras jurídicas como los edictos policiales y códigos contravencionales que criminalizan a la homosexualidad y el travestismo; falta que las personas homosexuales podamos donar sangre; el acceso a la vivienda de los grupos más vulnerados y los reclamos de igualdad e identidad de los pueblos originarios y todos las jucticias que faltan.