Se bajó el telón del Primer Acto. Se iluminó la sala, nos levantamos de las butacas. Vamos por los pasillos del teatro, comentando la obra entre amigos.
El conflicto con el campo se ha aflojado bastante. El "campo" acudirá a los canales que aceptó dirigirse para el tema de bajar las retenciones a la soja: el Congreso. Todo el país se ha alivianado, porque la dirigencia de la Mesa de Enlace tuvo un cambio en la expresión agresiva y se trocó en conciliadora y respetuosa. Eso no es un detalle. Eso significa que ganaron las instituciones democráticas, que "el campo" se aviene a aceptar que hay autoridades constituídas que se merecen un trato de respeto.
En la pulseada que hubo, que duró justo un año, algunos espectadores se preguntaron ¿quién ganó?, como si esperaran la respuesta "ganó el Gobierno". No tiene sentido pensar en esos tèrminos, esto no fue un partido de fútbol. Ganó la república. Ganó el sistema democrático. Gracias al temple y la vocación institucional que tuvieron los gobernantes. En esta obra de teatro, pulsearon de contrincantes las autoridades constituídas a favor del pueblo, contra el desprecio a esa representación.
Es cierto que los gobernantes tuvieron errores y que casi seguro que el conflicto debería atribuirselo exclusivamente a los errores del Gobierno más que a la avaricia del "campo". Pero la respuesta del "campo" a los errores del Gobierno, su violencia, su desafío al poder, su desabastecimiento y corte de ruta, su despliegue de poder inaudito, pusieron en peligro no solamente al Gobierno, sino a las instituciones democráticas. El pulso latía en las rutas, acelerado por el sueño de derribar a Cristina.
Si el Gobierno se equivocó en no ver lo que estaban haciéndole al mediano y pequeño productor, y si no vió que estaba surgiendo una alianza entre los grandes y los pequeños, luego de esos errores, no se equivocó en persistir en la negación a conceder la demanda principal, de bajar la retención a la soja. No solamente ha sido exitoso persistir porque era legítimo no estimular a la soja, sino en redoblona, para preservar la autoridad.
Crisitina, desafiada a mantenerse en el Gobierno, perseveró y se mantuvo parada, aunque la tuvieron un año limándole el piso con un afán minucioso, en un operativo nacional e internacional, donde los medios nacionales y la CNN, fueron el aliado de oro del "campo" en los propósitos más golpistas. Carolina Callazo, CNN, Buenos Aires.
Ahora resulta que a último momento afloró la novedad de que hay malestar en las bases que representa esa Mesa de Enlace. Ese malestar sorprendió a la misma dirigencia, sobre todo a Bussi, que saltó como leche hervida, teniendo una expresión vulgar y gráfica contra De Angeli, al decir que tenía "las pelotas hinchadas, que desde afuera todo es más fácil".
De Angeli dijo que él no hubiera firmado. Bussi habló de que era inconcebible la hipótesis de que él traicionara, y para explicarlo dijo dónde vive: entre la gente que representa. Quiere decir que se sugiere que lo llamaron traidor, o que se habló de traición.
Eso significa que el afán golpista no va a ser abandonado por ciertas bases que no quieren ninguna mejora, que no quieren otra cosa que el poder para ellos, ese que les regala ganancias sin pagar impuestos ni retenciones, ese que tuvieron toda la vida, desde que nació la Argentina agrícola ganadera. Pero están en una encerrona, no pueden hacerlo público, porque quedarían expuestos en sus huesitos como en una radiografía. Ahora la cosa va a ser poder sacar una ley donde se quiten las retenciones al campo. A la psicópata ya la tienen a sus pies. Y al resto van a ir a conseguirlo.
El Gobierno ya dijo que no va a dar quórum para una reunión extraordinaria. Por suerte tiene quórum. Entonces van a tratar de quitárselo. Otra vez va a haber plata. Plata para comprar voluntades. Y amenazas. El empuje de la ruta se va a meter en el Congreso. Seguramente van a amenazar a unos cuantos legisladores que viven en el interior, a sus padres, a sus hermanos. Pero lo van a hacer sotto voce. La pulseada se cambió de lugar. Va a continuar, ahora más acuciante. Otra vez Cristina va a tener que apelar a los manejos negociadores de Néstor. No va a ser fácil. El peronismo "disidente", el duhaldismo, el felipesolismo, van a tratar de voltear a Cristina, haciéndole perder su principal enclave: no a la baja de las retenciones a la soja.
Como la escena ahora cambió de dramatismo exterior, y la operación de ambas partes continuará en extramuros, la estrategia de los medios, Clarín y TN sobre todo, será minar el piso del Gobierno desde nuevas hipótesis de conflicto con la sociedad. Al minuto siguiente en que el conflicto del campo perdió cartel y agresividad desde la Mesa de Enlace, apareció el tema de la Seguridad, caldero donde se cocinan las miserias populares de todos los vulgos.
Desde la mañana hasta la noche, crímenes de ilustres desconocidos padres de familia, esforzados comerciantes de clase media, seguirán martillando la cabeza de la gente, cada diez minutos, en los vacíos noticiarios del oligopolio Clarín, que no tienen corresponsales en el exterior, que no dan noticias internacionales, ni tienen comentaristas objetivos, salvo una pléyade de genuflexos ignorantes arribistas audaces, trabajando a las órdenes de la patronal, órdenes claras de destruir la imagen del Gobierno en cada palabra que digan.
A Cristina le sigue resistir esos embates que la esperan, y mantenerse en ese "fair play" inglés, que nos ha sorprendido a todos, con ese dominio de talante, con esa naturalidad sin impostaciones. Le queda ahora la Ley de Radiodifusión, y herir de muerte a Clarín, si ésto fuera posible, o eventualmente negociar con éste poder superior de la Nación, un cese del fuego.
Pablo Llonto está esperando, tranquilo, seguramente ilusionado de que esta vez, Ernestina la va a pagar. A él le gustaría que no fuera verdad que en nuestro país no se pueda gobernar con Clarín en contra. A todos nosotros nos gustaría también que no fuera verdad, o que dejara de ser una verdad. Pero como hay otra opción antes de derrumbar esa verdad, la opción de que Clarín vuelva a estar a favor, seguramente se podrá conseguir a lo sumo ésto último. No creo que veamos caer al gigante que tiene todas las conciencias superficiales o inocentes, en su mano para manipularlas.
Terminó el entreacto. Se apagan las luces. Nos sentamos en las butacas. Se levanta el telón del Segundo Acto. Silencio: los actores están entrando a escena.
El conflicto con el campo se ha aflojado bastante. El "campo" acudirá a los canales que aceptó dirigirse para el tema de bajar las retenciones a la soja: el Congreso. Todo el país se ha alivianado, porque la dirigencia de la Mesa de Enlace tuvo un cambio en la expresión agresiva y se trocó en conciliadora y respetuosa. Eso no es un detalle. Eso significa que ganaron las instituciones democráticas, que "el campo" se aviene a aceptar que hay autoridades constituídas que se merecen un trato de respeto.
En la pulseada que hubo, que duró justo un año, algunos espectadores se preguntaron ¿quién ganó?, como si esperaran la respuesta "ganó el Gobierno". No tiene sentido pensar en esos tèrminos, esto no fue un partido de fútbol. Ganó la república. Ganó el sistema democrático. Gracias al temple y la vocación institucional que tuvieron los gobernantes. En esta obra de teatro, pulsearon de contrincantes las autoridades constituídas a favor del pueblo, contra el desprecio a esa representación.
Es cierto que los gobernantes tuvieron errores y que casi seguro que el conflicto debería atribuirselo exclusivamente a los errores del Gobierno más que a la avaricia del "campo". Pero la respuesta del "campo" a los errores del Gobierno, su violencia, su desafío al poder, su desabastecimiento y corte de ruta, su despliegue de poder inaudito, pusieron en peligro no solamente al Gobierno, sino a las instituciones democráticas. El pulso latía en las rutas, acelerado por el sueño de derribar a Cristina.
Si el Gobierno se equivocó en no ver lo que estaban haciéndole al mediano y pequeño productor, y si no vió que estaba surgiendo una alianza entre los grandes y los pequeños, luego de esos errores, no se equivocó en persistir en la negación a conceder la demanda principal, de bajar la retención a la soja. No solamente ha sido exitoso persistir porque era legítimo no estimular a la soja, sino en redoblona, para preservar la autoridad.
Crisitina, desafiada a mantenerse en el Gobierno, perseveró y se mantuvo parada, aunque la tuvieron un año limándole el piso con un afán minucioso, en un operativo nacional e internacional, donde los medios nacionales y la CNN, fueron el aliado de oro del "campo" en los propósitos más golpistas. Carolina Callazo, CNN, Buenos Aires.
Ahora resulta que a último momento afloró la novedad de que hay malestar en las bases que representa esa Mesa de Enlace. Ese malestar sorprendió a la misma dirigencia, sobre todo a Bussi, que saltó como leche hervida, teniendo una expresión vulgar y gráfica contra De Angeli, al decir que tenía "las pelotas hinchadas, que desde afuera todo es más fácil".
De Angeli dijo que él no hubiera firmado. Bussi habló de que era inconcebible la hipótesis de que él traicionara, y para explicarlo dijo dónde vive: entre la gente que representa. Quiere decir que se sugiere que lo llamaron traidor, o que se habló de traición.
Eso significa que el afán golpista no va a ser abandonado por ciertas bases que no quieren ninguna mejora, que no quieren otra cosa que el poder para ellos, ese que les regala ganancias sin pagar impuestos ni retenciones, ese que tuvieron toda la vida, desde que nació la Argentina agrícola ganadera. Pero están en una encerrona, no pueden hacerlo público, porque quedarían expuestos en sus huesitos como en una radiografía. Ahora la cosa va a ser poder sacar una ley donde se quiten las retenciones al campo. A la psicópata ya la tienen a sus pies. Y al resto van a ir a conseguirlo.
El Gobierno ya dijo que no va a dar quórum para una reunión extraordinaria. Por suerte tiene quórum. Entonces van a tratar de quitárselo. Otra vez va a haber plata. Plata para comprar voluntades. Y amenazas. El empuje de la ruta se va a meter en el Congreso. Seguramente van a amenazar a unos cuantos legisladores que viven en el interior, a sus padres, a sus hermanos. Pero lo van a hacer sotto voce. La pulseada se cambió de lugar. Va a continuar, ahora más acuciante. Otra vez Cristina va a tener que apelar a los manejos negociadores de Néstor. No va a ser fácil. El peronismo "disidente", el duhaldismo, el felipesolismo, van a tratar de voltear a Cristina, haciéndole perder su principal enclave: no a la baja de las retenciones a la soja.
Como la escena ahora cambió de dramatismo exterior, y la operación de ambas partes continuará en extramuros, la estrategia de los medios, Clarín y TN sobre todo, será minar el piso del Gobierno desde nuevas hipótesis de conflicto con la sociedad. Al minuto siguiente en que el conflicto del campo perdió cartel y agresividad desde la Mesa de Enlace, apareció el tema de la Seguridad, caldero donde se cocinan las miserias populares de todos los vulgos.
Desde la mañana hasta la noche, crímenes de ilustres desconocidos padres de familia, esforzados comerciantes de clase media, seguirán martillando la cabeza de la gente, cada diez minutos, en los vacíos noticiarios del oligopolio Clarín, que no tienen corresponsales en el exterior, que no dan noticias internacionales, ni tienen comentaristas objetivos, salvo una pléyade de genuflexos ignorantes arribistas audaces, trabajando a las órdenes de la patronal, órdenes claras de destruir la imagen del Gobierno en cada palabra que digan.
A Cristina le sigue resistir esos embates que la esperan, y mantenerse en ese "fair play" inglés, que nos ha sorprendido a todos, con ese dominio de talante, con esa naturalidad sin impostaciones. Le queda ahora la Ley de Radiodifusión, y herir de muerte a Clarín, si ésto fuera posible, o eventualmente negociar con éste poder superior de la Nación, un cese del fuego.
Pablo Llonto está esperando, tranquilo, seguramente ilusionado de que esta vez, Ernestina la va a pagar. A él le gustaría que no fuera verdad que en nuestro país no se pueda gobernar con Clarín en contra. A todos nosotros nos gustaría también que no fuera verdad, o que dejara de ser una verdad. Pero como hay otra opción antes de derrumbar esa verdad, la opción de que Clarín vuelva a estar a favor, seguramente se podrá conseguir a lo sumo ésto último. No creo que veamos caer al gigante que tiene todas las conciencias superficiales o inocentes, en su mano para manipularlas.
Terminó el entreacto. Se apagan las luces. Nos sentamos en las butacas. Se levanta el telón del Segundo Acto. Silencio: los actores están entrando a escena.