Es inconcebible que no haya avanzado lo necesario la cultura contra el machismo. No se trata solo de que falta una Ley de aborto -sobre todo después de que se alcanzó a aprobar el matrimonio igualitario, dejando a la mujer con su problemática más postergada y grave que involucra a la muerte- como el último orejón del tarro.
El humor es un indicador sensible de la cultura. Uno no se ríe de lo que fomenta sufrimiento. El llamado humor negro ha caído en desgracia, afortunadamente. Ya nadie hace más chistes sobre discapacitados.
Desde que fue aprobado el matrimonio igualitario, y a través del intenso debate, se terminaron las burlas y caricaturas del homosexual. No solo porque puede denunciarse al Inadi, sino porque ocurrió el cambio cultural. Se comprendió que a través del humor se estaba dando vía libre a la persecución y sufrimiento de los homosexuales, y que eso debía terminarse. Aunque no se liberó para nada a las lesbianas de la censura cultural. Es digno de observarse que ni siquiera llegó a haber humor al respecto. Ni siquiera el tema llegó a disfrazarse de simpático y risible. Tanto afecta a la sociedad. Tan inferior es la mujer todavía, que el lesbianismo es algo casi innombrable, invisible.
A cada paso aparece un chiste donde el varón despliega su posición dominante en la sexualidad heterosexual. Los chistes referidos al gran o pequeño tamaño del pene son un clásico, tanto para exaltar la virtud masculina como para detractarla. Y no hablemos de metáforas donde el pene actúa de arma de sometimiento y tortura, como la clásica expresión "la tiene adentro", que no se usa tanto para la mujer como para los conflictos entre varones resueltos a puro machismo salvaje. No importa que no use con la mujer esa expresión, se trata de que el pene adquiere el símbolo de la violencia masculina, que esta sí se aplica contra la mujer. Aceptar esta frase es hablitar el uso de la violencia del portador de un pene.
Hace un rato, en TVR, Gabriel Schultz hizo un chiste sobre prostitución. Otro tema que todavía no ha tomado gravedad en la cultura, sabiendo lo que este asunto se liga con el secuestro de jóvenes chicas como Marita Verón. Y no importa que la prostitución no esté prohibida cuando se la ejerce en forma autónoma. Sigue siendo una tragedia vender el cuerpo. No debería ser humorístico.
El tema del debut con una prostituta, algo muy machista y que creo desterrado hoy porque los jóvenes tienen sexo con las novias, fue el chiste lamentable que hizo Schultz. Contó que cuando debutó estaba octavo en la fila y que a la prostituta la dejó planchada.
En ese momento apagué la televisión. Entristecida.
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