¡¡ No lleven de las narices a éstos hermosos jóvenes a ser los verdugos de sus hermanos palestinos!!!
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La condena a las acciones militares de Israel, no tiene por qué significar el desprecio de los sufrimientos de los israelíes, ni la habilitación de los métodos de Hamas.
Es más, la condena a la acción militarista de Israel, podría valer hasta exclusivamente, en nombre de los sufrimientos de los ciudadanos israelíes, quienes son las primeras víctimas de los gravísimos errores estratégico-políticos de su gobierno.
Se condena una estrategia en el trato del conflicto, encauzada en la salida militarista de represalias en territorio ajeno, que ni siquiera es la solución militar del conflicto, sino una profundización de la guerra.
Si se quiere ayudar a los ciudadanos israelíes, si se quiere que dejen de sufrir, hay que apoyar la condena al militarismo israelí, que argumenta el bien de los "ciudadanos" israelíes, pero profundiza su mal.
¿Qué hacer en cuanto a Hamas? ¿Es necesario condenar "también" a Hamas cuando se condena al Estado de Israel? No, no sólo no es necesario, sino inconveniente e improcedente.
Es inconveniente exigir que se condene a "ambos bandos". Porque de ese modo se justifican las acciones de Israel tanto como las de Hamas. Condenar "a ambos", es exculpar a ambos. Los dos dicen que actúan por culpa del otro. Si decimos que los dos son culpables, decimos que los dos merecen castigo, decimos que hacen bien en matarse mutuamente. Para no decir nada, es mejor callarse.
Si sabemos que está mal la vía militar en la resolución de un conflicto, ¿a cuál de los dos partes se la podemos reclamar? ¿Podemos reclamarle algo a Hamas? ¿Podemos reclamarle algo a una banda armada que se refugia entre civiles? ¿En qué tribunal? Es improcedente.
No, a Hamas seguro que no podemos reclamarle nada, por lo menos no en la medida en la que podemos reclamarle al Estado de Israel, porque Hamas no es un Estado miembro de las Naciones Unidas, que ha firmado un compromiso de comportamiento entre las Naciones.
¿Podemos reclamarle unilateralmente a Israel que deseche la vía armada de represalias? Sí podemos. Podemos porque la política israelí debe responder únicamente al bienestar de los ciudadanos israelíes, y ésta política no sólo no lo va a lograr, sino que va a profundizar el mal, y va a fortalecer la posición de vía armada de Hamas.
Pero además, horroriza al mundo civilizado, mucho más el terror impuesto por un Estado, que el impuesto por una banda armada, que encima dice defender a víctimas que los son, de una situación de real sometimiento e inferioridad con el Estado de Israel.
Desde el punto de vista de la popularidad de las acciones, el terror impuesto desde el Estado de Israel a la población palestina, desprestigia enormemente al Estado de Israel, y aumenta el prestigio de la causa palestina contra el Estado de Israel. Desde todo punto de vista, Israel erra en su accionar si lo que quiere es defender a sus ciudadanos. A Israel, le podemos reclamar que pare con el terror. Si podemos, entonces debemos.
¿Entonces, qué tiene que hacer Israel? ¿No puede defender a sus ciudadanos? Es la falsa pregunta que se hacen quienes defienden la seguridad de los ciudadanos israelíes. La pregunta es: si no se puede hacer nada, ¿entonces vale hacer cualquier cosa? ¿Y qué quiere decir eso de "que no se puede hacer nada"? ¿En el concepto de quién “no se puede hacer nada”?
Es mentira que no se puede hacer nada, esa es la gran mentira. Y precisamente, el principal impedimento de poder hacer “algo que sirva de verdad”, es el apelar a la vía armada.
Lo primero es descartar la vía militarista. Porque no sirve para nada. Simplemente por eso. Nada más que por eso. Y es suficiente motivo.
Segundo. Profundizar la ayuda a los territorios palestinos. Multiplicarla, inundarlos de ayuda de todo tipo. Y hacer conversaciones de paz, sin interrumpir, pase lo que pase.
Tercero. Dejar de mentir. Dejar de poner condiciones para hablar de paz, como por ejemplo esa cursi exigencia de que Hamas excluya de sus estatutos que “quiere” la destrucción del Estado de Israel. Eso es una excusa.
A nadie le tiene que importar lo que declaren los estatutos, si en los hechos no se lo tomara en cuenta. Tratar la paz es lograr hechos, no declaraciones. Las declaraciones pueden quedar "sin efecto". No es necesario "declarar voluntad". Es necesario demostrar voluntad. Exigir declaraciones previas para iniciar las conversaciones, es patear el tablero con toda intención.
Pero hay otra cosa. No es verdad que la vía armada sea tan mala para Hamas en la solución del conflicto palestino, como sí es de mala para Israel en la solución del conflicto israelí.
Si Hamas dejara la vía armada, ante la desigualdad de ambos bandos, las conversaciones de paz ni empezarían , ni seguirían adelante, se quedarían en la nada desde el “vamos”.
Porque, y ésta es la pregunta del millón: ¿En nombre de qué haría la paz Israel con los palestinos si no fuera atacada militarmente? ¿Existiría algún motivo? ¿Cuándo se firma una paz, sino cuando se está en guerra?
Esta desgraciada verdad, avala las acciones de Hamas, militar y políticamente, y es muy grave que no se tome en cuenta. Es muy grave, señores.
La condena a las acciones militares de Israel, no tiene por qué significar el desprecio de los sufrimientos de los israelíes, ni la habilitación de los métodos de Hamas.
Es más, la condena a la acción militarista de Israel, podría valer hasta exclusivamente, en nombre de los sufrimientos de los ciudadanos israelíes, quienes son las primeras víctimas de los gravísimos errores estratégico-políticos de su gobierno.
Se condena una estrategia en el trato del conflicto, encauzada en la salida militarista de represalias en territorio ajeno, que ni siquiera es la solución militar del conflicto, sino una profundización de la guerra.
Si se quiere ayudar a los ciudadanos israelíes, si se quiere que dejen de sufrir, hay que apoyar la condena al militarismo israelí, que argumenta el bien de los "ciudadanos" israelíes, pero profundiza su mal.
¿Qué hacer en cuanto a Hamas? ¿Es necesario condenar "también" a Hamas cuando se condena al Estado de Israel? No, no sólo no es necesario, sino inconveniente e improcedente.
Es inconveniente exigir que se condene a "ambos bandos". Porque de ese modo se justifican las acciones de Israel tanto como las de Hamas. Condenar "a ambos", es exculpar a ambos. Los dos dicen que actúan por culpa del otro. Si decimos que los dos son culpables, decimos que los dos merecen castigo, decimos que hacen bien en matarse mutuamente. Para no decir nada, es mejor callarse.
Si sabemos que está mal la vía militar en la resolución de un conflicto, ¿a cuál de los dos partes se la podemos reclamar? ¿Podemos reclamarle algo a Hamas? ¿Podemos reclamarle algo a una banda armada que se refugia entre civiles? ¿En qué tribunal? Es improcedente.
No, a Hamas seguro que no podemos reclamarle nada, por lo menos no en la medida en la que podemos reclamarle al Estado de Israel, porque Hamas no es un Estado miembro de las Naciones Unidas, que ha firmado un compromiso de comportamiento entre las Naciones.
¿Podemos reclamarle unilateralmente a Israel que deseche la vía armada de represalias? Sí podemos. Podemos porque la política israelí debe responder únicamente al bienestar de los ciudadanos israelíes, y ésta política no sólo no lo va a lograr, sino que va a profundizar el mal, y va a fortalecer la posición de vía armada de Hamas.
Pero además, horroriza al mundo civilizado, mucho más el terror impuesto por un Estado, que el impuesto por una banda armada, que encima dice defender a víctimas que los son, de una situación de real sometimiento e inferioridad con el Estado de Israel.
Desde el punto de vista de la popularidad de las acciones, el terror impuesto desde el Estado de Israel a la población palestina, desprestigia enormemente al Estado de Israel, y aumenta el prestigio de la causa palestina contra el Estado de Israel. Desde todo punto de vista, Israel erra en su accionar si lo que quiere es defender a sus ciudadanos. A Israel, le podemos reclamar que pare con el terror. Si podemos, entonces debemos.
¿Entonces, qué tiene que hacer Israel? ¿No puede defender a sus ciudadanos? Es la falsa pregunta que se hacen quienes defienden la seguridad de los ciudadanos israelíes. La pregunta es: si no se puede hacer nada, ¿entonces vale hacer cualquier cosa? ¿Y qué quiere decir eso de "que no se puede hacer nada"? ¿En el concepto de quién “no se puede hacer nada”?
Es mentira que no se puede hacer nada, esa es la gran mentira. Y precisamente, el principal impedimento de poder hacer “algo que sirva de verdad”, es el apelar a la vía armada.
Lo primero es descartar la vía militarista. Porque no sirve para nada. Simplemente por eso. Nada más que por eso. Y es suficiente motivo.
Segundo. Profundizar la ayuda a los territorios palestinos. Multiplicarla, inundarlos de ayuda de todo tipo. Y hacer conversaciones de paz, sin interrumpir, pase lo que pase.
Tercero. Dejar de mentir. Dejar de poner condiciones para hablar de paz, como por ejemplo esa cursi exigencia de que Hamas excluya de sus estatutos que “quiere” la destrucción del Estado de Israel. Eso es una excusa.
A nadie le tiene que importar lo que declaren los estatutos, si en los hechos no se lo tomara en cuenta. Tratar la paz es lograr hechos, no declaraciones. Las declaraciones pueden quedar "sin efecto". No es necesario "declarar voluntad". Es necesario demostrar voluntad. Exigir declaraciones previas para iniciar las conversaciones, es patear el tablero con toda intención.
Pero hay otra cosa. No es verdad que la vía armada sea tan mala para Hamas en la solución del conflicto palestino, como sí es de mala para Israel en la solución del conflicto israelí.
Si Hamas dejara la vía armada, ante la desigualdad de ambos bandos, las conversaciones de paz ni empezarían , ni seguirían adelante, se quedarían en la nada desde el “vamos”.
Porque, y ésta es la pregunta del millón: ¿En nombre de qué haría la paz Israel con los palestinos si no fuera atacada militarmente? ¿Existiría algún motivo? ¿Cuándo se firma una paz, sino cuando se está en guerra?
Esta desgraciada verdad, avala las acciones de Hamas, militar y políticamente, y es muy grave que no se tome en cuenta. Es muy grave, señores.