TENGO MIEDO Y A MUCHA HONRA
La palabra "miedo".
El lenguaje no alcanza a veces para decir las cosas como corresponde, porque con una sola palabra se alude a cosas distintas. Hay un miedo paralizante y un miedo energizante. Los cobardes solo tienen miedo paralizante. No existe ningún valiente que no sienta miedo. El único que no siente miedo es un temerario que es puro arrojo demencial o es un estúpido ciego triunfalista, y no sirve para conducir ninguna empresa al triunfo sino a la quiebra. La temeridad no sirve. El miedo racional hace proyecciones medidas y hace calcular bien los riesgos y las previsiones.y eso es lo único que puede llevar al triunfo.
De valientes, cobardes y temerarios
Apuesto a que San Martín no era un temerario. Hizo su campaña contra los realistas midiendo cada decisión, con temple y con ciencia. Seguro que tenía miedo de lo que pudiera pasar a la Revolución y también a él y a sus soldados. Por eso planificó cada paso que dio. Quizá el Ché Guevara no era un valiente sino un temerario. Duele decirlo pero yo lo pensé muchas veces. No se puede dudar de sus intenciones, sí de su racionalidad que lo llevó a una muerte indigna e inútil. Esto es discutible, son elucubraciones, pero ahora no vamos a discutir al Ché, igual lo queremos mucho.
El Marqués de Sobremonte, que quedó en la historia como un cobarde, tal vez no fue ningún cobarde sino un hombre inteligente que entendió el peligro de que los ingleses se hicieran del tesoro, que en realidad era lo único que venían a buscar. Escapó con el tesoro y dejó a Santiago de Liniers al mando de la defensa, una elección perfecta. Fue enterrando el tesoro en el camino, a pesar de lo cual lo agarraron y se robaron lo que quedaba que seguia siendo cuantioso. En Londres hay un cuadro que celebra a Beresford repartiendo el tesoro entre sus tripulantes delincuentes. Cuando ví ese cuadro con la cara de Beresford relamiéndose por el botín y la alegría de sus piratones compinches brindando, me dije qué alegría que Sobremonte salvó una parte del tesoro, no solo por la plata, sino por la dignidad de intentar no entregarse. No lo perdonaron tal vez por una errónea concepción de la valentía.
El miedo. La adrenalina.
Lo que sentimos como miedo es secreción de adrenalina. La adrenalina nos prepara el cuerpo para reaccionar en situaciones de peligro. Como animales que somos, la adrenalina nos da energía para correr cuando un peligro nos amenaza: otro animal nos va a comer y necesitamos velocidad extra para correr y sobrevivir. ¿Qué pasa si este animal acosado es un ser humano cuyas situaciones de peligro exceden la necesidad de correr con las patas? ¿De qué nos sirve el exceso de adrenalina? Nos sirve para pensar bien lo que vamos a hacer. En lugar de llevar la adrenalina a las piernas, la tenemos que redirigir al cerebro. Esta operación no se logra fácil, hace falta un desarrollo intelectual, un armado mental acostumbrado a razonar ante todas las situaciones de peligro.
Pero fijate que la adrenalina te hace temblar. Está en tu fortaleza el hacer que la adrenalina te sirva para avanzar en el razonamiento y dejar de temblar. Solo tu mente racional puede hacerlo. Dejar de temblar y pensar.
El problema se nos presenta ante la impotencia. Es entonces cuando la adrenalina se queda solo en hacernos temblar y sentimos miedo paralizante. Por eso algunos salieron a la calle a "tocar timbres" al no soportar la impotencia. ¿Qué hacer ante la impotencia?
Experiencias humanas para aprender
Jack Fuchs, víctima del Holocausto, ser entrañable como pocos por su inteligencia, contó que él se daba cuenta quién iba a morir pronto en el campo de concentración, porque dejaba de asearse lo poco que se podía y se abandonaba a la mugre. Los que sobrevivieron no lo habrían logrado si no hubieran mantenido la esperanza de alguna ocasión posible de salir de ahí. Salvando las distancias, esa experiencia me sirve mucho. Abandonarme a la tristeza entiendo que va en contra de las oportunidades que seguro se van a presentar pase lo que pase de malo. El problema es soportar la ansiedad antes de que el peligro desaparezca o se concrete.
¿Cómo se soporta la ansiedad?
Por un lado se enfrenta la situación usando el cerebro, leyendo cosas que profundicen el entendimiento, juntándose con gente afín, sintiéndose parte de un colectivo en lugar de sentirse solo. A algunos les sirve salir a la calle. También sirve juntarse en lugares para intercambiar pensamientos. No ser ni un triunfalista ciego ni un derrotista acabado. El culo en la silla de la computadora te tiene capturado en una fantasía de estar en compañía, pero todo eso es falso. La compañía real de carne y hueso es la única que sirve para no sentirse solo.
Y por otro lado, no obsesionándose con el tema. Es un gran recurso hacer descansar la ansiedad buscando poner la mente en otra cosa. La mente y el cuerpo. Concentrarse en una tarea exigente da buenos resultados. Y también sirve leer ficción o ver televisión que no hable de las elecciones. Canal Encuentro me sirve cuando me agota la discusión política.
Si llegara a perder Scioli, que no tiene por qué pasar.
Si ganara Macri, no le va a ser tan fácil pasar por encima de todo lo construído. Los derechos adquiridos los vamos a defender. Y los tenemos que defender. Todos los derechos obtenidos sin haber luchado para conseguirlos, vamos a tener que luchar para no perderlos. Si se viene la etapa combativa de resistencia, se vendrá. Una vez echamos a un presidente saliendo a la calle, y se tuvo que ir en helicóptero. Pero si tenés que salir no te quedes con el culo en la silla, eso es ser un cobarde que no se merece tener derechos que no sabe defender. Tenemos Internet para citarnos, encontrarnos, resistir. Pero ahora, tranqui. La vida es hermosa.
Si recibís este post por mail y querés comentar, no respondas a este correo. Escribí un comentario en el blog o envía un mail evarow@gmail.com
La palabra "miedo".
El lenguaje no alcanza a veces para decir las cosas como corresponde, porque con una sola palabra se alude a cosas distintas. Hay un miedo paralizante y un miedo energizante. Los cobardes solo tienen miedo paralizante. No existe ningún valiente que no sienta miedo. El único que no siente miedo es un temerario que es puro arrojo demencial o es un estúpido ciego triunfalista, y no sirve para conducir ninguna empresa al triunfo sino a la quiebra. La temeridad no sirve. El miedo racional hace proyecciones medidas y hace calcular bien los riesgos y las previsiones.y eso es lo único que puede llevar al triunfo.
De valientes, cobardes y temerarios
Apuesto a que San Martín no era un temerario. Hizo su campaña contra los realistas midiendo cada decisión, con temple y con ciencia. Seguro que tenía miedo de lo que pudiera pasar a la Revolución y también a él y a sus soldados. Por eso planificó cada paso que dio. Quizá el Ché Guevara no era un valiente sino un temerario. Duele decirlo pero yo lo pensé muchas veces. No se puede dudar de sus intenciones, sí de su racionalidad que lo llevó a una muerte indigna e inútil. Esto es discutible, son elucubraciones, pero ahora no vamos a discutir al Ché, igual lo queremos mucho.
El Marqués de Sobremonte, que quedó en la historia como un cobarde, tal vez no fue ningún cobarde sino un hombre inteligente que entendió el peligro de que los ingleses se hicieran del tesoro, que en realidad era lo único que venían a buscar. Escapó con el tesoro y dejó a Santiago de Liniers al mando de la defensa, una elección perfecta. Fue enterrando el tesoro en el camino, a pesar de lo cual lo agarraron y se robaron lo que quedaba que seguia siendo cuantioso. En Londres hay un cuadro que celebra a Beresford repartiendo el tesoro entre sus tripulantes delincuentes. Cuando ví ese cuadro con la cara de Beresford relamiéndose por el botín y la alegría de sus piratones compinches brindando, me dije qué alegría que Sobremonte salvó una parte del tesoro, no solo por la plata, sino por la dignidad de intentar no entregarse. No lo perdonaron tal vez por una errónea concepción de la valentía.
El miedo. La adrenalina.
Lo que sentimos como miedo es secreción de adrenalina. La adrenalina nos prepara el cuerpo para reaccionar en situaciones de peligro. Como animales que somos, la adrenalina nos da energía para correr cuando un peligro nos amenaza: otro animal nos va a comer y necesitamos velocidad extra para correr y sobrevivir. ¿Qué pasa si este animal acosado es un ser humano cuyas situaciones de peligro exceden la necesidad de correr con las patas? ¿De qué nos sirve el exceso de adrenalina? Nos sirve para pensar bien lo que vamos a hacer. En lugar de llevar la adrenalina a las piernas, la tenemos que redirigir al cerebro. Esta operación no se logra fácil, hace falta un desarrollo intelectual, un armado mental acostumbrado a razonar ante todas las situaciones de peligro.
Pero fijate que la adrenalina te hace temblar. Está en tu fortaleza el hacer que la adrenalina te sirva para avanzar en el razonamiento y dejar de temblar. Solo tu mente racional puede hacerlo. Dejar de temblar y pensar.
El problema se nos presenta ante la impotencia. Es entonces cuando la adrenalina se queda solo en hacernos temblar y sentimos miedo paralizante. Por eso algunos salieron a la calle a "tocar timbres" al no soportar la impotencia. ¿Qué hacer ante la impotencia?
Experiencias humanas para aprender
Jack Fuchs, víctima del Holocausto, ser entrañable como pocos por su inteligencia, contó que él se daba cuenta quién iba a morir pronto en el campo de concentración, porque dejaba de asearse lo poco que se podía y se abandonaba a la mugre. Los que sobrevivieron no lo habrían logrado si no hubieran mantenido la esperanza de alguna ocasión posible de salir de ahí. Salvando las distancias, esa experiencia me sirve mucho. Abandonarme a la tristeza entiendo que va en contra de las oportunidades que seguro se van a presentar pase lo que pase de malo. El problema es soportar la ansiedad antes de que el peligro desaparezca o se concrete.
¿Cómo se soporta la ansiedad?
Por un lado se enfrenta la situación usando el cerebro, leyendo cosas que profundicen el entendimiento, juntándose con gente afín, sintiéndose parte de un colectivo en lugar de sentirse solo. A algunos les sirve salir a la calle. También sirve juntarse en lugares para intercambiar pensamientos. No ser ni un triunfalista ciego ni un derrotista acabado. El culo en la silla de la computadora te tiene capturado en una fantasía de estar en compañía, pero todo eso es falso. La compañía real de carne y hueso es la única que sirve para no sentirse solo.
Y por otro lado, no obsesionándose con el tema. Es un gran recurso hacer descansar la ansiedad buscando poner la mente en otra cosa. La mente y el cuerpo. Concentrarse en una tarea exigente da buenos resultados. Y también sirve leer ficción o ver televisión que no hable de las elecciones. Canal Encuentro me sirve cuando me agota la discusión política.
Si llegara a perder Scioli, que no tiene por qué pasar.
Si ganara Macri, no le va a ser tan fácil pasar por encima de todo lo construído. Los derechos adquiridos los vamos a defender. Y los tenemos que defender. Todos los derechos obtenidos sin haber luchado para conseguirlos, vamos a tener que luchar para no perderlos. Si se viene la etapa combativa de resistencia, se vendrá. Una vez echamos a un presidente saliendo a la calle, y se tuvo que ir en helicóptero. Pero si tenés que salir no te quedes con el culo en la silla, eso es ser un cobarde que no se merece tener derechos que no sabe defender. Tenemos Internet para citarnos, encontrarnos, resistir. Pero ahora, tranqui. La vida es hermosa.
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