Up and Down, de Escher.
(pinchá para ver la foto más grande y estudiar las intrincadas visiones de un mismo plano)
El episodio de Artemio y Gerardo, su entredicho, sus enojos, sus reacciones, la calma y la vuelta a la normalidad, todo ello me llama a reflexionar sobre un asunto que me preocupa demasiado algunas veces. Porque yo también he sido partícipe (culpable y víctima) de entredichos y enojos similares. Se trata de la deficiente capacidad comunicacional que tiene la escritura.
Se trata del problema de la comunicación en Internet, donde estàn ausentes los gestos y los tonos de voz con los que completamos la comunicación en la vida física real. La palabra no alcanza para la comunicación. La palabra sola y desnuda no existe en la vida real. Sólo existe en el papel de una carta, ahora reemplazada por un mail o un comentario en un blog. En la vida real morigeramos las palabras que decimos, con gestos, con tonos de voz, con inflexiones, con el volumen de la voz, con una palmadita en el hombro, con una sonrisa.
Muchas veces tenemos la necesidad de usar emoticones, porque hay cosas que se pueden entender al revés de nuestra intención, esos esperpentos que inventaron los chicos para ahorrarse palabras, sin embargo nos salvarán de tantos malos entendidos.
Todos tenemos que tomar cuenta de lo difícil que es manejar la comunicación en Internet. No se trata de la redacción de un post, no. Se trata de la comunicación. Es mucho más fácil hablar que escribirse. Una llamada por teléfono de unos segundos, ahorra decenas de palabras escritas que nunca terminan por conformarnos.
Insisto. Lo escrito en la comunicación puede parecer más duro de lo que realmente es. Internet está lleno de silencio y entrega las palabras desnudas, que a veces no dicen todo lo que queremos decir.
Nos ha pasado a todos y nos va a volver a pasar, que entendimos mal algo que nos dijeron, o entendieron mal algo que quisimos decir.
Tenemos que saber que corremos ese riesgo todo el tiempo.
Agrego al post esta contribución de un comentario de Martín de Formosa
Friedrich Nietzsche dice ..."Aquello que en el lenguaje se comprende mejor no es la palabra misma, sino el tono, la intensidad, la modulación, el ritmo con el cual una serie de palabras son pronunciadas -en suma, la música que está detrás de las palabras, las pasiones detrás de la música, la personalidad detrás de esa pasión: o sea todo lo que no puede ser escrito. Por esta razón el escribir tiene tan poca importancia".
Se trata del problema de la comunicación en Internet, donde estàn ausentes los gestos y los tonos de voz con los que completamos la comunicación en la vida física real. La palabra no alcanza para la comunicación. La palabra sola y desnuda no existe en la vida real. Sólo existe en el papel de una carta, ahora reemplazada por un mail o un comentario en un blog. En la vida real morigeramos las palabras que decimos, con gestos, con tonos de voz, con inflexiones, con el volumen de la voz, con una palmadita en el hombro, con una sonrisa.
Muchas veces tenemos la necesidad de usar emoticones, porque hay cosas que se pueden entender al revés de nuestra intención, esos esperpentos que inventaron los chicos para ahorrarse palabras, sin embargo nos salvarán de tantos malos entendidos.
Todos tenemos que tomar cuenta de lo difícil que es manejar la comunicación en Internet. No se trata de la redacción de un post, no. Se trata de la comunicación. Es mucho más fácil hablar que escribirse. Una llamada por teléfono de unos segundos, ahorra decenas de palabras escritas que nunca terminan por conformarnos.
Insisto. Lo escrito en la comunicación puede parecer más duro de lo que realmente es. Internet está lleno de silencio y entrega las palabras desnudas, que a veces no dicen todo lo que queremos decir.
Nos ha pasado a todos y nos va a volver a pasar, que entendimos mal algo que nos dijeron, o entendieron mal algo que quisimos decir.
Tenemos que saber que corremos ese riesgo todo el tiempo.
Agrego al post esta contribución de un comentario de Martín de Formosa
Friedrich Nietzsche dice ..."Aquello que en el lenguaje se comprende mejor no es la palabra misma, sino el tono, la intensidad, la modulación, el ritmo con el cual una serie de palabras son pronunciadas -en suma, la música que está detrás de las palabras, las pasiones detrás de la música, la personalidad detrás de esa pasión: o sea todo lo que no puede ser escrito. Por esta razón el escribir tiene tan poca importancia".