La Migración Social no es un fenómeno observado por Marx. En realidad, una migración de clase era imposible que ocurriera en época de Marx, y también ahora, si se miran los dos términos extremos de burguesía y proletariado, según él los definió, donde los burgueses son los capitalistas dueños de los medios de producción que concurren al mercado a vender productos de consumo y los proletarios son los que sólo tienen para vender en el mercado su fuerza de trabajo con lo que cobran un salario inferior a lo que se necesita para la supervivencia, sin vivienda, y sin leyes sociales que lo amparen en su inferioridad social desgraciada.
Sigue siendo difícil hoy que un obrero se convierta en el dueño de una fábrica. De proletario a capitalista es un viaje imposible. ¿Pero a quién le preocupa hacerlo? Hay sin embargo, otros viajes interesantes que sí son posibles.
Tampoco usó Marx nunca el término Clase Media. Para él existían sólo dos clases que son los términos de un conflicto irresoluble sin el cambio del sistema económico, del capitalismo al socialismo, donde desaparecería la "propiedad privada", sustento fundamental del capitalismo, origen del conflicto.
Sin embargo, nosotros observamos aparecer una Clase Social extra que Marx no vio, proque no existió o porque igualmente no la hubiera querido tomar en cuenta si viviera hoy, como no la quieren tomar en serio los dogmáticos marxistas. Pero en la Argentina histórica puede verse claramente la Clase Media.
Esta Clase Media surgió en la Argentina, precisamente en la era peronista, gracias al peronismo de la década del 40 al 50 en el siglo XX. Y no es una entelequia, sino una realidad palpable tan digna de ser estudiada por el marxismo como cualquier otra, no importa que Marx la haya tomado o no en cuenta.
La Clase Media Argentina no es lo mismo que la burguesía que bien describió Marx. Los que estuvieron o están hoy en la Clase Media, no son los burgueses dueños de las multinacionales, ni los dueños de los Bancos, ni los dueños de la tierra, ni de las estancias, ni de las vacas, ni de la soja. Todos estos pertenecen a la Clase Alta, o a la Oligarquía Agrícola Terrateniente. La Clase Media es otra cosa.
Sin embargo, los marxistas desconociendo la verdadera naturaleza de la Clase Media argentina, la confunden con la burguesía, y a veces la llaman la "pequeña buguesía" creyendo homologable al patrón pequeño burgués del taller inglés de la época de Marx, con la modista fina a medida que trabaja en un departamento urbano en la Argentina, cuando no son ni mínimamente comparables. También los peronistas maltratan a la Clase Media con epíctetos de todo tipo sin adentrarse en la naturaleza de esta Clase, que es en todo un éxito peronista. Así lo hacen, solamente, ( justificadamente), por reacción a la ideología antiperonista que abrazó la Clase Media, que contribuyó a la erosión destituyente sangrienta de Perón y a su derrocamiento en el 55.
La Clase Media se formó en la salida de la pobreza y el ingreso al consumo de todas las capas de la población argentina que provenían de colonos inmigrantes, del campesinado migrante a obrero de fábricas, del obrero de fábrica con buenos salarios y conquistas sociales, y de la multitud de habitantes urbanos volcados al pequeño comercio, a los talleres de oficios de todo tipo y al empleo público, favorecidos por la distribución de la riqueza que operó durante el peronismo de Perón de primera mitad de siglo XX.
Esta Clase Media surgida de abajo, alcanzó el acceso a la vivienda propia por muchos medios. Desde el habiente crédito hipotecario del Banco HIpotecario Nacional, hasta la promulgación de la Ley de Propiedad Horizontal que permitió la propiedad de la vivienda urbana, tanto el habitante urbano como el suburbano consiguió tener su techo propio, pieza fundamental de la consolidación humana que arranca al individuo de la pobreza y con trabajo y consumo lo consolida en la Clase Media.
Sin embargo, lo que Marx llamó la "consciencia de clase", no existió ni existe en la totalidad de la Clase Media. Muchos de los que están en la Clase Media o estuvieron allí, no supieron la verdad de por qué están ni cómo llegaron, ni tampoco entendieron la verdad de por qué se tuvieron que bajar cuando las cosas cambiaron. Sólo creen que tuvieron mérito para llegar y que no tuvieron mérito para salir, sino que la culpa es de la "corrupción" de los gobiernos que roban. Esto que sucedió así no es inherente a la naturaleza de la Clase Media. La Clase Media argentina está empezando a tener consciencia de los logros del gobierno de Cristina que influyen en su mejor calidad de vida, por eso la votaron mayoritariamente. Insisto en que hay una confusión entre burguesía y Clase Media argentina.
Los que sí tuvieron alguna consciencia de clase al estilo de la propuesta de Marx, fueron los que militando con consciencia en el peronismo supieron siempre que del peronismo venían los logros por los cuales ellos habían accedido a todas sus posiblidades de consumo sin pensarse como clase en conflicto de clases. Reitero, aún sin hacer propia la frase "consciencia de clase", y sin aceptar la existencia de clases, ni la existencia del conflicto de clases, los peronistas son los únicos que la tuvieron y la tienen a pesar de ellos, porque entienden que la columna vertebral del peronismo está en el movimiento obrero, y que allí descansa el poder que algún día distribuye la riqueza para el acceso al consumo de los desafortunados.
El resto, los que no se dieron cuenta de que subieron a la Clase Media gracias al peronismo, hasta se dieron el lujo de ser "gorilas", paradójicamente matando a la gallina que les puso un huevo de oro. De estos sale ya una nueva Clase Media ilustrada y consciente, abonada por la extraordinaria colaboración de tantos pensadores e intelectuales de valor que defienden el modelo de Cristina que no es otra cosa que un peronismo verdadero.
Pero los que piensan al país de hoy, a la Argentina de hoy, gobernada por Cristina, no pueden tratar a la Clase Media con el error marxista, ni pensarla según la estupidez de los que matan la gallina del huevo de oro, ni seguir teniendo el resentimiento peronista engolosinado con la victimización aún en medio de la victoria más imponente. Están ahora obligados a pensar correctamente. Se trata de una ocasión histórica y probablemente única.
Para pensar correctamente nuestra Sociedad argentina de hoy, no alcanza con dividirla en Clases Sociales. Tampoco alcanza con incluir la Clase Media en el esquema. Ni siquiera alcanza con incluir la última clase social aparecida con el neoliberalismo: la Clase Excluída, que está debajo de la Clase Baja o Pobre. Es imprescindible observar la Migración Social que ocurre entre la Clase Media y la Clase Baja o Pobre. Y la migración de la Clase Baja o Pobre hacia la Clase Excluída. Es necesario agregar al análisis el concepto de Estamento Social Dinámico, capaz de ascender por su calidad, y de descender por su vulnerabilidad.
Existen en la Sociedad argentina, Estamentos Sociales Dinámicos que migran de la Clase Social Media a la otra Baja, o de la Baja a la Media, o de la Pobre a la Excluída, o al revés, alguno en ascenso, otro en descenso, con mayores o menores capacidades adaptativas al cambio. Estas migraciones son el índice y la consecuenica de las etapas históricas y los acontecimientos económicos y políticos.
Observar la migración social implica poner visión puntual en el derrotero de un grupo humano significativo, pequeño o numeroso, que cambia de posición social afectado por los cambios históricos, políticos y económicos, siendo urgente la observación de un grupo cuando el efecto haya sido el descenso, cuanto más numeroso sea, y cuanto más violento haya sido el cambio económico.
Si no observamos con cierto respeto a la Clase Media, mal podemos evaluar las migraciones entre clases de los Estamentos Sociales Dinámicos.
Cuando un grupo humano numeroso es "afectado para bien", asciende de Clase Social sin presentar un problema para la Sociedad porque forma parte del éxito de la Sociedad. Pero sí necesita soporte en políticas de Estado que favorezcan su inserción en la economía de producción como en la de trabajo.
El problema sí existe en cambio cuando un grupo humano es "afectado para mal". y se produce su "descenso de Clase Social". Este descenso, puede asegurarse, jamás afecta a los miembros de la Clase Social privilegiada, sino a grupos que pertenecen a la Clase Social Media y Baja, que son los más vulnerables.
El pensador tiende a referirse a lo conocido, al "Mapa Social" que conoce y conserva, y supone que los individuos migran de una Clase Social a la otra sin hacerse daño. Y sin embargo, es en esta migración donde surge la mayor indefensión del individuo, cuando su situación permanece caótica, porque la adaptación en baja es de un despropósito insufrible. No hay dolor más paralizante que perder lo que se ha ganado. Hay que evitar la pauperización de la Clase Media a toda costa, es un elemento de sostén del mercado interno, y un lugar de acceso de los pobres como objetivo legítimo. No hay ninguna traición al kirchnerismo por querer que todos coman bien todos los días, tengan vivienda digna y manden los hijos a la Universidad.
El ascenso a la Clase Media fue, es, y será siempre en la Argentina sólo un logro peronista. Ningún gobierno de ningún signo, ni de derecha ni de izquierda facilitarán el ascenso de los pobres a la Clase Media. La derecha, más la de hoy que la ayer, les hace el ajuste, y la izquierda dura les promete la uniformidad de las clases.
Por eso debe ser también una aspiración peronista declarada la protección al Estamento Social Dinámico de la Clase Media. La Clase Media no es otra cosa que la clase pobre que otrora ha accedido al consumo y a la vivienda propia y los conserva. Además, es una Clase muy vulnerable, que si cae va al abismo, porque la pobreza es más fácil de soportar habiendo nacido en ella que viniendo de arriba. Cuando cae la Clase Media lo hace como una bola de nieve, arrastra a los más pobres a la miseria.
Por eso es que el peronismo no puede ser indiferente a los problemas de la Clase Media. Por eso es que el peronismo no puede seguir insultando a la Clase Media ni burlándose de sus demandas. No es inherente a la Clase Media tener aspiraciones burguesas de acumular capital para vivir de rentas. Tener aspiraciones de consumo trabajando no es lo mismo que tener aspiraciones de vivir sin trabajar. Esa es la aspiración de la Oligarquía, no la de la Clase Media argentina.
La Clase Media quiere y necesita trabajar. Tiene aspiraciones morales y "valores" familliares interesantes de apreciar. De ella surgen los estudiantes universitarios que fueron capaces de aguantarse décadas enseñando en la Universidad con sueldos inverosímiles hasta para un obrero de fábrica. En la Clase Media vive la mayoría de los peronistas con consciencia social. En la Clase Media viven los obreros con buenos sueldos y vivienda propia que pueden mandar a sus hijos a estudiar a la universidad gratuita.
Si alguien vive con los modos de la Clase Media porque ha nacido en ella, y tiene aspiraciones de familia, trabajo y progreso, pero ha perdido la posibilidad de una vivienda propia o de una vivienda digna, ese alguien debe ser visibilizado, apuntalado y se le debe atender en su necesidad, desde el Estado.
La excusa de las prioridades es irritante y banal. Todo sujeto de derecho debe ser tratado por igual. No se contrapone el fomento de trabajo calificado con el fomento de trabajo elemental para los menos preparados. La prioridad en el gasto social para los más pobres no es obstáculo para la atención a otros problemas sociales que no requieren gasto social sino leyes que los combatan. Sancionar el matrimonio igualitario no requirió de gasto social, pero sí de atención. También queda el tema del aborto, y del crédito para la vivienda digna de todos los argentinos que no tienen capital acumulado.
La unicidad de objeto político, la mirada sólo puesta en el más pobre es de una endeblez deplorable. Se trabaja para toda la sociedad por eso se incluye al más pobre prestándole una atención especial, pero no se excluye a los demás.
El fracaso de la campaña de Filmus en la Ciudad de Buenos Aires, podría decirse que fue parte de esta confusión de objeto. El le debió haber hablado al votante urbano para ofrecerle una salida a sus problemas reales, angustiantes y respetables, lo cual no es ni la seguridad ni la educación ni la salud, sino el acceso para él o para sus hijos a la vivienda urbana. En cambio le habló de solucionar el problema de los más pobres.
Invito a todos los lectores de este post a unirse, a apoyar este texto o mejorarlo, para instar a los políticos kirchneristas a reconsiderar el objeto de su discurso, e incluir en los compromisos electorales de campaña no solamente derrotar la pobreza extrema sino también aportar a resolver las legítimas aspiraciones de la Clase Media argentina, y propender al ascenso de los Estamentos Sociales Dinámicos de la Clase Baja a la Clase Media.
Sigue siendo difícil hoy que un obrero se convierta en el dueño de una fábrica. De proletario a capitalista es un viaje imposible. ¿Pero a quién le preocupa hacerlo? Hay sin embargo, otros viajes interesantes que sí son posibles.
Tampoco usó Marx nunca el término Clase Media. Para él existían sólo dos clases que son los términos de un conflicto irresoluble sin el cambio del sistema económico, del capitalismo al socialismo, donde desaparecería la "propiedad privada", sustento fundamental del capitalismo, origen del conflicto.
Sin embargo, nosotros observamos aparecer una Clase Social extra que Marx no vio, proque no existió o porque igualmente no la hubiera querido tomar en cuenta si viviera hoy, como no la quieren tomar en serio los dogmáticos marxistas. Pero en la Argentina histórica puede verse claramente la Clase Media.
Esta Clase Media surgió en la Argentina, precisamente en la era peronista, gracias al peronismo de la década del 40 al 50 en el siglo XX. Y no es una entelequia, sino una realidad palpable tan digna de ser estudiada por el marxismo como cualquier otra, no importa que Marx la haya tomado o no en cuenta.
La Clase Media Argentina no es lo mismo que la burguesía que bien describió Marx. Los que estuvieron o están hoy en la Clase Media, no son los burgueses dueños de las multinacionales, ni los dueños de los Bancos, ni los dueños de la tierra, ni de las estancias, ni de las vacas, ni de la soja. Todos estos pertenecen a la Clase Alta, o a la Oligarquía Agrícola Terrateniente. La Clase Media es otra cosa.
Sin embargo, los marxistas desconociendo la verdadera naturaleza de la Clase Media argentina, la confunden con la burguesía, y a veces la llaman la "pequeña buguesía" creyendo homologable al patrón pequeño burgués del taller inglés de la época de Marx, con la modista fina a medida que trabaja en un departamento urbano en la Argentina, cuando no son ni mínimamente comparables. También los peronistas maltratan a la Clase Media con epíctetos de todo tipo sin adentrarse en la naturaleza de esta Clase, que es en todo un éxito peronista. Así lo hacen, solamente, ( justificadamente), por reacción a la ideología antiperonista que abrazó la Clase Media, que contribuyó a la erosión destituyente sangrienta de Perón y a su derrocamiento en el 55.
La Clase Media se formó en la salida de la pobreza y el ingreso al consumo de todas las capas de la población argentina que provenían de colonos inmigrantes, del campesinado migrante a obrero de fábricas, del obrero de fábrica con buenos salarios y conquistas sociales, y de la multitud de habitantes urbanos volcados al pequeño comercio, a los talleres de oficios de todo tipo y al empleo público, favorecidos por la distribución de la riqueza que operó durante el peronismo de Perón de primera mitad de siglo XX.
Esta Clase Media surgida de abajo, alcanzó el acceso a la vivienda propia por muchos medios. Desde el habiente crédito hipotecario del Banco HIpotecario Nacional, hasta la promulgación de la Ley de Propiedad Horizontal que permitió la propiedad de la vivienda urbana, tanto el habitante urbano como el suburbano consiguió tener su techo propio, pieza fundamental de la consolidación humana que arranca al individuo de la pobreza y con trabajo y consumo lo consolida en la Clase Media.
Sin embargo, lo que Marx llamó la "consciencia de clase", no existió ni existe en la totalidad de la Clase Media. Muchos de los que están en la Clase Media o estuvieron allí, no supieron la verdad de por qué están ni cómo llegaron, ni tampoco entendieron la verdad de por qué se tuvieron que bajar cuando las cosas cambiaron. Sólo creen que tuvieron mérito para llegar y que no tuvieron mérito para salir, sino que la culpa es de la "corrupción" de los gobiernos que roban. Esto que sucedió así no es inherente a la naturaleza de la Clase Media. La Clase Media argentina está empezando a tener consciencia de los logros del gobierno de Cristina que influyen en su mejor calidad de vida, por eso la votaron mayoritariamente. Insisto en que hay una confusión entre burguesía y Clase Media argentina.
Los que sí tuvieron alguna consciencia de clase al estilo de la propuesta de Marx, fueron los que militando con consciencia en el peronismo supieron siempre que del peronismo venían los logros por los cuales ellos habían accedido a todas sus posiblidades de consumo sin pensarse como clase en conflicto de clases. Reitero, aún sin hacer propia la frase "consciencia de clase", y sin aceptar la existencia de clases, ni la existencia del conflicto de clases, los peronistas son los únicos que la tuvieron y la tienen a pesar de ellos, porque entienden que la columna vertebral del peronismo está en el movimiento obrero, y que allí descansa el poder que algún día distribuye la riqueza para el acceso al consumo de los desafortunados.
El resto, los que no se dieron cuenta de que subieron a la Clase Media gracias al peronismo, hasta se dieron el lujo de ser "gorilas", paradójicamente matando a la gallina que les puso un huevo de oro. De estos sale ya una nueva Clase Media ilustrada y consciente, abonada por la extraordinaria colaboración de tantos pensadores e intelectuales de valor que defienden el modelo de Cristina que no es otra cosa que un peronismo verdadero.
Pero los que piensan al país de hoy, a la Argentina de hoy, gobernada por Cristina, no pueden tratar a la Clase Media con el error marxista, ni pensarla según la estupidez de los que matan la gallina del huevo de oro, ni seguir teniendo el resentimiento peronista engolosinado con la victimización aún en medio de la victoria más imponente. Están ahora obligados a pensar correctamente. Se trata de una ocasión histórica y probablemente única.
Para pensar correctamente nuestra Sociedad argentina de hoy, no alcanza con dividirla en Clases Sociales. Tampoco alcanza con incluir la Clase Media en el esquema. Ni siquiera alcanza con incluir la última clase social aparecida con el neoliberalismo: la Clase Excluída, que está debajo de la Clase Baja o Pobre. Es imprescindible observar la Migración Social que ocurre entre la Clase Media y la Clase Baja o Pobre. Y la migración de la Clase Baja o Pobre hacia la Clase Excluída. Es necesario agregar al análisis el concepto de Estamento Social Dinámico, capaz de ascender por su calidad, y de descender por su vulnerabilidad.
Existen en la Sociedad argentina, Estamentos Sociales Dinámicos que migran de la Clase Social Media a la otra Baja, o de la Baja a la Media, o de la Pobre a la Excluída, o al revés, alguno en ascenso, otro en descenso, con mayores o menores capacidades adaptativas al cambio. Estas migraciones son el índice y la consecuenica de las etapas históricas y los acontecimientos económicos y políticos.
Observar la migración social implica poner visión puntual en el derrotero de un grupo humano significativo, pequeño o numeroso, que cambia de posición social afectado por los cambios históricos, políticos y económicos, siendo urgente la observación de un grupo cuando el efecto haya sido el descenso, cuanto más numeroso sea, y cuanto más violento haya sido el cambio económico.
Si no observamos con cierto respeto a la Clase Media, mal podemos evaluar las migraciones entre clases de los Estamentos Sociales Dinámicos.
Cuando un grupo humano numeroso es "afectado para bien", asciende de Clase Social sin presentar un problema para la Sociedad porque forma parte del éxito de la Sociedad. Pero sí necesita soporte en políticas de Estado que favorezcan su inserción en la economía de producción como en la de trabajo.
El problema sí existe en cambio cuando un grupo humano es "afectado para mal". y se produce su "descenso de Clase Social". Este descenso, puede asegurarse, jamás afecta a los miembros de la Clase Social privilegiada, sino a grupos que pertenecen a la Clase Social Media y Baja, que son los más vulnerables.
El pensador tiende a referirse a lo conocido, al "Mapa Social" que conoce y conserva, y supone que los individuos migran de una Clase Social a la otra sin hacerse daño. Y sin embargo, es en esta migración donde surge la mayor indefensión del individuo, cuando su situación permanece caótica, porque la adaptación en baja es de un despropósito insufrible. No hay dolor más paralizante que perder lo que se ha ganado. Hay que evitar la pauperización de la Clase Media a toda costa, es un elemento de sostén del mercado interno, y un lugar de acceso de los pobres como objetivo legítimo. No hay ninguna traición al kirchnerismo por querer que todos coman bien todos los días, tengan vivienda digna y manden los hijos a la Universidad.
El ascenso a la Clase Media fue, es, y será siempre en la Argentina sólo un logro peronista. Ningún gobierno de ningún signo, ni de derecha ni de izquierda facilitarán el ascenso de los pobres a la Clase Media. La derecha, más la de hoy que la ayer, les hace el ajuste, y la izquierda dura les promete la uniformidad de las clases.
Por eso debe ser también una aspiración peronista declarada la protección al Estamento Social Dinámico de la Clase Media. La Clase Media no es otra cosa que la clase pobre que otrora ha accedido al consumo y a la vivienda propia y los conserva. Además, es una Clase muy vulnerable, que si cae va al abismo, porque la pobreza es más fácil de soportar habiendo nacido en ella que viniendo de arriba. Cuando cae la Clase Media lo hace como una bola de nieve, arrastra a los más pobres a la miseria.
Por eso es que el peronismo no puede ser indiferente a los problemas de la Clase Media. Por eso es que el peronismo no puede seguir insultando a la Clase Media ni burlándose de sus demandas. No es inherente a la Clase Media tener aspiraciones burguesas de acumular capital para vivir de rentas. Tener aspiraciones de consumo trabajando no es lo mismo que tener aspiraciones de vivir sin trabajar. Esa es la aspiración de la Oligarquía, no la de la Clase Media argentina.
La Clase Media quiere y necesita trabajar. Tiene aspiraciones morales y "valores" familliares interesantes de apreciar. De ella surgen los estudiantes universitarios que fueron capaces de aguantarse décadas enseñando en la Universidad con sueldos inverosímiles hasta para un obrero de fábrica. En la Clase Media vive la mayoría de los peronistas con consciencia social. En la Clase Media viven los obreros con buenos sueldos y vivienda propia que pueden mandar a sus hijos a estudiar a la universidad gratuita.
Si alguien vive con los modos de la Clase Media porque ha nacido en ella, y tiene aspiraciones de familia, trabajo y progreso, pero ha perdido la posibilidad de una vivienda propia o de una vivienda digna, ese alguien debe ser visibilizado, apuntalado y se le debe atender en su necesidad, desde el Estado.
La excusa de las prioridades es irritante y banal. Todo sujeto de derecho debe ser tratado por igual. No se contrapone el fomento de trabajo calificado con el fomento de trabajo elemental para los menos preparados. La prioridad en el gasto social para los más pobres no es obstáculo para la atención a otros problemas sociales que no requieren gasto social sino leyes que los combatan. Sancionar el matrimonio igualitario no requirió de gasto social, pero sí de atención. También queda el tema del aborto, y del crédito para la vivienda digna de todos los argentinos que no tienen capital acumulado.
La unicidad de objeto político, la mirada sólo puesta en el más pobre es de una endeblez deplorable. Se trabaja para toda la sociedad por eso se incluye al más pobre prestándole una atención especial, pero no se excluye a los demás.
El fracaso de la campaña de Filmus en la Ciudad de Buenos Aires, podría decirse que fue parte de esta confusión de objeto. El le debió haber hablado al votante urbano para ofrecerle una salida a sus problemas reales, angustiantes y respetables, lo cual no es ni la seguridad ni la educación ni la salud, sino el acceso para él o para sus hijos a la vivienda urbana. En cambio le habló de solucionar el problema de los más pobres.
Invito a todos los lectores de este post a unirse, a apoyar este texto o mejorarlo, para instar a los políticos kirchneristas a reconsiderar el objeto de su discurso, e incluir en los compromisos electorales de campaña no solamente derrotar la pobreza extrema sino también aportar a resolver las legítimas aspiraciones de la Clase Media argentina, y propender al ascenso de los Estamentos Sociales Dinámicos de la Clase Baja a la Clase Media.