- Insultaste la memoria del rabino Marshall Meyer, activo defensor de los Derechos Humanos, diciéndote su discípulo y hasta su viuda tuvo que salir a desmentirte.
- Banalizás constantemente la argumentación y el debate político, así como a la propia filosofía judía, con infantiles juegos de palabras y aforismos.
- Propusiste reemplazar cínicamente la palabra “libertad” de nuestro himno nacional por la de “seguridad”.
- Compartiste espacios con un antisemita, defensor de la dictadura y la tortura, el ex editor de la revista Cabildo Vicente Massot.
- Callaste de manera vergonzosa frente al nombramiento del Fino Palacios como jefe de la nueva policía de la ciudad, uno de los principales acusados por el encubrimiento en la Causa AMIA.
- Sos candidato a primer legislador de un partido cuyo jefe político culpa de los males de la ciudad a las minorías inmigrantes y manda a la UCEP a reprimir a pobres e indigentes.
Judíos por la Profundización Democrática