por Eva Row (Lenczner)
Tenemos que reaccionar y observar que el poder de un gobierno en manos del poder económico es un combo explosivo, que destroza al sistema democrático, lo desnaturaliza, lo vuelve paradojal, le quita su única razón de ser. Es una verdadera anomalía.
La razón de ser de la Democracia es darle el gobierno a la mayoría. Los ricos no son nunca mayoría. La esencia de la Democracia, por lo tanto, es que no gobiernen los ricos. Podría afirmarse sin delirar, que la Democracia es el gobierno de los pobres. Así, no más.
El supuesto fundamental de la Democracia es que cada sector lucha por el interés propio. Imaginar lo contrario es ridículo. Que la mayoría pobre vote por el interés de la minoría rica, rompe con el sentido de la racionalidad primaria, con el sentido de la organización política. Es la demencia. Una idea para romperle la cabeza a Parménides: lo que es, no es y lo que no es, es.
Sin embargo... no fue tan imposible que sucediera, como sí lo sería que la minoría rica votara por el interés de la mayoría pobre. Se ve que es lo más imposible de todo. Y se ve por qué la Democracia es el gobierno de los pobres.
La Democracia se consolidó de la manera que tiene hoy, para que los ricos no gobiernen las instituciones. No te asombres de lo que estoy diciendo. Ellos no necesitaban ninguna Democracia para tener el poder institucional. Una camarilla nombraba a quien se le ocurría de entre ellos, y nada más. ¿Qué les pasó?¿Un día se levantaron buenos? No. No seamos ignorantes.
Te quiero explicar cómo se demuestra lo que digo. Si no fuera que la Democracia es el gobierno de los pobres, no sería el gobierno de la mayoría, habría voto calificado y la Democracia sería Aristocracia. No sería lo de "un hombre: un voto". Sería, por ejemplo, "un hombre = la cantidad de votos en proporción a su patrimonio", o "un hombre = la cantidad de votos en proporción a su pago de ganancias", o sería tal vez "un hombre que no paga ganancias tiene un cuarto de voto".
Pero es "un hombre, un voto". Lo que indica que se habilitaba a la mayoría para gobernar. Una mayoría que se sabía que era pobre y que se sabía que lo sería para siempre. Y que se entendía que votaría por su interés.
Los que fundaron la Democracia de "un hombre, un voto", no se propusieron hacer desaparecer a la pobreza, sino consolidar a ese sector social como proveedora sustentable de mano de obra, calificada para el desarrollo económico en ciernes, que la demandaba imperiosamente. Calificada para la demanda de servicios personales, acordes a la sofisticación constante y creciente de las necesidades de los ricos. Y además, conforme a la necesidad de cubrir puestos en la administración del estado, con individuos alfabetizados por medio de la educación pública. Todo eso no lo podía lograr el mercado poniéndole el precio al trabajo. Eso condenaba a los pobres a ser cada vez más pobres y menos calificados, más embrutecidos. Había que llevar a los pobres al gobierno, por varias razones de peso. Y lo hicieron ellos mismos, en todo el mundo, obligados.
Los capitalistas históricamente observaban que los pobres eran cada vez más pobres aunque la economía progresara, y la pobreza en aumento conspiraba contra la calificación del trabajo y los proyectos de enriquecimiento de cada burguesía local. Marx hace cita -en El Capital- de una frase pronunciada por el Primer Ministro británico frente a las Cámaras, en la que afirma no entender por qué cuanto más se enriquece la economía, más se empobrecen los pobres.
Las demandas de mejoras de los obreros eran también funcionales al progreso de los negocios burgueses. Los capitalistas lo sabían, y sabían que iban a exigirlas por la fuerza. A principios de siglo, en La Argentina, el peligro "maximalista" obsesionaba a la oligarquía, peligro que sin duda inspiró a Sáenz Peña a ir adelante con el voto universal, no tanto por la insistencia a revolver pelado del peludo caudillo radical.
La Democracia de "un hombre, un voto", nació para quitarle al mercado la exclusividad de establecer salarios, y para evitar el conflicto social permanente, representando en el gobierno el interés de las mayorías en disputa (diálogo y consenso ;) con la representación de la minoría). Aún cuando los mismos oligarcas no lo entiendan así, es esto lo que cirstalizaron con el voto universal, por miedo más que nada a lo que se venía dando en Europa y en los EEUU. La creciente organización obrera dirigida a la toma del poder.
La oligarquía, sin embargo, a pesar de darle el gobierno a las mayorías, se dejó para sí el recurso del golpe de estado militar como regulador de los "excesos democráticos". Lo que les funcionó hasta que el Juicio a las Juntas terminó con ese as bajo la manga.
Para derribar a Alfonsín tuvieron que apelar al golpe económico que les fue fácil, dirigido por Cavallo, financiado por Pagani de Arcor. El éxito del golpe económico que desató la hiperinflación, permitió que Cavallo continuara adelante en el gobierno justicialista de Menem, completando el cuadro iniciado en la Dictadura, terminando de destruir las empresas del estado de donde venía la mayor fuente del poder sindical. Pero les salió mal la jugada, la oligarquía iba a remate por la deuda impagable al final del gobierno de De La Rúa.
Apoyaron a Néstor Kirchner hasta que se les sanearon las cuentas y la soja les abrió de nuevo la ambición de riqueza que antaño les abriera el trigo. Esta vez, sin el recurso de golpe militar, y sin éxito en el poder del golpe económico, nos les quedaba otra que revertir la historia y poner cabeza abajo eso de "un hombre=un voto" para el hombre que vota por su interés, para que no gobiernen los pobres NUNCA MÁS.
Había que recuperar el casamiento del poder económico y el institucional. La tecnología de la comunicación concentrada en manos de un pulpo fue el elemento clave para lograr que la mano de la mayoría metiera en la urna la boleta equivocada, votando a favor de la minoría, como terminó de suceder.
Entonces hoy, la tarea principal del gobierno es volver a poner al mercado como único regulador del salario, terminar con el poder de los pobres que les da la Democracia, desarmar el escenario institucional de disputa y trasladarlo a la calle para resolverlo con balas de goma.
Después de la reforma jubilatoria viene la laboral y después vendrá la reforma política, en la que SEGURAMENTE el voto dejará de ser obligatorio y habrá que anotarse para votar, como en los EEUU.
El combo "poder económico + poder institucional" es explosivo, destruye la Democracia y el futuro político de la oposición, que para recuperarla, si ganara las elecciones, estaría OBLIGADA a juzgar a Macri y sus ministros, como Alfonsín estuvo obligado a juzgar a los militares. Y eso va a ser imposible, porque esta vez no los agarra desprevenidos, como les pasó con Alfonsín. Esta vez no van a dejar que la Democracia funcione, aunque ellos pierdan las elecciones. Y sin juzgar a Macri y ceos ministros, habrá una Democracia, discapacitada, mutilada, sometida, lamentable, disfrazada.
A menos que me equivoque, ojalá.
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