y como kirchnerista.
Hoy me enteré de que estás con presión baja y te mandaron 24 horas de reposo. Yo no soy más que una de las millones de mujeres argentinas que te admiran, y desde ese lugar te hablo.
Naciste agraciada con una figura privilegiada que adoramos las mujeres que te queremos y envidiamos sanamente: tu altura, tu cintura, tus ojos, tu pelo, tus manos magníficas, tu forma de caminar y de moverte rodeada de varones entre los cuales adquirís una presencia imponente. Naciste con una inteligencia superlativa, con tu claridad conceptual, tu habilidad del manejo político y tu capacidad oratoria.
Formaste desde temprano un caracter de voluntad de estudio, trabajo y esfuerzo que serían el orgullo de cualquier madre que tuviera una hija como vos. Con tu sola presencia pulverizás el mito machista de la inferioridad femenina, y muchos varones machistas tendrán que resignar a disgusto su prejuicio ante la realidad irrefutable de nuestra Presidenta.
También, muchas mujeres que te queremos te envidiamos sanamente el estilo de pareja, de matrimonio, que tuviste con Néstor Kirchner. Si bien él era un hombre excepcionalmente expresivo, es raro que una mujer tenga a su lado un compañero de toda la vida capaz de gritar a los cuatro vientos que la ama, delante de todo un país, delante del mundo entero.
Por eso, imaginamos lo que debés sufrir interiormente. Después de haberte llevado la vida a la cima, de un manotazo te arrancó la felicidad íntima de la manera más brutal.
Nosotras observamos todo eso. Y te vimos asumir la responsabilidad de tu cargo a los pocas horas de comenzar el duelo, y tener que secar las lágrimas, y tener que ocultar el dolor desgarrante. Nosotras sabemos lo que sufre una mujer.
Por eso, al saber que estás con baja presión, nos imaginamos lo que te pasa. El duelo se expresa por algún lado, porque está adentro con toda su intensidad. Seguro que no tenés ganas de comer. La tristeza te saca el hambre. Debés comer tan poco que a tu cuerpo le empezó a faltar el sodio y por eso te baja la presión. No estás comiendo ni siquiera el mínimo de sodio que traen los alimentos. Y no está bien que sólo ingieras el sodio que te falta para equilibrar la presión. Tenés que comer obligatoriamente la cantidad de sodio necesario para el cuerpo, pero a través de los alimentos que lo contienen naturalmente, que son todos. Porque el cuerpo necesita además de sodio, las proteínas, los minerales y vitaminas en mínimo indispensable para sobrevivir, porque si faltan, van a ir deteriorando las funciones vitales.
Sos una mujer inteligente y tenés que obligarte a comer, aunque sea lo mínimo. Sabemos lo difícil que debe serle a los que te rodean imponerle alguna conducta a una persona tan poderosa. Por eso te escribo. Porque tal vez, si te das cuenta que una ciudadana cualquiera como yo, se da cuenta de lo que está pasando, pienses que no está oculta la situación, y que se puede dar cuenta cualquiera.
Pero además, tal vez, si te das cuenta de que mujeres como yo, que te queremos tanto, que te admiramos tanto, entendemos perfectamente lo que pasa por adentro tuyo y observamos el sacrificio que estás haciendo sobreponiéndote al dolor que permanece constante y desgarrador, tal vez puedas pensar que no estás tan sola con tu dolor como a veces pensarás teniendo que fingir ante el mundo por la responsabilidad tan pesada que asumiste siendo Presidenta y continuadora del modelo iniciado por Néstor.
Nada más, eso quería decirte.
Hoy me enteré de que estás con presión baja y te mandaron 24 horas de reposo. Yo no soy más que una de las millones de mujeres argentinas que te admiran, y desde ese lugar te hablo.
Naciste agraciada con una figura privilegiada que adoramos las mujeres que te queremos y envidiamos sanamente: tu altura, tu cintura, tus ojos, tu pelo, tus manos magníficas, tu forma de caminar y de moverte rodeada de varones entre los cuales adquirís una presencia imponente. Naciste con una inteligencia superlativa, con tu claridad conceptual, tu habilidad del manejo político y tu capacidad oratoria.
Formaste desde temprano un caracter de voluntad de estudio, trabajo y esfuerzo que serían el orgullo de cualquier madre que tuviera una hija como vos. Con tu sola presencia pulverizás el mito machista de la inferioridad femenina, y muchos varones machistas tendrán que resignar a disgusto su prejuicio ante la realidad irrefutable de nuestra Presidenta.
También, muchas mujeres que te queremos te envidiamos sanamente el estilo de pareja, de matrimonio, que tuviste con Néstor Kirchner. Si bien él era un hombre excepcionalmente expresivo, es raro que una mujer tenga a su lado un compañero de toda la vida capaz de gritar a los cuatro vientos que la ama, delante de todo un país, delante del mundo entero.
Por eso, imaginamos lo que debés sufrir interiormente. Después de haberte llevado la vida a la cima, de un manotazo te arrancó la felicidad íntima de la manera más brutal.
Nosotras observamos todo eso. Y te vimos asumir la responsabilidad de tu cargo a los pocas horas de comenzar el duelo, y tener que secar las lágrimas, y tener que ocultar el dolor desgarrante. Nosotras sabemos lo que sufre una mujer.
Por eso, al saber que estás con baja presión, nos imaginamos lo que te pasa. El duelo se expresa por algún lado, porque está adentro con toda su intensidad. Seguro que no tenés ganas de comer. La tristeza te saca el hambre. Debés comer tan poco que a tu cuerpo le empezó a faltar el sodio y por eso te baja la presión. No estás comiendo ni siquiera el mínimo de sodio que traen los alimentos. Y no está bien que sólo ingieras el sodio que te falta para equilibrar la presión. Tenés que comer obligatoriamente la cantidad de sodio necesario para el cuerpo, pero a través de los alimentos que lo contienen naturalmente, que son todos. Porque el cuerpo necesita además de sodio, las proteínas, los minerales y vitaminas en mínimo indispensable para sobrevivir, porque si faltan, van a ir deteriorando las funciones vitales.
Sos una mujer inteligente y tenés que obligarte a comer, aunque sea lo mínimo. Sabemos lo difícil que debe serle a los que te rodean imponerle alguna conducta a una persona tan poderosa. Por eso te escribo. Porque tal vez, si te das cuenta que una ciudadana cualquiera como yo, se da cuenta de lo que está pasando, pienses que no está oculta la situación, y que se puede dar cuenta cualquiera.
Pero además, tal vez, si te das cuenta de que mujeres como yo, que te queremos tanto, que te admiramos tanto, entendemos perfectamente lo que pasa por adentro tuyo y observamos el sacrificio que estás haciendo sobreponiéndote al dolor que permanece constante y desgarrador, tal vez puedas pensar que no estás tan sola con tu dolor como a veces pensarás teniendo que fingir ante el mundo por la responsabilidad tan pesada que asumiste siendo Presidenta y continuadora del modelo iniciado por Néstor.
Nada más, eso quería decirte.