Recorramos un poco lo sucedido estos años, para pensar si Sarlo pudo haber ignorado la importancia y el tenor de lo que estaba pasando. Ella y todos los intelectuales progresistas que están en contra del gobierno, tuvieron que darle la espalda en cada uno de tantos momentos cruciales.
En la Argentina ocurrió un fenómeno ( singular, como todo fenómeno) que es la aparición en la escena política de Néstor Kirchner, que fue singular porque tocó a la pieza principal del armado argentino del poder real: el agro.
El agro, el poder real, y Néstor Kirchner.
Los tradicionales sectores del agro intuyeron en el proyecto de NK una catástrofe y lo enfrentaron con salvajismo, después de haberse recuperado de la postración económica que afectó a todo el país gracias a la ingerencia del capitalismo financiero internacional, del cual siguen siendo socios ideológicos, aún a pesar de los daños que les tocó compartir con el resto de la población.
Son hombres que tratan con inclemencias meteorológicas como la sequía y la inundación, y así tratan a los asuntos financieros que desde el exterior perjudican sus rentas agrarias, las tratan como si fueran fenómenos meteorológicos impuestos por el azar de la naturaleza. Pero como además, son capitalistas que tienen una pata en en el negocio financiero de los Bancos, lo que pierden por acá lo ganan por allá, así que no son tan incongruentes como parece en la cuestión ideológica.
Si bien NK no perjudicó económicamente al agro, sino todo lo contrario, ellos intuyeron el perjuicio en el orden del poder político oligárquico que detentan históricamente, y en proyección de futuro, vieron que el accionar de NK constituía una amenaza revolucionaria que les haría perder definitivamente su hegemonía de poder. Y no se equivocaron en esto, porque Néstor Kirchner vino efectivamente a desarticular el poder político tradicional de los sectores del agro.
Vino a hacerlo así, pero no por malo, sino porque el proyecto de país desarrollado con bienestar para toda la población, depende de la industria y no sólo del agro. Pero los sectores del agro se niegan a aceptar la transferencia de capital desde su sector a la industria, al fomento y la creación de industrias, porque ven amenazados los privilegios de orden político que les depara su hegemonía económica y tienen razón. Si el país no viviera sólo de ellos, perderían su preponderancia económica. Son esos privilegios los que les premiten la operación inversa, la de la transferencia de sus pérdidas al resto de la población, les aseguran el sostenimiento de sus rentas en ocasiones de crisis económicas financieras, malas cosechas o vacas flacas.
El poder político del agro en la Argentina ha sido parte indisoluble del negocio agrario, negocio que a veces es como la ruleta rusa, cuando por inclemencias financieras o naturales, se pierden las cosechas, se muere el ganado, o baja el precio de los commodities. El agro tiene que tener una pata en el campo, otra pata en el gobierno y la tercera en los Bancos, si no, corre riesgos, y nadie quiere correr riesgos si puede evitarlo, aunque después con cinismo se proclame al riesgo como parte de la ideología del liberalismo económico de la boca para afuera, deplorando la intervención del estado en los asuntos de negocios privados, con el argumento de la ineptitud y la "corrupción", para tapar el motivo oculto de la avaricia y la mezquindad que guía a este argumento disfrazado de defensa del riesgo.
Eso es lo que vino a desbarrancar Néstor Kirchner, por eso tanta furia. Metió el dedo en el nido de la serpiente de la historia argentina. Néstor no vino a destruir al campo ni a los Bancos, hizo lo que le permite y obliga a hacer la Constitución Nacional: representar los intereses de todos los sectores. Y para eso tuvo que afectar algunos intereses sobreprotegidos, como los agrarios. Y demostró la eficiencia del estado en el manejo de la cosa pública, desterrando la hipótesis liberal.
El poder real fue a buscar la restitución de sus privilegios y la destitución del gobierno.
Al principio la población llevó a Néstor a los mayores niveles de popularidad, así ganó Cristina con una mayoría abrumadora. Pero la reacción, que se venía incubando en forma subterránea desde el sector agrario, explotó con el tema de la valija de Antonini Wilson, ni bien subió Cristina con tanta adhesión popular.
Para el eficaz enfrentamiento contra Cristina se sumó necesariamente la acción decisiva, el arma más potente, la de los medios hegemónicos liderados por el Grupo Clarín, que rompió con Néstor Kirchner para aliarse al plan de destitución, en procura de recuperar el "orden tradicional" del poder político en la Argentina. Y se formaron dos bloques. Uno el gobierno, el otro el campo, mediados por el dueño de la opinión pública, Clarín, que silenciaría a partir de entonces y para siempre, los argumentos en defensa de las acciones de gobierno y exaltaría los de los hombres de campo. Pero no solamente tomando partido inocente, sino aplicando la mentira en forma impune, como nunca habíamos podido observar tan claro difundirse maliciosamente.
El poder mediático puesto en el campo de batalla, tomando partido militante y activo contra el gobierno, tomó por sorpresa tanto al gobierno como a la población. Allí se descubrió que el gobierno carecía de voz, tenía el discurso débil apenas audible, no tenía defensa ante la opinión pública en manos de los designios del señor Magnetto, el hombre más poderoso de la Argentina.
Sin embargo, si bien la población resultó en general manipulada, algunos pudieron eludir la campaña de Clarín y salir a un costado, no sin angustia y dudas, a buscar información para la defensa del proyecto que se miraba con entusiasmo pero todavía con incredulidad. Fue la acción desenfrenada de los opositores lo que más abrió los ojos sobre el grado de valor de la obra de gobierno que entusiasmaba, y seguramente debía ser eso lo que había que defender en el litigio.
Se abrieron las aguas, algunos cruzaron hacia la tierra prometida, otros se quedaron con el Faraón.
La intelectualidad académica reaccionó con Carta Abierta, no sin prevención, anunciando el apoyo "crítico", que hoy por fin se transformó en enérgico.
En esos momentos se abrieron las aguas, y algunos "intelectuales" quedaron atrapados del lado oscuro representado por Magnetto. Allí fueron a parar muchos periodistas en los que la gente confiaba, que tenían buenos sueldos en los medios liderados por Magnetto y sus satélites, profesando desde entonces de subalternos en la causa destituyente, bajo la impudicia de la obediencia debida del empleado al patrón.
Allí fueron a parar también los políticos de la oposición, amenazados de perder para siempre la oportunidad de alcanzar una pizca en el poder de gobierno, con la que enriquecerse y entregarse en obediencia debida al poder económico y mediático, asustados por la imagen del éxito del gobierno, unido a un sistema de rotación y recambio eterno de candidatos ganadores, entre Néstor y Cristina.
La apuesta redoblada de Néstor y Cristina
Que la opinión pública fue manipulada no cabe duda, ya que el gobierno perdió las elecciones el 28 de junio, el mismo gobierno que ganó por mayoría absoluta. La operación había resultado exitosa, entre la compra del vicepresidente para que votara contra la resolución 125, y la artillería mediática puesta a atosigar por la televisión al hombre común que veía alterada la tranquilidad de su vida y empañada la esperanza, sin sospechar que lo que lo realmente lo amenazaba era Clarín y sus amigos, los que defendían al campo, pero los que en realidad querían bajar el gasto público, achicar el Estado, dejarlo sin trabajo o bajarle el sueldo, todo con el pretexto del Indec, de la inflación, de la corrupción, de la inseguridad.
Pero la vocación y convicción política de Néstor y Cristina, su inteligencia, su habilidad, los recursos legales que sacaron de la manga como magia para continuar con su proyecto a pesar de haber perdido la mayoría que tenían en el Congreso, pusieron en ridículo una y otra vez a la oposición, hasta desgastarla frente la opinión pública y mostrar dónde estaba la verdadera naturaleza corrupta de la política, en personas dispuestas a venderse al mejor postor, vacías de contenido real, vacías de capacidad de gestión, de heroísmo, de dignidad.
Se alza la voz del proyecto del gobierno
Desde que Néstor Kirchner observó cómo Clarín le tapaba la boca al gobierno y lo atacaba sin poder defenderse, se abocó a tener a su disposición otros medios de comunicación donde exponer a la población la otra forma de ver las cosas, para que el ciudadano pudiera elegir con justicia.
El programa de televisión 678 abrió una instancia colosal para disputar la hegemonía del discurso de Magnetto y su ejército de soldados periodistas, acompañados por los políticos de retaguardia que por tener unos minutos en la televisión y no apagar las esperanzas de alcanzar un cargo, ponían en su boca mentira tras mentira, acusaciones falsas, pronósticos fatalistas, agregando dramatismo a la vida de la población para acentuar su oposición al gobierno.
El exitoso operativo rescate de la opinión pública de 678, comenzó a desenmascarar las mentiras, y puso freno a la desorbitada máquina de manipulación. Además de abrirles los ojos a muchos ciudadanos, expuso con radriografía las artes sucias de Magnetto y compañía, y los periodistas de esos medios se vieron obligados a bajar los decibeles del acoso. Como reacción al programa de televisión, los periodistas expuestos desnudos y transparentados, se quejan a su vez de ser acosados en un "ataque a la libertad de expresión", por lo que nos visita la Sip para investigar a la Argentina, y Magnetto recibe un premio en Brasil de manos de sus socios internacionales.
Ellos callaron, ellos callan y seguirán callando.
Las encuestas dicen que Cristina gana las elecciones presidenciales. Y posiblemente sea un triunfo arrollador.
Si después de todo esto, se permanece del otro lado, yendo a 678, habría que presentar ya mismo los argumentos que todavía subsisten en contra del gobierno, más que nada si se es una intelectual como Beatriz Sarlo, en lugar de ir a 678 sólo a mostrar coraje, amparada en las hilachas del poder siniestro que le cuelgan del vestido.
Ella no ignora lo que significa 678, lo que discute, lo que compara. Si ella va a 678 tiene que ir a decir por qué está del otro lado del gobierno. Y siendo una intelectual, debería exponer razones densas, conceptuales, claras concisas y terminantes. Pero no. Perdió la oportunidad. Se perdió la oportunidad de torcer el destino de la historia. Se perdió la oportunidad de dar vuelta las encuestas a favor del gobierno y ponerlas en contra. Pero no lo hizo. No lo hizo porque no tiene nada para decir.
No señores, Beatriz Sarlo, Ernesto Tenembaum, Zlotowiagzda, Lanata, Caparrós, Pino Solanas, y todas las voces del progresismo político y mediático que defeccionaron de su propia lógica, no se quedaron del lado de la serpiente porque estén en contra del gobierno, en el fondo de su alma deben estar a favor, y tal vez alguno vote por Cristina.
Ellos eligieron su lugar junto al poder más siniestro de la sociedad argentina, por una cuestión de mezquindad personal extrema, de proyecto individual autárquico que no soporta la pérdida de un coto de caza privado, aún a costa de renunciar a todos los principios enunciados siempre.
Ellos eligieron despreciar y acusar de corruptas a las Madres y a las Abuelas para poder estar del otro lado de ellas, quienes por primera vez encuentran apoyo oficial a su lucha enorme y significativa
Ellos eligieron que la causa que averigua el origen de los hijos de Ernestina carece de dramatismo, y por eso no la toman como bandera. No toman como bandera una causa urgente, que ya no aguanta más en el tiempo, sólo porque la toma el gobierno. Y se atreven a pretender que se crea que no es por proteger a su empleador o contratista. Sólo declaran estar a favor de la investigación, con la misma ajenidad que lo haría el peor enemigo.
Ellos eligieron estar en contra del gobierno que puso en la mesa las pruebas de la complicidad del medio donde trabajan con la dictadura, y eligieron no hacer de eso su bandera. Eligieron no levantar la bandera de condenar a Ernestina por haberse apropiado de dos chicos en forma irregular durante la dictadura, que eso ya está probado. Y eligieron trabajar para esos medios, aún a costa de tirar al piso las banderas que es necesario levantar para salvar futuras vidas de atrocidades semejantes , llevando a la Justicia a sus empleadores o contratistas.
Ellos acusaron al gobierno de apropiarse de las causas de los derechos humanos, y con eso ayudaron a que las causas no prosperen. A que los jueces fallen por diez años contra la verdad. Ellos ayudaron con su oposición al gobierno, a proteger a los cómplices de la dictadura, con una excusa para proteger a sus empleadores o contratistas.
Ellos callan. Ellos eligieron callar.
Ninguno de ellos va a querer debatir ningún argumento. Si lo aceptaran, perderían. Lo saben. Por eso prefieren callar.
En la Argentina ocurrió un fenómeno ( singular, como todo fenómeno) que es la aparición en la escena política de Néstor Kirchner, que fue singular porque tocó a la pieza principal del armado argentino del poder real: el agro.
El agro, el poder real, y Néstor Kirchner.
Los tradicionales sectores del agro intuyeron en el proyecto de NK una catástrofe y lo enfrentaron con salvajismo, después de haberse recuperado de la postración económica que afectó a todo el país gracias a la ingerencia del capitalismo financiero internacional, del cual siguen siendo socios ideológicos, aún a pesar de los daños que les tocó compartir con el resto de la población.
Son hombres que tratan con inclemencias meteorológicas como la sequía y la inundación, y así tratan a los asuntos financieros que desde el exterior perjudican sus rentas agrarias, las tratan como si fueran fenómenos meteorológicos impuestos por el azar de la naturaleza. Pero como además, son capitalistas que tienen una pata en en el negocio financiero de los Bancos, lo que pierden por acá lo ganan por allá, así que no son tan incongruentes como parece en la cuestión ideológica.
Si bien NK no perjudicó económicamente al agro, sino todo lo contrario, ellos intuyeron el perjuicio en el orden del poder político oligárquico que detentan históricamente, y en proyección de futuro, vieron que el accionar de NK constituía una amenaza revolucionaria que les haría perder definitivamente su hegemonía de poder. Y no se equivocaron en esto, porque Néstor Kirchner vino efectivamente a desarticular el poder político tradicional de los sectores del agro.
Vino a hacerlo así, pero no por malo, sino porque el proyecto de país desarrollado con bienestar para toda la población, depende de la industria y no sólo del agro. Pero los sectores del agro se niegan a aceptar la transferencia de capital desde su sector a la industria, al fomento y la creación de industrias, porque ven amenazados los privilegios de orden político que les depara su hegemonía económica y tienen razón. Si el país no viviera sólo de ellos, perderían su preponderancia económica. Son esos privilegios los que les premiten la operación inversa, la de la transferencia de sus pérdidas al resto de la población, les aseguran el sostenimiento de sus rentas en ocasiones de crisis económicas financieras, malas cosechas o vacas flacas.
El poder político del agro en la Argentina ha sido parte indisoluble del negocio agrario, negocio que a veces es como la ruleta rusa, cuando por inclemencias financieras o naturales, se pierden las cosechas, se muere el ganado, o baja el precio de los commodities. El agro tiene que tener una pata en el campo, otra pata en el gobierno y la tercera en los Bancos, si no, corre riesgos, y nadie quiere correr riesgos si puede evitarlo, aunque después con cinismo se proclame al riesgo como parte de la ideología del liberalismo económico de la boca para afuera, deplorando la intervención del estado en los asuntos de negocios privados, con el argumento de la ineptitud y la "corrupción", para tapar el motivo oculto de la avaricia y la mezquindad que guía a este argumento disfrazado de defensa del riesgo.
Eso es lo que vino a desbarrancar Néstor Kirchner, por eso tanta furia. Metió el dedo en el nido de la serpiente de la historia argentina. Néstor no vino a destruir al campo ni a los Bancos, hizo lo que le permite y obliga a hacer la Constitución Nacional: representar los intereses de todos los sectores. Y para eso tuvo que afectar algunos intereses sobreprotegidos, como los agrarios. Y demostró la eficiencia del estado en el manejo de la cosa pública, desterrando la hipótesis liberal.
El poder real fue a buscar la restitución de sus privilegios y la destitución del gobierno.
Al principio la población llevó a Néstor a los mayores niveles de popularidad, así ganó Cristina con una mayoría abrumadora. Pero la reacción, que se venía incubando en forma subterránea desde el sector agrario, explotó con el tema de la valija de Antonini Wilson, ni bien subió Cristina con tanta adhesión popular.
Para el eficaz enfrentamiento contra Cristina se sumó necesariamente la acción decisiva, el arma más potente, la de los medios hegemónicos liderados por el Grupo Clarín, que rompió con Néstor Kirchner para aliarse al plan de destitución, en procura de recuperar el "orden tradicional" del poder político en la Argentina. Y se formaron dos bloques. Uno el gobierno, el otro el campo, mediados por el dueño de la opinión pública, Clarín, que silenciaría a partir de entonces y para siempre, los argumentos en defensa de las acciones de gobierno y exaltaría los de los hombres de campo. Pero no solamente tomando partido inocente, sino aplicando la mentira en forma impune, como nunca habíamos podido observar tan claro difundirse maliciosamente.
El poder mediático puesto en el campo de batalla, tomando partido militante y activo contra el gobierno, tomó por sorpresa tanto al gobierno como a la población. Allí se descubrió que el gobierno carecía de voz, tenía el discurso débil apenas audible, no tenía defensa ante la opinión pública en manos de los designios del señor Magnetto, el hombre más poderoso de la Argentina.
Sin embargo, si bien la población resultó en general manipulada, algunos pudieron eludir la campaña de Clarín y salir a un costado, no sin angustia y dudas, a buscar información para la defensa del proyecto que se miraba con entusiasmo pero todavía con incredulidad. Fue la acción desenfrenada de los opositores lo que más abrió los ojos sobre el grado de valor de la obra de gobierno que entusiasmaba, y seguramente debía ser eso lo que había que defender en el litigio.
Se abrieron las aguas, algunos cruzaron hacia la tierra prometida, otros se quedaron con el Faraón.
La intelectualidad académica reaccionó con Carta Abierta, no sin prevención, anunciando el apoyo "crítico", que hoy por fin se transformó en enérgico.
En esos momentos se abrieron las aguas, y algunos "intelectuales" quedaron atrapados del lado oscuro representado por Magnetto. Allí fueron a parar muchos periodistas en los que la gente confiaba, que tenían buenos sueldos en los medios liderados por Magnetto y sus satélites, profesando desde entonces de subalternos en la causa destituyente, bajo la impudicia de la obediencia debida del empleado al patrón.
Allí fueron a parar también los políticos de la oposición, amenazados de perder para siempre la oportunidad de alcanzar una pizca en el poder de gobierno, con la que enriquecerse y entregarse en obediencia debida al poder económico y mediático, asustados por la imagen del éxito del gobierno, unido a un sistema de rotación y recambio eterno de candidatos ganadores, entre Néstor y Cristina.
La apuesta redoblada de Néstor y Cristina
Que la opinión pública fue manipulada no cabe duda, ya que el gobierno perdió las elecciones el 28 de junio, el mismo gobierno que ganó por mayoría absoluta. La operación había resultado exitosa, entre la compra del vicepresidente para que votara contra la resolución 125, y la artillería mediática puesta a atosigar por la televisión al hombre común que veía alterada la tranquilidad de su vida y empañada la esperanza, sin sospechar que lo que lo realmente lo amenazaba era Clarín y sus amigos, los que defendían al campo, pero los que en realidad querían bajar el gasto público, achicar el Estado, dejarlo sin trabajo o bajarle el sueldo, todo con el pretexto del Indec, de la inflación, de la corrupción, de la inseguridad.
Pero la vocación y convicción política de Néstor y Cristina, su inteligencia, su habilidad, los recursos legales que sacaron de la manga como magia para continuar con su proyecto a pesar de haber perdido la mayoría que tenían en el Congreso, pusieron en ridículo una y otra vez a la oposición, hasta desgastarla frente la opinión pública y mostrar dónde estaba la verdadera naturaleza corrupta de la política, en personas dispuestas a venderse al mejor postor, vacías de contenido real, vacías de capacidad de gestión, de heroísmo, de dignidad.
Se alza la voz del proyecto del gobierno
Desde que Néstor Kirchner observó cómo Clarín le tapaba la boca al gobierno y lo atacaba sin poder defenderse, se abocó a tener a su disposición otros medios de comunicación donde exponer a la población la otra forma de ver las cosas, para que el ciudadano pudiera elegir con justicia.
El programa de televisión 678 abrió una instancia colosal para disputar la hegemonía del discurso de Magnetto y su ejército de soldados periodistas, acompañados por los políticos de retaguardia que por tener unos minutos en la televisión y no apagar las esperanzas de alcanzar un cargo, ponían en su boca mentira tras mentira, acusaciones falsas, pronósticos fatalistas, agregando dramatismo a la vida de la población para acentuar su oposición al gobierno.
El exitoso operativo rescate de la opinión pública de 678, comenzó a desenmascarar las mentiras, y puso freno a la desorbitada máquina de manipulación. Además de abrirles los ojos a muchos ciudadanos, expuso con radriografía las artes sucias de Magnetto y compañía, y los periodistas de esos medios se vieron obligados a bajar los decibeles del acoso. Como reacción al programa de televisión, los periodistas expuestos desnudos y transparentados, se quejan a su vez de ser acosados en un "ataque a la libertad de expresión", por lo que nos visita la Sip para investigar a la Argentina, y Magnetto recibe un premio en Brasil de manos de sus socios internacionales.
Ellos callaron, ellos callan y seguirán callando.
Las encuestas dicen que Cristina gana las elecciones presidenciales. Y posiblemente sea un triunfo arrollador.
Si después de todo esto, se permanece del otro lado, yendo a 678, habría que presentar ya mismo los argumentos que todavía subsisten en contra del gobierno, más que nada si se es una intelectual como Beatriz Sarlo, en lugar de ir a 678 sólo a mostrar coraje, amparada en las hilachas del poder siniestro que le cuelgan del vestido.
Ella no ignora lo que significa 678, lo que discute, lo que compara. Si ella va a 678 tiene que ir a decir por qué está del otro lado del gobierno. Y siendo una intelectual, debería exponer razones densas, conceptuales, claras concisas y terminantes. Pero no. Perdió la oportunidad. Se perdió la oportunidad de torcer el destino de la historia. Se perdió la oportunidad de dar vuelta las encuestas a favor del gobierno y ponerlas en contra. Pero no lo hizo. No lo hizo porque no tiene nada para decir.
No señores, Beatriz Sarlo, Ernesto Tenembaum, Zlotowiagzda, Lanata, Caparrós, Pino Solanas, y todas las voces del progresismo político y mediático que defeccionaron de su propia lógica, no se quedaron del lado de la serpiente porque estén en contra del gobierno, en el fondo de su alma deben estar a favor, y tal vez alguno vote por Cristina.
Ellos eligieron su lugar junto al poder más siniestro de la sociedad argentina, por una cuestión de mezquindad personal extrema, de proyecto individual autárquico que no soporta la pérdida de un coto de caza privado, aún a costa de renunciar a todos los principios enunciados siempre.
Ellos eligieron despreciar y acusar de corruptas a las Madres y a las Abuelas para poder estar del otro lado de ellas, quienes por primera vez encuentran apoyo oficial a su lucha enorme y significativa
Ellos eligieron que la causa que averigua el origen de los hijos de Ernestina carece de dramatismo, y por eso no la toman como bandera. No toman como bandera una causa urgente, que ya no aguanta más en el tiempo, sólo porque la toma el gobierno. Y se atreven a pretender que se crea que no es por proteger a su empleador o contratista. Sólo declaran estar a favor de la investigación, con la misma ajenidad que lo haría el peor enemigo.
Ellos eligieron estar en contra del gobierno que puso en la mesa las pruebas de la complicidad del medio donde trabajan con la dictadura, y eligieron no hacer de eso su bandera. Eligieron no levantar la bandera de condenar a Ernestina por haberse apropiado de dos chicos en forma irregular durante la dictadura, que eso ya está probado. Y eligieron trabajar para esos medios, aún a costa de tirar al piso las banderas que es necesario levantar para salvar futuras vidas de atrocidades semejantes , llevando a la Justicia a sus empleadores o contratistas.
Ellos acusaron al gobierno de apropiarse de las causas de los derechos humanos, y con eso ayudaron a que las causas no prosperen. A que los jueces fallen por diez años contra la verdad. Ellos ayudaron con su oposición al gobierno, a proteger a los cómplices de la dictadura, con una excusa para proteger a sus empleadores o contratistas.
Ellos callan. Ellos eligieron callar.
Ninguno de ellos va a querer debatir ningún argumento. Si lo aceptaran, perderían. Lo saben. Por eso prefieren callar.