Jorge, veo que no nos vamos a dejar de tener el aprecio mutuo, porque discutamos estas cosas, y me alegro.
Cuando lo que media es la razón, una amistad se debe fortalecer, no apagar. Lo triste de estos asuntos, es que se nos van alejando personas que creíamos amigos, y que en realidad no apuestan a seguir la discusión, sino a radiar a quienes no opinan igual. Yo quiero convencerte. Y vos tenés que querer lo mismo. Eso es humano. Aceptemos el desafío mutuo. No digamos mentiras. Digamos que cada uno quiere que el otro lo entienda. Yo estoy intentando lo mío. Te acepto que sigas intentando lo tuyo. Sin apuro, porque es cansador. Tomémonos nuestro tiempo. Pero sigamos.
Te respondo al primer párrafo: el cambio de los israelíes y no de todos, (no digo judíos, no confundir), ha sido pasar, de ir mansamente al matadero, a ser el matarife de otro pueblo.
A ese cambio precisamente me refería, cuando recordé a Herschel Grynszpan y la reacción judía mundial contra él y su asesinato en París, que en lugar de traer dignidad a los judíos, trajo solamente pánico generalizado, gracias a sus mentes sometidas. De ahí a exterminar palestinos, hay un trecho demasiado enorme. Porque ese es el cambio que se ve, que está a la vista.
Supongamos que la matanza de palestinos en Gaza estuviera justificada, supongamos que existiera alguna ínfima justificación, que no la hay, entonces el cambio de mentalidad, de sometida a asesina, no valió la pena, prefiero ser la oveja llevada al matadero, que ser el matarife.
Ese precio no lo pago por sobrevivir. Yo no pago ese precio. Yo no lo pago. Yo me dejo llevar al matadero.
Pero para qué llegar a esa conclusión trágica, si la verdad es que la matanza no está justificada, ni es el único camino, si la verdad es que resulta el único camino solamente para las bestias militarizadas, mejor dicho, los humanos militarizados que se transforman en bestias. No hay otra solución para el que no tiene cerebro.
Otra verdad que hay que decir, es que lo del antisemitismo eterno es un verso. Las cosas cambiaron en el mundo. Y no es el Estado de Israel lo que cambió el antisemitismo en el mundo. Porque el mundo cambió, la gente se culturizó por todos lados, el aumento de las comunicaciones y la alfabetización por todos lados cambió las cosas. El antisemitismo de Alemania del siglo XIX, hoy no tiene ninguna cabida. Es mentira que puede surgir el antisemitismo en cualquier momento al nivel de lo que llegó a pasar en Europa. Esa siniestra mentira que asusta a nuestros hijos, que los prepara mentalmente para nunca abandonar la posición de víctima, nos tiene entrampados en los intereses mezquinos de quienes empezaron a sacarle rédito a la victimización. Y lo peor es que las verdaderas víctimas están siendo “usadas”, que son los muertos más que los pocos sobrevivientes, y mucho menos los demás, que iban a bañarse en Cony Island en el año 40 . Ellos están en fosas tapadas en los suelos de Europa. Que nadie saque ventaja de sus huesos. Respeto eterno a su memoria!!!
La sociedad humana cambió después del matadero de Europa. Y por otro lado, América nunca fue lo mismo que Europa. Acá encontramos una sociedad muy distinta. No hay leyes contra las minorías étnicas sino que cada día se permiten más libertades a todas las minorías. Lo que nadie hubiera soñada jamás, que los homosexuales fueran abiertamente aceptados por la ley, y protegidos en sus derechos, está ocurriendo en el mundo entero. El Papa pidió perdón por los crímenes de la Iglesia, y le pidió perdón a los judíos yendo a la sinagoga de Roma, cambiando la posición de la Iglesia, llamándonos a los judíos oficialmente "nuestros hermanos mayores".
Así que la hipótesis de antisemitismo eterno no me la creo desde hace mucho tiempo. Lo que ahora surge es una reacción mundial de los mejores intelectuales del globo, lógicamente, contra la matanza perpetrada por el gobierno del Estado de Israel contra el pueblo palestino. Pero en la reacción opinatoria, concurren conceptos de toda índole, fruto en muchos casos de la ignorancia de muchos en el tema del conflicto.
Del desconocimiento general que hay hasta en intelectuales prestigiosos, devienen cuestiones como la confusión entre judío e israelí. Y también deviene la confusión ideológica, muchas veces artera, de suponer que existe alguna legimitidad mayor que otra en la creación de un Estado, y la propuesta que subyace en las críticas es la curiosa e imposible pretensión de eliminar al Estado de Israel del mapa. Sin ser todo ésto antisemitismo, es el mismo panorama de pensamiento con el que se escuchan las críticas a cualquier atrocidad parecida. Se confunde gobierno con pueblo. Se brinda por la caída de las Torres Gemelas, como si no hubieran muerto civiles. Estas cosas están en boca de los más "justos". Pocos son los que saben, pocos son los que entienden. Todos hablan. Muchos son los que no están interesados en saber. Todo ésto, no quita razón a la queja, no la aminora, no la relativiza.
No tiene discusión posible el hecho de que las acciones en Gaza fueron una atrocidad. Y que el mundo entero las condena. Sepan o no sepan las razones del conflicto. Digan o no digan barbaridades.
Cuando se condena una atrocidad, la condena es independiente de las supuestas razones que hubiera dado la víctima para la reacción del victimario.
Eso al momento de la condena. Porque la condena es la exigencia del cese de la atrocidad. Primero es el cese. Una vez que hubiera cesado la atrocidad, sigue la composición de lugar entre las partes. Pero después del cese.
Si la atrocidad no cesa no hay composición de lugar. Si permanece la amenaza de continuar en cualquier momento, no se ha detenido. Entonces no hay espacio para tomar en cuenta las supuestas razones que dieron lugar a la reacción atroz del victimario.
Porque claro que los mosquitos molestan al león. Un león enfurecido puede haber sido atacado por una banda de minúsculos mosquitos. En su furia el león arrasa con todo lo que puede.
Por eso no acepto que se ponga en la balanza las supuestas culpas de la víctima en la reacción del victimario.
Ahora hay que poner la fuerza en terminar con la militarización del conflicto. Ahora le toca al pueblo israelí votar un gobierno capaz de negociar. Capaz de parar la matanza de palestinos. Capaz de negociar aunque Hamas no quite de los estatutos su intención de destruir al Estado de Israel. Capaz de no parar la negociación pase lo que pase. Capaz de negociar con los que negocien. Capaz de construir un futuro para bien de ambos pueblos. Capaz de no defecarse en la única esperanza racional que existe, que es la de lograr la paz.
Si ésto no pasara, seguiremos viendo periódicamente el espectáculo de las atrocidades. Y pasarán los años, y seguirán los mosquitos atacando al león, y seguirá el león destruyendo todo lo que encuentre a su alrededor.