EL PEZ POR LA BOCA MUERE, NO RESISTÍS EL ARCHIVO, QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VÉ, POR INTERÉS BAILA EL MONO...
Todas las frases juntas le caben a Van der Kooy por este texto que publicó en 2005 en Clarín, en ocasión del primer pago de Néstor Kirchner al FMI.
El hallazgo es de mi amigo Udi ( viejo zorro e investigador sagaz de la Chicago argentina). Para que no desaparezca nunca, lo copio acá. Disfrutalo, pero primero servite un trago porque es para degustar bocado a bocado...!!!!
LA DEUDA EXTERNA: LA CANCELACION DE LA DEUDA
CON EL FMI
Kirchner, la audacia y el cálculo
El anticipo de Brasil y la consultas con Madrid fueron clave en el desenlace.
Eduardo van der Kooy.
nobo@clarin.com
Néstor Kirchner ha tomado ayer una de las cinco medidas más trascendentes de su gestión que enfila hacia el tercer año. Podría existir una cuota de arbitrariedad en la afirmación, pero la cancelación de la deuda con el FMI tiene los componentes inconfundibles de aquello que se suele definir como decisiones de Estado.
En el podio figuran, también, aquel mensaje presidencial que inició el proceso de depuración en la Corte Suprema. Además, el momento tenso y dramático cuando la Argentina pasó en el 2003 de una virtual situación de cesación de pagos al primer convenio posdefault celebrado con el FMI. En un escalón similar está el proceso de reestructuración de la deuda externa que piloteó el ex ministro Roberto Lavagna. Y cercana quizás la política sobre derechos humanos, que desembocó en la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Hubo otros jalones resonantes, como la disputa con Eduardo Duhalde o el cambio de Gabinete que incluyó el relevo de Lavagna. Pero asoman casi como anécdotas políticas frente a la dimensión de aquellos temas.
La decisión de cancelar la deuda con el Fondo encierra a lo mejor una dosis mayor de audacia y oportunismo que todas las demás. Audacia, porque el Presidente resolvió echar mano a las reservas en disponibilidad del Banco Central para liquidar el saldo. Ahora se explica su obsesión por acumular dólares.
Oportunismo, porque no aguardó más de 72 horas desde un anuncio parecido que hizo Lula da Silva para colarse bajo el paraguas que Brasil representa en el mundo.
¿Hubiera avanzado Kirchner, ahora mismo, sin el antecedente brasileño? La respuesta sería, con certeza, negativa y rotunda. Lo cual no invalidaría otra cuestión: el Presidente venía desde hace meses trabajando con ese rumbo, consciente de que iba a resultar engorroso convenir de nuevo un programa con el FMI. Basta con hojear el pasado fresco: la idea sobre el desendeudamiento alumbró en sus conversaciones con Lavagna. El ex ministro, al menos hasta retirarse del poder, era amigo de una cancelación escalonada. Aunque anoche celebró la determinación.
El cálculo político debió resultar sencillo. Brasil es visto, aun con sus enormes problemas económicos estructurales, como un ejemplo en el mundo financiero. Ese universo, incluido el FMI, expresó algarabía por el giro de Lula. ¿Qué otro destino sino el de la aceptación podía envolver la cancelación de la deuda comunicada por Kirchner?
Ese panorama indicaría que la audacia, pese a todo, contaba con el tendido de alguna red. Y no fue sólo el caso de Brasil. Recién ahora se comienza a comprender, en un sentido generoso, la excursión cargada de misterio y hermetismo que Alberto Fernández hizo esta semana a Madrid acompañado por Felisa Miceli.
El Gobierno deseaba escuchar la voz del socio principal que tiene en la Unión Europea y que, en más de una ocasión, sirvió de puente con el Grupo de los Siete y con el FMI. El jefe de Gabinete y la ministra sondearon dos variantes frente a Miguel Sebastián Gazcón, jefe de asesores económicos de José Luis Rodríguez Zapatero.
Primero preguntaron sobre las chances que podría tener un nuevo acuerdo con el FMI para refinanciar 5 mil millones de dólares sin las condiciones básicas sobre política fiscal, monetaria y tarifaria que requería el organismo. Sebastián Gazcón se exhibió entre incrédulo y escéptico, más allá de la ayuda que podía garantizar España.
Después semblantearon la cabida que podría tener una cancelación lisa y llana de la deuda, a la usanza de Brasil. Sebastián Gazcón lo tomó con naturalidad y no transmitió intranquilidad respecto de las reacciones de las principales naciones de Europa. Con un añadido: el funcionario español tiene una visión muy promisoria sobre la evolución de la economía argentina. Conoce como si fueran propias las cifras del superávit fiscal y de las reservas.
Con esos resultados, Kirchner no vaciló acerca de lo que debía hacer. Pero le colocó otro par de parapetos a la audacia: quedó en claro que la Argentina, como Brasil, continuará siendo miembro del FMI. Eludió brusquedades y rupturas. Mandó además un correo de previsibilidad al establishment internacional. Su discurso del anuncio fue un catálogo de racionalidad económica envidiable para el pensamiento ortodoxo, que buscó quizás emparentarse más con Lula que con Hugo Chávez, a quien dispensó, sin embargo, un agradecimiento.
Aquella pareció una señal valiosa en un país como la Argentina cuyo péndulo nunca parece detenerse. Hace cuatro años, un Congreso banal y excitado festejaba el ingreso al default. Ayer, la crema dirigente aplaudió con estilo módico el pago de la deuda al FMI.
Los graves problemas del país no desaparecerán. Podrían abrirse a partir de ahora otras perspectivas. Pero convendría extremar la cautela: acaba de concretarse una decisión de Estado, no un pase de magia.
Y HACÉTE UNA FIESTA APARTE Y SEGUILA Y SEGUILA...(extraigo partes de los artículos, observando cómo trataba Clarín el tema del pago de la deuda, y la cuestión del pago con reservas)
21 de noviembre de 2004
Saldar toda la deuda con el FMI, una hipótesis en la cabeza del Presidente
Fernando González.
fgonzalez@clarin.com
..........
Por eso es que la posibilidad de cancelar la deuda con el Fondo, un tema que obsesiona al Presidente desde que llegó a la Casa Rosada, difícilmente logre superar la categoría de hipótesis dentro de un gobierno agobiado por la compleja negociación con los acredores privados.
En abril pasado, en Nueva York, Kirchner pronunció delante de algunos periodistas una frase que luego repetiría en múltiples ocasiones. "Cuando tenga 20 mil millones de dólares en el Banco Central, hago un desastre con el FMI", decía, para explicar después las supuestas ventajas de terminar con la deuda con el Fondo.
La Argentina no tiene todavía 20 mil millones de dólares en reservas pero, si la economía mantiene su ritmo de crecimiento, las tendrá el año próximo. Habrá que ver, en ese momento, si la hipótesis logra acercarse a la realidad.
16 de diciembre de 2005
"Argentina hizo punta"
El ex ministro Roberto Lavagna dijo ayer que Argentina "hizo punta", desde 2002 y 2003, como "avanzada" en la política de reducción de deuda externa con los organismos financieros internacionales y el FMI. "Ese es el camino correcto y se ha dado un paso más en la buena dirección. Para eso hemos estado pagando y acumulando reservas durante estos últimos dos años", señaló. Y añadió: "Cada país debe reducir deuda según su fortaleza macroeconómica y sus reservas".
16 de diciembre de 2005
Putin fue el que influyó primero
.........................
"Nosotros tendríamos que hacer lo mismo, y nos sacaríamos de encima la presión del Fondo de una vez por todas", dijo Kirchner en ese encuentro. Y apenas regresó a Buenos Aires pidió precisiones sobre la factibilidad de cancelar la deuda con el FMI.
La respuesta que recibió enfrió el ánimo presidencial. Las reservas del Banco Central eran 18.730 millones de dólares y resultaban insuficientes para pagar los 14 mil millones de dólares de la deuda con el FMI, cumpliendo con las restricciones de la Carta Orgánica de la entidad y dejando reservas para respaldar el dinero circulante en el mercado.
Ayer, a un año del anuncio de Putin y tres días después que Lula, el Presidente avanzó con la idea que hacía tiempo tenía en su cabeza.
16 de diciembre de 2005
Kirchner decidió cancelar ya toda la deuda con el FMI: US$ 9.810 millones
Jorge Luis Velázquez.
jvelazquez@clarin.com
Frente a un Salón Blanco atestado de gente que lo vivó y aplaudió, el presidente Néstor Kirchner hizo ayer un anuncio sorpresivo: cancelará toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Así, antes de fin de año hará un pago por 9.810 millones de dólares, utilizando parte de las reservas de dólares del Banco Central.
El anuncio de ayer se produjo apenas 48 horas después de que Brasil cancelara toda su deuda con el FMI, de 15.500 millones de dólares. Y también después que el titular del Fondo, Rodrigo Rato, pusiera a Brasil como el ejemplo a seguir por Argentina y los demás países de la región. Ayer Rato elogió a Kirchner.
La decisión presidencial causó una mezcla de conmoción y escepticismo, según quien fuera el interlocutor consultado. Para el oficialismo y un amplio arco de empresarios y gremialistas se trató de una decisión trascendental. Para la oposición y algunos economistas muy apegados a las cifras, se trató de un gesto de carácter político con escaso beneficio económico.
Pero más allá de las reacciones, el anuncio generó una fuerte expectativa en el mundo de la política y la economía. Esto quedó a la vista con la presencia masiva de invitados que colmó la capacidad del Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Para dar marco al acto, desde la Presidencia se hizo una amplia convocatoria personalizada, que incluyó empresarios, economistas, políticos, gobernadores, legisladores, sindicalistas y funcionarios. Todos estuvieron presentes a la hora convenida, las 18; aunque Kirchner no se dejó ver por allí hasta 45 minutos después.
En un discurso de apenas 15 minutos, Kirchner sintetizó las razones políticas y económicas que dieron sustento a su decisión de cancelar por anticipado la deuda con el FMI. Fue interrumpido media docena de veces por los aplausos de los asistentes, que tuvieron una intensidad creciente. El final del acto encontró a Kirchner apretujado entre los invitados recibiendo besos y abrazos. Y la despedida llegó al grito de "Argentina, Argentina"
Para poder cancelar toda la deuda con el FMI, Kirchner explicó que se utilizarán las "reservas de libre disponibilidad" del Banco Central. Un rato más tarde, la ministra de Economía, Felisa Miceli, y el titular del Banco Central, Martín Redrado, aclararon que esa categoría de reservas —que aún no existe— será creada a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, que será enviado al Congreso para su ratificación. Las reservas totales suman US$ 27.000 millones.
La cancelación anticipada, según Kirchner, representará para el país un ahorro de casi 1.000 millones de dólares por los intereses que no se pagarán. Pero el principal beneficio sería otro: "Por lo menos ya sabemos que a partir del primero de enero empezamos a recuperar el esfuerzo argentino", dijo en el último párrafo de su discurso.
Todas las frases juntas le caben a Van der Kooy por este texto que publicó en 2005 en Clarín, en ocasión del primer pago de Néstor Kirchner al FMI.
El hallazgo es de mi amigo Udi ( viejo zorro e investigador sagaz de la Chicago argentina). Para que no desaparezca nunca, lo copio acá. Disfrutalo, pero primero servite un trago porque es para degustar bocado a bocado...!!!!
LA DEUDA EXTERNA: LA CANCELACION DE LA DEUDA
CON EL FMI
Kirchner, la audacia y el cálculo
El anticipo de Brasil y la consultas con Madrid fueron clave en el desenlace.
Eduardo van der Kooy.
nobo@clarin.com
Néstor Kirchner ha tomado ayer una de las cinco medidas más trascendentes de su gestión que enfila hacia el tercer año. Podría existir una cuota de arbitrariedad en la afirmación, pero la cancelación de la deuda con el FMI tiene los componentes inconfundibles de aquello que se suele definir como decisiones de Estado.
En el podio figuran, también, aquel mensaje presidencial que inició el proceso de depuración en la Corte Suprema. Además, el momento tenso y dramático cuando la Argentina pasó en el 2003 de una virtual situación de cesación de pagos al primer convenio posdefault celebrado con el FMI. En un escalón similar está el proceso de reestructuración de la deuda externa que piloteó el ex ministro Roberto Lavagna. Y cercana quizás la política sobre derechos humanos, que desembocó en la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Hubo otros jalones resonantes, como la disputa con Eduardo Duhalde o el cambio de Gabinete que incluyó el relevo de Lavagna. Pero asoman casi como anécdotas políticas frente a la dimensión de aquellos temas.
La decisión de cancelar la deuda con el Fondo encierra a lo mejor una dosis mayor de audacia y oportunismo que todas las demás. Audacia, porque el Presidente resolvió echar mano a las reservas en disponibilidad del Banco Central para liquidar el saldo. Ahora se explica su obsesión por acumular dólares.
Oportunismo, porque no aguardó más de 72 horas desde un anuncio parecido que hizo Lula da Silva para colarse bajo el paraguas que Brasil representa en el mundo.
¿Hubiera avanzado Kirchner, ahora mismo, sin el antecedente brasileño? La respuesta sería, con certeza, negativa y rotunda. Lo cual no invalidaría otra cuestión: el Presidente venía desde hace meses trabajando con ese rumbo, consciente de que iba a resultar engorroso convenir de nuevo un programa con el FMI. Basta con hojear el pasado fresco: la idea sobre el desendeudamiento alumbró en sus conversaciones con Lavagna. El ex ministro, al menos hasta retirarse del poder, era amigo de una cancelación escalonada. Aunque anoche celebró la determinación.
El cálculo político debió resultar sencillo. Brasil es visto, aun con sus enormes problemas económicos estructurales, como un ejemplo en el mundo financiero. Ese universo, incluido el FMI, expresó algarabía por el giro de Lula. ¿Qué otro destino sino el de la aceptación podía envolver la cancelación de la deuda comunicada por Kirchner?
Ese panorama indicaría que la audacia, pese a todo, contaba con el tendido de alguna red. Y no fue sólo el caso de Brasil. Recién ahora se comienza a comprender, en un sentido generoso, la excursión cargada de misterio y hermetismo que Alberto Fernández hizo esta semana a Madrid acompañado por Felisa Miceli.
El Gobierno deseaba escuchar la voz del socio principal que tiene en la Unión Europea y que, en más de una ocasión, sirvió de puente con el Grupo de los Siete y con el FMI. El jefe de Gabinete y la ministra sondearon dos variantes frente a Miguel Sebastián Gazcón, jefe de asesores económicos de José Luis Rodríguez Zapatero.
Primero preguntaron sobre las chances que podría tener un nuevo acuerdo con el FMI para refinanciar 5 mil millones de dólares sin las condiciones básicas sobre política fiscal, monetaria y tarifaria que requería el organismo. Sebastián Gazcón se exhibió entre incrédulo y escéptico, más allá de la ayuda que podía garantizar España.
Después semblantearon la cabida que podría tener una cancelación lisa y llana de la deuda, a la usanza de Brasil. Sebastián Gazcón lo tomó con naturalidad y no transmitió intranquilidad respecto de las reacciones de las principales naciones de Europa. Con un añadido: el funcionario español tiene una visión muy promisoria sobre la evolución de la economía argentina. Conoce como si fueran propias las cifras del superávit fiscal y de las reservas.
Con esos resultados, Kirchner no vaciló acerca de lo que debía hacer. Pero le colocó otro par de parapetos a la audacia: quedó en claro que la Argentina, como Brasil, continuará siendo miembro del FMI. Eludió brusquedades y rupturas. Mandó además un correo de previsibilidad al establishment internacional. Su discurso del anuncio fue un catálogo de racionalidad económica envidiable para el pensamiento ortodoxo, que buscó quizás emparentarse más con Lula que con Hugo Chávez, a quien dispensó, sin embargo, un agradecimiento.
Aquella pareció una señal valiosa en un país como la Argentina cuyo péndulo nunca parece detenerse. Hace cuatro años, un Congreso banal y excitado festejaba el ingreso al default. Ayer, la crema dirigente aplaudió con estilo módico el pago de la deuda al FMI.
Los graves problemas del país no desaparecerán. Podrían abrirse a partir de ahora otras perspectivas. Pero convendría extremar la cautela: acaba de concretarse una decisión de Estado, no un pase de magia.
Y HACÉTE UNA FIESTA APARTE Y SEGUILA Y SEGUILA...(extraigo partes de los artículos, observando cómo trataba Clarín el tema del pago de la deuda, y la cuestión del pago con reservas)
21 de noviembre de 2004
Saldar toda la deuda con el FMI, una hipótesis en la cabeza del Presidente
Fernando González.
fgonzalez@clarin.com
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Por eso es que la posibilidad de cancelar la deuda con el Fondo, un tema que obsesiona al Presidente desde que llegó a la Casa Rosada, difícilmente logre superar la categoría de hipótesis dentro de un gobierno agobiado por la compleja negociación con los acredores privados.
En abril pasado, en Nueva York, Kirchner pronunció delante de algunos periodistas una frase que luego repetiría en múltiples ocasiones. "Cuando tenga 20 mil millones de dólares en el Banco Central, hago un desastre con el FMI", decía, para explicar después las supuestas ventajas de terminar con la deuda con el Fondo.
La Argentina no tiene todavía 20 mil millones de dólares en reservas pero, si la economía mantiene su ritmo de crecimiento, las tendrá el año próximo. Habrá que ver, en ese momento, si la hipótesis logra acercarse a la realidad.
16 de diciembre de 2005
"Argentina hizo punta"
El ex ministro Roberto Lavagna dijo ayer que Argentina "hizo punta", desde 2002 y 2003, como "avanzada" en la política de reducción de deuda externa con los organismos financieros internacionales y el FMI. "Ese es el camino correcto y se ha dado un paso más en la buena dirección. Para eso hemos estado pagando y acumulando reservas durante estos últimos dos años", señaló. Y añadió: "Cada país debe reducir deuda según su fortaleza macroeconómica y sus reservas".
16 de diciembre de 2005
Putin fue el que influyó primero
.........................
"Nosotros tendríamos que hacer lo mismo, y nos sacaríamos de encima la presión del Fondo de una vez por todas", dijo Kirchner en ese encuentro. Y apenas regresó a Buenos Aires pidió precisiones sobre la factibilidad de cancelar la deuda con el FMI.
La respuesta que recibió enfrió el ánimo presidencial. Las reservas del Banco Central eran 18.730 millones de dólares y resultaban insuficientes para pagar los 14 mil millones de dólares de la deuda con el FMI, cumpliendo con las restricciones de la Carta Orgánica de la entidad y dejando reservas para respaldar el dinero circulante en el mercado.
Ayer, a un año del anuncio de Putin y tres días después que Lula, el Presidente avanzó con la idea que hacía tiempo tenía en su cabeza.
16 de diciembre de 2005
Cómo hará el Banco Central para pagar con sus reservas
Gustavo Bazzan.
gbazzan@clarin.com
Los aportes para juntar los 9.810 millones de dólares que el Gobierno le girará al Fondo Monetario Internacional antes de fin de año saldrán de las reservas que atesora el Banco Central.
Explícitamente, la ministra Felisa Miceli habló que, "luego del referido pago, la Argentina cuenta con reservas internacionales suficientes para respaldar la base monetaria".
Agregó que el Tesoro ya tiene, a través del "fondo anticíclico", el equivalente a 2.000 millones de dólares.
En base al nuevo concepto de "reservas de libre disponibilidad" que excedan la base monetaria, el Central dispone de 7.992 millones de dólares.
El cálculo surge así: hoy la base monetaria es de 56.700 millones de pesos (ó 18.900 millones de dólares) y las reservas internacionales llegan a 26.892 millones de dólares. La diferencia entre reservas y base monetaria son las "reservas excedentes" que se piensan aplicar al pago al FMI.
Cómo hará el Banco Central para pagar con sus reservas
Gustavo Bazzan.
gbazzan@clarin.com
Los aportes para juntar los 9.810 millones de dólares que el Gobierno le girará al Fondo Monetario Internacional antes de fin de año saldrán de las reservas que atesora el Banco Central.
Explícitamente, la ministra Felisa Miceli habló que, "luego del referido pago, la Argentina cuenta con reservas internacionales suficientes para respaldar la base monetaria".
Agregó que el Tesoro ya tiene, a través del "fondo anticíclico", el equivalente a 2.000 millones de dólares.
En base al nuevo concepto de "reservas de libre disponibilidad" que excedan la base monetaria, el Central dispone de 7.992 millones de dólares.
El cálculo surge así: hoy la base monetaria es de 56.700 millones de pesos (ó 18.900 millones de dólares) y las reservas internacionales llegan a 26.892 millones de dólares. La diferencia entre reservas y base monetaria son las "reservas excedentes" que se piensan aplicar al pago al FMI.
16 de diciembre de 2005
Kirchner decidió cancelar ya toda la deuda con el FMI: US$ 9.810 millones
Jorge Luis Velázquez.
jvelazquez@clarin.com
Frente a un Salón Blanco atestado de gente que lo vivó y aplaudió, el presidente Néstor Kirchner hizo ayer un anuncio sorpresivo: cancelará toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Así, antes de fin de año hará un pago por 9.810 millones de dólares, utilizando parte de las reservas de dólares del Banco Central.
El anuncio de ayer se produjo apenas 48 horas después de que Brasil cancelara toda su deuda con el FMI, de 15.500 millones de dólares. Y también después que el titular del Fondo, Rodrigo Rato, pusiera a Brasil como el ejemplo a seguir por Argentina y los demás países de la región. Ayer Rato elogió a Kirchner.
La decisión presidencial causó una mezcla de conmoción y escepticismo, según quien fuera el interlocutor consultado. Para el oficialismo y un amplio arco de empresarios y gremialistas se trató de una decisión trascendental. Para la oposición y algunos economistas muy apegados a las cifras, se trató de un gesto de carácter político con escaso beneficio económico.
Pero más allá de las reacciones, el anuncio generó una fuerte expectativa en el mundo de la política y la economía. Esto quedó a la vista con la presencia masiva de invitados que colmó la capacidad del Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Para dar marco al acto, desde la Presidencia se hizo una amplia convocatoria personalizada, que incluyó empresarios, economistas, políticos, gobernadores, legisladores, sindicalistas y funcionarios. Todos estuvieron presentes a la hora convenida, las 18; aunque Kirchner no se dejó ver por allí hasta 45 minutos después.
En un discurso de apenas 15 minutos, Kirchner sintetizó las razones políticas y económicas que dieron sustento a su decisión de cancelar por anticipado la deuda con el FMI. Fue interrumpido media docena de veces por los aplausos de los asistentes, que tuvieron una intensidad creciente. El final del acto encontró a Kirchner apretujado entre los invitados recibiendo besos y abrazos. Y la despedida llegó al grito de "Argentina, Argentina"
Para poder cancelar toda la deuda con el FMI, Kirchner explicó que se utilizarán las "reservas de libre disponibilidad" del Banco Central. Un rato más tarde, la ministra de Economía, Felisa Miceli, y el titular del Banco Central, Martín Redrado, aclararon que esa categoría de reservas —que aún no existe— será creada a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, que será enviado al Congreso para su ratificación. Las reservas totales suman US$ 27.000 millones.
La cancelación anticipada, según Kirchner, representará para el país un ahorro de casi 1.000 millones de dólares por los intereses que no se pagarán. Pero el principal beneficio sería otro: "Por lo menos ya sabemos que a partir del primero de enero empezamos a recuperar el esfuerzo argentino", dijo en el último párrafo de su discurso.