El programa de Tinelli no atrae ingenuos
Hay una Verdad que los neoliberales creen y practican, pero no pueden explicitar en el discurso. Que la única moral existente es la que lleva al rédito en los negocios. De alguna manera lo dijo Adam Smith cuando reivindicó el valor del egoísmo. Pero esa franqueza no se repite más en el discurso.
En lugar de hablar con sinceridad, los capitalistas se limitan a descalificar la opción contraria, la del populismo, al que condenan por corrupción fatalmente inherente al sistema, y en cuanto al liberalismo se limitan a decir que es el menor de los males. Ciertamente hay un problema en guiarse por una ley moral que no se puede explicitar. Pero Tinelli le encontró la vuelta al asunto para decir la verdad sin palabras y comprobar su aprobación popular. Su éxito certifica que los espectadores comparten con él concientemente, que la única verdad es la del poder que da el dinero. Siendo que es el programa de mayor audiencia de la TV, resulta una encuesta válida que el público argentino cree mayoritariamente en el neoliberalismo.
NO podemos decir que Tinelli estafa a la gente inculta o ingenua, insuflando sus bajas pasiones con el espectáculo del circo. Porque el espectáculo de Tinelli no se centra en el circo de concursos de baile o de canto de ignotos concursantes que aspiran al premio de la popularidad. No concursan desconocidos sino famosos personajes que por dinero, se someten al ridículo al que los expone diariamente el mismo conductor del programa y los jueces criticándolos despiadadamente, como parte de la misma ficción.
Esa crítica del circo para el pueblo sí se puede hacer al resto de los programas del mismo formato que se pusieron de moda con participantes ignotos que lloran de tristeza o de alegría tratando de hacerle creer al espectador que son reacciones espontáneas en lugar de ficción guionada. Eso sí es estafa, porque cuenta con la credulidad del espectador ingenuo. El pacto de ficción con los concursantes es secreto.
Tinelli consiguió legitimar el cinismo de un modo muy especial y diferente a todo lo conocido. Sin ninguna manipulación ni estafa, con todas las cartas sobre la mesa, convierte al espectador que le da el rating, en su socio moral y cómplice convencido, responsable conciente de ver lo que él le muestra: un espectáculo donde todos se degradan voluntariamente ante el poder del dinero deTinelli.
Los concursantes famosos comienzan a declararse felices de haber sido elegidos, que era su sueño participar en el programa, que se los contrata por dinero, todo esto mucho antes de comenzar el ciclo.
Semejando a los capataces de esclavos, Tinelli ofrece la carne de sus bailarinas como si estuvieran en una subasta. Y eso es lo que los espectadores sienten como atractivo, no solo ver la carne expuesta como en la venta, sino también la humillación de personas famosas que le rinden su dignidad al dinero del Sr Tinelli.
Acá un intercambio en Facebook sobre este tema:
Esteban Pa a Eva Row:
Es el ámbito en el que el espectador que tiene una vida común sin grandes éxitos ni aspiraciones y con problemas como la mayoría de la gente, proyecta toda su frustración, sus limitaciones y sus conflictos laborales, familiares, de pareja, etc, sintiendo satisfacción al ver la miseria de aquellos que están expuestos a la fama. La mujer ve humillado el culo que nunca va a tener y el hombre ve humillado el culo que nunca va a penetrar. Así como también accede en la fantasía a todas las riquezas materiales a las nunca va a poder llegar.
Visto desde este punto de vista ShowMatch sería casi un servicio de bien público que mantiene la paz social.
Eva Row a Esteban Pa:
me parece que no pude llegar a que me entiendas, detrás de todo esto digo que los espectadores de Tinelli avalan el ideario neoliberal que dice que no hay más moral que el dinero, porque esto es en definitiva lo que permite que semejante escarnecimiento no sea rechazado. No se trata de ver culos o que se castigue a los que tienen buenos culos por frustración. En el circo romano se iba a ver morir al gladiador, pero en el fondo se iba a ver al Emperador mostrar su dedo para abajo. El momento en que el Emperador Romano bajaba el pulgar, ese era el trasfondo del goce. Iban al circo a avalar el poder del Emperador sobre la vida de todos. Es un gran atractivo tener poder sobre la vida y la muerte de los demás. Tinelli te ofrece un espectáculo parecido. Te muestra que un tipo de Olvarría llegó a tener tanto dinero y poder que puede comprar famosos que se juegan a que les baje el pulgar. Y si vos no te sentís mal por eso, es que avalás el sistema social que eleva a esos niveles de poder morboso a un tipo que sale de Olavarría. El espectáculo de Show Match es Tinelli, no los culos, que se ven por todas partes. Las playas están repletas de hermosos culos, las chicas se esmeran hoy.
Si recibís este post por mail y querés comentar, no respondas a este correo. Escribí un comentario en el blog o envía un mail evarow@gmail.com
Hay una Verdad que los neoliberales creen y practican, pero no pueden explicitar en el discurso. Que la única moral existente es la que lleva al rédito en los negocios. De alguna manera lo dijo Adam Smith cuando reivindicó el valor del egoísmo. Pero esa franqueza no se repite más en el discurso.
En lugar de hablar con sinceridad, los capitalistas se limitan a descalificar la opción contraria, la del populismo, al que condenan por corrupción fatalmente inherente al sistema, y en cuanto al liberalismo se limitan a decir que es el menor de los males. Ciertamente hay un problema en guiarse por una ley moral que no se puede explicitar. Pero Tinelli le encontró la vuelta al asunto para decir la verdad sin palabras y comprobar su aprobación popular. Su éxito certifica que los espectadores comparten con él concientemente, que la única verdad es la del poder que da el dinero. Siendo que es el programa de mayor audiencia de la TV, resulta una encuesta válida que el público argentino cree mayoritariamente en el neoliberalismo.
NO podemos decir que Tinelli estafa a la gente inculta o ingenua, insuflando sus bajas pasiones con el espectáculo del circo. Porque el espectáculo de Tinelli no se centra en el circo de concursos de baile o de canto de ignotos concursantes que aspiran al premio de la popularidad. No concursan desconocidos sino famosos personajes que por dinero, se someten al ridículo al que los expone diariamente el mismo conductor del programa y los jueces criticándolos despiadadamente, como parte de la misma ficción.
Esa crítica del circo para el pueblo sí se puede hacer al resto de los programas del mismo formato que se pusieron de moda con participantes ignotos que lloran de tristeza o de alegría tratando de hacerle creer al espectador que son reacciones espontáneas en lugar de ficción guionada. Eso sí es estafa, porque cuenta con la credulidad del espectador ingenuo. El pacto de ficción con los concursantes es secreto.
Tinelli consiguió legitimar el cinismo de un modo muy especial y diferente a todo lo conocido. Sin ninguna manipulación ni estafa, con todas las cartas sobre la mesa, convierte al espectador que le da el rating, en su socio moral y cómplice convencido, responsable conciente de ver lo que él le muestra: un espectáculo donde todos se degradan voluntariamente ante el poder del dinero deTinelli.
Los concursantes famosos comienzan a declararse felices de haber sido elegidos, que era su sueño participar en el programa, que se los contrata por dinero, todo esto mucho antes de comenzar el ciclo.
Semejando a los capataces de esclavos, Tinelli ofrece la carne de sus bailarinas como si estuvieran en una subasta. Y eso es lo que los espectadores sienten como atractivo, no solo ver la carne expuesta como en la venta, sino también la humillación de personas famosas que le rinden su dignidad al dinero del Sr Tinelli.
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Esteban Pa a Eva Row:
Es el ámbito en el que el espectador que tiene una vida común sin grandes éxitos ni aspiraciones y con problemas como la mayoría de la gente, proyecta toda su frustración, sus limitaciones y sus conflictos laborales, familiares, de pareja, etc, sintiendo satisfacción al ver la miseria de aquellos que están expuestos a la fama. La mujer ve humillado el culo que nunca va a tener y el hombre ve humillado el culo que nunca va a penetrar. Así como también accede en la fantasía a todas las riquezas materiales a las nunca va a poder llegar.
Visto desde este punto de vista ShowMatch sería casi un servicio de bien público que mantiene la paz social.
Eva Row a Esteban Pa:
me parece que no pude llegar a que me entiendas, detrás de todo esto digo que los espectadores de Tinelli avalan el ideario neoliberal que dice que no hay más moral que el dinero, porque esto es en definitiva lo que permite que semejante escarnecimiento no sea rechazado. No se trata de ver culos o que se castigue a los que tienen buenos culos por frustración. En el circo romano se iba a ver morir al gladiador, pero en el fondo se iba a ver al Emperador mostrar su dedo para abajo. El momento en que el Emperador Romano bajaba el pulgar, ese era el trasfondo del goce. Iban al circo a avalar el poder del Emperador sobre la vida de todos. Es un gran atractivo tener poder sobre la vida y la muerte de los demás. Tinelli te ofrece un espectáculo parecido. Te muestra que un tipo de Olvarría llegó a tener tanto dinero y poder que puede comprar famosos que se juegan a que les baje el pulgar. Y si vos no te sentís mal por eso, es que avalás el sistema social que eleva a esos niveles de poder morboso a un tipo que sale de Olavarría. El espectáculo de Show Match es Tinelli, no los culos, que se ven por todas partes. Las playas están repletas de hermosos culos, las chicas se esmeran hoy.
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