Macri es de derecha. Pero no se presenta como de derecha. Nadie de derecha se presenta como de derecha. Así como el zorro no se presenta como zorro cuando entra al gallinero a la vista del cuidador.
Como en sus planes no está desnudar su ideología, usa las consignas de la izquierda, igual que el zorro se disfraza de oveja para engañar al cuidador del gallinero. Pone en su lengua impune las palabras doradas de la izquierda: "educación, salud, trabajo, vivienda digna". Con el dicho agregado de que al hombre no hay que regalarle el pescado sino enseñarle a pescar. He aquí la marca en el orillo de la tela de la derecha.
En su discurso de campaña para Jefe de Gobierno, desdeña las diferencia ideológicas con el gobierno nacional, porque dice dar por muerta la ideología reemplazada modernamente por la calidad de gestión. Presenta un supuesto haber de "equipos técnicos especializados" que serían, según los más aggiornados y globalizados conocimientos en la materia, la herramienta maestra de una gestión existosa.
Las críticas que recibe de los sectores del gobierno nacional en ocasión de sus permanentes fallas y fallidos, le parecen enojos ideológicos pasados de moda, y en lugar de replicarlos toma la pose del que tiene un ánimo de diálogo y consenso, pero decepcionado por falta de correlato de parte del gobierno.
A pesar de todo este despropósito y estafa, sin embago no le alcanza con eso. También le echa la culpa al gobierno nacional de todas las cosas que él hace mal por las suyas propias en el ámbito reducido de la ciudad, en asuntos internos donde a todas vistas no tiene competencia el gobierno nacional.
Sin pudor alguno, le echa la culpa al gobierno nacional de haberlo hecho caer inocentemente en una trampa, con la cuestión de las escuchas ilegales. Y le echa la culpa al gobierno nacional de haber sido mandado a juicio por un juez que es adicto al gobierno.
Está claro que ni la buena gestión ni el haber de equipos técnicos especializados alcanzan para zafar del poder perverso de un gobierno que enarbola sin tapujos su ideología para explicar su acción concreta en favor de la "educación, la salud, el trabajo y la vivienda digna".
Eso sí, por ideología, el gobierno nacional considera a diferencia de Macri, que al hombre que no sabe pescar, antes de enseñarle a pescar, hay que darle de comer, porque si no, no puede aprender.
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Y aquí, un regalo ideológico para todos los derechistas como Macri.
El Hombre que no sabe pescar
por Eva Row
El hombre, que a pescar nadie ha enseñado,
ha de comerse un pescado cocido,
para pescar con caña un pez del río.
El hombre, que a pescar nunca ha aprendido,
vacío acostumbró a tener su vientre,
y tan hueca ha de tener también la mente.
No carga el brazo de una caña el peso
no se sostiene en el seso la idea,
si antes el vientre vacío no se llena.
Como en sus planes no está desnudar su ideología, usa las consignas de la izquierda, igual que el zorro se disfraza de oveja para engañar al cuidador del gallinero. Pone en su lengua impune las palabras doradas de la izquierda: "educación, salud, trabajo, vivienda digna". Con el dicho agregado de que al hombre no hay que regalarle el pescado sino enseñarle a pescar. He aquí la marca en el orillo de la tela de la derecha.
En su discurso de campaña para Jefe de Gobierno, desdeña las diferencia ideológicas con el gobierno nacional, porque dice dar por muerta la ideología reemplazada modernamente por la calidad de gestión. Presenta un supuesto haber de "equipos técnicos especializados" que serían, según los más aggiornados y globalizados conocimientos en la materia, la herramienta maestra de una gestión existosa.
Las críticas que recibe de los sectores del gobierno nacional en ocasión de sus permanentes fallas y fallidos, le parecen enojos ideológicos pasados de moda, y en lugar de replicarlos toma la pose del que tiene un ánimo de diálogo y consenso, pero decepcionado por falta de correlato de parte del gobierno.
A pesar de todo este despropósito y estafa, sin embago no le alcanza con eso. También le echa la culpa al gobierno nacional de todas las cosas que él hace mal por las suyas propias en el ámbito reducido de la ciudad, en asuntos internos donde a todas vistas no tiene competencia el gobierno nacional.
Sin pudor alguno, le echa la culpa al gobierno nacional de haberlo hecho caer inocentemente en una trampa, con la cuestión de las escuchas ilegales. Y le echa la culpa al gobierno nacional de haber sido mandado a juicio por un juez que es adicto al gobierno.
Está claro que ni la buena gestión ni el haber de equipos técnicos especializados alcanzan para zafar del poder perverso de un gobierno que enarbola sin tapujos su ideología para explicar su acción concreta en favor de la "educación, la salud, el trabajo y la vivienda digna".
Eso sí, por ideología, el gobierno nacional considera a diferencia de Macri, que al hombre que no sabe pescar, antes de enseñarle a pescar, hay que darle de comer, porque si no, no puede aprender.
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Y aquí, un regalo ideológico para todos los derechistas como Macri.
El Hombre que no sabe pescar
por Eva Row
El hombre, que a pescar nadie ha enseñado,
ha de comerse un pescado cocido,
para pescar con caña un pez del río.
El hombre, que a pescar nunca ha aprendido,
vacío acostumbró a tener su vientre,
y tan hueca ha de tener también la mente.
No carga el brazo de una caña el peso
no se sostiene en el seso la idea,
si antes el vientre vacío no se llena.