Si no tenías una página Web en Geocities, probablemente no te hayas dado cuenta de lo que acaba de pasar, ni puedas darte cuenta de lo que ésto significa. Una bomba ha caido sobre la Web. Una bomba sin sonido. Sin imagen.
Yo tenía varias páginas Web muy importantes en Internet. Geocities me envió hace unos días una comunicación de que iba a retirar todo el material en 26 de octubre. Aconsejaba bajar las páginas a una carpeta, y ofrecía un alojamiento con costo a 5 dólares por mes el primer año, luego no me acuerdo ya, pero el precio se incrementaba mucho. Yo estaba pensando qué hacer, pero tenía tiempo hasta el 26 de octubre.
Hoy a la madrugada, cuando terminaba un post relatando la historia de una de mis páginas que tuvo trascendencia en España porque movilizó un caso judicial que se hizo famoso, descubro que ya el sitio ha desaparecido.
Estoy en una especie de shock. Lo que perdí no tiene nombre. Perdí el testimonio de mi hermana, víctima del Holocausto. Espero tener una copia en alguna carpeta. Perdí la página que hicimos para España junto a Manuel Borraz, que juntaba documentación inenarrable de un hecho muy trascendente. Perdí también mi página sobre lámparas Tiffany, con toda mi obra fotografiada, que me valió el ingreso a la Asociación de Artistas de Vidrio Estañado de los EEUU, por la calidad de mi obra en vidrio. De ésto jamás había hablado en este blog. Estaba por contarlo. Se perdió un montón de caricaturas de mi marido de las cuales no hay copia.
En fin, me siento derrotada. He tomado contacto con el fenómeno Internet en su aspecto más inquietante. ¿Quién dispone de nuestro material? ¿Qué pasaría si hoy mismo Blogger borrara todos los blogs?
Yo tenía varias páginas Web muy importantes en Internet. Geocities me envió hace unos días una comunicación de que iba a retirar todo el material en 26 de octubre. Aconsejaba bajar las páginas a una carpeta, y ofrecía un alojamiento con costo a 5 dólares por mes el primer año, luego no me acuerdo ya, pero el precio se incrementaba mucho. Yo estaba pensando qué hacer, pero tenía tiempo hasta el 26 de octubre.
Hoy a la madrugada, cuando terminaba un post relatando la historia de una de mis páginas que tuvo trascendencia en España porque movilizó un caso judicial que se hizo famoso, descubro que ya el sitio ha desaparecido.
Estoy en una especie de shock. Lo que perdí no tiene nombre. Perdí el testimonio de mi hermana, víctima del Holocausto. Espero tener una copia en alguna carpeta. Perdí la página que hicimos para España junto a Manuel Borraz, que juntaba documentación inenarrable de un hecho muy trascendente. Perdí también mi página sobre lámparas Tiffany, con toda mi obra fotografiada, que me valió el ingreso a la Asociación de Artistas de Vidrio Estañado de los EEUU, por la calidad de mi obra en vidrio. De ésto jamás había hablado en este blog. Estaba por contarlo. Se perdió un montón de caricaturas de mi marido de las cuales no hay copia.
En fin, me siento derrotada. He tomado contacto con el fenómeno Internet en su aspecto más inquietante. ¿Quién dispone de nuestro material? ¿Qué pasaría si hoy mismo Blogger borrara todos los blogs?