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20 de mayo de 2010

PARA AMBALIVABAL Y LUCAS CARRASCO, AJENOS AL BICENTENARIO

Cuando era alumna de la Escuela 14 de mi barrio de Chacarita, todas las fechas patrias eran un motivo de emoción muy grande para mí.

Foto: Chacho Álvarez en el año 1955,
igual que yo, estaba en 1º superior


Yo era muy sensiblera y me emocionaba en serio con toda aquella celebración ritual. Nótese que estamos hablando del año 1954, en el que casi nadie tenía televisión y los chicos éramos de una inocencia que los chicos de hoy no podrían imaginar.

En mi casa se vivía la inserción del inmigrante, mis padres eran polacos. Se vivía además la tragedia del Holocausto, la tragedia de ser judíos, de ser distintos en un mundo que según mis padres siempre nos sería hostil, siempre debía generarnos desconfianza.

Pero en la Escuela yo encontraba el ámbito para la radicación emocional de mi pequeña persona en este suelo, donde se me daba educación de la mejor, donde salvo un pequeño período en el que se dió la materia religión católica y a mí el cura me sacaba al patio, nunca se me hizo sentir diferente.

En la Escuela se conjuraban las heridas exportadas de Europa que trajeron mis padres en sus valijas y que me trasladaban a mí. Mis padres no tenían idea, pero el mío era un mundo distinto al de ellos, un mundo mejor, la Escuela me lo proveía.

En la Escuela, que yo adoraba, me regalaban los mitos de fundación de la Patria, y se me convidaba generosamente a sentirlos como propios. Y me sentía agradecida, tenía conciencia de ello.

Yo, por lo tanto, a diferencia de mis padres, era argentina, y había aprendido a sentirlo a través de la celebración de los mitos como el 25 de mayo y el 9 de julio, de la reverencia hacia los hombres que habían vivido en el tiempo de la fundación, y a la veneración de los símbolos como la bandera, la escarapela y el himno.

Cuando fui a la primaria, las fiestas no se corrían como ahora para hacer un feriado largo y favorecer al turismo, no. En ese tiempo una cosa así hubiese sido pensada como sacrilegio despreciable. El día de la fecha de conmemoración o de fiesta patria, ese día era siempre Feriado Nacional, aunque fuera miércoles. Y los chicos igual teníamos que ir a la Escuela, a eso de las 9 de la mañana, cuando empezaba lo que llamábamos el "Acto".

Nadie faltaba al Acto. Faltar era cosa grave, se penaba con doble falta. Y no faltábamos además, porque nuestros padres no lo hubieran permitido. Para ellos, nuestra fiesta era también algo valorado y venerable. Ellos sentían que la tarea educativa debía ser apoyada fervorosamente desde el hogar, que maestros y padres estaban en una tarea conjunta. ¿Faltar al colegio en un día de Acto? de ninguna manera, diría cualquier madre, que se lucía con el guardapolvo blanquisimo, especialmente lavado, almidonado y planchado tablita por tablita "a filo" para la Fiesta. Los guardapolvos tenían tablitas. Primero fueron chiquitas y muchas, después se hicieron más anchas para hacer la tarea de las madres más fácil. Luego desparecieron del todo. Las chicas teníamos que hacernos un moño de cinta de seda blanca en la cabeza. La cinta también era planchada por mamá.

Y al Acto también estaban invitados los padres por supuesto, que iban a la Escuela y hacían de público. Los Actos se hacían en el patio, al aire libre, muertos de frío la mayoría de las veces porque las fechas patrias caen en tiempo frío. Se colocaban gradas contra las paredes para que los chicos estuviéramos subidos a ellas. El piano se sacaba de la sala de música al patio.

Los Actos eran muy solemnes. Todos estábamos ungidos de fervor patriótico. Se cantaba el Himno Nacional Argentino a viva voz, mientras la maestra de música luchaba contra el piano desafinado y su poca hablidad pianística suplantada con el esfuerzo denodado de castigar las teclas indómitas.

Siempre había una representación teatral, una pequeña obra de teatro escrita por una maestra, donde se escenificaban cuestiones de época. El escenario era un tinglado de madera, un verdadero teatro. Allí, los alumnos con dotes actorales representábamos la obra que habíamos ensayado por semanas. A mí siempre me llamaban, tanto a representar como a declamar, que eso también se hacía. Uno se estudiaba alguna poesía y la "declamaba". El público aplaudía.

Se izaba la bandera, se cantaba el Himno y alguna maestra hacía un discurso hablando de la conmemoración, de una fecha histórica o exaltaba la vida de lo que llamábamos un prócer.

Cuando terminaba la fiesta, la Cooperadora repartía alfajores a cada chico. Antes del mediodía terminaba el Acto y todos a disfrutar del feriado a sus casas. Al día siguiente, de nuevo a la Escuela.

Por supuesto, cuando digo Escuela digo Escuela Pública. Las pocas Escuelas Privadas que existían eran para los "burros" como les decíamos antes sin piedad a algunos chicos que no estudiaban. La Escuela Privada era para los expulsados por mala conducta, para los que repetían de grado, cosa que era una verguenza tan enorme que cada afectado guardaría como secreto para toda la vida.

Hasta aquí la remembranza.

Luego, en la vida de adultos, vino el análisis retrospectivo de lo aprendido en la Escuela y vino la reformulación de los mitos sobre próceres y sobre el significado de las fiestas patrias.

Hoy veo a San Martín con otros ojos, a Sarmiento, a Rosas, a Belgrano. Ya no me parecen semidioses, veo a cada uno como un hombre de carne y hueso. A algunos aprendí a valorarlos más todavía de lo que me enseñaron, a otros a bajarlos del pedestal. Valoro lo que me importa de cada uno. Pero no los he destruído con una granada de mano, resentida porque me han mentido.

Todos ellos pertenecen al universo de mi infancia, que junto a los Reyes Magos, el Cisco Kid que empezó en la televisión, el Llanero Solitario, Rin Tin Tin y el niño soldado Rosty, y Jeff Miller el dueño de Lassie y su amigo el gordito Porky, y Tom Sawyer de Mark Twain, poblaron el mundo infantil de ilusiones, como debe ser.

Las Fiestas Patrias son más para los chicos que para los grandes. Ellos están aprendiendo a vivir. No hay otra forma de formarlos. ¿Díganme cómo?

Ambalivabal

El 25/05/1810 fue un bochorno

Lucas

Me tienen podrido con el Bicentenario



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Pino Solanas, su política buitre y la resolución de Ballesteros

EN QUÉ CONSISTE LA POLÍTICA "BUITRE" DE SOLANAS 9/01/2010
Buitre, porque para conseguir el poder se alía estratégicamente con la derecha como un comensal, y la alienta al proceso de destruir al Gobierno creyendo poder así alzarse con el poder al fin de la destrucción, porque confía en que su discurso más verborrágico e incendiario que el de la misma derecha, va a poder eclipsarlo y finalmente va a poder liderar el último tramo de la destrucción y alzarse con el poder.
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RESUELVO: 1) SOBRESEER DEFINITIVAMENTE en la presente causa N° 14467(expte 7723/98) en la que no existen procesados (art. 434 inc. 2° del Código de Procedimientos en Materia Penal) 2) REMITIR copia de la presente resolución (mediante disco) y poner las actuaciones a disposición de las HONORABLES CAMARAS DE SENADORES Y DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA NACION para su consulta o extracción de copias de las piezas procesales que se indiquen a los efectos que estimen conducentes. TEXTO DEL FALLO Leer comentarios

Cuentos de vida

12/02/2008 EL HOMBRE DEL PODRIDO TORNILLO(cuento)
Voy caminando sin mucho apuro para abrir mi óptica. Desde lejos veo que alguien que no conozco está frente a la puerta. El hombre consulta el reloj en su muñeca. Cruza los brazos sobre el pecho. Levanta la cabeza hacia el cielo. Baja luego la cabeza y mira sus zapatos. Descruza los brazos y mete las manos en los bolsillos. Termina la secuencia espasmódica descansando su esqueleto sobre un auto estacionado, mirando la puerta cerrada de la óptica. Vuelve a mirar el reloj. Sigue...
22/02/2010 - UN ÁNGEL EN COLECTIVO (relato)
Yo estaba tan embarazada, que había pasado la fecha de parto y mi familia me cargaba con la siguiente pregunta ¿y cuándo vas a parir? Y yo me reía, esperando que la naturaleza se ocupara en cualquier momento de que llegara mi bebé.
Lady D también estaba embarazada de su primer hijo. El papá de mi hijo decía que nuestro bebé tenía mejor ajuar que el hijo del Príncipe Carlos. Eran épocas de todo importado, y yo, eufórica por mi maternidad, había comprado el mejor cochecito de Harrod's y las ropas y utensilios para bebé, de lo más hermosos que encontré. Leer completo...
06/03/2008 - LOS GLADIOLEROS (cuento)
En el baño empezó a gotear la ducha. Hace de esto cinco años. Llamé a uno de esos brujos de la humanidad que atesoran saberes aquilatados y añejados en paneles de roble, uno de esos que miramos las mujeres agachando la cabeza, reconociendo nuestra inferioridad por efecto de la prueba contundente.
El plomero, que aparece con su bonete inmenso sobre el cual tiene una estrella, trae consigo herramientas que como la varita mágica, sólo obedecen a su secreto conjuro. La casa es un poco vieja, me dijo al irse, la próxima vez no le va a poder cambiar el cuerito a la canilla, va a tener que cambiar los caños. La sentencia estaba echada.
Cinco años después, es decir, ahora, se volvió a romper el cuerito y volvió a gotear la ducha. Leer más...
9/10/2008 - LOS JUDÍOS Y LOS REYES MAGOS (cuento)
Era la mañana del 6 de enero de 1954. Verano. En ese año yo iría al colegio por primera vez. Era la hija mayor de un matrimonio de judíos polacos inmigrantes. Teníamos un local de comercio seguido de vivienda, como había entonces. En el local, estaba mi papá. En la cocina de la vivienda, estaba mi mamá haciéndome el desayuno. Mis dos hermanitos, de 3 y 4 años, estaban aún en las cunas. Yo desayuné, y como hacía todos los días, salí a la calle a jugar con mis amiguitas. Serían las 10 de la mañana. Salgo a la calle y lo primero que veo es que todas mis amiguitas están juntas, y tienen algún juguete en la mano. Me extrañó muchísimo.
La Susi, mi mejor amiguita, tenía una enorme muñeca de trapo que yo no conocía, y la abrazaba y la ponía en el suelo a caminar, y la muñeca blanduzca se bamboleaba sacudiendo las trenzas rubias de hilos de lana de tejer.Leer Más...
16/09/2008 - MI LIBRO DE LECTURA DEL 55 (cuento)
El 16 de septiembre de 1955 yo tenía siete años, y estaba en "primero superior" (hoy segundo grado) de la escuela primaria.
La Revolución Libertadora trajo un cambio a la Escuela. Desaparecieron los carteles que cubrían las paredes en su parte superior tocando el techo de mi aula. De letras inmensas, decían "Segundo Plan Quinquenal-Perón cumple-Evita dignifica". La palabra "quinquenal" me encandilaba con sus sonidos juguetones, y no entendía bien qué quería decir "dignifica".
La presencia de Perón y Evita se trocó por paredes ascépticas, vacías, que me impresionaron cuando volví a la Escuela, después de unos días de asueto. El retrato de San Martín lucía ahora solitario y único símbolo del aula, como frío testimonio en blanco y negro de una historia lejana, sin la companía de aquellos carteles de colores alegres, de fondo amarillo y letras rojas, que representaban cosas del presente. Leer más...
13/11/2008 - GUEFILTE FISH (cuento)
Como yo soy la intelectual de la familia, mi cuñada Rivke me tiene envidia. ¿Qué creías? Te voy a contar lo que pasó. Era Rosh Hashaná y mamá invitó a hacer fiesta en su casa. Yo no le dije que no, ¿qué, acaso quiero cocinar para diez personas? Si a ella le gusta, que lo haga ella. El día que no esté mamá, va a ser otra cosa. Ahí voy a tener que cocinar yo, porque no voy a esperar que mi cuñada aprenda a cocinar, ni voy a comer esas porquerías que hace que no tienen gusto a nada.
Bueno, te estaba diciendo. Resulta que me puse a leer la historia del guefilte fish, en un libro antiguo de cultura idish. Vos sabés que a mí me gustan los libros, no voy a dejar de leer libros sólo para que mi cuñada no se sienta mal. Entonces leí que el guefilte fish estaba formado por tres distintas clases de pescado por una razón. Yo siempre me pregunté cuál serìa la razón de que fuera necesario hacerlo de distintos pescados. Leer más...
24/12/2008 - UN CUENTO DE NAVIDAD (cuento)
A pesar de ser judía, celebré Navidad mientras duró el matrimonio con el padre de mi hijo, que murió en el año 1994. Era gallego, socialista y agnóstico, pero le encantaba la Navidad, una costumbre que su madre engalanaba con una enorme Empanada a la Gallega que quedó en la memoria de sus cinco hijos. La Empanada a la Gallega de Doña Encarnación, a quien no tuve el gusto de conocer porque llegué tarde a la vida de esa familia, se repetía cada Navidad, con el consiguiente comentario obligado, “nada que ver con la que hacía la vieja”.

Mi nene era muy chiquito, recién ese año se había dado cuenta del personaje de Papá Noel. Su papá se disfrazaba y hacía las delicias de todos los chicos. Le habíamos dicho que iba a venir Papá Noel, con una bolsa de regalos. Leer más...
04/05/2008 - BUNGE ME SALVÓ LA VIDA (relato)
Bunge me salvó la vida con el mismo extraño mecanismo con el que mi hermanito descubrió la palmeta. Primero cuento la historia de mi hermanito. Después retomo con Bunge.
Capítulo 1. El extraño caso de mi hermanito y la palmeta
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Un aviso novedoso decía por televisión: ¡con la palmeta NO! ¡Llegó Raid! y aparecía en un dibujo animado, una palmeta estrellando insectos en la pared enchastrada de moscas aplastadas, y luego una señorita disparando el Raid por el ambiente. Mi hermanito y yo estábamos mirando televisión, y ambos nos asombramos. Leer más...