Queridos lectores, este post lo escribe Florencia Arietto. Una discípula del Dr Zaffaroni, abogada, joven, bella, de un espíritu enorme, nacional y popular y , preocupada por los Derechos Humanos, por supuesto. Este post es imperdible. Gracias Flor!!!
La conmoción y el shock no tienen soslayo hoy. Lo peor sucedió, Candela apareció muerta, dentro de una bolsa al costado de la autopista, cerquita de la casa de su mamá.
No conozco el expediente, salvo alguna pavada que uno tira en una red social-más para provocar, que para aclarar- no me voy a poner a especular sobre las causas de su secuestro.
Mi temor es que no encontremos a los responsables y que la desesperación lleve otra vez a ese cuentito repetido de agarrar un par de perejiles para calmar a la sociedad.
El título tiene que ver con eso: cuando existe la negligencia y posible connivencia policial, cuando existe la falta de especialidad de los cuadros jóvenes para investigar delitos complejos, cuando existe la poca transparencia en los concursos para fiscales (cualquiera con un buen padrinazgo se convierte en fiscal), cuando existe la necesidad de los funcionarios públicos de hacer creer a través de los medios que tienen todo bajo control, cuando existe la demagogia como política criminal, cuando se produce ese combo, termina de explotar en la cara de una sociedad que se siente amenazada.
Hoy escuchaba a Juan Alonso, periodista y editor de policiales del diario Tiempo Argentino decir algo muy interesante: la policía bonaerense está entrenada para desaparecer gente, no para encontrarla. Fue la policía de Ramón Camps. Esa matriz no se ha modificado, no se ha reformado. Es la misma acusada de hacer desaparecer a Luciano Arruga, la que desapareció y mató a Miguel Bru, la que tuvo la responsabilidad de buscar y encontrar CON VIDA a Candela y no sólo montaron un show patético televisado si no que los asesinos le tiraron el cuerpito dentro de una bolsa en sus narices.
La otra pata es el poder judicial: ¿donde está el juez de garantías que entendía en el caso de Candela? ¿Por que nunca trascendió? El poder judicial de Morón es uno de los peores de la provincia de Buenos Aires, bastión estratégico del Terrorismo de Estado, el Fiscal General de Morón Nieva Woodgate fue denunciado por el SERPAJ de Adolfo Pérez Esquivel por complicidad civil con la dictadura. Tiene pedido de destitución en la bicameral de juicio político del parlamento provincial, fue quien junto a otros tantos rechazaba habeas corpus y juraba por el estatuto de la dictadura. Su subalterno, el Fiscal que entendía en la causa de Candela nunca tuvo un rumbo, los policías se lo fumaron en pipa.
La tercer pata del combo fatal es el político: el Ministro de Seguridad y Justicia de la Provincia es un ex-agente penitenciario. Esa es la impronta que le da el Gobernador a la seguridad y la justicia en la provincia de Buenos Aires, advertido innumerables veces por el CELS, APDH, SERPAJ, expertos en política criminal y todo ciudadano comprometido con una sociedad mejor y menos violenta que estaba errando en la aplicación de la política de seguridad en la provincia, nunca nos escuchó y sólo mostraba: algún secuestro de droga (digitado-cantado), miles de pibes muertos por la bala policial, las cárceles colapsadas de presos y la tasa de criminalidad igual.
Este combo fatal nos entrega hoy a Candela sin vida. Sin una planificación estricta y responsable, sin control civil en serio sobre ese ejército oscuro que es la policía bonaerense, sin una reforma hasta el cuajo de esa fuerza de seguridad, sin fisionar o romper ese núcleo duro de marginalidad-armas-droga, todo lo demás es chamuyo.
Es un combo fatal, que nos explotará en la cara, siempre.
Justicia por Candela.
La conmoción y el shock no tienen soslayo hoy. Lo peor sucedió, Candela apareció muerta, dentro de una bolsa al costado de la autopista, cerquita de la casa de su mamá.
No conozco el expediente, salvo alguna pavada que uno tira en una red social-más para provocar, que para aclarar- no me voy a poner a especular sobre las causas de su secuestro.
Mi temor es que no encontremos a los responsables y que la desesperación lleve otra vez a ese cuentito repetido de agarrar un par de perejiles para calmar a la sociedad.
El título tiene que ver con eso: cuando existe la negligencia y posible connivencia policial, cuando existe la falta de especialidad de los cuadros jóvenes para investigar delitos complejos, cuando existe la poca transparencia en los concursos para fiscales (cualquiera con un buen padrinazgo se convierte en fiscal), cuando existe la necesidad de los funcionarios públicos de hacer creer a través de los medios que tienen todo bajo control, cuando existe la demagogia como política criminal, cuando se produce ese combo, termina de explotar en la cara de una sociedad que se siente amenazada.
Hoy escuchaba a Juan Alonso, periodista y editor de policiales del diario Tiempo Argentino decir algo muy interesante: la policía bonaerense está entrenada para desaparecer gente, no para encontrarla. Fue la policía de Ramón Camps. Esa matriz no se ha modificado, no se ha reformado. Es la misma acusada de hacer desaparecer a Luciano Arruga, la que desapareció y mató a Miguel Bru, la que tuvo la responsabilidad de buscar y encontrar CON VIDA a Candela y no sólo montaron un show patético televisado si no que los asesinos le tiraron el cuerpito dentro de una bolsa en sus narices.
La otra pata es el poder judicial: ¿donde está el juez de garantías que entendía en el caso de Candela? ¿Por que nunca trascendió? El poder judicial de Morón es uno de los peores de la provincia de Buenos Aires, bastión estratégico del Terrorismo de Estado, el Fiscal General de Morón Nieva Woodgate fue denunciado por el SERPAJ de Adolfo Pérez Esquivel por complicidad civil con la dictadura. Tiene pedido de destitución en la bicameral de juicio político del parlamento provincial, fue quien junto a otros tantos rechazaba habeas corpus y juraba por el estatuto de la dictadura. Su subalterno, el Fiscal que entendía en la causa de Candela nunca tuvo un rumbo, los policías se lo fumaron en pipa.
La tercer pata del combo fatal es el político: el Ministro de Seguridad y Justicia de la Provincia es un ex-agente penitenciario. Esa es la impronta que le da el Gobernador a la seguridad y la justicia en la provincia de Buenos Aires, advertido innumerables veces por el CELS, APDH, SERPAJ, expertos en política criminal y todo ciudadano comprometido con una sociedad mejor y menos violenta que estaba errando en la aplicación de la política de seguridad en la provincia, nunca nos escuchó y sólo mostraba: algún secuestro de droga (digitado-cantado), miles de pibes muertos por la bala policial, las cárceles colapsadas de presos y la tasa de criminalidad igual.
Este combo fatal nos entrega hoy a Candela sin vida. Sin una planificación estricta y responsable, sin control civil en serio sobre ese ejército oscuro que es la policía bonaerense, sin una reforma hasta el cuajo de esa fuerza de seguridad, sin fisionar o romper ese núcleo duro de marginalidad-armas-droga, todo lo demás es chamuyo.
Es un combo fatal, que nos explotará en la cara, siempre.
Justicia por Candela.