Con el aporte de un comentario de luisk, llegamos a un punto muy clave, que vale la pena pensar. La afirmación es que Hammas, con sus verdaderas "fanfarronadas", de echar a los judíos del territorio, termina sirviendo a los propósitos expansionistas de la derecha israelí. Quiero analizar esa afirmación. En principio parece todo muy obvio. Se vé claro el círculo perfecto. Pero es pura apariencia. ¿Es verdad que a Hammas le sale mal su fanfarronada?
En principio mirando un poco dos bandos cualquiera de poder y fuerza muy desigual, la fuerza es la que determina ante el observador quién es el victimario, la minusvalía es la que determina quién es la víctima, y las razones en juego quedan eclipsadas. Es sencillo viéndolo en un matrimonio donde las razones de una pelea se eclipsan cuando el marido termina dándole una paliza a la mujer. Cuanto más dura sea la paliza, tanto menos importan las razones que la originaron. Hammas juega el papel de víctima, y las acciones militares de Israel se lo regalan.
Las razones expansionistas no dependen más que de una lógica de sistema. Las lógicas del sistema capitalista son como las de la naturaleza, nadie se ha enojado nunca con el mar porque haya inundaciones. Lo que hace el ser humano es poner diques, no pierde tiempo en pedirle al mar que se porte civilizadamente. ¿Y qué es un dique? Es fuerza en sentido contrario al de la inundación. Claro que si el mar pudiera quejarse lo haría señalando los diques como una "provocación". Ante los ojos del observador, el ataque de Hammas no resulta una provocación, sino una excusa que le sirve a Israel para justificar la guerra y detener las negociaciones de paz.
La acción de Hammas, no queda a los ojos del mundo como la acción de un "fanfarrón", sino como la de una víctima, pobrecita. De esa manera la operación política le sale redonda. Gana prestigio de luchador anticolonialista, mientras encubre el mantenimiento del statu quo, lo que es su verdadero interés. Hammas no "hace mal las cosas", sino que las hace bien para lo que se propone. Porque Hammas es un agente del capitalismo árabe, que mantiene sumergida a la población en la miseria, permitiéndole sobrevivir con dádivas para la comida, y con una mística sobre su liberación de un enemigo colonial, en un entretejido de gente que necesita unos de los otros para mantener ese sistema comunitario, dentro del que debe haber forzosamente privilegios para los líderes, que no estarán muy dispuestos a perder. Hammas no es una coooperativa.
El Estado de Israel, si quisiera la paz, debería negociar con Abbás, aunque no represente a todos los palestinos, aunque Hammas no se le subordine. Tiene que llegar a un acuerdo sobre límites de frontera fijos e inamovibles, y hacer acuerdo de relaciones económicas que hagan viable la economía palestina. Terminado un acuerdo, el mundo miraría con antipatía a Hammas. Pero al Israel que es proyecto de la derecha le viene bien la acción de Hammas que le "proporciona" la excusa para mantener el statu quo, porque el Estado de Israel, gobernado por los intereses nortemericanos, no tiene problema en seguir así. De hecho alguien dijo que en Israel hay más víctimas de accidentes de tránsito, que víctimas por acción de Hammas.
Hay muchos israelíes dispuestos a hacer un acuerdo de paz, pero hay otros que no, como el que mató a Rabbin que representa a un sector del Israel fanático, fundamentalista y teológico, que no participó en la creacióon del Estado de Israel, pero que sin embargo hoy va avanzando cada vez más sobre ciudadanos atrapados en su arbitrio. Estos fundamentalistas teológicos aparecen a los ojos de los judíos incautos, como los guardianes de la Torá, pero en realidad, no son más que la careta del capitalismo indómito, salvaje, inhumano, el mundo de los intereses sin bandera, sin otro dios que la renta.
Por otro lado Hammas también actúa por razones de sistema al sostener el estado de guerra. Hammas ampara y desarrolla un sistema de vida comunitario que se nutre del dinero de los árabes sobre el petróleo, que manteniendo el conflicto mantienen las desigualdades dentro del mundo árabe, cumpliendo el papel de guardianes de la seguridad del patrimonio de las clases opulentas, que pueden dormir tranquilas por ahora. Igual que los teológicos israelíes, éstos de Hammas, tienen la careta de luchadores contra el colonialismo, cuando en realidad lo que hacen y dicen, es una excusa para mantener una sociedad atada a sus jeques.
Los capitales de los jeques árabes que terminan en Hammas diciendo luchar contra el colonialismo israelí y los capitales norteamericanos de los que dicen defender la Torá, están jugando acá su sucio juego, disfrazándose cada parte en el conflicto con falsas declamaciones ideológicas. Ni a los defensores de la Torá que avanzan sobre territorio árabe les importa la Torá, ni a los a los de Hammas les importa la lucha contra el colonialismo.
Entonces, ¿por qué nos vamos a asombrar de que Hammas haga "fanfarronadas"? Si justamente así impide que se haga la paz.
Hay que sacar del medio tanto al falso combatiente contra el colonialismo que se llama Hammas como a los falsos defensores de la Torá, y sentarse a hace la paz entre individuos civilizados para luchar juntos contra un enemigo común, que tiene a la guerra como negocio permanente.