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Estamos ante el caso de Lorena Martins denunciando a su padre. Este caso revela que las relaciones entre distintos estamentos del Estado, como Justicia, Inteligencia y Polícia, que naturalmente están vinculados por su lucha contra el delito, terminan incluyendo al delito en el vínculo o, lo mismo, terminan incluyéndose en el delito. De esta forma el Estado desnaturaliza su función de ser una garantía para la vida de los ciudadanos, y se constituye en lo contrario, la garantía para la impunidad del delito contra la ciudadanía.
El delito de "Trata", absolutamente aberrante, surge de estas relaciones de garantía de impunidad.
Pero nosotros, los ciudadanos, no solemos observar el delito expuesto como ahora con la denuncia de Lorena Martins. Estamos ante los hechos expuestos viendo cómo no se reacciona.
Lorena dice que nadie la llamó a declarar. Que pidió tratamiento de urgencia para poder allanar los locales. Que hasta dibujaría los planos con las paredes falsas por donde se escaparían los culpables. Pero que no se procedió. Incluso que no se llamó a declarar a una víctima directa de "Trata" que ella convenció de dar su testimonio.
¿Entonces? Se está jugando con que nuestra memoria es débil, con que no podemos hacer nada.
¿Y qué hacen las autoridades políticas? Nada. No pueden hacer nada. Porque la Justicia es independiente del Poder Ejecutivo y del Legislativo. He ahí su independencia, para esto sirve.
La Justicia tiene en sus manos el destino de todos los individuos. Incluso el de los políticos. Puede condenarnos o puede salvarnos. Con total irresponsabilidad. Estamos en sus manos.
¿Qué dice el Presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires de esto? ¿Qué puede decir si es empleado de la corporación mediática? si ejerce de director de Papel Prensa por parte de la empresa Clarín. Está contaminado, no puede ejercer el control de la ética de la profesión. Pero nada le impide legalmente ser empleado de Clarín y al mismo tiempo Presidente de un Colegio de Abogados.
Las autoridades políticas han hecho pocos comentarios. Aníbal Fernández salió a vociferar por el vínculo de Martins con Macri, a quien le habría dado dinero para la campaña. Eso, la verdad, ya es lo de menos. Porque no es delito aceptar dinero, y Macri puede decir que no sabía lo que hacía Martins, aún visitando el cabaret. Así que el requiebro de Aníbal Fernández corre el eje del problema y ayuda a enturbiar la visión del asunto.
Lo grave de esto es la "Trata". Lo grave de esto es el vínculo del Estado con el delito más aberrante. No nos cambien el eje.
El Neoliberalismo y el Liberalismo en general se llenan la boca con el argumento de que el Estado genera corrupción y por eso el Estado tiene que ser mínimo, no meterse en nada, ser casi un convidado de piedra, un desparecido.
La pretensión liberal de achicar al Estado para terminar con la corrupción es apenas una excusa para que el Estado reniegue de hacer lo que le corresponde, vigilar por la vida de los ciudadanos.
Nosotros queremos un Estado metido en la vida de la gente. Pero ¿qué hacemos con la corrupción? ¿Denunciarla en la Justicia siendo la Justicia la garantía de la corrupción?
Dejo abierto el debate. Yo no tengo respuestas. Una buena respuesta la dio Caparrós sugiriendo no hablar de corrupción porque el tema corrupción conculca el debate político. Me parece que por acá tenemos que ir. Tenemos que lograr que el tema de la corrupción se convierta en un debate político.
La corrupción es un tema de debate político que no se soluciona con la denuncia de los delincuentes a la Justicia. Hay que sentarse a hablar, no de combate contra la corrupción, sino de prevención.
El debate es cómo se previene políticamente la corrupción.
Van a decir que con controles. Yo creo que eso es un artilugio. Los controles existen, están las leyes que exigen la declaración patrimonial. Pero parece que no se hacen. Si no, ¿cómo podría tener un Juez un patrimonio que no sale de sus honorarios?
¿Qué decís vos? ¿Cómo se previene la corrupción?
Leé el artículo en Tiempo Argentino
El testimonio de Lorena en video