Resumen del capítulo anterior:
En el primer año de gobierno, la revolución declara la libertad de comercio y abre las importaciones. En el año 1811 comienza la crisis de falta de circulante por importaciones de artículos de consumo que se llevaron demasiado oro y plata. La crisis depara el hundimiento de la actividad comercial y productiva, lo que provoca inmensas dificultades en la financiación del gobierno. El Congreso de Tucumán nombra Director Supremo a Pueyrredón, quien hace intentos de diversos empréstitos voluntarios y forzosos, sin poder aprovisionar al gobierno de los fondos necesarios para la guerra de la independencia y los gastos corrientes. Por fin en el año 1818 Pueyrredón crea por bando La Caja Nacional de Fondos de Sud América.
LA HISTORIA FINANCIERA DEL PRIMER CENTENARIO ARGENTINO
Capítulo 2
La Caja Nacional de Fondos de Sud América, recibiría en depósito dinero y papeles de crédito contra el gobierno, y en cambio entregaría certificados de depósito negociables por endoso. El depósito sería a perpetuidad y lo mismo el certificado, el cual ganaría un interés pagadero en dinero cada tres meses.
La idea era brillante. El gobierno recibiría dinero de los particulares que no debería devolver nunca, y por el cual pagaría un interés trimestral mientras viviera el tenedor del certificado o sus herederos. El particular podía usar el certificado como si fuera dinero, porque lo podía hacer circular mediante endoso, y mientras lo retuviera le devengaría un interés pagadero en efectivo. También hacerlo circular sería fácil, dado que el que lo recibiera se cobraría no sólo el monto de lo requerido en una compra venta, sino el crédito adosado del cobro de un interés.
Era una caja de creación de deuda a perpetuidad para los dineros en depósito, y de conversión de deuda flotante a deuda perpetua para los papeles de crédito contra el gobierno. De esa manera el gobierno rescataría todos los papeles de la deuda pública, limpiándola, y tomaría crédito en dinero para financiarse y pagar los intereses trimestrales. Muchos tenedores de papeles accedieron al canje por certificados, pero muy pocos acudieron a dejar dinero contante y sonante a perpetuidad. No se confiaba en que el gobierno pudiera hacer frente a los pagos del interés.
La Caja sobrevive infructuosamente apenas tres años, hasta 1821, cuando ya había pasado el gobierno de Pueyrredón, luego el de Rondeau, y el Juan Pedro Aguirre, que es el último Director Supremo. Desaparece el Directorio y es plena época de disolución nacional, sin gobierno central. Por ley de la Legislatura de Buenos Aires del gobernador Martín Rodriguez, se anula la Caja Nacional de Fondos de Sud América, y se devuelven los dineros recibidos que no eran más que 7mil pesos.
El territorio del Río de la Plata es el único que permanece todavía sin ser reconquistado por España. Prácticamente todo el resto de Amércia sublevada ha sido recuperado por el poder colonial, y las distintas revoluciones aplastadas. Las provincias están separadas unas de otras y lo que rige es la anarquía. El poder nacional está disuelto. Los ejércitos sublevados. Los caudillos en armas. Santa Fé y Entre Ríos están en guerra con Buenos Aires. Los indios con sus caciques a la cabeza unidos a los caudillos.
Martín Rodriguez asume como gobernador de Buenos Aires separada del resto de las provincias, el 26 de septiembre del año 1820. Tiene como principales ministros a Bernardino Rivadavia y a Manuel J.García "el primer financista argentino".
Manuel J. García, "principió por donde debe empezar todo ministro de hacienda", por tratar de conocer el monto de la deuda flotante exigible a fin de arbitrar recursos para cancelarla. Al efecto suspendió todo pago por deuda para auditarla y nombró una comisión para que resolviera la validez de los reclamos, e inscribiera la deuda reconocida.
En cuestión de días se expidió esta comisión. La deuda reconocida por billetes, recibos, documentos con el 8, 12 y 15% de interés, empréstitos internos, rescate de esclavos, suplementos, libranzas, ajustes militares y sueldos, totalizó la cifra de 2.598.000 pesos fuertes.
Para consolidar la deuda con Fondos Públicos, el ministro García creó dos institutos de control que darían estabilidad al crédito público. Mediante una ley de 1821 se creó el Instituto de Inscripción, y el de amortización de la Deuda Pública .Para el primero se creó "el Gran Libro de Rentas y Fondos Públicos" y para el segundo se destinaron 5 millones de pesos fuertes que se obtendrían como producto de la venta de bienes fiscales y 300mil pesos fuertes de las rentas aduaneras anuales.
Dice el autor del libro del cual se extraen estos datos, José A.Terry, que la labor del Ministro García fue tan minuciosa y "científica" que la organización administrativa creada por él para el Ministerio de Hacienda "todavía hoy subsiste", refiriéndose por supuesto al año 1910, 90 años más tarde.
Nada había organizado antes de García. Desde 1810, por diez años, toda la administración había sido caótica y sin contralor. Los dineros entraban y salían por varios lados, los registros de las cuentas no tenían uniformidad de métodos ni de estilos de ser llevadas. Los libros se apilaban desordenadamente en diferentes lugares. Todo eso hizo que la situación económica y financiera fuera más angustiosa e ingobernable para los anteriores gobiernos.
García concentró las entradas y los pagos en una Tesorería. Ordenó la publicidad mensual de las operaciones. Dividió la administración de Hacienda en tres reparticiones: Dirección de Rentas o Recepción, Contaduría General y Tesorería. Creó también dos Tribunales de Cuentas, uno administrativo y el otro formado por tres legisladores que debían estudiar y revisar las cuentas presentadas por el Poder Ejecutivo, y expedirse al finalizar las sesiones legislativas anuales.
La ley de septiembre de 1821 estableció que ninguna otra autoridad que no sea el Gobierno podía establecer impuesto alguno, lo que indica el estado caótico de quienes eran los que imponían impuestos a la población. Igualmente para establecer las pensiones, sueldos de empleos públicos, y gastos.
Y por último creó el proyecto de ley de Presupuesto de Gastos, según Terry, "de la misma forma que aún subsiste". Hasta entonces no se había conocido Presupuesto, sino simples planillas aisladas de gastos, sin unidad posible.
En la sesión del 18 de septiembre de 1822, el Ministro García da cuenta con solemnidad del proyecto que acababa de presentar y dice ante la Legislatura: " si ésta llega a ser para nosotros una costumbre sagrada, entonces las libertades y la prosperidad progresiva quedarán garantizadas, y esta noche en la que por primera vez se realiza tan grande acto en las regiones meridionales de la América, será marcada como una época célebre entre las naciones que se levantan al calor de la independencia"
Lástima que el Ministro García ordenó tanto las cuentas y creó tanta prosperidad en la provincia de Buenos Aires, que la Baring Brothers de Londres encontró ideal el concederle al país por primera vez un préstamo por 570.000 libras esterlinas, de las cuales se descontaba desde el vamos 130.000 para los servicios de los intereses por adelantado. Con ese préstamo se creó el primer banco.
La deuda se dejó de pagar en el año 28 durante el gobierno de Lavalle. En 1844 se presentó a hablar con Rosas un enviado de la Baring a solicitar la continuación del pago mediante refinanciación de la deuda. Ya las Islas Malvinas habían sido usurpadas, y Rosas le ofreció al enviado cambiar la deuda por las Islas, a lo que el enviado se negó. Imaginemos que Rosas no podía pensar que el enviado iba a decir que sí, puesto que él representaba a un Banco, no al estado Británico. Además, no podía pensar Rosas que los británicos fueran a pagar por algo que ya tenían en su poder. Lo que se entiende de un hombre tan inteligente como Rosas, es que se negaba a pagar la deuda, dejando claro que el que roba a un ladrón tiene 100 años de perdón. Así la deuda se arrastró por casi un siglo, sumando y sumando intereses.
Tierry dice, siendo él el Ministro de Hacienda de la época del centenario, que él en persona terminó de pagar ese préstamo, y que "ha costado a la nación más de 23 millones hasta su completa extinción".
(continúa en el post siguiente)
En el primer año de gobierno, la revolución declara la libertad de comercio y abre las importaciones. En el año 1811 comienza la crisis de falta de circulante por importaciones de artículos de consumo que se llevaron demasiado oro y plata. La crisis depara el hundimiento de la actividad comercial y productiva, lo que provoca inmensas dificultades en la financiación del gobierno. El Congreso de Tucumán nombra Director Supremo a Pueyrredón, quien hace intentos de diversos empréstitos voluntarios y forzosos, sin poder aprovisionar al gobierno de los fondos necesarios para la guerra de la independencia y los gastos corrientes. Por fin en el año 1818 Pueyrredón crea por bando La Caja Nacional de Fondos de Sud América.
LA HISTORIA FINANCIERA DEL PRIMER CENTENARIO ARGENTINO
Capítulo 2
La Caja Nacional de Fondos de Sud América, recibiría en depósito dinero y papeles de crédito contra el gobierno, y en cambio entregaría certificados de depósito negociables por endoso. El depósito sería a perpetuidad y lo mismo el certificado, el cual ganaría un interés pagadero en dinero cada tres meses.
La idea era brillante. El gobierno recibiría dinero de los particulares que no debería devolver nunca, y por el cual pagaría un interés trimestral mientras viviera el tenedor del certificado o sus herederos. El particular podía usar el certificado como si fuera dinero, porque lo podía hacer circular mediante endoso, y mientras lo retuviera le devengaría un interés pagadero en efectivo. También hacerlo circular sería fácil, dado que el que lo recibiera se cobraría no sólo el monto de lo requerido en una compra venta, sino el crédito adosado del cobro de un interés.
Era una caja de creación de deuda a perpetuidad para los dineros en depósito, y de conversión de deuda flotante a deuda perpetua para los papeles de crédito contra el gobierno. De esa manera el gobierno rescataría todos los papeles de la deuda pública, limpiándola, y tomaría crédito en dinero para financiarse y pagar los intereses trimestrales. Muchos tenedores de papeles accedieron al canje por certificados, pero muy pocos acudieron a dejar dinero contante y sonante a perpetuidad. No se confiaba en que el gobierno pudiera hacer frente a los pagos del interés.
La Caja sobrevive infructuosamente apenas tres años, hasta 1821, cuando ya había pasado el gobierno de Pueyrredón, luego el de Rondeau, y el Juan Pedro Aguirre, que es el último Director Supremo. Desaparece el Directorio y es plena época de disolución nacional, sin gobierno central. Por ley de la Legislatura de Buenos Aires del gobernador Martín Rodriguez, se anula la Caja Nacional de Fondos de Sud América, y se devuelven los dineros recibidos que no eran más que 7mil pesos.
El territorio del Río de la Plata es el único que permanece todavía sin ser reconquistado por España. Prácticamente todo el resto de Amércia sublevada ha sido recuperado por el poder colonial, y las distintas revoluciones aplastadas. Las provincias están separadas unas de otras y lo que rige es la anarquía. El poder nacional está disuelto. Los ejércitos sublevados. Los caudillos en armas. Santa Fé y Entre Ríos están en guerra con Buenos Aires. Los indios con sus caciques a la cabeza unidos a los caudillos.
Martín Rodriguez asume como gobernador de Buenos Aires separada del resto de las provincias, el 26 de septiembre del año 1820. Tiene como principales ministros a Bernardino Rivadavia y a Manuel J.García "el primer financista argentino".
Manuel J. García, "principió por donde debe empezar todo ministro de hacienda", por tratar de conocer el monto de la deuda flotante exigible a fin de arbitrar recursos para cancelarla. Al efecto suspendió todo pago por deuda para auditarla y nombró una comisión para que resolviera la validez de los reclamos, e inscribiera la deuda reconocida.
En cuestión de días se expidió esta comisión. La deuda reconocida por billetes, recibos, documentos con el 8, 12 y 15% de interés, empréstitos internos, rescate de esclavos, suplementos, libranzas, ajustes militares y sueldos, totalizó la cifra de 2.598.000 pesos fuertes.
Para consolidar la deuda con Fondos Públicos, el ministro García creó dos institutos de control que darían estabilidad al crédito público. Mediante una ley de 1821 se creó el Instituto de Inscripción, y el de amortización de la Deuda Pública .Para el primero se creó "el Gran Libro de Rentas y Fondos Públicos" y para el segundo se destinaron 5 millones de pesos fuertes que se obtendrían como producto de la venta de bienes fiscales y 300mil pesos fuertes de las rentas aduaneras anuales.
Dice el autor del libro del cual se extraen estos datos, José A.Terry, que la labor del Ministro García fue tan minuciosa y "científica" que la organización administrativa creada por él para el Ministerio de Hacienda "todavía hoy subsiste", refiriéndose por supuesto al año 1910, 90 años más tarde.
Nada había organizado antes de García. Desde 1810, por diez años, toda la administración había sido caótica y sin contralor. Los dineros entraban y salían por varios lados, los registros de las cuentas no tenían uniformidad de métodos ni de estilos de ser llevadas. Los libros se apilaban desordenadamente en diferentes lugares. Todo eso hizo que la situación económica y financiera fuera más angustiosa e ingobernable para los anteriores gobiernos.
García concentró las entradas y los pagos en una Tesorería. Ordenó la publicidad mensual de las operaciones. Dividió la administración de Hacienda en tres reparticiones: Dirección de Rentas o Recepción, Contaduría General y Tesorería. Creó también dos Tribunales de Cuentas, uno administrativo y el otro formado por tres legisladores que debían estudiar y revisar las cuentas presentadas por el Poder Ejecutivo, y expedirse al finalizar las sesiones legislativas anuales.
La ley de septiembre de 1821 estableció que ninguna otra autoridad que no sea el Gobierno podía establecer impuesto alguno, lo que indica el estado caótico de quienes eran los que imponían impuestos a la población. Igualmente para establecer las pensiones, sueldos de empleos públicos, y gastos.
Y por último creó el proyecto de ley de Presupuesto de Gastos, según Terry, "de la misma forma que aún subsiste". Hasta entonces no se había conocido Presupuesto, sino simples planillas aisladas de gastos, sin unidad posible.
En la sesión del 18 de septiembre de 1822, el Ministro García da cuenta con solemnidad del proyecto que acababa de presentar y dice ante la Legislatura: " si ésta llega a ser para nosotros una costumbre sagrada, entonces las libertades y la prosperidad progresiva quedarán garantizadas, y esta noche en la que por primera vez se realiza tan grande acto en las regiones meridionales de la América, será marcada como una época célebre entre las naciones que se levantan al calor de la independencia"
Lástima que el Ministro García ordenó tanto las cuentas y creó tanta prosperidad en la provincia de Buenos Aires, que la Baring Brothers de Londres encontró ideal el concederle al país por primera vez un préstamo por 570.000 libras esterlinas, de las cuales se descontaba desde el vamos 130.000 para los servicios de los intereses por adelantado. Con ese préstamo se creó el primer banco.
La deuda se dejó de pagar en el año 28 durante el gobierno de Lavalle. En 1844 se presentó a hablar con Rosas un enviado de la Baring a solicitar la continuación del pago mediante refinanciación de la deuda. Ya las Islas Malvinas habían sido usurpadas, y Rosas le ofreció al enviado cambiar la deuda por las Islas, a lo que el enviado se negó. Imaginemos que Rosas no podía pensar que el enviado iba a decir que sí, puesto que él representaba a un Banco, no al estado Británico. Además, no podía pensar Rosas que los británicos fueran a pagar por algo que ya tenían en su poder. Lo que se entiende de un hombre tan inteligente como Rosas, es que se negaba a pagar la deuda, dejando claro que el que roba a un ladrón tiene 100 años de perdón. Así la deuda se arrastró por casi un siglo, sumando y sumando intereses.
Tierry dice, siendo él el Ministro de Hacienda de la época del centenario, que él en persona terminó de pagar ese préstamo, y que "ha costado a la nación más de 23 millones hasta su completa extinción".
(continúa en el post siguiente)