Enseguida que los agrogarcas se levantaron contra la 125, estábamos todos consternados porque al Gobierno se le había "pasado" el sector de pequeños productores, y había permitido, o casi impulsado que se junte el agua con el aceite.
Al Gobierno se le pasó avizorar el hecho, y qué consecuencias terribles se venían para la paz interior. Se le pasó lo que todos hubiéramos esperado, que hubiera sido capaz de aplastar al Huevo de la Serpiente antes de que nazca.
El Gobierno demostró estar a la intemperie, y bajó del pedestal. El triunfalismo se nos cayó, y nos dimos de bruces contra el piso.
En esos momentos recuerdo que leí en La Barbarie un artículo de Pablo, donde citaba a un pensador que en síntesis decía lo siguiente: ganar no alcanza para tener razón, pero perder la quita, perder es traicionar.
A mí me pareció muy duro, pero en fin, la política es así, comprendí, hay que ganar sí o sí. Los laureles de la razón derrotada no le sirven a nadie.
Ahora, a la lucha interna que no cedió, se le suma la situación internacional que amenaza con impactar fuerte en cualquier momento.
La ferocidad del ataque agrogarca no cedía y el tiempo que faltaba para las elecciones se veía como los 40 años en el desierto, un tiempo que iba a deterior al Gobierno lentamente, paralizando al país.
No fue Kirchner sino Macri el que adelantó las elecciones en Capital. A cualquiera le debiera parecer que habilitó moralmente a Kirchner para adelantar las nacionales. Ya que la delantera la tomaba la oposición, habilitaba la jugada, pero no, la oposición no usa la misma vara para medir su ombligo y relacionar lo presidencial.
Igualmente, Micchetti fue la primera que dijo bajarse de la vicejefatura para pasar a legisladora, pero cuando Kirchner hace lo mismo con candidatos de la provincia, eso está mal.
No señores, nosotros que medimos con la misma vara los hechos del oficialismo y de la oposición decimos que no está mal. También lo dice Binner, es todo legal. Si es legal no se puede objetar.
Terminemos con el argumento HONESTISTA. El comportamiento se restringe al cumplimiento de las leyes. Hasta tanto las leyes no se cambien si están mal, nadie puede exigir que no se hagan cosas legales con el argumento de que están moralmente mal. Y menos aún, cuando se exige a un Gobierno que gane sí o sí, porque esa es la política real.
Llevar la política extrema que lleva adelante el compañero Néstor K, no es más que dar una pelea descarnada contra la derrota que nadie le va a perdonar, ni siquiera sus fanáticos. Si la pelea es en el marco de la Ley, terminemos con el HONESTISMO, típico de la oligarquía apropiadora del destino ajeno, que para colmo predica y exige honestidad.
Cambien las leyes si no quieren que sean usadas al extremo, ésto se juega como el fútbol, con el off side.
Al Gobierno se le pasó avizorar el hecho, y qué consecuencias terribles se venían para la paz interior. Se le pasó lo que todos hubiéramos esperado, que hubiera sido capaz de aplastar al Huevo de la Serpiente antes de que nazca.
El Gobierno demostró estar a la intemperie, y bajó del pedestal. El triunfalismo se nos cayó, y nos dimos de bruces contra el piso.
En esos momentos recuerdo que leí en La Barbarie un artículo de Pablo, donde citaba a un pensador que en síntesis decía lo siguiente: ganar no alcanza para tener razón, pero perder la quita, perder es traicionar.
A mí me pareció muy duro, pero en fin, la política es así, comprendí, hay que ganar sí o sí. Los laureles de la razón derrotada no le sirven a nadie.
Ahora, a la lucha interna que no cedió, se le suma la situación internacional que amenaza con impactar fuerte en cualquier momento.
La ferocidad del ataque agrogarca no cedía y el tiempo que faltaba para las elecciones se veía como los 40 años en el desierto, un tiempo que iba a deterior al Gobierno lentamente, paralizando al país.
No fue Kirchner sino Macri el que adelantó las elecciones en Capital. A cualquiera le debiera parecer que habilitó moralmente a Kirchner para adelantar las nacionales. Ya que la delantera la tomaba la oposición, habilitaba la jugada, pero no, la oposición no usa la misma vara para medir su ombligo y relacionar lo presidencial.
Igualmente, Micchetti fue la primera que dijo bajarse de la vicejefatura para pasar a legisladora, pero cuando Kirchner hace lo mismo con candidatos de la provincia, eso está mal.
No señores, nosotros que medimos con la misma vara los hechos del oficialismo y de la oposición decimos que no está mal. También lo dice Binner, es todo legal. Si es legal no se puede objetar.
Terminemos con el argumento HONESTISTA. El comportamiento se restringe al cumplimiento de las leyes. Hasta tanto las leyes no se cambien si están mal, nadie puede exigir que no se hagan cosas legales con el argumento de que están moralmente mal. Y menos aún, cuando se exige a un Gobierno que gane sí o sí, porque esa es la política real.
Llevar la política extrema que lleva adelante el compañero Néstor K, no es más que dar una pelea descarnada contra la derrota que nadie le va a perdonar, ni siquiera sus fanáticos. Si la pelea es en el marco de la Ley, terminemos con el HONESTISMO, típico de la oligarquía apropiadora del destino ajeno, que para colmo predica y exige honestidad.
Cambien las leyes si no quieren que sean usadas al extremo, ésto se juega como el fútbol, con el off side.