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Voy a contar dos anécdotas caseras para ilustrar la situación:
1) Vino Anita, al terminar la Guerra, a la Argentina, directo del campo de concentración, y la familia que no tenía espacio para alojarla, la mandó a un conventillo de Villa Crespo con judíos que hablaban idish como ella. Anita jamás había visto un conventillo. Entró de noche y cuando se levantó a la mañana quiso ir al baño y se encontró con una cola en el patio. Dijo en voz alta, en idish: ¡qué clase de país es este que hay que hacer cola para ir al baño! Los paisanos ofendidos le gritaron cosas feas, como la siguiente: ¡andá, piojosa, volvete al campo de concentración si no te gusta este país!
2) Un domingo a la mañana tempranito, escuché una cumbia a todo volumen que venía de un departamento donde se había mudado una nueva vecina. Estuve por gritar que baje la música, pero me ganó de mano otra vecina, que sacando la cabeza por la ventana, le gritó : ¡peruana de mierda, bajá esa música, en este país se respeta a los vecinos! Ese grito "peruana de mierda" me hizo cambiar de objetivo y la música dejó de molestarme. En lugar de gritarle a la peruana le grité a la vecina racista: ¡racista de mierda, en este país se respeta a todos!
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Si entendiste por qué cuento las dos anécdotas, bien. Pero por las dudas lo explico.
Los argentinos, como Anita, venimos del Infierno, de la Dictadura, del derrumbe total del país en 2001, y ahora, que recien levantamos la cabeza, venimos con exigencias esplendorosamente ambientalistas y somos capaces de revolucionarlo todo "porque ya no tenemos paciencia para aguantar tanto despropósito" y nos permitimos ataques histéricos de ambientalismo. A esos les digo ¡andá piojoso, si no te gusta este país volvete a España o a Italia, donde no hay contaminación!
Acá recien estamos sacando la nariz para respirar y las Minas son un negocio de tantos. Tené paciencia para exigir. Recien se empezó a juzgar a los milicos y te aguantaste cuarenta años. Recien se empezó a no reprimir la protesta social y vas a provocar con desmanes cortando rutas, venís a obligarme a mí a tener que "solidarizarme" con vos porque si no me obligás a estar de acuerdo con la represión. No voy a aceptar que me pongas entre la espada y la pared. No me trago más ni los piquetes de la abundancia ni los piquetes de la soberbia resentida y humillada en las urnas.
El eje de la discusión NO DEJO QUE ME LO PONGAN EN LA MINERÍA, el eje está en la disputa política por el poder del Estado, lo de la Minería es un pretexto, total y absolutamente un pretexto. Por eso te preguntaba ¿por qué jujsto ahora les agarró el ataque de la Minería?
Por otro lado, la discusión de la Minería no se debe dar entre neófitos, es cosa de expertos y de los responsables políticos. Tenemos democracia y se puede hacer política. Nadie se está muriendo de cáncer por las Minas, en cambio sí se están muriendo las mujeres por aborto, todos los días, y a los ambientalistas les importa un carajo la mujer pobre, no es parte del paisaje montañoso, es fea, y no existe. Por eso no se rasgan las vestiduras en apoyo al Aborto. Pero sí les interes la Minería ¡vamos!
El cuento dos (2) viene a mostrar cómo yo que estoy a favor de la Ecología y la lucha contra la contaminación en manos de quien corresponde, cambio de objetivo y soy capaz de defender la Minería a Cielo abierto (como defendí a la peruana) cuando se trata de desnudar el verdadero intento de desestibilizar a un Gobierno que me permite trabajar y sobrevivir dignamente desde que llegó a mi vida. A mí no me engañan con espejitos de colores. Tengo suficiente edad como para haber visto lo necesario para ver transparente a los hipócritas manejar a los imbéciles, a los histéricos, y a los que tienen su proyecto mesiánico revolucionario malentendido.
Voy a defender con uñas y dientes a este Gobierno cuando las manifestaciones se hagan poniendo en riesgo la paz social.
Yo me expresé contra la Ley de Terrorismo. Pero no cuenten conmigo si van a romper vidrieras o cortar calles. ¿Se entendió?
1) Vino Anita, al terminar la Guerra, a la Argentina, directo del campo de concentración, y la familia que no tenía espacio para alojarla, la mandó a un conventillo de Villa Crespo con judíos que hablaban idish como ella. Anita jamás había visto un conventillo. Entró de noche y cuando se levantó a la mañana quiso ir al baño y se encontró con una cola en el patio. Dijo en voz alta, en idish: ¡qué clase de país es este que hay que hacer cola para ir al baño! Los paisanos ofendidos le gritaron cosas feas, como la siguiente: ¡andá, piojosa, volvete al campo de concentración si no te gusta este país!
2) Un domingo a la mañana tempranito, escuché una cumbia a todo volumen que venía de un departamento donde se había mudado una nueva vecina. Estuve por gritar que baje la música, pero me ganó de mano otra vecina, que sacando la cabeza por la ventana, le gritó : ¡peruana de mierda, bajá esa música, en este país se respeta a los vecinos! Ese grito "peruana de mierda" me hizo cambiar de objetivo y la música dejó de molestarme. En lugar de gritarle a la peruana le grité a la vecina racista: ¡racista de mierda, en este país se respeta a todos!
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Si entendiste por qué cuento las dos anécdotas, bien. Pero por las dudas lo explico.
Los argentinos, como Anita, venimos del Infierno, de la Dictadura, del derrumbe total del país en 2001, y ahora, que recien levantamos la cabeza, venimos con exigencias esplendorosamente ambientalistas y somos capaces de revolucionarlo todo "porque ya no tenemos paciencia para aguantar tanto despropósito" y nos permitimos ataques histéricos de ambientalismo. A esos les digo ¡andá piojoso, si no te gusta este país volvete a España o a Italia, donde no hay contaminación!
Acá recien estamos sacando la nariz para respirar y las Minas son un negocio de tantos. Tené paciencia para exigir. Recien se empezó a juzgar a los milicos y te aguantaste cuarenta años. Recien se empezó a no reprimir la protesta social y vas a provocar con desmanes cortando rutas, venís a obligarme a mí a tener que "solidarizarme" con vos porque si no me obligás a estar de acuerdo con la represión. No voy a aceptar que me pongas entre la espada y la pared. No me trago más ni los piquetes de la abundancia ni los piquetes de la soberbia resentida y humillada en las urnas.
El eje de la discusión NO DEJO QUE ME LO PONGAN EN LA MINERÍA, el eje está en la disputa política por el poder del Estado, lo de la Minería es un pretexto, total y absolutamente un pretexto. Por eso te preguntaba ¿por qué jujsto ahora les agarró el ataque de la Minería?
Por otro lado, la discusión de la Minería no se debe dar entre neófitos, es cosa de expertos y de los responsables políticos. Tenemos democracia y se puede hacer política. Nadie se está muriendo de cáncer por las Minas, en cambio sí se están muriendo las mujeres por aborto, todos los días, y a los ambientalistas les importa un carajo la mujer pobre, no es parte del paisaje montañoso, es fea, y no existe. Por eso no se rasgan las vestiduras en apoyo al Aborto. Pero sí les interes la Minería ¡vamos!
El cuento dos (2) viene a mostrar cómo yo que estoy a favor de la Ecología y la lucha contra la contaminación en manos de quien corresponde, cambio de objetivo y soy capaz de defender la Minería a Cielo abierto (como defendí a la peruana) cuando se trata de desnudar el verdadero intento de desestibilizar a un Gobierno que me permite trabajar y sobrevivir dignamente desde que llegó a mi vida. A mí no me engañan con espejitos de colores. Tengo suficiente edad como para haber visto lo necesario para ver transparente a los hipócritas manejar a los imbéciles, a los histéricos, y a los que tienen su proyecto mesiánico revolucionario malentendido.
Voy a defender con uñas y dientes a este Gobierno cuando las manifestaciones se hagan poniendo en riesgo la paz social.
Yo me expresé contra la Ley de Terrorismo. Pero no cuenten conmigo si van a romper vidrieras o cortar calles. ¿Se entendió?