ESOS "PRÓLOGOS"
Macri no domina suficientes palabras en castellano, y ni siquiera las más conocidas en inglés y le sale la palabra "prólogo" cuando quiere decir "slogan" o la castellanizada por la Real Academia "eslogan", o su sinónimo en castellano "lema" o "consigna". Su referencia a los "prólogos" cuando quiere decir "slogan", desnuda también que no sabe qué quiere decir "prólogo".
Si a la competencia por la presidencia hubiera llegado un hombre humilde, sin escuela, un obrero nacido en la pobreza, no seríamos despectivos sobre su falta de rigor literario básico. Aunque Lula, un obrero nacido y desarrollado en la pobreza, llegó a la presidencia de Brasil con un lenguaje tan culto como el que más. Porque hizo el enorme esfuerzo de construir su intelecto en la lucha política para la cual el intelecto es una herramienta indispensable. Para defender al trabajador se requieren conceptos que vienen de la historia y de la filosofía y una capacidad oral que los exponga en palabras bien articuladas.
Macri nos humilla con su incultura. Su periplo desde el nacimiento a la competencia por la presidencia, destroza la idea de virtud en la trayectoria. Sus "virtudes" son el dinero de un hijo de rico, la incultura y el cinismo suficiente para demostrar que solo alcanza con eso para la política.
Ni siquiera es un "self made man" como Berlusconi que estudió el secundario en un colegio salesiano, estudió derecho en la Universidad Pública e hizo su fortuna de 8 mil millones de dólares por sí mismo. Macri estudió ingeniería y dice que es ingeniero porque su padre se lo impuso, pero sabía que no iba a ejercer.
Aunque Scioli no se luce por la cultura ni tiene carrera universitaria docta, tiene los conceptos suficientes para elaborar un discurso más profundo, porque defiende los intereses de los más pobres. También es hijo de rico, pero de uno que quebró con las políticas neoliberales, que según dijo su hijo, lo llevaron a la muerte. Scioli es hijo de un exitoso comerciante que no hizo su dinero en negocios con el estado y favores como licuar sus deudas para que las pagáramos todos.
Defender a los ricos, efectivamente no necesita de cultura. Casi es la situación ideal para acometer esa tarea. La incultura otorga una dosis de ceguera que permite acciones que de otra manera podrían ser censuradas por una moral más refinada, fundada en el conocimiento de una realidad dramática como es la realidad humana.
La incultura de Macri es lo más difícil de digerir de este fenómeno que acosa con llevar a la Argentina a la tragedia de desandar el camino más auspicioso del último medio siglo, que es el de la década pasada.
Y no tiene a nadie a su alrededor que le diga que existe la palabra "solgan", alguien que se preocupe por que no siga diciendoles "prólogos" a los "eslóganes". Durán Barba debe considerar que esa humillación también es operativa para la campaña, porque lastimar y humillar es un logro nada despreciable para su derrotero mercantilista.
Hasta Sarmiento se hubiera agarrado la cabeza escuchando a Macri, él que creía en un mundo económicamente liberal asociado profundamene a la cultura. Macri tiene lo peor de Sarmiento, lo peor de Mitre, lo peor de Roca, lo peor hasta de Martinez de Hoz, que era capaz de hacer un discurso conceptual hablado en idioma culto.
Que el destino nos libre de tener el presidente más inculto de la historia de dos siglos de la República Argentina.
Si recibís este post por mail y querés comentar, no respondas a este correo. Escribí un comentario en el blog o envía un mail evarow@gmail.com
Macri no domina suficientes palabras en castellano, y ni siquiera las más conocidas en inglés y le sale la palabra "prólogo" cuando quiere decir "slogan" o la castellanizada por la Real Academia "eslogan", o su sinónimo en castellano "lema" o "consigna". Su referencia a los "prólogos" cuando quiere decir "slogan", desnuda también que no sabe qué quiere decir "prólogo".
Si a la competencia por la presidencia hubiera llegado un hombre humilde, sin escuela, un obrero nacido en la pobreza, no seríamos despectivos sobre su falta de rigor literario básico. Aunque Lula, un obrero nacido y desarrollado en la pobreza, llegó a la presidencia de Brasil con un lenguaje tan culto como el que más. Porque hizo el enorme esfuerzo de construir su intelecto en la lucha política para la cual el intelecto es una herramienta indispensable. Para defender al trabajador se requieren conceptos que vienen de la historia y de la filosofía y una capacidad oral que los exponga en palabras bien articuladas.
Macri nos humilla con su incultura. Su periplo desde el nacimiento a la competencia por la presidencia, destroza la idea de virtud en la trayectoria. Sus "virtudes" son el dinero de un hijo de rico, la incultura y el cinismo suficiente para demostrar que solo alcanza con eso para la política.
Ni siquiera es un "self made man" como Berlusconi que estudió el secundario en un colegio salesiano, estudió derecho en la Universidad Pública e hizo su fortuna de 8 mil millones de dólares por sí mismo. Macri estudió ingeniería y dice que es ingeniero porque su padre se lo impuso, pero sabía que no iba a ejercer.
Aunque Scioli no se luce por la cultura ni tiene carrera universitaria docta, tiene los conceptos suficientes para elaborar un discurso más profundo, porque defiende los intereses de los más pobres. También es hijo de rico, pero de uno que quebró con las políticas neoliberales, que según dijo su hijo, lo llevaron a la muerte. Scioli es hijo de un exitoso comerciante que no hizo su dinero en negocios con el estado y favores como licuar sus deudas para que las pagáramos todos.
Defender a los ricos, efectivamente no necesita de cultura. Casi es la situación ideal para acometer esa tarea. La incultura otorga una dosis de ceguera que permite acciones que de otra manera podrían ser censuradas por una moral más refinada, fundada en el conocimiento de una realidad dramática como es la realidad humana.
La incultura de Macri es lo más difícil de digerir de este fenómeno que acosa con llevar a la Argentina a la tragedia de desandar el camino más auspicioso del último medio siglo, que es el de la década pasada.
Y no tiene a nadie a su alrededor que le diga que existe la palabra "solgan", alguien que se preocupe por que no siga diciendoles "prólogos" a los "eslóganes". Durán Barba debe considerar que esa humillación también es operativa para la campaña, porque lastimar y humillar es un logro nada despreciable para su derrotero mercantilista.
Hasta Sarmiento se hubiera agarrado la cabeza escuchando a Macri, él que creía en un mundo económicamente liberal asociado profundamene a la cultura. Macri tiene lo peor de Sarmiento, lo peor de Mitre, lo peor de Roca, lo peor hasta de Martinez de Hoz, que era capaz de hacer un discurso conceptual hablado en idioma culto.
Que el destino nos libre de tener el presidente más inculto de la historia de dos siglos de la República Argentina.
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