LA HONDA QUE APUNTA AL OJO DE GOLIAT
Si el ser humano no se resignó a padecer los designios de la Naturaleza, en la lucha salvaje por la supervivencia, en la que unos son la comida de los otros, ¿por qué se va a resignar a padecer los designios del Capitalismo?
Así como el hombre construyó ciudades lejos de la fieras de la selva, con agua corriente y cañería sanitaria, y construyó la Ciencia para liberarnos de las enfermedades, del ataque de los virus y bacterias, poniendo cerco a la Naturaleza, no se resignará a construir un cerco al Capitalismo, con leyes que nos amparen de ser unos la comida de los otros, en este regimen productivo financiero, que de natural no tiene nada.
Lo que está sucediendo en la oficina del Juez Griesa, es un cuestionamiento al salvajismo capitalista. Y la Argentina, por voluntad de la Presidenta, es el actor que lo cuestiona porque no acepta el fallo del Juez, que es una de las perlas de los designios más salvajes del Capitalismo. Un fallo que tiene que repugnar e indignar a cualquier mente ecuánime.
Se enfrentan otra vez, David y Goliat. Goliat, el gigante y David, con una honda.
No es curioso que el llamado de Galtieri a la población a apoyar la guerra de Malvinas tuviera tanto efecto, dejando de lado que se trataba de un dictador detestable: la cuestión de la defensa de la soberanía territorial enciende muchos corazones.
Lo que resulta curioso es que la población no deje de lado la confrontación política contra un gobierno democrático, para concurrir en masa a apoyar esta verdadera gesta patriótica nacional y soberana que se libra en la oficina del Juez Griesa, donde se juega el futuro de millones de argentinos y de la Patria toda. Gesta que no conduce un tiranuelo etílico, ni lleva a la muerte impía a soldados desamparados, ni lleva a la humillación de la derrota, porque hasta una derrota sería digna en este caso shakespeareano, donde Shylock no tiene siquiera la excusa de haber sido ofendido para exigir del deudor una libra de carne humana.
Han dejado a David solito con su honda, otra vez contra Goliat. El David que se prepara a lanzar una piedra, con precisión, en el ojo del gigante.
No te quepa la menor duda de que otra vez, David lo vencerá.
Si recibís este post por mail y querés comentar, no respondas a este correo. Escribí un comentario en el blog o envía un mail evarow@gmail.com
Si el ser humano no se resignó a padecer los designios de la Naturaleza, en la lucha salvaje por la supervivencia, en la que unos son la comida de los otros, ¿por qué se va a resignar a padecer los designios del Capitalismo?
Así como el hombre construyó ciudades lejos de la fieras de la selva, con agua corriente y cañería sanitaria, y construyó la Ciencia para liberarnos de las enfermedades, del ataque de los virus y bacterias, poniendo cerco a la Naturaleza, no se resignará a construir un cerco al Capitalismo, con leyes que nos amparen de ser unos la comida de los otros, en este regimen productivo financiero, que de natural no tiene nada.
Lo que está sucediendo en la oficina del Juez Griesa, es un cuestionamiento al salvajismo capitalista. Y la Argentina, por voluntad de la Presidenta, es el actor que lo cuestiona porque no acepta el fallo del Juez, que es una de las perlas de los designios más salvajes del Capitalismo. Un fallo que tiene que repugnar e indignar a cualquier mente ecuánime.
Se enfrentan otra vez, David y Goliat. Goliat, el gigante y David, con una honda.
No es curioso que el llamado de Galtieri a la población a apoyar la guerra de Malvinas tuviera tanto efecto, dejando de lado que se trataba de un dictador detestable: la cuestión de la defensa de la soberanía territorial enciende muchos corazones.
Lo que resulta curioso es que la población no deje de lado la confrontación política contra un gobierno democrático, para concurrir en masa a apoyar esta verdadera gesta patriótica nacional y soberana que se libra en la oficina del Juez Griesa, donde se juega el futuro de millones de argentinos y de la Patria toda. Gesta que no conduce un tiranuelo etílico, ni lleva a la muerte impía a soldados desamparados, ni lleva a la humillación de la derrota, porque hasta una derrota sería digna en este caso shakespeareano, donde Shylock no tiene siquiera la excusa de haber sido ofendido para exigir del deudor una libra de carne humana.
Han dejado a David solito con su honda, otra vez contra Goliat. El David que se prepara a lanzar una piedra, con precisión, en el ojo del gigante.
No te quepa la menor duda de que otra vez, David lo vencerá.
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