El buitre es un ave rapaz que se alimenta de animales muertos, y también de piezas vivas, aunque siempre moribundas. La selección natural hizo prevalecer a los individuos que mutaron hacia una cabeza y cuello sin plumas, porque hubiera sido imposible para un ave con ese tipo de alimentación, soportar la humedad de las plumas generada por la sangre y otros fluídos putrefactos de su ingesta.
El buitre no mata él mismo a la presa que come; carece de las garras adecuadas, las que le sirven para caminar. Camina alrededor de un animal moribundo, lo rodea, paciente, esperando la muerte inminente. También carece de olfato. No podría localizar a una presa que estuviera cerca y oculta entre los árboles de un bosque. Localiza a la presa sólo con la vista. La ubica desde gran altura, con su visión poderosa que le permite distinguir animales muertos a varios kilómetros. A pesar de su gran tamaño y peso, vuela a gran altura, aprovechando las corrientes térmicas para elevarse y sostenerse en el aire en largos planeos que le permiten patrullar grandes extensiones buscando carroña.
Pero más que encontrar animales muertos con su vista desde la altura, el buitre está alerta en divisar la escena de algún carnicero persiguiendo a su víctima, como hienas y leones, que cazan presas de suficiente tamaño para proveer a su saciedad antes de ser totalmente consumidas, por lo que abandonan restos descuartizados de carne fresca. El buitre tiene paciencia, sobrevuela en círculo la escena desde las alturas, espera a que se sacie el cazador y se vaya, y que la carne quede a su merced sin ningún esfuerzo de su parte. Algunos buitres poseen lenguas especializadas que les permiten alimentarse con rapidez de la carne blanda, y extraer hasta el tuétano de los huesos.
Tan discapacitado es el buitre en aptitud natural para conseguir su propio alimento sin depender de otros, y tan adaptado está a su miserable actividad, que hasta le faltan las glándulas sudoríparas para regular naturalmente la temperatura de su cuerpo cuando hace calor, por lo que el ave fabrica artificialmente una sustancia que cumple ese cometido: combina sus propias heces con su propia orina y obtiene una pomada con la que cubre sus patas. El amoníaco de la orina que compone la mezcla, funciona como potente exterminador de bacterias, útil para el ave, por el tipo de alimentación que propicia contacto con sangre y fluídos de animal muerto, cubiertos de bacterias.
El buitre es un cazador preferentemente diurno, pero en la India se ha adaptado también a la luz de la luna y de las estrellas. La India es un lugar donde moran muchos buitres con éxito, ya que el tigre es un cazador solitario y poderoso, capaz de matar un animal mucho más grande que su necesidad alimentaria, por lo que asegura siempre una buena cantidad de restos abandonados.
En cierto lugar de la India, el buitre ha establecido relaciones de intercambio con el hombre, en las que éste último practica un comensalismo de provecho cultural, ritual y fúnebre. A una plaza extensa y abierta al cielo, sin árboles, los parientes llevan a sus muertos envueltos en una sábana blanca, y lo dejan expuesto para que los buitres de noche consuman su cuerpo. Un cartel inquietante conmueve al paseante inadvertido: Cuidado con los buitres. No quedarse dormido tirado en el pasto.