Mirtha Legrand comiendo choripán
en la Fiesta de la Vendimia, Marzo de 2008
Mi hijo de 8 años me dice un día: mamá ¡yo no creo en Dios!
Pará -le dije- ¿no creés en Dios, pero seguís creyendo en los Reyes Magos?
¡¿Cómo, no existen?! -me dijo- con los ojos muy abiertos inyectados en lágrimas. ¿Qué, vos y papá me ponen los regalos en Reyes? Lo decía lentamente como imaginando el escenario oculto, develándolo entre tristeza, resignación y comprensión.
Claro hijo, no entiendo cómo si estás en condiciones de no creer en Dios seguís creyendo que pueden existir los Reyes Magos y Papá Noel.
Y bueno mamá -me dijo- de Dios no tenía ninguna prueba, más bien tenía pruebas de que no existe, si no, ¿por qué se mueren los nenes recién nacidos? pero Papá Noel y los Reyes me daban la prueba de los regalos. ¡Yo tenìa la prueba!
Dicen que los hambreados van a una concentración por un choripán. Si los gorilas no son capaces siquiera de tirar un choripán a un hambreado, ponete en el lugar del hambreado ¿no tendrías la prueba de que tenès que ser peronista?