Ojo, ahora van a querer llevar agua para su molino los que tiran bosta ideológica contra el progresismo. Ahora vienen "los que se prueban la ropa que vas a dejar", y se montan sobre Cristina para exigirle mayor peronización del kirchnerismo. A esos echálos ya. Esos vienen a arruinar todo otra vez. Vienen a deshacer lo construído para llevarlo a los niveles en los que estaba el peronismo cuando llegó Néstor Kirchner.
El secreto de Macri es estar contra la política
El secreto de Macri es refugiar a los porteños que sienten que la política no hace nada por ellos.
Refugiarlos del justo resentimiento que tienen contra la política, que ni los mira y ni les dio una sola promesa para ellos.
El secreto de Macri es precisamente el no hacer política y despreciar a los que hacen política, como el gobierno nacional, que es a quien quiere castigar el porteño que se siente fuera de la fiesta de la política.
Despreciar a los que "sólo piensan en los pobres, en darles dinero, en regalarles viviendas, pero a los que trabajan y nunca tienen nada, no les dan nada."
Despreciar a los políticos "que les dan, que les regalan, a los extranjeros de los países limítrofes, y en cambio a los argentinos que trabajan que no pueden comprarse una vivienda, no les dan nada."
Esos son cientos de miles que viven mal y no pueden acceder a una mejoría, aunque no vivan en una villa miseria. Y se preguntan por qué por no vivir en una villa, la política no tiene una mirada a su sufrimiento.
Ya que no pueden aspirar a nada mejor, entonces estos porteños están con Macri, que se opone a los que hacen política, porque "la política se hace para que los políticos se llenen los bolsillos y a nosotros que trabajamos no nos regalan nada."
Hoy están preguntándose, los que esperaban otro resultado, ¿qué pasa con los porteños que votan contra sí?
No, no votan contra sí. Votan contra los que no los miran. Porque no pueden poner el cuerpo en espera de que el derrame de la buena política les toque algún día el hombro, porque eso está tardando demasiado. Y tampoco creen ya en promesas de futuro extenso.
En Buenos Aires hay muchas personas que esperan un crédito para la vivienda. Miles de pibes y pibas con trabajo, que no se pueden casar porque no pueden comprar una vivienda. Miles de personas que no llegan a fin de mes pagando alquileres y expensas. Amargados, trabajando, matándose, transpirando, viajando en colectivos repletos, sin sueños, sin futuro de superación, sin esperanza.
¿Qué pasa? ¿Por qué no prometen aunque sea la sanción de la Ley de Entidades Financieras que Heller ya tiene lista para votar? ¿Por qué no prometen viviendas para todos los porteños? ¿Por qué no prometen algo para esta gente? ¡ALGO!
Viviendas para los que alquilan y para los que se quieren cambiar de departamento. Para los que viven con la suegra, tres chicos y un perro. No dan más, pero miran con envidia los departamentos que les dan las Madres a gente que no tiene nada. ¿Y para nosotros qué hay?, dicen.
¿Por qué votar a Filmus? ¿Qué me va a dar Filmus? Filmus le va a dar a los villeros, pero a mí, nada. Así piensa el porteño que está mal. Entonces castiga a Filmus y vota a Macri, que no le promete nada, pero le pega a Filmus.
Ese es el secreto. Yo me canso de escucharlo en la ciudad. Odian a los inmigrantes, odian a los pobres que no trabajan. Porque ellos son pobres que trabajan. Y se matan.
Estos son los que pueden ser disputados por Filmus. No quieren oir hablar de Derechos Humanos, mientras ellos sean relegados. No quieren oir hablar de erradicar la miseria, mientras ellos no estén viviendo dignamente, mientras los que están en la miseria sean premiados, y ellos que trabajan, sean castigados.
La jubilación ha sido una gran cosa. También la Asignación Universal. Pero a ellos no les alcanza. Quieren un vivienda mejor. Viven como en la villa, pero pagando, pagando, pagando.
A ver si se "avivan", por favor. Estuve enviando mails, tweets, hace rato. Pidiendo por favor alguna promesa para la gente que termina votando a Macri. Pero no hay caso.
Pasa que no abandonan la idea de que la política es para erradicar la pobreza extrema y que pensar en mejorar a los que no están en la calle no es progresista sino un afán burgués de querer ser. Basta con eso, basta con la mirada pendeja de la política. Los setenta ya pasaron. El idealismo necesita realización. Se acabaron los mártires por la patria. Ahora hay demasiadas tentaciones de la vida como para no querer vivir un poco mejor.
Todos los vemos. Los políticos viven bien. Ellos viven bien. Ganan sueldos suculentos. Vienen de familias pudientes. Pero sólo miran a los más pobres. Lo hacen con una mirada de ricos. Con la mirada de los aristocratas que se ganan el cielo haciendo "caridad". Con la mirada de los religiosos que nos mandan consuelo en la vida eterna.
Con el discurso y la mirada sólo en los más pobres, nos están dejando a merced de los buitres.
He ahí el fracaso de Filmus. O reformulan las miradas, o nos llevan puestos, de un lado los perseguidores de progresistas dentro del kirchnerismo, del otro lado también los perseguidores de progresistas, pero que además quieren devorarse al peronismo de una vez por todas.
El secreto de Macri es estar contra la política
El secreto de Macri es refugiar a los porteños que sienten que la política no hace nada por ellos.
Refugiarlos del justo resentimiento que tienen contra la política, que ni los mira y ni les dio una sola promesa para ellos.
El secreto de Macri es precisamente el no hacer política y despreciar a los que hacen política, como el gobierno nacional, que es a quien quiere castigar el porteño que se siente fuera de la fiesta de la política.
Despreciar a los que "sólo piensan en los pobres, en darles dinero, en regalarles viviendas, pero a los que trabajan y nunca tienen nada, no les dan nada."
Despreciar a los políticos "que les dan, que les regalan, a los extranjeros de los países limítrofes, y en cambio a los argentinos que trabajan que no pueden comprarse una vivienda, no les dan nada."
Esos son cientos de miles que viven mal y no pueden acceder a una mejoría, aunque no vivan en una villa miseria. Y se preguntan por qué por no vivir en una villa, la política no tiene una mirada a su sufrimiento.
Ya que no pueden aspirar a nada mejor, entonces estos porteños están con Macri, que se opone a los que hacen política, porque "la política se hace para que los políticos se llenen los bolsillos y a nosotros que trabajamos no nos regalan nada."
Hoy están preguntándose, los que esperaban otro resultado, ¿qué pasa con los porteños que votan contra sí?
No, no votan contra sí. Votan contra los que no los miran. Porque no pueden poner el cuerpo en espera de que el derrame de la buena política les toque algún día el hombro, porque eso está tardando demasiado. Y tampoco creen ya en promesas de futuro extenso.
En Buenos Aires hay muchas personas que esperan un crédito para la vivienda. Miles de pibes y pibas con trabajo, que no se pueden casar porque no pueden comprar una vivienda. Miles de personas que no llegan a fin de mes pagando alquileres y expensas. Amargados, trabajando, matándose, transpirando, viajando en colectivos repletos, sin sueños, sin futuro de superación, sin esperanza.
¿Qué pasa? ¿Por qué no prometen aunque sea la sanción de la Ley de Entidades Financieras que Heller ya tiene lista para votar? ¿Por qué no prometen viviendas para todos los porteños? ¿Por qué no prometen algo para esta gente? ¡ALGO!
Viviendas para los que alquilan y para los que se quieren cambiar de departamento. Para los que viven con la suegra, tres chicos y un perro. No dan más, pero miran con envidia los departamentos que les dan las Madres a gente que no tiene nada. ¿Y para nosotros qué hay?, dicen.
¿Por qué votar a Filmus? ¿Qué me va a dar Filmus? Filmus le va a dar a los villeros, pero a mí, nada. Así piensa el porteño que está mal. Entonces castiga a Filmus y vota a Macri, que no le promete nada, pero le pega a Filmus.
Ese es el secreto. Yo me canso de escucharlo en la ciudad. Odian a los inmigrantes, odian a los pobres que no trabajan. Porque ellos son pobres que trabajan. Y se matan.
Estos son los que pueden ser disputados por Filmus. No quieren oir hablar de Derechos Humanos, mientras ellos sean relegados. No quieren oir hablar de erradicar la miseria, mientras ellos no estén viviendo dignamente, mientras los que están en la miseria sean premiados, y ellos que trabajan, sean castigados.
La jubilación ha sido una gran cosa. También la Asignación Universal. Pero a ellos no les alcanza. Quieren un vivienda mejor. Viven como en la villa, pero pagando, pagando, pagando.
A ver si se "avivan", por favor. Estuve enviando mails, tweets, hace rato. Pidiendo por favor alguna promesa para la gente que termina votando a Macri. Pero no hay caso.
Pasa que no abandonan la idea de que la política es para erradicar la pobreza extrema y que pensar en mejorar a los que no están en la calle no es progresista sino un afán burgués de querer ser. Basta con eso, basta con la mirada pendeja de la política. Los setenta ya pasaron. El idealismo necesita realización. Se acabaron los mártires por la patria. Ahora hay demasiadas tentaciones de la vida como para no querer vivir un poco mejor.
Todos los vemos. Los políticos viven bien. Ellos viven bien. Ganan sueldos suculentos. Vienen de familias pudientes. Pero sólo miran a los más pobres. Lo hacen con una mirada de ricos. Con la mirada de los aristocratas que se ganan el cielo haciendo "caridad". Con la mirada de los religiosos que nos mandan consuelo en la vida eterna.
Con el discurso y la mirada sólo en los más pobres, nos están dejando a merced de los buitres.
He ahí el fracaso de Filmus. O reformulan las miradas, o nos llevan puestos, de un lado los perseguidores de progresistas dentro del kirchnerismo, del otro lado también los perseguidores de progresistas, pero que además quieren devorarse al peronismo de una vez por todas.