No sé si te pasa a vos como a mí, que esta foto me hace sentir la inestabilidad de lo que estamos viviendo como hecho político nacional y popular dirigido por CFK. Ahí en el cartel hay una amenaza.
Si no estás enterado, las facultades delegadas no son una delegación excesiva y graciosa; son una necesidad imperiosa que todos los Congresos le otorgan a todos los Presidentes, no sólo en la Argentina, porque si no, sería imposible gobernar. Todos estos infames que hoy se hacen los estrechos no dudaron en dárselas a De La Rúa, imaginate.
Hay mucha literatura donde podés leer sobre esta asunto. Es cosa de la Constitución anticuada y dubitativa que no termina por poner un límite claro y operativo entre el Legislativo y el Ejecutivo, porque es un problema establecerlo, y además la Constitución resulta vetusta en relación a los tiempos actuales. Pero no importa tanto, porque los defectos se suplen con un poco de criterio honesto. Se supone que gente de mínimo criterio responsable, accede a delegar las facultades sin ninguna discusión, a no ser que sea gente de avería, pero mala gente en serio.
La insistencia en una división estricta de poderes en el sistema presidencialista se corresponde en plenitud con el concepto del estado mínimo propio del siglo XIX. En forma paralela al aumento del rol del Estado en todas las comunidades, el Poder Ejecutivo ha ido concentrando atribuciones que son necesarias para actuar en sociedades que generan cambios veloces.
A partir de la Primera Guerra Mundial la mayoría de los Estados adoptaron modificaciones que implicaron una simplificación de los trámites de las leyes a fin de mantenerlas en armonía con los constantes cambios de la situación política, económica y financiera. La institución de la delegación legislativa desempeñó un papel importante en ese cambio.
Ahí hay un cartel que dice cosas muy feas de todos los que están sentados, de la oposición al gobierno. Habla de su miserabilidad humana. Están sentados ahí, haciendo terrorismo a favor del enemigo de la democracia, y sólo para servirlos, sólo para quitarles las retenciones, que ese es su único plan de gobierno futuro. Es mentira que no se ponen de acuerdo. Están todos de acuerdo: el patrón (en algunos casos como Macri y Narváez, el socio) de todos esos es La Rural. Hay una sola cosa en la que no se ponen de acuerdo: cada uno de ellos quiere ser el Presidente que quite las retenciones al "campo". Cada uno de ellos tiene los colmillos afilados y por la comisura de los labios le cae la baba. Cada uno de ellos no vale nada, pero tiene la suficiente ambición como para querer poner a toda costa, su trasero en el sillón de Rivadavia.En el cartel ese dice: ahora vas a ver cómo te corto las piernas. Claro que la Presidenta tiene el recurso del veto. Pero otra vez van a recurrir a la Justicia contra el veto, y otra vez un juez de morondanga de un pueblito recóndito, uno de esos jueces que dan asco, va a impedir por meses que la Presidenta pueda tener piernas para caminar.
Y ahora viene la Ley de Entidades Financieras, y tal vez le siga la Ley del Aborto. Mientras seguimos agregando derechos a los ciudadanos preparando un país vivible para la mayoría, estos vergonzosos elementos de la "clase política" se preparan para el saqueo al pueblo.
Siempre las cosas fueron así, siempre la oposición o el oficialismo fueron alfombra de la Rural. Pero nunca los lacayos se mostraron tan desfachatadamente. Poner ese cartel, y ponerse abajo de ese cartel, es insoportable de mirar.
A Duhalde le preguntaron (a lo que no contestó) ¿si usted es Presidente, va a vetar la Ley de Matrimonio igualitario?
No queda duda. Si cualquiera de los candidatos de la oposición sube, van a vetar todas y cada una de las leyes sancionadas por este gobierno que traen respiro a la vida. Y van a indultar, claro que van a indultar a los genocidas. No le van a alcanzar las dos manos para hacerlo, cualquiera de ellos.
Hoy temprano estuve viendo el Canal Rural, donde se muestra el extraordinario desarrollo del campo, pero las críticas al gobierno son despreciativas e irrespetuosas, desde un lugar soberbio, elitista, donde las espaldas tienen el ancho que ningno de nosotros los ciudadanos del común tenemos. Ellos tienen espaldas para aguantarse no gobernar, nosotros no tenemos.
La sensación de vivir el aquí y el ahora no es buena para mí. Necesitaría poder sentir que algo de lo conseguido es para siempre. Se está por ver en las futuras elecciones. Y antes, en el rodeo del Congreso, donde seguirán dinamitando los rieles de las vías por donde circula el tren del gobierno.
Según Dato, es falso afirmar que el 24 caen las retenciones.