¿Te acordás cuando ibas a la calesita? ¿Te acordás que tu mamá se iba a sentar y vos te ponías firme agarrado del caño de bronce, preparando la elasticidad del cuerpito y alerta para estirar el brazo y poder sacarle la sortija a la pera negra de madera y ganarte una vuelta gratis?
Pasaba un rato largo antes de que el tipo ese saliera a ofrecer la sortija. Unas cuantas vueltas escuchando la musiquita, vueltas inútiles, agarrado del caño, como un estúpido, mientras los más chiquitos, sentados en los caballitos, disfrutaban dando vueltas tontas, ignorando completamente la verdadera sensualidad que tenía la calesita, que era sacarse la sortija.
Y por fin el tipo salía y a la primera vuelta te la ponía lejos de la mano. En la segunda vuelta te pasaba la sortija por la palma y casi la agarrabas, pero no. Y odiabas al tipo ese que te pasaba la sortija por la mano haciendo piruetas con esa berenjena de madera más grande que tu mano.
La ansiedad y la bronca se te juntaba, y cada vuelta pensabas que ahora ibas a sacarla. Y de repente veías que el tipo le ponía la pera negra inmóvil a una tontita al lado tuyo, que ni siquiera estiraba el cuerpo. Y claro, eras muy chico y no entendías que se premiara a los tontos. Y encima veías que la madre de la nena le decía: agarrala Catalina, ¿no ves que te la está dando? Y a la vuelta siguiente la amargada Catalina, sin siquiera una sonrisa, se sacaba la sortija. Y tu mamá te decía que te bajes, porque no tenía más plata para otra vuelta.
¡¡¡Quería sacarme la sortija!!! , le decías a tu mamá casi llorando, para que te deje dar otra vuelta. La próxima, te contestaba tu mamá, agarrandote del brazo para que te sueltes del caño de una vez y te bajes de la calesita.
Te da ocupado. Vos querés protestar por el monto de la factura, que no es lo pactado. Marcás todos los números, desde el que termina en 0 hasta el que termina en 9. Vos tenés paciencia, ya viviste bastante como para dominar la ansiedad por estas cosas.
De repente suena el timbre de llamado. Ya te pusiste las pilas para no correr ningún riesgo. Apagaste el televisor. Ya apagaste el fuego de la olla. Ya fuiste al baño. Tenés una birome y un papel a mano. No hay riesgos.
"Usted se ha comunicado con Currando Sociedad Anónima, si conoce el interno, márquelo. Para cobranzas, marque 1. Para averiguar el monto de su factura, marque 2. Para adquirir uno de nuestros productos, marque 3. Si desea hablar con un operador, espere y será atendido." Suena el llamado del teléfono. Vos esperás ser atendido, por fin.
"En estos momentos todos nuestros operadores están ocupados, en unos instantes será atendido". Suena una música. Vos ponés el manos libres y te sentás en la computadora a bajar correo. Se corta la música y vuelve la grabación. "En estos momentos todos nuestros operadores...."
El perro empieza a aullar porque pasó una ambulancia y no te deja escuchar bien, pero te diste cuenta de que no atendió nadie. No importa, vas a esperar todo lo que haga falta. Vas a dar todas las vueltas a la calesita que hagan falta para sacar la sortija, te salga lo que te salga la llamada de casi media hora. Una y otra vez vuelve la música y una y otra vez vuelve la misma grabación. "En estos momentos todos los operadores...." Suena el portero eléctrico. No atendés. Quién mierda será, justo ahora.
Escuchás una nueva grabación. "En estos momentos todos nuestros operadores están ocupados, su llamada no puede ser respondida. Corte y vuelva a llamar".
¡¡¡Mamá, ya soy grande, no me digas que la próxima!!!
Oigo a mi madre aún,
la oigo engañándome,
porque la vida me negó
las esperanzas que
en la cuna me cantóooooooo.....
Que ganas de echarme en el suelo
y ponerme a llorar.....!!!