Un lector fiel, Andrés Blotta, juntó una serie de posts míos de Facebook, que como todo lo de esa red, se pierden para siempre. Acá los rescato para que me queden a mí, y para que alguien que tenga ganas, los lea.
Copio unos posteos en Facebook de Eva Row (Eva Lenczner, óptica y bloguera porteña, judía, 1949; parte de su familia fue asesinada en el Holocausto) del 25 de febrero de 2013.
A veces no se entiende el hilo porque le está respondiendo a otras personas que le escriben. Además a veces pasaron horas entre un posteo y otro.
COMIENZO DEL TEXTO DE EVA ROW:
Néstor Kirchner nos ha dejado para la Historia la prueba del pago de rescate y la prueba de que la fiera finalmente muerde y traiciona. Nuestra tragedia se muestra en ese hecho ocurrido dos días antes de que asumiera Cristina Fernández de Kirchner (en 2007): la fusión de Cablevisión y Muticanal. El mismo día que asumió Cristina cayó la fiera sobre ella con "la valija de Antonini Wilson".¹
La guerra había empezado, sin tregua. ¿Qué habría pasado si Néstor no le hubiera concedido la fusión? Habría quedado como necio que embarró la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. La idea que yo tengo de la política es la que me enseñó Néstor Kirchner, un administrador de la realidad con todo su barro. Por otro lado, es fácil decir "gravísimo error político" con el diario de mañana. Pero la fusión no empeoró nada en realidad. La fusión lo único que hizo fue exponer la traición de una de las partes, exponer hasta qué punto la fiera es un animal. La fusión puso sobre el tapete el final de todo trato, la guerra impiadosa de Atila sobre Roma, hasta el desangre. Todo ese verano se preparó, en subterráneo, el levantamiento de las patronales del campo para eliminar las retenciones a la soja, pero los sorprendió la 125 (resolución de marzo de 2008). y fue allí cuando Néstor Kirchner supo que la pelea iba a ser larga y nos lo dijo con esas palabras, no quedaba ya nada por negociar.
En los ghettos nazis, los judenrat² convencían a sus hermanos de criticar su comportamiento para no favorecer la furia nazi. El Chile de Allende y la República Española tuvieron en la despiadada crítica interna un enemigo más feroz que Pinochet y Franco. Néstor hizo las mejores cosas aun cuando la guerra se le declaró sin tregua posible. Antes no se lanzó la Ley de Medios. ¿Error?
Los que tenemos la edad, podemos mirar a La Argentina por medio siglo completo, vivido desde la conciencia. Podemos dar testimonio. Una persona como yo, que tiene memoria del bombardeo de Plaza de Mayo y de la caída de Perón (en 1955), tienen más de medio siglo vivo en la cabeza. Nunca he sido peronista porque me vendaron los ojos. Me los vendaron desde el periodismo. Tal cual como se vendan hoy. ¿Qué entendía yo de peronismo a los seis años, si mis padres eran inmigrantes? Y luego, con la Revolución Libertadora ¿qué podía entender yo de nada? En mi vida me tocaron más gobiernos militares que civiles. En la escuela, la materia Educación Democrática cambió su nombre por Instrucción Cívica. La escuela secundaria fue un cuartel. En la universidad, la izquierda hablaba del peronismo como fascismo. Llegué tarde a la irrupción de Montoneros. Al único compañero que se animó a reconocerse peronista, lo rodeábamos como bicho raro, y él decía que había que estar con el pueblo. La razón de los peronistas de estar al lado del pueblo para guiarlo hacia su destino de liberación, me parecía oportunista, usufructo, conveniencia. Sin embargo, cuando el peronismo retornó a las urnas (1973), voté primero por Cámpora y después por Perón. Para no estar contra el pueblo.
Claro que mis padres no eran gorilas. Mis padres eran judíos y miraban todavía con desconcierto lo que ocurría aquí. Vino Ezeiza (1972), la pelea de Montoneros con Perón (1974), la intromisión de López Rega (1975), y el inmediato accionar de la represión asesina de la Triple A. Mi experiencia con el peronismo seguía dejando agujeros enormes y seguía el latiguillo de su origen fascista retumbando en mi cabeza. A Perón le dieron refugio los dictadores fascistas más repudiados de la Historia. Y eso para mí era suficiente prueba de que el peronismo era fascista. Me tragué doblada la teoría neoliberal del "populismo clientelista", del choripán y el vaso de vino, de la corrupción sobre el Estado. Con la última dictadura (1976-1983) vimos la otra cara de la moneda. Vimos a una casta de imbéciles alimentados en los cuarteles, gobernando el país. Dejando de lado la atrocidad de la persecución, los secuestros, las torturas, las muertes, los robos de bebés y las desapariciones, hundieron económicamente al país como nadie antes. Y nos dieron una guerra contra Reino Unido manejada por un borracho, y aniquilaron las vidas de más jóvenes argentinos en un Holocausto absurdo. Quintuplicaron la deuda externa, aniquilaron la industria, hicieron quebrar miles de fábricas, dejaron multitudes en la miseria, y se fueron.
Llegó Alfonsín (1983), la promesa radical, a darnos esperanzas en la democracia. Aunque ganó la gloria del Juicio a las Juntas, no pudo gobernar. Alfonsín no pudo gobernar. No lo dejaron. Lo hicieron renunciar antes del final del mandato, solo para humillarlo y humillar a la democracia. Los años de Alfonsín fueron caóticos para la economía. Caímos en un pozo inflacionario desesperante para la economía familiar. Sin esperanza. Después de la derrota de Alfonsín, que dejó un país vaciado y sin esperanza, llegó Menem (1989) a cumplir el nefasto plan de terminar con todo. Una década de jolgorio "a pagar a futuro", nos convenció de que entrábamos al primer mundo por la puerta de la buena conducta, vendiendo todo. Por esos años nacieron muchos de los que hoy son adultos y recuerdan los juguetes importados baratos, y tal vez el viaje a Disneyworld. Los jóvenes que nacieron durante el menemismo no sabían que su destino iba a ser la emigración a lugares remotos donde ganar algún sustento. Los padres de esos jóvenes no sabíamos que nuestros hijos iban a tener que irse para buscar su vida lejos de nosotros, al fin de la década perdida. En cincuenta años y un poco más, nuestro país fue destruido con dedicación y obsesión enfermiza, de a poco y de a golpes brutales, sin cesar. Los agentes de la destrucción de la Argentina estaban adentro y están todavía cumpliendo el mismo papel de siempre. Sus hijos y nietos, hoy.
Un día llegó un Quijote desde el sur, a poner la Argentina de pie, descolgándola del gancho del colgaba en el matadero, lista para fiambre. ¡Qué curioso! Néstor Kirchner me impulsó por primera vez a ahondarme en la verdad del peronismo. Fui a buscar información y la conseguí. Limpiando la historia de telarañas, se puede ver más claro lo que pasó. La historia del peronismo no es la de un líder que se inventa a un pueblo. La historia del peronismo es la de un pueblo que se inventa un líder. Hay que mirar al 17 de octubre para entender quién es el protagonista. Esos años de peronismo les dieron a mis padres la oportunidad de ser propietarios de nuestra vivienda en plena ciudad de Buenos Aires. Gracias a su Ley de Propiedad Horizontal, Perón cambió la faz de todas las urbes del país. Les quitó el negocio rentista a tres familias. Nunca me di cuenta de todo lo que debía mi familia a Perón. Mis padres tampoco nunca se dieron cuenta. ¿Por qué? Porque Papá leía La Prensa. Mi papá leía La Prensa para aprender castellano. ¿Cómo se iba a enterar de lo que debía a Perón?
Yo leí mucho marxismo. Me deleité con la sabiduría de Marx. Pero como lo hice de autodidacta no por militancia, salvé mi independencia. Hasta que llegó Néstor a mi vida, creía en una utopía, en un día remotísimo cuando llegara la justicia social absoluta, vaya a saber cómo. Néstor me cambió la cabeza. Desperté. Desperté del letargo de toda una vida de lecturas y filosofía, de desesperanza y dignidad en pérdida. Ese hombre me abrió la cabeza un día, cuando lo escuché mover el dedo señalando al Sr. Coto (el dueño de los supermercados) en forma imaginaria, tratándolo sin miedo, regañándolo. Todo descubrimiento tiene una resistencia primera, y se produce por un detalle insignificante. Ese regaño al Sr. Coto fue mi eureka. "¡Eureka!", grité por adentro. ¡Se puede! Este hombre propone tomar las riendas de nuestra vida ya, ahora, sin esperar desarrollos históricos, austeridades hoy para el bienestar de generaciones futuras. Después de haberles relatado más de medio siglo de desgracia tras desgracia, ¿cómo podía yo resistir neciamente un convite tan dignificante? Hay mucho dolor acumulado en mi alma. Mucha estafa. Mucho robo sobre mi trabajo. Mucho mal pago a una vida ilusa llena de propósitos. El que no fue testigo como yo de tantas décadas de infamia, no puede valorar en la misma medida esta atípica Década Ganada que estamos viviendo. Reaccionen por favor los que pueden ser víctimas de las mentiras como yo fui durante tanto tiempo por tantos y tantos mentirosos. Me puse a temblar cuando en 2002 vendí en mi óptica un armazón francés bañado en oro a la mitad del precio que lo pagué, solo para comer. La casa que compró mi padre gracias a Perón estaba en el corralito. Y la indemnización de mi marido. Y todo lo que tenía, se esfumó todo. Néstor y Cristina asumieron la deuda del corralito-corralón. Y claro, me lo fueron devolviendo a cuentagotas en doce años. Algo es algo. Ustedes, jóvenes, creen que la plata en el banco la tenían los ricos y no se hacen problema por el corralito y el enorme robo que fue. ¿Quiénes son los hijos de puta que se quedaron con la casa de un pobre trabajador que la compró con su sudor gracias a Perón? Ningún joven entiende que la plata que se llevaron a través de la deuda externa que nos dejaron, eran millones de horas de trabajo de todos. Cuando recuerdo a mi padre trabajar sábado y domingo y decirme que estaba trabajando para que yo tuviera algo en la vida, me enfurezco y lloro. Me robaron la casa de mi papá. Me la robó Cavallo. Estaba depositada a plazo fijo en dólares. Minga de dólares, minga de pesos. Nada. Nos arrancaron la vida de un plumazo. Pero lo peor no es la plata. Es sentir que nos pusieron espejitos de colores como España a los indios. Después de un robo uno no quiere recuperar la plata, quiere la revancha. Quiere recuperar la dignidad que le arrebataron. La dignidad. En nombre de los huesos de mi padre que se revuelven en la tumba, después de haber pasado el Holocausto, apoyé a Néstor Kirchner. Y ahora tengo jubilación, que no la iba a tener. Y ahora tengo PAMI. Y te juro, lo saben muchos, firmé cada recibo con un "Gracias Cristina". Veo a muchos temblequear frente a operativos siniestros de la derecha de siempre tratando de convertir el accidente de Once en culpa de Cristina Fernández de Kirchner. Veo a muchos temblequear cuando la derecha de siempre trata de convertir el asesinato de Mariano Ferreyra en un crimen del gobierno. Yo no temblequeo. Un gobierno que en lugar de tomar deuda, la paga, no puede ser corrupto. El que echa al FMI y a los bancos, no es corrupto.
Mi hijo no tenía otro destino que irse del país. Pero se quedó. No me golpeé la cabeza contra el piso, como mi abuela en la estación polaca. Mi papá contaba que mi abuela le dejó la imagen de arrodillada, con la cabeza contra el piso de la estación de tren en Polonia. ¿Duro, no? ¿Duro que mi papá vino solo a la Argentina y no volvió a ver mis hermanas nunca más? ¿Que la abuela no tuvo tumba? Ese fue mi papá. A ese hombre le robaron lo que trabajó para mí y para mis hermanos. Un hombre que lloró ante el juez cuando este le dio la ciudadanía argentina. Tan ilusos fuimos. Tan ilusos. Si yo te contara.
Mi hermano más chico quería hacer la residencia recibido de médico justo en la dictadura. Solo para poder hacer la especialidad, pidió el Hospital Militar, fijate qué iluso. Al principio del 76, con Videla. ¿Te cuento?¿Querés? Al principio de la Dictadura no sabíamos nada. Habíamos tenido tantas dictaduras. Esta nos parecía una más. Mi papá tenía un vecino milico que se ofreció. El vecino milico se ofreció a que mi hermano pudiera hacer la colimba como AOR (aspirante a oficial de reserva) en el Hospital Militar Central. Le pidió dos mil dólares.³ Papá pagó. Lo citaron a mi hermanito, y le escupieron la cara. Le dijeron: "judío de mierda, ¿cómo te atreviste a querer estar acá? Vas de castigo al sur". Y lo mandaron a Junín de los Andes, con los testigos de Jehová. Todos los días un sargento les decía a todos: "judíos de mierda, cuerpo a tierra" ¿Ver a los milicos asesinos en el banquillo de Tribunales y no estar agradecida a Cristina y Néstor? ¿Es que yo tengo amnesia o que te volviste loco? Dos años mandaron de castigo a un chico médico iluso que solo quería no perder el año de colimba y hacer su especialidad en Buenos Aires. ¡De cuántas humillaciones me vengaron Néstor y Cristina! ¡Cuánta dignidad me volvió al cuerpo con esta pareja singular que vino de regalo!
No me canso de revisar la historia. Miro situaciones similares y me horrorizo de las imbéciles dudas internas que desgastan desde adentro. El que crea que la corrupción de este gobierno tiene la culpa de los muertos de Once, tiene la mente apoderada por la derecha más infame. La corrupción es lo último que les queda para demostrar que el populismo debe caer, que hay que achicar el Estado y borrar a los pobres. Hoy veía en INCAATV cómo se mataban entre comunistas y anarquistas en la República Española. ¿Franco les ganó o ellos se destrozaron solos? ¿Acaso Pinochet fue más contemplativo con Allende por haber convivido con críticas terribles desde adentro de todos los sectores aliados? ¿Por qué me piden que sea crítica del gobierno de Cristina? ¿Cuál es el objetivo? ¿Me quieren usar para minarlo desde adentro, pichones de Pinochet?
Mi segundo hermano era director de una posta sanitaria en Gastre (provincia de Chubut). La dictadura lo echó y le prohibió cinco años ejercer en hospitales públicos. Por judío. Mi hermano estaba casado con una chica cristiana. Ella fue a ver al interventor, para saber el motivo de la expulsión del cargo. Él le dijo: lo expulsaron del cargo por judío. ¿Y si no puede trabajar en un hospital público qué puede hacer? El milico le dijo: "Que se vaya a Israel". Mi cuñada le contestó: "Pero yo no soy judía". El milico le contestó que en Israel son muy democráticos, que la iban a aceptar. Mis dos hermanos médicos, perseguidos por la dictadura, sin haber militado en ningún lado, ni en la comunidad, perseguidos solo por ser judíos. Y Néstor se murió una semana después del asesinato de Mariano Ferreyra. No fue una casualidad. Le clavaron un puñal y él tenía el corazón enfermo.
Nada puede hacer un judío para agradar a un antisemita. Nada puede hacer un peronista para agradar a un gorila. No está en nosotros el mal. No te gastes buscando méritos para no desagradar sus gorilas ojos. Estás sentenciado. No te van a perdonar que seas peronista. Solo te van a perdonar si dejás de ser peronista, como Menem, por más feo que seas, por más bruto. Te van a ver rubio de ojos celestes. Ya ves cómo los mismos amigos de los que pusieron la bomba en AMIA se juntan con los judíos y hacen una marcha contra Cristina. La derecha no tiene religión ni etnia ni apego a la ley civil. Todo le es útil. Depende de la circunstancia.
No trates de agradarles en vano. No te rasgues las vestiduras mostrando que sos kirchnerista pero crítico. La Inquisición no perdonaba inocentes, condenaba "brujas".
¿Sabías que los judíos sobrevivientes del genocidio nazi no pudieron hablar de eso por muchos años? Y algunos, nunca. ¿Sabías que muchos judíos que pasaron por los campos no soportaron contarles ni siquiera a sus propios hijos los horrores del nazismo? ¿Sabías qué Steven Spilberg puso a disposición de cada víctima del Holocausto una cámara para que diera testimonio? La mayoría habló por primera vez en sus vidas. El testimonio de esos judíos, tantos años después, sirvió para que los hijos se enteraran de lo que los padres nunca les pudieron contar.
El juicio que hice por 15 años por un accidente en un taxi, me tuvo reviviendo el drama en cada audiencia, lo que me impedía olvidarlo. Por un choque en taxi, cada vez que mi abogado me llamaba a una audiencia, yo lo odiaba a él y a su infernal Justicia. Mi juicio duró 15 años y a la mitad hubiera querido cerrarlo, pero había que pagarle a los abogados del otro lado, que me caerían encima. Sentí que la Justicia se había metido en mi vida por medio de sus abogados, para comerme las entrañas, aunque yo había sido la víctima. Yo no sirvo para ser víctima. Nací víctima. Soy hija del Holocausto. No se puede sosportar la vida siendo víctima. No hay reparación posible. Muchos judíos no quisieron cobrar la reparación de guerra que pagó Alemania. Los hijos no tienen precio, ni los hermanos, ni los padres. ¿De qué le sirvió el Juicio de Nüremberg a los militares argentinos? ¿No vieron la película? Los únicos daños que se pueden reparar son los de los objetos materiales, y a veces tampoco.
Les sirvió para pensar que los vencedores no pagan por crímenes de guerra (bombardeo estratégico). Ellos se sintieron vencedores. Si la Justicia sirviera, no quedaría un solo argentino diciendo que con los militares estábamos mejor, clamando por la inseguridad. En este país desaparecían personas y todos los que debían registrar esas desapariciones obligadamente, seguían sin registrarlo como si nada. ¿Dónde están las víctimas del corralito? No hay manera de contar los que murieron por culpa de ese maldito corralito. Yo conozco a un desaparecido. El dueño de un laboratorio óptico desapareció con el corralito. Los empleados le rompieron el laboratorio. Nunca más se lo vio. ¿Por qué no se juntan los hijos de madres pobres muertas por aborto insalubre? ¿Cuántos son? ¿Lo tomarán como algo natural? Los muertos no cumplen más años. Los recordamos en el día de su nacimiento mejor que en el de su muerte. Pero no les digas "feliz cumpleaños". Hoy hubiera sido el cumpleaños de Néstor, pero no es más. Hoy sigue siendo el día de su nacimiento, pero no es más su cumpleaños.
¿Por qué no hay un día sin noticias? ¿Por qué no existe el día en que la noticia tenga su descanso? Un día sin diarios ni noticieros. Un día. Llegamos al colmo, Martín Caparrós. El periodista Mario Wainfeld se equivocó con el apellido del muerto en bicicleta. Hasta eso hoy constituye un hecho político, pero en realidad, ¿qué profundo significado periodístico o político tiene que Wainfeld se haya equivocado el apellido de la víctima que atropelló el hijo de Aliverti? ¿Qué quiere decir Caparrós al señalar que Wainfeld se equivocó en el apellido de la víctima atropellada por el hijo de Aliverti? El caso del ciclista atropellado por el kirchnerismo.
El problema de un gobierno contra un medio periodístico son los empleados que trabajan para el medio, que están obligados a ser fieles. Sabemos que no existe el periodismo independiente. Que muchos periodistas no trabajarían en cualquier medio de cualquier tendencia. Pero algunos periodistas pueden trabajar en cualquier medio y se ponen cualquier camiseta con tal de trabajar. No les podemos pedir a los periodistas que sean héroes impolutos. Son empleados, viven de su trabajo. Cuanto más ganan, más cuidan ese trabajo. Pero de ahí a mentir, calumniar y ocultar hay una diferencia. Una cosa es ponerse la camiseta del lugar donde trabajás, otra es denigrarse. Es un arte difícil mantener el sutil equilibrio de defender la fuente de trabajo periodístico sin ser cómplice de la empresa. Cuando los periodistas asumen abiertamente una parcialidad, se les nota si es auténtica. Se les nota mucho. Mucho.
Notas de Andrés Blotta:
Notas:
1. El empresario venezolano-estadounidense Guido Antonini-Wilson (46) llegó a Buenos Aires el 4 de agosto de 2007 con una maleta con 790.550 dólares que no había declarado a su llegada, y que le fueron decomisados. Él afirmó que era dinero que le había entregado Hugo Chávez para la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Después resultó que Antonini-Wilson era un antichavista declarado, que es amigo del corrupto expresidente Carlos Andrés Pérez (1922-2010), residentes ambos en Miami desde los años noventa.
2. Judenrat no significa ‘rata judía’. En idioma alemán quiere decir ‘asamblea judía’, y es el nombre que recibían los consejos judíos de gobierno de los guetos establecidos por los nazis en las ciudades de Polonia.
3. Debido a la inflación del dólar estadounidense, los 2000 USD que utilizó el padre de Eva Row para sobornar al militar antisemita en 1976, equivaldrían a 9214 USD en 2018 (184.056 pesos de Argentina).
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Copio unos posteos en Facebook de Eva Row (Eva Lenczner, óptica y bloguera porteña, judía, 1949; parte de su familia fue asesinada en el Holocausto) del 25 de febrero de 2013.
A veces no se entiende el hilo porque le está respondiendo a otras personas que le escriben. Además a veces pasaron horas entre un posteo y otro.
COMIENZO DEL TEXTO DE EVA ROW:
Néstor Kirchner nos ha dejado para la Historia la prueba del pago de rescate y la prueba de que la fiera finalmente muerde y traiciona. Nuestra tragedia se muestra en ese hecho ocurrido dos días antes de que asumiera Cristina Fernández de Kirchner (en 2007): la fusión de Cablevisión y Muticanal. El mismo día que asumió Cristina cayó la fiera sobre ella con "la valija de Antonini Wilson".¹
La guerra había empezado, sin tregua. ¿Qué habría pasado si Néstor no le hubiera concedido la fusión? Habría quedado como necio que embarró la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. La idea que yo tengo de la política es la que me enseñó Néstor Kirchner, un administrador de la realidad con todo su barro. Por otro lado, es fácil decir "gravísimo error político" con el diario de mañana. Pero la fusión no empeoró nada en realidad. La fusión lo único que hizo fue exponer la traición de una de las partes, exponer hasta qué punto la fiera es un animal. La fusión puso sobre el tapete el final de todo trato, la guerra impiadosa de Atila sobre Roma, hasta el desangre. Todo ese verano se preparó, en subterráneo, el levantamiento de las patronales del campo para eliminar las retenciones a la soja, pero los sorprendió la 125 (resolución de marzo de 2008). y fue allí cuando Néstor Kirchner supo que la pelea iba a ser larga y nos lo dijo con esas palabras, no quedaba ya nada por negociar.
En los ghettos nazis, los judenrat² convencían a sus hermanos de criticar su comportamiento para no favorecer la furia nazi. El Chile de Allende y la República Española tuvieron en la despiadada crítica interna un enemigo más feroz que Pinochet y Franco. Néstor hizo las mejores cosas aun cuando la guerra se le declaró sin tregua posible. Antes no se lanzó la Ley de Medios. ¿Error?
Los que tenemos la edad, podemos mirar a La Argentina por medio siglo completo, vivido desde la conciencia. Podemos dar testimonio. Una persona como yo, que tiene memoria del bombardeo de Plaza de Mayo y de la caída de Perón (en 1955), tienen más de medio siglo vivo en la cabeza. Nunca he sido peronista porque me vendaron los ojos. Me los vendaron desde el periodismo. Tal cual como se vendan hoy. ¿Qué entendía yo de peronismo a los seis años, si mis padres eran inmigrantes? Y luego, con la Revolución Libertadora ¿qué podía entender yo de nada? En mi vida me tocaron más gobiernos militares que civiles. En la escuela, la materia Educación Democrática cambió su nombre por Instrucción Cívica. La escuela secundaria fue un cuartel. En la universidad, la izquierda hablaba del peronismo como fascismo. Llegué tarde a la irrupción de Montoneros. Al único compañero que se animó a reconocerse peronista, lo rodeábamos como bicho raro, y él decía que había que estar con el pueblo. La razón de los peronistas de estar al lado del pueblo para guiarlo hacia su destino de liberación, me parecía oportunista, usufructo, conveniencia. Sin embargo, cuando el peronismo retornó a las urnas (1973), voté primero por Cámpora y después por Perón. Para no estar contra el pueblo.
Claro que mis padres no eran gorilas. Mis padres eran judíos y miraban todavía con desconcierto lo que ocurría aquí. Vino Ezeiza (1972), la pelea de Montoneros con Perón (1974), la intromisión de López Rega (1975), y el inmediato accionar de la represión asesina de la Triple A. Mi experiencia con el peronismo seguía dejando agujeros enormes y seguía el latiguillo de su origen fascista retumbando en mi cabeza. A Perón le dieron refugio los dictadores fascistas más repudiados de la Historia. Y eso para mí era suficiente prueba de que el peronismo era fascista. Me tragué doblada la teoría neoliberal del "populismo clientelista", del choripán y el vaso de vino, de la corrupción sobre el Estado. Con la última dictadura (1976-1983) vimos la otra cara de la moneda. Vimos a una casta de imbéciles alimentados en los cuarteles, gobernando el país. Dejando de lado la atrocidad de la persecución, los secuestros, las torturas, las muertes, los robos de bebés y las desapariciones, hundieron económicamente al país como nadie antes. Y nos dieron una guerra contra Reino Unido manejada por un borracho, y aniquilaron las vidas de más jóvenes argentinos en un Holocausto absurdo. Quintuplicaron la deuda externa, aniquilaron la industria, hicieron quebrar miles de fábricas, dejaron multitudes en la miseria, y se fueron.
Llegó Alfonsín (1983), la promesa radical, a darnos esperanzas en la democracia. Aunque ganó la gloria del Juicio a las Juntas, no pudo gobernar. Alfonsín no pudo gobernar. No lo dejaron. Lo hicieron renunciar antes del final del mandato, solo para humillarlo y humillar a la democracia. Los años de Alfonsín fueron caóticos para la economía. Caímos en un pozo inflacionario desesperante para la economía familiar. Sin esperanza. Después de la derrota de Alfonsín, que dejó un país vaciado y sin esperanza, llegó Menem (1989) a cumplir el nefasto plan de terminar con todo. Una década de jolgorio "a pagar a futuro", nos convenció de que entrábamos al primer mundo por la puerta de la buena conducta, vendiendo todo. Por esos años nacieron muchos de los que hoy son adultos y recuerdan los juguetes importados baratos, y tal vez el viaje a Disneyworld. Los jóvenes que nacieron durante el menemismo no sabían que su destino iba a ser la emigración a lugares remotos donde ganar algún sustento. Los padres de esos jóvenes no sabíamos que nuestros hijos iban a tener que irse para buscar su vida lejos de nosotros, al fin de la década perdida. En cincuenta años y un poco más, nuestro país fue destruido con dedicación y obsesión enfermiza, de a poco y de a golpes brutales, sin cesar. Los agentes de la destrucción de la Argentina estaban adentro y están todavía cumpliendo el mismo papel de siempre. Sus hijos y nietos, hoy.
Un día llegó un Quijote desde el sur, a poner la Argentina de pie, descolgándola del gancho del colgaba en el matadero, lista para fiambre. ¡Qué curioso! Néstor Kirchner me impulsó por primera vez a ahondarme en la verdad del peronismo. Fui a buscar información y la conseguí. Limpiando la historia de telarañas, se puede ver más claro lo que pasó. La historia del peronismo no es la de un líder que se inventa a un pueblo. La historia del peronismo es la de un pueblo que se inventa un líder. Hay que mirar al 17 de octubre para entender quién es el protagonista. Esos años de peronismo les dieron a mis padres la oportunidad de ser propietarios de nuestra vivienda en plena ciudad de Buenos Aires. Gracias a su Ley de Propiedad Horizontal, Perón cambió la faz de todas las urbes del país. Les quitó el negocio rentista a tres familias. Nunca me di cuenta de todo lo que debía mi familia a Perón. Mis padres tampoco nunca se dieron cuenta. ¿Por qué? Porque Papá leía La Prensa. Mi papá leía La Prensa para aprender castellano. ¿Cómo se iba a enterar de lo que debía a Perón?
Yo leí mucho marxismo. Me deleité con la sabiduría de Marx. Pero como lo hice de autodidacta no por militancia, salvé mi independencia. Hasta que llegó Néstor a mi vida, creía en una utopía, en un día remotísimo cuando llegara la justicia social absoluta, vaya a saber cómo. Néstor me cambió la cabeza. Desperté. Desperté del letargo de toda una vida de lecturas y filosofía, de desesperanza y dignidad en pérdida. Ese hombre me abrió la cabeza un día, cuando lo escuché mover el dedo señalando al Sr. Coto (el dueño de los supermercados) en forma imaginaria, tratándolo sin miedo, regañándolo. Todo descubrimiento tiene una resistencia primera, y se produce por un detalle insignificante. Ese regaño al Sr. Coto fue mi eureka. "¡Eureka!", grité por adentro. ¡Se puede! Este hombre propone tomar las riendas de nuestra vida ya, ahora, sin esperar desarrollos históricos, austeridades hoy para el bienestar de generaciones futuras. Después de haberles relatado más de medio siglo de desgracia tras desgracia, ¿cómo podía yo resistir neciamente un convite tan dignificante? Hay mucho dolor acumulado en mi alma. Mucha estafa. Mucho robo sobre mi trabajo. Mucho mal pago a una vida ilusa llena de propósitos. El que no fue testigo como yo de tantas décadas de infamia, no puede valorar en la misma medida esta atípica Década Ganada que estamos viviendo. Reaccionen por favor los que pueden ser víctimas de las mentiras como yo fui durante tanto tiempo por tantos y tantos mentirosos. Me puse a temblar cuando en 2002 vendí en mi óptica un armazón francés bañado en oro a la mitad del precio que lo pagué, solo para comer. La casa que compró mi padre gracias a Perón estaba en el corralito. Y la indemnización de mi marido. Y todo lo que tenía, se esfumó todo. Néstor y Cristina asumieron la deuda del corralito-corralón. Y claro, me lo fueron devolviendo a cuentagotas en doce años. Algo es algo. Ustedes, jóvenes, creen que la plata en el banco la tenían los ricos y no se hacen problema por el corralito y el enorme robo que fue. ¿Quiénes son los hijos de puta que se quedaron con la casa de un pobre trabajador que la compró con su sudor gracias a Perón? Ningún joven entiende que la plata que se llevaron a través de la deuda externa que nos dejaron, eran millones de horas de trabajo de todos. Cuando recuerdo a mi padre trabajar sábado y domingo y decirme que estaba trabajando para que yo tuviera algo en la vida, me enfurezco y lloro. Me robaron la casa de mi papá. Me la robó Cavallo. Estaba depositada a plazo fijo en dólares. Minga de dólares, minga de pesos. Nada. Nos arrancaron la vida de un plumazo. Pero lo peor no es la plata. Es sentir que nos pusieron espejitos de colores como España a los indios. Después de un robo uno no quiere recuperar la plata, quiere la revancha. Quiere recuperar la dignidad que le arrebataron. La dignidad. En nombre de los huesos de mi padre que se revuelven en la tumba, después de haber pasado el Holocausto, apoyé a Néstor Kirchner. Y ahora tengo jubilación, que no la iba a tener. Y ahora tengo PAMI. Y te juro, lo saben muchos, firmé cada recibo con un "Gracias Cristina". Veo a muchos temblequear frente a operativos siniestros de la derecha de siempre tratando de convertir el accidente de Once en culpa de Cristina Fernández de Kirchner. Veo a muchos temblequear cuando la derecha de siempre trata de convertir el asesinato de Mariano Ferreyra en un crimen del gobierno. Yo no temblequeo. Un gobierno que en lugar de tomar deuda, la paga, no puede ser corrupto. El que echa al FMI y a los bancos, no es corrupto.
Mi hijo no tenía otro destino que irse del país. Pero se quedó. No me golpeé la cabeza contra el piso, como mi abuela en la estación polaca. Mi papá contaba que mi abuela le dejó la imagen de arrodillada, con la cabeza contra el piso de la estación de tren en Polonia. ¿Duro, no? ¿Duro que mi papá vino solo a la Argentina y no volvió a ver mis hermanas nunca más? ¿Que la abuela no tuvo tumba? Ese fue mi papá. A ese hombre le robaron lo que trabajó para mí y para mis hermanos. Un hombre que lloró ante el juez cuando este le dio la ciudadanía argentina. Tan ilusos fuimos. Tan ilusos. Si yo te contara.
Mi hermano más chico quería hacer la residencia recibido de médico justo en la dictadura. Solo para poder hacer la especialidad, pidió el Hospital Militar, fijate qué iluso. Al principio del 76, con Videla. ¿Te cuento?¿Querés? Al principio de la Dictadura no sabíamos nada. Habíamos tenido tantas dictaduras. Esta nos parecía una más. Mi papá tenía un vecino milico que se ofreció. El vecino milico se ofreció a que mi hermano pudiera hacer la colimba como AOR (aspirante a oficial de reserva) en el Hospital Militar Central. Le pidió dos mil dólares.³ Papá pagó. Lo citaron a mi hermanito, y le escupieron la cara. Le dijeron: "judío de mierda, ¿cómo te atreviste a querer estar acá? Vas de castigo al sur". Y lo mandaron a Junín de los Andes, con los testigos de Jehová. Todos los días un sargento les decía a todos: "judíos de mierda, cuerpo a tierra" ¿Ver a los milicos asesinos en el banquillo de Tribunales y no estar agradecida a Cristina y Néstor? ¿Es que yo tengo amnesia o que te volviste loco? Dos años mandaron de castigo a un chico médico iluso que solo quería no perder el año de colimba y hacer su especialidad en Buenos Aires. ¡De cuántas humillaciones me vengaron Néstor y Cristina! ¡Cuánta dignidad me volvió al cuerpo con esta pareja singular que vino de regalo!
No me canso de revisar la historia. Miro situaciones similares y me horrorizo de las imbéciles dudas internas que desgastan desde adentro. El que crea que la corrupción de este gobierno tiene la culpa de los muertos de Once, tiene la mente apoderada por la derecha más infame. La corrupción es lo último que les queda para demostrar que el populismo debe caer, que hay que achicar el Estado y borrar a los pobres. Hoy veía en INCAATV cómo se mataban entre comunistas y anarquistas en la República Española. ¿Franco les ganó o ellos se destrozaron solos? ¿Acaso Pinochet fue más contemplativo con Allende por haber convivido con críticas terribles desde adentro de todos los sectores aliados? ¿Por qué me piden que sea crítica del gobierno de Cristina? ¿Cuál es el objetivo? ¿Me quieren usar para minarlo desde adentro, pichones de Pinochet?
Mi segundo hermano era director de una posta sanitaria en Gastre (provincia de Chubut). La dictadura lo echó y le prohibió cinco años ejercer en hospitales públicos. Por judío. Mi hermano estaba casado con una chica cristiana. Ella fue a ver al interventor, para saber el motivo de la expulsión del cargo. Él le dijo: lo expulsaron del cargo por judío. ¿Y si no puede trabajar en un hospital público qué puede hacer? El milico le dijo: "Que se vaya a Israel". Mi cuñada le contestó: "Pero yo no soy judía". El milico le contestó que en Israel son muy democráticos, que la iban a aceptar. Mis dos hermanos médicos, perseguidos por la dictadura, sin haber militado en ningún lado, ni en la comunidad, perseguidos solo por ser judíos. Y Néstor se murió una semana después del asesinato de Mariano Ferreyra. No fue una casualidad. Le clavaron un puñal y él tenía el corazón enfermo.
Nada puede hacer un judío para agradar a un antisemita. Nada puede hacer un peronista para agradar a un gorila. No está en nosotros el mal. No te gastes buscando méritos para no desagradar sus gorilas ojos. Estás sentenciado. No te van a perdonar que seas peronista. Solo te van a perdonar si dejás de ser peronista, como Menem, por más feo que seas, por más bruto. Te van a ver rubio de ojos celestes. Ya ves cómo los mismos amigos de los que pusieron la bomba en AMIA se juntan con los judíos y hacen una marcha contra Cristina. La derecha no tiene religión ni etnia ni apego a la ley civil. Todo le es útil. Depende de la circunstancia.
No trates de agradarles en vano. No te rasgues las vestiduras mostrando que sos kirchnerista pero crítico. La Inquisición no perdonaba inocentes, condenaba "brujas".
¿Sabías que los judíos sobrevivientes del genocidio nazi no pudieron hablar de eso por muchos años? Y algunos, nunca. ¿Sabías que muchos judíos que pasaron por los campos no soportaron contarles ni siquiera a sus propios hijos los horrores del nazismo? ¿Sabías qué Steven Spilberg puso a disposición de cada víctima del Holocausto una cámara para que diera testimonio? La mayoría habló por primera vez en sus vidas. El testimonio de esos judíos, tantos años después, sirvió para que los hijos se enteraran de lo que los padres nunca les pudieron contar.
El juicio que hice por 15 años por un accidente en un taxi, me tuvo reviviendo el drama en cada audiencia, lo que me impedía olvidarlo. Por un choque en taxi, cada vez que mi abogado me llamaba a una audiencia, yo lo odiaba a él y a su infernal Justicia. Mi juicio duró 15 años y a la mitad hubiera querido cerrarlo, pero había que pagarle a los abogados del otro lado, que me caerían encima. Sentí que la Justicia se había metido en mi vida por medio de sus abogados, para comerme las entrañas, aunque yo había sido la víctima. Yo no sirvo para ser víctima. Nací víctima. Soy hija del Holocausto. No se puede sosportar la vida siendo víctima. No hay reparación posible. Muchos judíos no quisieron cobrar la reparación de guerra que pagó Alemania. Los hijos no tienen precio, ni los hermanos, ni los padres. ¿De qué le sirvió el Juicio de Nüremberg a los militares argentinos? ¿No vieron la película? Los únicos daños que se pueden reparar son los de los objetos materiales, y a veces tampoco.
Les sirvió para pensar que los vencedores no pagan por crímenes de guerra (bombardeo estratégico). Ellos se sintieron vencedores. Si la Justicia sirviera, no quedaría un solo argentino diciendo que con los militares estábamos mejor, clamando por la inseguridad. En este país desaparecían personas y todos los que debían registrar esas desapariciones obligadamente, seguían sin registrarlo como si nada. ¿Dónde están las víctimas del corralito? No hay manera de contar los que murieron por culpa de ese maldito corralito. Yo conozco a un desaparecido. El dueño de un laboratorio óptico desapareció con el corralito. Los empleados le rompieron el laboratorio. Nunca más se lo vio. ¿Por qué no se juntan los hijos de madres pobres muertas por aborto insalubre? ¿Cuántos son? ¿Lo tomarán como algo natural? Los muertos no cumplen más años. Los recordamos en el día de su nacimiento mejor que en el de su muerte. Pero no les digas "feliz cumpleaños". Hoy hubiera sido el cumpleaños de Néstor, pero no es más. Hoy sigue siendo el día de su nacimiento, pero no es más su cumpleaños.
¿Por qué no hay un día sin noticias? ¿Por qué no existe el día en que la noticia tenga su descanso? Un día sin diarios ni noticieros. Un día. Llegamos al colmo, Martín Caparrós. El periodista Mario Wainfeld se equivocó con el apellido del muerto en bicicleta. Hasta eso hoy constituye un hecho político, pero en realidad, ¿qué profundo significado periodístico o político tiene que Wainfeld se haya equivocado el apellido de la víctima que atropelló el hijo de Aliverti? ¿Qué quiere decir Caparrós al señalar que Wainfeld se equivocó en el apellido de la víctima atropellada por el hijo de Aliverti? El caso del ciclista atropellado por el kirchnerismo.
El problema de un gobierno contra un medio periodístico son los empleados que trabajan para el medio, que están obligados a ser fieles. Sabemos que no existe el periodismo independiente. Que muchos periodistas no trabajarían en cualquier medio de cualquier tendencia. Pero algunos periodistas pueden trabajar en cualquier medio y se ponen cualquier camiseta con tal de trabajar. No les podemos pedir a los periodistas que sean héroes impolutos. Son empleados, viven de su trabajo. Cuanto más ganan, más cuidan ese trabajo. Pero de ahí a mentir, calumniar y ocultar hay una diferencia. Una cosa es ponerse la camiseta del lugar donde trabajás, otra es denigrarse. Es un arte difícil mantener el sutil equilibrio de defender la fuente de trabajo periodístico sin ser cómplice de la empresa. Cuando los periodistas asumen abiertamente una parcialidad, se les nota si es auténtica. Se les nota mucho. Mucho.
Notas de Andrés Blotta:
Notas:
1. El empresario venezolano-estadounidense Guido Antonini-Wilson (46) llegó a Buenos Aires el 4 de agosto de 2007 con una maleta con 790.550 dólares que no había declarado a su llegada, y que le fueron decomisados. Él afirmó que era dinero que le había entregado Hugo Chávez para la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Después resultó que Antonini-Wilson era un antichavista declarado, que es amigo del corrupto expresidente Carlos Andrés Pérez (1922-2010), residentes ambos en Miami desde los años noventa.
2. Judenrat no significa ‘rata judía’. En idioma alemán quiere decir ‘asamblea judía’, y es el nombre que recibían los consejos judíos de gobierno de los guetos establecidos por los nazis en las ciudades de Polonia.
3. Debido a la inflación del dólar estadounidense, los 2000 USD que utilizó el padre de Eva Row para sobornar al militar antisemita en 1976, equivaldrían a 9214 USD en 2018 (184.056 pesos de Argentina).
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