Esta entrada fue comentada hoy, 03/02/09, en el programa de radio "El Tren" ,de Gerardo Yomal y Hugo Presman, que se difunde por Radio Cooperativa AM 740, todas las noches, de 20 a 21 horas. El programa se puede escuchar on-line.
El calificativo de URGENTE, que pusimos en el título de esta nota, intenta llamar a la reflexión a quienes expresen su pensamiento en relación a los hechos ocurridos en Gaza, y a toda cuestión que tenga que ver con "los judíos".
El tema del antisemitismo conspira maliciosamente contra el efecto de las acusaciones a la política del gobierno del Estado de Israel.
Muchas acusaciones bienintencionadas adolecen de falta de conocimientos sobre el léxico correcto. Además de exponerse el que las emite, a una denuncia y causa judicial por antisemitismo, desvirtúan el sentido con el que fueron expuestas, y redundan en un efecto peligrosamente contrario.
La cosa y la causa, desde el comienzo de los hechos, dió una batalla por el léxico correcto, obteniendo un verdadero éxito en este círculo pequeño, que son los blogs y los comentaristas del núcleo afín al que pertenecemos por adscripción virtual y casual. Vemos con mucha satisfacción, que el cambio de lenguaje se ha dado.
Pero presenciamos hechos desgraciados por desconocimiento de la política de lenguaje correcto, no solamente en personas tan expuestas como Luis DElía, sino inclusive, en la misma directora del INADI, cosa que resulta imperdonable.
Desde este blog, hicimos una especie de test sin rigor y con ribetes satíricos, que apuntaba exclusivamente a enfrentar a los lectores con su propio desconocimiento, y a impulsarlos a leer sobre el tema para incorporar conceptos sólidos, o tomar medida de la propia incapacidad para entender los acontecimientos a partir de no comprender los conceptos fundamentales, al no poder distinguir términos.
Desde otra entrada NO ME VENGAS CON EL SIONISMO, intentamos hablar muy sintéticamente del origen e historia del sionismo, de la utilización malversada que se hace hoy en el Estado de Israel de ese nombre, y también de los motivos por los cuales hay desconocimiento de estos asuntos en el mundo cristiano. En esta entrada, intentamos ofrecer una oportunidad a quienes no siendo antisemitas militantes, pueden incurrir en faltas graves en el lenguaje, y en el pensamiento de la situación, ya que los conceptos (los significados) pueden no coincidir con los nombres que se usan en las afirmaciones.
La consecuencia de la mala utilización de los términos, hace un juego fatal, en principio, para los judíos que no somos de derecha y que no apoyamos las acciones del gobierno del Estado de Israel.
Pero también es un juego fatal para la causa de la humanidad, ya que el recurso de recusar una afirmación por antisemita, conspira contra la acción humanitaria de parar la masacre del pueblo palestino, y puede ahondar su sufrimiento.
Es fatal para los judíos que no somos de derecha, porque la derecha judía proisraelí de todo el mundo, insite ella en considerar sinònimo al término "judío" con el término "sionista". La coincidencia entre esa polítca de nombres y la de sus enemigos, es curiosa y llamativa. La identificación de judío con sionista que hace Hamas, por ejemplo, es otro despropósito, que no puede ser otra cosa que antisemitismo, ya que nos ignora a los judíos que no somos sionistas.
De tal manera, los judíos no tendríamos otra existencia que no fuera a través del sionismo. No siendo sionistas, los judíos no sionistas somos ignorados en nuestra existencia por la política oficial de un Estado territorial, y la de sus enemigos. Somos el pato de esta boda. Y no parece que sea justo, ser el pato en ninguna boda, para quien no es ningún pato.
Volviendo, cuando una afirmación se convierte en antisemita, pierde totalmente la validez que intentaba tener.
Esta entrada en forma de aviso es para los que no son antisemitas, porque los verdaderos antisemitas, conocen perfectamente de qué modo disfrazar sus afirmaciones.
TODOS DEBERÍAMOS SABER que HAY QUE EXCLUIR de las afirmaciones la palabra "JUDÍO" si está aislada de toda subcategorización, y que en esa subcategorización no haya otra vez una generalización que incluya a personas que puedan reclamar por expresiones discriminatorias. Lo mejor es que la subcategoría sea ideológica, o institucional, siendo la institucionalidad una situación de automática relación con los hechos condenados.
Por ejemplo: no podemos decir "los judíos" cuando nos referimos a "los israelies", porque hay judíos que no son israelíes, y tal vez sean la mayoría. A nadie se le ocurriría decir "los católicos", si se refiere a los ciudadanos que viven en el país El Vaticano, aunque Israel no es comparable, por ahora, con El Vaticano, porque no existe el papado judío.
Tampoco podemos referirnos a "los judíos" cuando hablamos de "los israelíes", porque allí viven ciudadanos de origen árabe y de profesión de fe musulmana o cristiana. Tampoco podemos referirnos a "los judìos israelíes", si queremos referirnos a los que apoyan la invasión a Gaza, porque entre ellos hay los que están en contra de la invasión. Es correcto decir la derecha israelí, o los judíos israelíes de derecha, si se quiere.
No podemos referirnos a "los judíos" cuando hacemos una crítca o denostación, porque la afirmación es inmediatamente comprendida como antisemita, porque lo es.
Es muy posible, que en el fondo, el que emite una expresión antisemita sin intención, sea un antisemita cultural, un portador "sano", como el del SIDA, cosa que no es nada extraña, incluso en forma incosciente, ya que como avisé en la entrada NO ME VENGAS CON EL SIONISMO, el pueblo de fe cristiana, ha hecho del judaísmo su otredad, su alteridad existencial, y es difìcil erradicar estas cosas que llegan de la cuna a la cultura.
El adoctrinamiento en el lenguaje es un modo muy efectivo de lucha contra la discriminación, que hoy mejor que nunca, debe agudizarse, aprovechando la situación de lucha que da el mundo civilizado contra la barbarie irracional de la derecha, para que la lucha no se desvirtúe, para que no caiga en saco roto, y peor, para que la lacra del antisemitismo no reflote en medio del un lenguaje fangoso.
No se modifica el lenguaje por "la fuerza" de la ley, es cierto. La fuerza de la ley contra la discriminación, a través de la penalización del lenguaje discriminatorio, no utiliza la penalización meramente para castigar a los que ofenden a las minorías, sino para influir de este modo en la cultura, logrando que se revisen "los conceptos" que originan los términos discriminatorios. Una persona que ha modificado los conceptos discriminatorios, habla en términos moralmente correctos, y también legalmente correctos, sin necesidad de reprimirse.
Aconsejamos borrarse de la boca el término "judío" o "judíos" a secas, para hacer una crítica a personas. Si el concepto no está acotado en forma ideológica, la afirmación es discriminatoria. Ni siquera corresponde su uso sólo acotado por el orden territorial, porque vuelve a ser discriminatorio. No se puede decir "los judíos argentinos son..." si se hace una crítica. Aunque la adulación masiva, también es "sui generis", digna de ser considerada de antisemitismo reprimido, como por ejemplo "los judìos son muy inteligentes".
Piénsenlo el que no maneja el tema, vale la pena dar el salto cultural, todos constituímos en algunos casos, algún tipo de minoría o género indefenso. La condición femenina, la vejez y la niñez...son condiciones humanas compartidas por todas las religiones, etnias, ciudadanías y clases sociales.
Pero más que nada, vale la pena no facilitarle una herramienta al embate contra la crítica, al gobierno del Estado de Israel y a sus socios, "los judíos de derecha proisraelíes" del mundo.