ADVERTENCIA 1: El link "Leer completo" no funciona más. Si el post no se abre completo, clickeá sobre el título, que se va abrir completo, en otra página de este mismo blog.
ADVERTENCIA 2: Soy Eva Lenczner o Eva Row, la misma persona. En Facebook me cerraron el muro porque me denunciaron por apropiación de identidad. Row es el apócope de mi apellido de casada. Tuve que enviar mis documentos para que me permitieran abrir un muro nuevo. El otro se perdió con tres mil seguidores. Es el resultado de tener muchos enemigos por jugarse y poner la cara en 6,7,8.

31 de julio de 2009

EL AGRAVIO DEL LENGUAJE A LA MUJER HETEROSEXUAL HEMBRA


La mujer hembra heterosexual debe ser reconcida como nuevo sujeto.

Las víctimas suelen ser víctimas por no estar identificadas. Hay una víctima que no está identificada: la mujer hembra heterosexual. Es un sujeto que se ha disuelto en un nuevo y auspicioso uso que suplanta al anterior de un término que la identificaba: mujer.

Si decimos "la mujer", ya eso no especifica ningún tipo de sexualidad porque engloba a las heterosexuales tanto como a las lesbianas aunque ellas tienen objetos sexuales distintos. Tampoco especifica ningún tipo de genitalidad, ya que engloba a las travestis y las transexuales. Si decimos "mujer heterosexual", eso engloba a las travestis y transexuales. Existe también una mujer heterosexual hembra.

¿Por qué habría que identificarla? Porque hay una problemática que la afecta específicamente de modo diferente a los otros tipos de mujeres. La afecta en su rol social de hija, en su rol social de madre, y en su rol social de pareja de un varón heterosexual, condenada aún a cumplir un rol determinado, a tener un tipo de conducta y a tener su libertad consignada. No se la puede llamar ya solamente mujer.

Podemos decir que Simone de Beauvoir se refirió a ella suficientemente y que ha habido avances en ese sentido en la sociedad. Pero no han sido suficientes, y la problemática continúa en el mundo entero.

La reciente liberación de estigmas sobre lesbianas, travestis y transexuales hace sentir a la sociedad que el problema de ser mujer fue aligerado. Sin embargo no es así. Lesbianas, travestis, transexuales y heterosexuales son mujeres de problemáticas algunas compartidas, pero otras específicas. Cada grupo tiene derecho a tener identificada su problemática específica. Y la heterosexual hembra mujer continúa con los problemas clásicos sin resolver.

Consiguieron erradicarse por fin del vocabulario público aceptado los términos llamados "políticamente incorrectos" referidos a todo grupo étnico, de diversidad de capacidades físicas, racial, homosexual, y génerico con excepción de la mujer hembra heterosexual.

Falta todavía imponer un lenguaje polítcamente correcto respecto de la porción de la humanidad que se define por el género femenino y además es biológicamente hembra (utilizando este término en sentido estrictamente biológico, no en su utilización habitual de calificativo despectivo, o de calificativo de sus virtudes como objeto sexual subordinado).

El género femenino parece liberado porque las lesbianas, las travestis y las transexuales ya han sido portegidas del agravio del lenguaje, pero la hembra que asumió el género femenino desde la heterosexualidad continúa siendo humillada por la verba machista. Las mujeres que aún conceden el uso de esa verba, reafirman con ese acto la parte de concesión que hace toda víctima a su victimario, revelando al mismo tiempo de un modo traslúcido su condición de sojuzgamiento.

A los chistes sobre la condición femenina donde se alude a un estereotipo de mujer que es como todos los estereotipos una caricatura infame, hay que empezar a darles su final algún día. Hay que empezar a condenar la práctica de chistes sobre la mujer heterosexual hembra, como se dio fin a la burla pública de los homosexuales.

El prototipo de mujer que se desprecia, claro que existe, pero es ni más ni menos que la consecuencia de ese desprecio, no la causa. Ni es un prototipo fatal por naturaleza, ni es de generalidad absoluta, como lo demuestran millones de mujeres, todavía minoría, que han salido del modelo gracias a excepcionales condiciones económicas y sociales de acceso a la educación, al trabajo y al confort del hogar. Pero ni aún el no ser como el prototipo, les asegura un trato merecido.

Para eso los varones y las mujeres de toda condición genérica, deben hacer un esfuerzo por erradicar para siempre los términos machistas del lenguaje público, las referencias en público a partes del cuerpo de la mujer con palabras vulgares, que refieren a la mujer como objeto de carne de faena o de utilidad sexual, como mina, tetas, culo, lomo, etc., reservando ese lenguaje si se desea y si se acuerda entre partes, para la intimidad o la conversación privada. Y se debe terminar de hacer referencia pública al estereotipo de mujer que habla sin parar, déspota, vigilante, espía, mentirosa, chismosa y envidiosa, etc.

Hay que terminar también con el uso de términos gramaticalmente simétricos pero que no conservan la simetría semántica para el varón y la mujer, como hembra y macho por ejemplo, donde el término macho usado como calificativo de hombre resulta honorífico, pero hembra usado como calificativo de mujer no está nunca destinado a destacar su buena honra. Basta de llamar macho al varón valiente, y basta de llamar hembra a la mujer atractiva.

Con los chistes socialmente aceptados, se humilla a la mujer, víctima de todas las épocas, de cuyo cuerpo se apropiaron y apropian todavía padres, hermanos, familia, vecinos, sociedad e Iglesias varias.

Es mentira que el lenguaje sea inofensivo. Mediante el lenguaje se perpetúa la cosificación y alteridad de la mujer hembra heterosexual. Mediante su descalifación por referencia a un estereotipo se consolida una idea que permanece en el pensamiento colectivo y que contribuye a justificar al victimario de la violencia que muchas mujeres en el mundo entero reciben hoy mismo sobre sus cuerpos y sus psiquis, desde castigos psíquicos y físicos, incluso el asesinato.

Cada chiste sobre la mujer de estereotipo, debería pensarse asociado a un moretón en algún brazo femenino.

Mediante el uso del lenguaje errático e impropio, se consolida la apropiación que las instituciones eclesiásticas y estatales ejercen sobre la vida y el cuerpo de la mujer, heterosexual hembra y de ese modo se consolida el poder de la directiva sobre su conducta y la limitación de su libertad.


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30 de julio de 2009

¿Será el vino de Mendoza?



Tierra de personajes inquietantes Mendoza, que aparte del Cleto, tiene un Juez Supremo de la Corte exageradamente independiente del Gobierno provincial. ¿Será el vino?

Allá la Corte es el único poder que publica las cifras del delito, aún contra la voluntad del propio Gobierno provincial. Eso no estaría nada mal.

Pero no es sólo eso, sino que la Corte le tiró al Gobierno una cifra con 33 muertos más de lo que hubo el año pasado y los números se le arruinaban al Ministro de Seguridad, que aseguraba haber bajado el delito, cosa por la que se desvive.

El Ministro Carlos Ciurca, detectó que los 134 asesinatos del 2008 eran en realidad 101. Y peor, pudo probar que en mayo de 2009 no hubo 24 homicidios sino ocho. Un error del 200 por ciento.

El Ministro agarró de un oreja al Juez Supremo Alejandro Pérez Hualde y lo llevó a dar un conferencia de prensa para reconocer el error.

La explicación pública del Juez Supremo es un capìtulo aparte. Me hizo acordar a lo vueltero del Cleto para justificar su voto no positivo. Dijo ésto: exis­te un error en el ti­peo de de­li­tos, lo que da co­mo re­sul­ta­do que la má­qui­na to­me un hur­to co­mo un ho­mi­ci­dio. Es­to ocu­rre por la pro­xi­mi­dad al­fa­bé­ti­ca de am­bos de­li­tos en el sis­te­ma, que fi­gu­ran uno al la­do del otro”.

Así que hay un error informático específico en el tipeo de delitos que engañaría a la máquina. La máquina debería estar programada para saber cuándo un homicidio es sólo un hurto. Habrá que buscar un programador muy especial para resolver una cuestión tan complicada.

La verdad es que alguien metió mal el dedo donde no hay ninguna posibilidad de equivocarse. Pero queda demasiado en evidencia decirlo de ese modo. El artículo acá.

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28 de julio de 2009

AGUINIS, CANTATE AURORA AGUINIS !!!





Alta en el cieeeeeeelo un águila guerreeeeeeera !!!

A ver Aguinis cantate Aurora.....ahora...que tu amado Macri nombró al Fino para cuidar"nos".

Fino, fino el más premiado...el más premiado !!!

Adivina, adivinador...¿quién habrá premiado tanto al Fino? Macri lo tiene guardado, dice y repite todo el tiempo "el más premiado", "el más premiado"...

A ver Aguinis, cantate Aurora...ahora, que Macri sacó el as que tenía bajo la manga y cantó que las ¡INSTITUCIONES JUDÍAS! lo premiaron. Ahora que Macri cantó y se supo ¡QUE LO PREMIÓ EL ESTADO DE ISRAEL!

Fino, fino el más premiado....

Premiado por avisarle a Kanoore Edul que lo iban a arrestar.

Y ahora encima de todo, el Fino le compra la ropa de la policía a quién?

Adivina adivinador ¿a quién le compra ahora la ropa de la policía?

A Kanoore Edul !!!

Adivinaste...!!!

El uniforme de la policía es azul....

Del color del maaaaaaaaaaaarrrrrrrrrr !!!


Y para compensar esa apropiación de nombre y desagraviarlo, escuchemos una versión maravillosa de Aurora, cantada por una voz bellísima. El nombre de la cantante no lo conoce el que puso el video. Si alguien lo sabe va a hacer un honor a la intérprete desconocida, contándolo en un comentario.


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25 de julio de 2009

ÉSTO HICE MIENTRAS TODOS GRITABAN "QUE SE VAYAN TODOS"

Artdeco: Esta lámpara tiene un diseño de belleza inquietante de estilo Art Decó inminente, saliendo como la mariposa del capullo después de haber sido oruga del Art Nouveaux. Es Art Decó en su intento por ser geométrica, pero sigue siendo Art Nouveaux en su resto de imagen figurativa. Este período de finales del Nouveaux y antes del Decó, es el más bello del siglo XX en cuestiones de arquitectura, moblaje y diseño de todo tipo. El Art Decó sería un estilo de geometría pura, donde hay sólo síntesis, alejada de la imagen para siempre. Pero en este Art Nouveaux la imagen misma comienza a presentarse en forma de síntesis. En este período los protagonistas fueron Mackintosh, junto a otros tres que revolucionaron las ideas del diseño desde Glasglow.

La imagen de las tres piezas largas y blancas del centro, se quiebran y continúan después de quebradas como el clásico lapiz que se introduce dentro de un vaso de agua. Es un efecto de la refracción de la luz sobre las imágenes. La línea de quiebre visual la dá una rama con tres hojas una de las cuales, la que cae en sentido vertical, se integra a una línea recta rompiendo la lógica figurativa y convirtiéndose en un puro efecto del juego de la geometría. Pero aquí la geometría se intercala con la figuración y se apropia de ella para succionarla hacia lo geométrico, es decir, hacia lo abstracto de las formas, o lo que es lo mismo, hacia el juego de la síntesis esencial de las cosas. Todo el arte es un intento de investigar la realidad, cuestionarla y modificarla. Es un intento del hombre de desafiarla y mostrarle que "puede" con ella. Por eso nos fascina el arte.

El detalle más importante de esta lámpara es la rosa. No es fácil diseñar una rosa en vidrio. Fue tan dífil que prácticamente hay una sola forma de hacer una rosa en síntesis visual, ésta. Es la famosa Rosa Mackintosh. En esta lámpara, cada cara tiene una rosa diferente. Fueron mis intentos por llegar a comprender a Mackintosh. Lo hice mirando decenas de rosas, con mayor o menor complejidad. Hay una de las cuatro que me gusta más.


Ésta es una del estilo que formulaba Tiffany, no sé de quièn es el diseño, pero lo ví y lo copié. Una copia no quiere decir nada más que tomar la idea. Luego la combinación de colores y el dibujo son obra del que lo hace. No hay dos lámparas iguales. Acà la tenemos en versión iluminada y con la luz apagada para ver mejor el tono de los vidrios.

Se llama "Garland".



Tiene una guarda con un diseño de rama sinusoide con flores que nacen de arriba y caen, y flores que nacen de abajo y suben. Fue muy difícil diseñar el patrón y lograr que el círculo tuviera una continuidad de sinfin. Tuve que aplicar conocimientos de geomtría. El que diseñaba estas guardas, sin duda sabía mucha geometría.


Esta es una sencillísima lámpara cuya belleza està en una especie de falda tableada con ondas abajo. El vidrio de la tablas es un marmolado delicado, y las ondas son de dos tipo de vidrio, uno muy repujado y opaco, muy difícil de cortar y el otro más traslúcido. Le puse "Vals" proque así vuelan las faldas en el baile del vals.

Esta lámpara es una copia del diseño del Tiffany, de la que me siento muy satisfecha. Sin ningún patrón comprado, sin tener que pagar los 600 dólares por el molde a Paul Crist, le copié a Tiffany su diseño maravilloso. Durante un mes entero luché por conseguirlo. Yo quería ver con mis propios ojos esas hojas cruzándose unas con otras sobre el tallo de caña con sus nudillos. Y al fin lo logré. Se llama como la llamó Tiffany: "Bamboo".


Aquí la tienen mirada desde arriba y en detalle.























Esta lámpara se llama Hart Inspiration porque quise homenajear a mi amigo Colin Hansford, quien cuando se enteró de mi falta de dinero para comprar vidrios, me mandó de EEUU una encomienda con pesados vidrios maravillosos, cuya estampilla le costó 100 dólares. Hart es un autor desconocido que tiene el estilo en el que me inspiré para diseñar esta lámpara. Colin Hansford, descubrió a este autor y compró sus lámparas en remate, vivió obsesionado tratando de averiguar algo de la vida de este Hart, y por fin pudo armar la historia de una existencia muy extraña que algún día contaré. Por esta lámpara me invitaron a integrar Asgla, a la que luego renuncié por abandono. Esta lámpara es diseño mío.




Aquí está mi primera lámpara, la llamé "Lágrima". El vidrio rojo tiene componente de oro y es carísimo.

Y aquí terminé con la historia de mis lámparas.

CLICKÉEN PARA AMPLIAR Y VERLAS BIEN DE CERCA.

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23 de julio de 2009

LAS DOS MUERTES DE LAS LÁMPARAS TIFFANY


(clickear en la imagen para ampliar)

CÓMO NACIERON


Louis Comfort Tiffany nació una semana después de que nació el que sería su amigo Thomas Edison, quien tendría mucho que ver en lo que haría famoso a Louis Comfot, sus lámparas Tiffany. Era febrero de 1848.

El era el hijo de un famoso banquero nortemericano. El padre soñaba con que su hijo siguiera el camino de los negocios de la familia. Pero, como pasa en tantas casas, el nene le salió artista. Le salió pintor, y muy bueno. No digamos que lo echaron de la familia, pero más o menos.

El nene quiso ir a estudiar pintura a Europa. El padre le pagó el pasaje y todos los gastos, por supuesto. En Europa se le dio por aprender también la técnica del vitraux, y aprendió muy bien, y se convirtió en un exquisito artista del vidrio. Cuando volvió a los EEUU se dedicó al vitraux y tomó de otro una técnica que cambiaba sustancialmente la del clásico vitraux.

Para explicar la diferencia de técnicas, expliquemos las dos:

el vitraux se hace sobre vidrio traslúcido, ni transparente ni opaco, deja pasar la luz pero no se ven las imágenes del otro lado. Las imágenes que vemos en la superficie de los vitraux se pintan a mano. Lo hace un experto especialista en el arte del dibujo y la pintura, pero no cualquier pintor sino uno especialista en vitraux. Luego de pintado el vidrio, se lo lleva al horno para que se fije la pintura. El vitraux se hace en secciones de vidrio cortado, en rectàngulos y cuadrados de diversos tamaños, que combinados simétricamente arman la totalidad. Los pedazos cortados, ya pintados y horneados se colocan sobre una inmensa mesa y se van uniendo entre si, encastrados en guías de plomo de doble entrada. Los cruces de cuatro secciones se sueldan con una puntada de estaño para lograr la rigidez de la estructura. Es como un rompecabezas.

La otra técnica, que hoy se llama técnica Tiffany porque fue el que la popularizó, consiste en lo siguiente:

Se hace sobre vidrio opaco pero de color intenso. Pasa la luz, pero menos que en el traslúcido. El vitraux Tiffany no se pinta con pintura ni se mete al horno. Es una técnica muy diferente a la otra, y mucho más difícil y compleja de realizar.

Es algo similar al mosaiquismo del Imperio Romano, de esos que habían en los baños de Pompeya. Quedan obras de arte del Imperio Bizantino. Pequeños trozos de mosaicos de colores van formando la imagen. En este caso no de mosaico sino de vidrio opaco. Los pequeños trozos de vidrio se unen entre sí mediante varios pasos. Primero se recubre todo el perfil de cada vidriecito con una cinta de cobre que apenas sobrepasa el borde. Luego se ponen todos los vidriecitos en contigüidad formando la composición y se se sueldan las uniones a lo largo de los bordes con estaño. El estaño tiene caer en su justa temperatura para que no se derrame ni quede irregular, Debe caer formando un cordón que tape las juntas.

Tiffany hizo muchos vitraux con esa técnica, que son obras de arte que dejan enmudecido al que lo mira. Pero su fama se debió a las lámparas.

El hacía vitraux para ventanles y puertas divisorias de ambientes en casas señoriales, cuando su amigo Edison inventó la lamparita eléctrica.

Hasta ese momento las làmparas y los veladores eran, como su nombre lo indica, de vela. La vela no fue nunca un objeto antiestético, sino todo lo contrario. La romántica vela no había necesidad de ocultarla debajo de la pantalla de vidrio que podía ser totalmente transparente generalmente adornado por volutas esmeriladas que hacían ondas o rayas. A veces el vidrio era opaco para dar un clima más íntimo con la luz más difusa. Las corolas de opalina rodeaban a la vela en bellísimas lámparas de colgar o en veladores elegantes. Algunas lámparas señoriales estaban llenas de caireles de cristal colgando entre las múltiples velas.

Al llegar la lamparita a los veladores hubo necesidad de cubrir sólo con opacidad no traslùcida ese artefacto tan poco estético con sus filamentos incandescentes. Se hicieron pantallas de todo tipo, pero Louis Comfort encontró la forma de obsequiar a su amigo,Edison, haciendo una pantalla de vitraux Tiffany. Hubiera sido imposible hacer lo mismo para un velador con velas. El fuego hubiera derretido las soldaduras. La lamparita con todo su calor, no consigue derretir el estaño que marca las líneas del dibujo.

La primera pantalla de vitraux Tiffany se la obsequió a su amigo. Gustó tanto la idea que las làmparas de pantallas de vitraux Tiffany se empezaron a fabricar por miles y miles en la fábrica Tiffany Studios que puso el hijo del banquero. Con la plata del padre se puso una fábrica que no hacìa solamente las pantallas de vitraux, sino los piés de metal de todo tipo, colgantes suntuosos, de pié y de mesa. Cada pié de cada lámpara era una obra de arte en sí misma. Lo mismo los vidrios. El fabricaba sus propios vidrios. Pero no eran vidrios de un solo color, aquí está el secreto de la tècnica.

Los vidrios de Tiffany eran cuadros ellos mismos. Las combinaciones de colores como manchas del impresionismo debian servir para las sombras de los pétalos de las flores, para la gradación de luz de un color o la combinación con sus complementarios. Habìa vidrios preparados para parecer un cielo con sus nubes, pero nunca en imagen figurativa, sino como se veía un cielo de Cezanne o de Van Ghogh, como manchas al óleo. Todo sería obra del color manchado de los vidrios.

Cada pantalla de Tiffany es una obra de ingeniería de la geometría y del diseño. Diseñar una pantalla como Tiffany es directamente imposible. El hizo decenas de diseños, los cuales se repitieron miles de veces. Cada diseño tiene su nombre. De cada diseño se hicieron pantallas de todo diámetro, que iban sobre piés de toda dimensión y utilidad. Muchos pies se hicieron solamente para un diseño de pantalla. La fábrica abarcó el mercado de EEUU y muy pocas piezas viajaron a Europa y a otros países. En los EEUU todas las casas de los más ricos tenían su lámpara suntuosa de Tiffany, o de otras fábricas que lo imitaron. Pero a pesar de todo el esmero de la competencia, de la calidad y refinamiento, no existió diseño que se le pudiera comparar en belleza y calidad artìstica a las de Tiffany.

La gloria nunca es eterna. Llegó la primera guerra mundial y el mundo se convulsionó. El poco valor de la vida humana europea se trasladó a la simpleza del arte. El desapego a la complejidad pasó del Art Nouveaux y su barroquismo al Art Decó, con sus líneas y formas geométricas simples. Los diseños de Tiffany parecieron antiguos, y a pesar de que introdujo las formas del Art Decó a sus diseños, ya el corte de múltiples vidriecitos no entusiasmó por mucho tiempo. Se empezaron a usar las pantallas sencillas lisas blancas, y de pronto, después de la guerra, la fabricación comenzó a descender hasta que el año 30 lo agarró con una quiebra absoluta y tres años después le llegaba el final de la muerte.

A la muerte de Tiffany, se dice, que las señoras señoriales le regalaban las lámparas Tiffany a la servidumbre para reemplazarlas por la decoración Art-Decó.


LA RESURRECCIÓN

Y así se perdieron las lámparas en la historia, valoradas y conservadas seguramente en casas humildes, hasta que un día de finales de los años sesenta, una casa de remates de Nueva York decidió ofrecer una de ellas como antigüedad. El éxito obtenido en el remate, el valor inaudito que alcanzó esa lámpara, abrió los ojos de los rematadores que se lanzaron a buscarlas desesperadamente. El objeto codiciado empezó a ser motivo de pedido especial de cuantiosos millonarios nortemericanos que revalorizaron el extraordinario arte de Tiffany. 20 mil dólares, 30 mil dólares por una lámpara. Esas cifras se pagaron. Y no había làmparas.

Para agregar curiosidad a todo ésto, resultó que un dentista cuyo nombre no les va a caer nada bien porque se llamaba Neustadt, cuando Tiffany se murió, empezó a comprar esas lámparas porque le gustaban fanáticamente. Las compraba por nada. Llegó a comprar 400. En su casa vivìa rodeado de lámparas por todos lados. En los sesenta se enteró del revival. las mostró a la prensa, pero dijo que no se quería desprender ni de una sola de ellas. ¿Qué me dicen? Y nunca vendió ni una sola lámpara. Es más, hizo una fundación y un museo para que esas lámparas estén por la eternidad en exposición. El catálogo de la fundación Neustadt, con las fotos de cada lámpara, muestra en detalle cada uno de los diseños y se convirtió en el gran factor de conocimiento de la obra de Tiffany, cada vez más admirada.

Neustadt ayudó a divulgar la existencia de las lámparas, y la gente que conservaba alguna, empezó a enterarse de que ahora tenían gran valor de remate, y las lámparas empezaron a aparecer de a poco en las casas de remates. Cifras cada vez más altas se lograban, por el furor de tener una de esas en sus casas los más ricos.

Pero la mayoría de esas lámparas tenían uno o varios vidriecitos rotos, o despegado alguno de los cordones de estaño. ¿Quién podría arreglar esas lámparas y devolverles el valor? Nadie conocía la técnica. Nada se sabía de un arte tan ajeno a los años sesenta, absolutamente muerto. No había siquiera vidrios de ese tipo en existencia.

Paul Crist era un joven que hacía arreglos en viejos vitraux. Uno de los expertos en arte de una casa de remates le llevó a él una lámpara Tiffany para ver si la podía arreglar. Un poco asustado por miedo a arruinar una pieza que podría ser tan valiosa, empezó primero a estudiar cómo sería la técnica totalmente desconocida con la que se había fabricado. Para eso, con mucho cuidado procedió a aplicar el soldador sobre el estaño que rodeaba a una pieza rota de vidrio de color sencillo que pudiera ser reemplazada. Consiguió derretir todo el estaño por adelante y por atrás, hasta poder sacar la pieza afuera. La observó y vió que la pieza estaba rodeada en su perfil de corte por una cinta de cobre cortada a mano y pegada con pegamento. Se consiguió un pedazo de vidrio de color parecido, una lámina de cobre del mismo espesor de la cinta pegada, la cortó y refabricó la pieza, luego la soldó de nuevo al conjunto, le consiguió hacer el mismo tipo de cordón y por fin tonalizó de marrón oscuro el cordón de estaño para que tuviera el mismo tono que el resto de la pantalla. Cantó Eureka porque su vida cambió para siempre.

Paul Crist no se conformó con ser el carísimo arreglador de lámparas Tiffany. Cada una de las que le traían pasaba por un proceso especial. Les hacía un molde de yeso donde el cordón en su volumen dibujaba todo el diseño sobre el molde. Luego llenaba el yeso con resina y al sacar la resina tenía un molde para fabricar una imitación perfecta. Y empezó a hacer lámparas como las hacía Tiffany, y llegó a tener decenas de moldes.

Paul Crist inició la fabricación de réplicas y comenzó a formar talleres de estudio de la técnica. El se hizo millonario. Se consiguió que fabricantes de vidrio hicieran réplicas de los vidrios originales de Tiffany. Cada rèplica llegó a valer entre dos mil y cuatro mil dólares.

Ya a fines de los 90 tenía alumnos en todo el territorio de los EEUU. Les vendía un kit por 600 dólares que servía para hacer una sola lámpara, que incluía el mode, el patrón del diseño en papel, y les vendía aparte las herramientas para cortar el vidrio y decenas de cosas que son necesarias para la fabricación.

Al difundir la técnica se empezaron a multiplicar los alumnos y los alumnos pusieron talleres y surgieron proveedores de insumos por todos lados. Un gran negocio había surgido. Eso sí, son pocos los que lograban hacer una lámpara Tiffany del nivel necesario para llamarse réplica y ser vendida entre 2 y 4 mil dólares. Y siempre fue necesario contar con los moldes de Paul Crist, porque es casi imposible que alguien solito sea capaz de hacer un molde y copiar mirando la foto el diseño de Tiffany. Y también es muy difícil hacer un diseño propio que no sea una vulgaridad.

Por eso los que llegaron a hacer réplicas de las mejores, no superan las 60 personas en todo el mundo.

Mientras tanto, las cifras de los remates mantenían el valor de las réplicas, y todos los alumnos soñaban con tener una en su casa, aunque sea no tan perfecta. Muy pocos pudieron tener talleres donde se fabricaban todas las obras de Tiffany cuyo molde recuperó Paul Crist.

MI PARTICIPACIÓN

Ahí estoy yo en el otro lado de América, sin saber de la existencia de esas lámparas, ni de toda esa historia que acabo de contar, cuando en el mal año 2002 las veo por primera vez en el Café Tortoni. Pero yo no sabía que lo estaba viendo era una miserable versión degradada de un arte tan excelso, y sin embargo, me volví loca por aprender cuando las ví. Tomé el teléfono de la "profesora" y la llamé para tomar el curso.

Me dijo el precio, el taller era en Av De Mayo. Elegí el horario del mediodía, para ir y volver a mi óptica. Era la única alumna. Me dijo que me iba a enseñar a hacer una mariposa. Le dije que yo quería hacer una làmpara. Un poco se reisitió pero la convencí. Me dio una revista para elegir el modelo. Era una lámpara de lados planos, la misma que está en la portada de mi página Web.

La revista traía el molde. Me hizo calcar el molde en una hoja fina de plástico transparente, separar las piezas del molde con tijeras, llevarlas al vidrio, dibujar la pieza sobre el vidrio por los bordes del molde y cortar los vidrios. Hice todo en un santiamén.

A ella le llamó la atención y me preguntó cómo era que yo cortaba sin miedo. Le expliqué que mi vida fue cortar vidrio. Me fui de ahí con los cortes, pero algo no me cerraba. Cuando llegué a la óptica me dí cuenta de que el método no era coherente, que para que los vidrios coincidieran debería haber otro método más preciso que dibujar con un marcador sobre un molde de plástico.

La siguiente clase le mostré mi decepción. Ella me dijo que no había otro método. Le dije que eso no podía salir bien. Me contestó que acá las alumnas vienen a pasarla bien y que ella no está en condiciones de darme otra cosa. Y tenía una lámpara redonda ahí que me pareció hermosa. Entonces le pregunté si esa la había hecho con el mismo método. Me dijo que sí, pero que esas redondas necesitaban que se comprara un molde y un patrón de papel con el diseño, que el mode era muy caro, que ella lo prestaba. Seguía sin cerrarme el método grosero de corte. Me fui de ahí y despuès la llamé para decirle que no iba a ir más.

Entonces empecé a buscar esas lámparas en Internet, hasta que las encontré. Días y días de investigación me llevaron a la página de Paul Crist. De ahí pasé a la de Grotepass. Ellos tienen toda la explicación del corte del vidrio. y todo el método de fabricación paso por paso. Y ahí comprobé que lo que a mí no me cerraba era correcto. El método era mucho más complejo.

Con el patrón se dibuja sobre el plástico, pero se quita el medio y se deja el excedente, y se dibuja la pieza sobre el vidrio pero por adentro del molde. El corte sobre el plástico se hace con un cortante filosísimo no con tijeras que dejan puntas y el marcador salta perdiendo una línea que debe ser perfecta. Pero los diseños de Tiffany que ellos hacían me eran imposibles de copiar. ¿Y de dónde sacar el molde?

Encontrè la página de Tashiro, que otra vez explica todo el método al detalle. Pero Tashiro hace sus propios diseños y enseña a hacer un molde en madera. Yo compré telgopor e hice un molde en telgopor, pero el de mayor densidad, lo hice tal cual decía Tashiro. Y me dispuse a empezar a cortar vidrio en serio.

Pero le escribí a Tashiro diciéndole mis dudas y temores. El me contestó al día siguiente por mail. Empiece a trabajar y a la primera dificultad pregunte. Empecé y le escribí a la primera dificultad.
Me fue guiando paso a paso, dàndome los infinitos secretos de una técnica complejísima. Supe desde el vamos todos los secretos más importantes. Tashiro era uno de los sesenta que vendían sus lámparas a más de cuatro mil dólares.

Cuando terminé me pidió una foto. Se la mandé y me llenó de elogios. Me mandó a que le escriba a Colin Hansford, que le diga que si cree que estoy en condiciones de entrar a Asgla, la asociación de Artistas de Vidrio Estañado. Todo ésto no fue muy rápido, me llevó meses. Mientras espiaba quién era Colin Hansford y la Asociación. Esperé a hacer mi làmpara que llamé Hart Inspiration.
Entonces la mandé y allá todos se sorprendieron y me invitaron a pertenecer como miembro a la Asociación de la que todos ellos forman parte.

Eso significaba pensar que podría vender una de mis lámparas en por lo menos dos mil dólares. Hasnford me dijo que sí, que viniera a Nueva York. ¿Con qué? me decía yo, y le escribí la historia del corralito.

Mientras tanto las lámparas se iban sumando en mi óptica. Un cliente mío se fascinó y empezó a comprarme. En ese año, repito, en ese año me encargó 4 lámparas al hilo. Se las cobré 500 dólares cada una. Cada lámpara lleva un mes de trabajo, no es así no más la cosa.

En el medio una rectora de una Universidad Privada me pidió un vitraux de ventana. Se lo hice. Me tardó un mes. Quedó enamorada de su ventana.

Cuando iba por la lámpara cuarta y ya dispuesta a viajar para los pagos del primer mundo con la plata que junté, me dice mi cliente que vio una làmpara como las mías en el centro, por 70 dólares. Me tomé un taxi y la fui a ver. Era china. No lo podía creer. Por 70 dólares yo no movía más un dedo.

Así como les digo, de la noche a la mañana, los chinos inundaron el mundo con las réplicas malas de las lámparas Tiffany. Le escribí a Tashiro y me contestó que todo lo que hacíamos se iba a caer, que nos mataron los chinos. Y peor, Tashiro se había mudado a un enorme taller en las afueras de Toyota, y planeaba volverse a su primer reducto pequeño porque la venta se había parado totalmente.

Al mes Tashiro estaba de vuelta en su viejo taller. Hansford me dijo que el interés de los compradores de antigüedades había caído vertiginosamente y que ni siquiera las auténticas Tiffany se iban a poder vender en los remates. Y así fue. Nadie quiere más esas lámparas en su casa si es millonario. Otra vez son signo de mal gusto. Porque cualquiera las tiene y se ven por todos lados.

Al poco tiempo Kirchner empezó a cambiar el volumen de trabajo en la óptica, y mi rumbo se volvió hacia los anteojos, que ahora después de tanta vuelta, volvían a significar mi modo mejor de ganarme el sustento.

Nunca más tuve tiempo para dedicar a las lámparas Tiffany, ni vale la pena que lo haga. Con las que me quedan tengo bastante. Siguen siendo hermosas y para mí son el vestigio de una gesta que me permitió vivir una noche negra con esperanza de un mejor amanecer.

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22 de julio de 2009

MIS LÁMPARAS TIFFANY , MENEM Y EL CORRALITO

TRISTEZA - PÉRDIDA DE LA UTILIDAD DE MI DESTREZA

(clickear en la imagen para ver ampliada)

Durante la época de Menem mi profesión sufrió un tsunami. El modo de hacer anteojos tradicional, y todo el sistema de provisión mayorista clásico se derrumbó. El corte de cristales a mano en el taller de la óptica quedó desactualizado de la noche a la mañana cuando se abrieron las compuertas a la tecnología del primer mundo. Cayeron infinidad de ópticas. Cayeron infinidad de mayoristas. Y llegaron nuevos, improvisados mayoristas, que ofrecían la nueva tecnología solamente a quienes tuvieran el capital para empezar a hacer ópticas de gran cantidad de clientes, generalmente metidas en Obras Sociales, o en relación a entidades como Pami, haciendo arreglos de exclusividad. Individuos con mucho arrojo ex-fabricantes de corpiños, o importadores de relojes o de artículos de bazar, de repente vieron el negocio y se pusieron ópticas tipo supermercado. Los ópticos tradicionales nos vimos avasallados. Solamente unos pocos de aquellos hemos sobrevivido a ese cambio. La cirugía mayor sin anestesia, que le decían.

Llegaron máquinas automáticas que cortan el cristal donde el trabajo humano era indispensable. Y se reemplazó prácticamente el vidrio por el material orgánico, una especie de resina plástica. Todo muy bueno. Pero podría haber sido más gradual el cambio, para darnos tiempo a reconventirnos.

Un día apagué para siempre mi hermosa biseladora de pulir bordes de vidrio. Un día miré mi cajón plagado de recortes de vidrio pensando que nunca más agregaría allí un recorte. Y ahí está todavía el cajón con sus últimos vidrios, sin haberse agregado ni uno más.

Por ser una óptica de clientela, la cantidad de trabajo no permite ni imaginar la compra de una biseladora automática del nuevo material orgánico. Hablamos de decenas de miles de dólares. Pero pronto unos pocos de los clásicos proveedores sobrevivientes, compraron la nueva maquinaria y nos ofrecen hoy el servicio de lo que se llama el calibrado del anteojo.

Ya no trabajo más en mi taller. Todo lo hace una máquina en el taller del laboratorio que trabaja para mí.

Antes de todo ésto, yo había cortado vidrio todos los días de mi vida. Mi mano tenía una destreza de la cual estaba orgullosa. Realmente para mí fue un gran sufrimiento que la destreza acumulada en décadas, de la noche a la mañana no tuviera ya la más mínima importancia. Algo parecido a la tristeza del relojero cuando se dejaron de vender los relojes a cuerda y todo el mundo empezó a comprar los electrónicos.

DESESPERACIÓN- EL FINAL DE LA ESTAFA NEOLIBERAL

Mi madre se murió en 1999 y dos propiedades quedaron en sucesión para repartir entre 3 hermanos. La sucesión se terminó en noviembre del 2001, y la venta de una de las propiedades se efectuó en la escribanía del Banco Nación sucursal Plaza de Mayo, precisamente el 20 de diciembre del 2001, en el mismo momento que arreciaba la represión en la Plaza de Mayo, cinco pisos más abajo de dónde yo estaba.

Eran las 13 horas del famoso 20 de diciembre, día posterior a la fatídica noche del 19. Se cerró el Banco decían en la Escribanía, y los gases lacrimógenos podían olerse desde las ventanas abiertas, por lo que se cerraron. Habíamos pedido a la Escribana que nos hiciera cheques por separado a los herederos, para depositarlos cada uno en su cuenta, que habíamos abierto para tal fin en el mismo Banco, como nos había indicado la Escribana. Pero la sopresa fue que el comprador trajo un cheque por el total y no había nada que hacer. El cheque se lo dió el Banco Central que curiosamente en esas locas circunstancias había sido capaz de otorgar un crédito a la secretaria de la Escribana. Cosas de no creer.

Depositalo en tu cuenta dijeron mis hermanos, y nos hacés una transferencia. Ningún problema para mí. Pero al bajar tomamos conciencia de que se había cerrado el Banco. Llevate vos el cheque me dijeron y cuando se abra de nuevo lo venís a depostiar.

Yo salí de ahí temblando, con un cheque por el total metido en mi corpiño. Ni me acuerdo cómo atravesé ese infierno de gases acumulados en los pasillos del Banco. Bajamos por las escaleras con las narices tapadas. Y me fui viendo el desastre de caballos sobre la gente en la Plaza. Y yo con el cheque en el corpiño.

Los Bancos estaban cerrados y parecía el fin del mundo. Todos los días salían resoluciones del Banco Central. El primer día que se abrió el Banco Nación fui corriendo a depositar el cheque, y me enteré de que me habían dado un cheque "cancelatorio" del Banco Central que debìa ser depositado por intermedio de una operatoria especial, y que debía ser en ese día porque al día siguiente caducaba. Me volví loca para conseguir depositarlo y por fin lo logré. Pero no pude hacer la transferencia porque se prohibió esa operación. Nadie podía transferir nada de su cuenta a otra cuenta.

Todos creíamos que la plata no la veíamos más. Se devaluó el peso a la tercera parte. No sabíamos si lo que teníamos eran dólares o pesos. Los resúmenes venían sin indicar la moneda en la que estaban. Cada rato teníamos que concurrir para efectuar el cambio de operatoria sobre el dinero depositado, que se pasaba a Bonos, que a lo que teníamos había que sumarle el CER. Como la cuenta estaba a mi nombre, todo lo tenía que hacer yo. Me pasé una vez diez horas en la cola del Banco. Ese día cuando me tocaba a mí el Banco se quedó sin sistema, y casi le salto al cuello al empleado, que al verme tan loca hizo las cosas a mano.

No quiero seguir con este cuento porque me agota sólo contarlo. Quiero decirles que mi estado de ánimo ameritaba una profunda depresión. Mi padre trabajó toda la vida como un esclavo para comprar su departamento y el local de comercio donde trabajó medio siglo. Ya sabrán que le mataron a toda su familia primera en la guerra, que no se dio permiso para descansar y sólo trabajaba. Que cuando yo le decía papà no trabajes los domingos, él me decía: tonta, estoy trabajando para vos, para que tengas algo cuando yo no esté más. Y veía esa plata en el corralito y me imaginaba cada ojalillo que mi padre puso en cada toldo de lona con su transpiración y el sueño de dejar algo para sus hijos. Y me moría de rabia por la falta de respeto de los Bancos del Primer Mundo, de los Capitales de las Empresas Multinacionales que un día decidieron burlarse de mi papá, y hacer añicos sus horas y horas de trabajo sin descanso.

Pero no me permití deprimirme. La depresión era una vieja conocida mía. Decidí poner energía en otras cosas. Internet, las páginas Web. Y aguantar en la óptica con la migaja de dinero que conseguía rescatar cada día para sobrevivir, cuando no había circulante y quebraban todos los días otros mayoristas de òptica que desaparecerían para siempre, como Raymond SA y Talleres Kruk.

DESCUBRO LAS LÁMPARAS TIFFANY- REVALÚO MI DESTREZA

Ir a tomar un café al Tortoni, en medio de ese temporal económico y político, era un paseo que me daba con mi marido. Allí descubrí un día las lámparas Tiffany. Cuando las ví me enamoré. Es así, las lámparas Tiffany seducen a algunas personas, hasta dejarlas en estado hipnótico.

El día que las ví por primera vez, me acerqué, las estudié y ví que yo podía. Simplemente podía hacerlas porque nadie me ganaba a mí en el corte de vidrio. Una mano que trabajó por décadas en el corte de vidrio para anteojos, se reencontraba con la utilidad perdida. Las volví a ver varias veces. Iba al Tortoni sólo para verlas. Y cada vez me enamoraban más. Vì el cartel de la persona que hacía la exposición, que ofrecía un curso en su taller. Tomé el telèfono y la llamé.

Hacer esas lámparas era para mí el sueño mayor, utilizar mi destreza en desuso y encarar un proyecto emocionante, para contrarrestar el desastre que estábamos viviendo todos los argentinos, cada uno con su particularidad.

Pero no fue nada fácil. Por suerte para mí. Porque las dificultades hicieron el camino mucho más interesante de lo que esperaba.

Un mundo nuevo se abrió para mí, inosospechado, del que eran portagonistas una pareja de alemanes, los Grotepass, que viven en Essen, un japonés, Ishiro Tachiro, que vive en Toyota y un norteamericano, Colin Hansford, que vive en Nueva York.

Vayan mirando mi página que va a desaparecer en octubre. Vean las páginas de mis amigos. Quédense absortos como yo lo hice un día, o tal vez indiferentes, según como sean sus naturalezas respecto a ser seducidos o no por las lámparas Tiffany.

Eva Row, Al modo de Tiffany

Dr Grotepass Studios, Tiffany Lamps

Colin Hansford, Leadedlamps

Ishiro Tachiro, Tashiro stained and leaded glass Studio

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21 de julio de 2009

COMO DARSE CUENTA DE QUE UN NIÑO NO VE BIEN


Lo primero es ver si se acerca demasiado a los objetos más lejanos. Pero no confundirse, porque los chicos de vista normal ven bien muy cerca, algo que van perdiendo los adultos. Puede ser que el niño sea un detallista y le guste observar las cosas más de cerca. Hay que ver si lo hace todo el tiempo o si lo hace algunas veces, si alguna vez puede quedarse lejos del televisor cuando mira algún programa, o si siempre se acerca.

Antes de proseguir tengo la obligación de llamar la atención a los padres que les dicen a sus hijos que no se acerquen tanto al televisor porque hace mal a la vista. Éste hecho me enfurece. El televisor no le hace nada a la vista, ni cerca ni lejos. Ésto es un mito. Por favor, encima de que no llevan a los chicos a solucionar su problema, los torturan alejándolos de los objetos que desean ver. Los chicos se acercan para ver bien, no les hagan la vida más difícil. Déjenlos acercarse que no pasa nada. No los torturen.

El niño que tiene una miopía importante se levanta del asiento y se acerca para mirar al pizarrón o al televisor. Mira los libros de cuento poniendo la nariz encima del texto. Dibuja con el papel contra su cara. Si es muy pequeño, veremos que se arrodilla en la silla para poner el cuerpo sobre la mesa para dibujar.

La cercanía a los objetos sirve para sospechar una miopía, pero, cuando los chicos no ven bien de cerca, pueden tener hipermetropía. Si un chico se aleja del libro para verlo mejor, entonces es posible que sea hipermétrope.

Signos de posible problema visual.

El chico que se inicia en la escuela y por varios días no escribe nada en su cuaderno.
Parece distraído.
Parece que no atiende.
Parece que no escucha.
Conversa con los compañeros e interrumpe la clase si es un chico alegre.
No tiene comunicación con sus compañeros, se aisla y resulta antipático, y es un chico triste.
Se pone a hacer dibujitos que no tienen nada que ver con la clase.
Si es miope puede resultar un alumno muy bueno, siempre que se siente en la primera fila. Le gusta leer y estudia mucho. Pero no le gusta participar de los deportes, no se hace amigo de los compañeros. Empieza a ser mirado con desconfianza porque siempre obedece a la maestra y nunca participa en ningún lío, ni tiene problemas de conducta.
Es obsesivo con sus pertenencias. Tiene todo ordenado y limpio. No se olvida nada, no pierde ningún objeto. Muchas veces no es solidario, no le gusta prestar sus cosas.
Si es hipermétrope le resulta difícil hacer la tarea, prefiere las actividades deportivas, se relaciona mejor con su cuerpo, le gusta correr y ve perfectamente a la distancia.

TODOS LOS CHICOS TIENEN QUE IR AL OCULISTA TODOS LOS AÑOS, no sólo una vez. En cualquier momento aparece un problema refractivo porque eso está en la genética. Algunos chicos a los seis años tienen una vista perfecta, pero a los ocho años ya tienen miopía. La miopía empieza en cualquier momento de la vida hasta los veinte años, y continúa agregándose hasta los 30.

Pero es importante detectar los problemas refractivos en la niñez temprana, cuando se desarrolla la personalidad. Un miope puede transformarse en un neurótico obsesivo, que por ver solamente lo que está muy cerca, empieza a adaptar su personalidad a esas situaciones. Empieza por preocuparse por dejar sus pantuflas derechitas al lado de su cama y termina por pelearse con sus hermanos porque le patearon los pantuflas.

Hace unos años, cuando la medicina no estaba tan avanzada y los chicos no iban al oculista, los miopes tratados tardíamente no tenían los ojos suficientemente estimulados y no alcanzaban nunca la visión normal. Era común ver al miope asociado a una personalidad obsesiva.

Las observaciones que hice a través de cuatro décadas, me permiten decir que la miopía tenía mucho que ver con la personalidad. Me refiero a miopes de mucha graduación. La mayoría estaba lleno de resentimiento hacia sus padres y hacia el mundo, todos los habían defraudado, no habían tenido suerte, eran monotemáticos y detallistas, fanáticos en cuestiones sin importancia. Conocí muchas personas que aburrían a su familia con su permanente reclamo de atención.

En cambio los fuertemente hipermétropes eran todo lo contrario. Escuchaban todas las críticas. Apenas si se miraban al espejo. Se hacían cargo de los demás. Soportaban todo tipo de agresiones, siempre conciliadores, bonachones. Un poco desprolijos, solían no saber dónde dejaron sus cosas, vivían olvidándose la lapicera o perdiendo los documentos.

Hablo en tiempo pasado porque hoy mejoraron mucho las cosas. Hay mucha difusión de la psicología y los padres que pueden se ocupan mucho de sus hijos. Los anteojos de hoy son más efectivos, y para los casos de mayor graduación hay lentes de contacto que le permiten sentirse como si no tuvieran problemas refractivos.

Pero igualmente subsiste el tema de los chicos que no son detectados en la infancia con los problemas visuales.

Como ilustración voy a copiar el comentario 4 que hizo el amigo Carpe Diem en el post "Por qué ..."

Eva:

Cuando empecé el secundario descubrí de golpe que no veía con claridad lo que escribían en el pizarrón. Como ser "un cuatro ojos" me horrorizaba (y me condenaba la la exclusión futbolera) no le dije nada a nadie. Pase de ser abanderado en la primaria a cuatro de copas en la secundaria, donde me defendía con las materias de libros (historia, idioma, etc.), pero capoté definitivamente con las exactas, que se dirimían en el pizarrón. Tuve un secundario desastroso sin que nadie se diera cuenta de que era miope. Y cada vez veía peor. Ya en la universidad y cuando gane mi primer dinero me compré lentes de contacto, y acepté tener como suplentes unos anteojos. Pero el mal estaba hecho. No sabes lo que me jodió en términos de estudio, de relación con los demás y en la vida diaria no ver un joraca (6 dioptrías tenía que usar). Todavía no entiendo como mis viejos no se dieron cuenta.


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19 de julio de 2009

GRAN CONCURSO LA COSA Y LA CAUSA

A partir del 12 de febrero de 2010, entre los primeros 10 comentarios con respuesta correcta que reciba este Post, se sorteará un premio. El comentario enviado debe decir por escrito el dato correcto del número de veces que Pino Solanas dice la palabra "escándalo", o cualquier palabra de la familia como "escandaloso", etc. El concurso hace referencia a la primera vez que Pino Solanas salga por TN a partir de hoy a la noche (inclusive), 12 de febrero de 2010.

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EL CASO DE LA NENA QUE NO ERA AUTISTA


El 20 de diciembre de 2008 hice un post que se llama "Por qué converso tanto con las personas en la Óptica ". En un párrafo dije: "Prometo hacer un post con “El caso de la nena que no era autista”, no lo van a poder creer." Marcelo me lo reclamó y ahí va.



Una clienta mía, peluquera, mujer simple y de pocas luces, me cuenta que tiene una nena de 7 años "con problemas". Me lo cuenta como con dificultad de contar. Que la nena va a la escuela y no escucha a la maestra. Que la hicieron repetir de grado. Que apenas aprendió las letras. Que no habla con las compañeritas. Que la mandaron a la psicóloga y la trata por "autismo". Pero que a la maestra se le ocurrió que la nena podría además tener problemas de la vista, y sería bueno llevarla al oculista. Que la llevó y a la noche viene con la nena para hacerle los anteojos.

¿Qué te dijo el oculista de la nena? le pregunté. Nada, me dijo la peluquera, le recetó anteojos. Y me extiende la receta. Veo la receta, es simple: una pequeña miopía de -1 dioptrías en ambos ojos. La calmo, le digo que no es tanto. La espero a la noche que venga con la nena.

Llega la mujer con la nena. Como yo reviso todas las recetas que llegan, la siento a la nena a mirar los optotipos con la graduacion recetada por el médico y compruebo que la nena no ve nada. Ni las letras más grandes. La nena sabe las letras, pero me dice claramente: no veo. Me quedé muda. Le dije a la madre que iba a llamar al oculista. Por suerte estaba y contestó al teléfono. Delante de la mamá hablé con el oculista.

Con la presentación de rigor, le digo al oculista que yo soy un tipo de óptico que se niega a hacer un anteojo si no es para mejorar la visión de una persona, que en este caso la nena no veía ni las letras más grandes, que necesitaba saber qué le pasa a la nena y para qué le haría el anteojo.

Me contestó fastidiado lo siguiente: yo le dije a la madre que la nena no ve nada, ella no quiere escuchar. El ojo derecho lo tiene perdido, y con el ojo izquierdo ve un 5 porciento. ¿Entonces para qué le voy a hacer el anteojo? le contesté. ¿No hay alguna forma de hacer algo por la visión de la nena, qué tiene la nena? ¿Por qué no me dá un diagnóstico? Mire, yo le receté lo que pude recetarle, contestó, que no lo haga si no quiere, es lo mismo. Ya le dí el diagnóstico, tiene una miopía de -1 dioptrías. Que le haga estudios para saber qué tiene.

Todo ésto lo hablé con la función del teléfono en "manos libres". La madre escuchó lo que dijo el oculista. Pero seguía sin reaccionar.

Entonces volví a sentar a la nena frente a los optotipos y comencé con mi método a buscar en todos los sentidos posibles una pequeña mejoría. Fuí descartando todos hasta encontrar uno. Encontré el sentido por los lados esfèricos negativos. Descarté los astigmatismos y la hipermetropía. Continúe agregando potencia esférica negativa y para mi sorpresa la nena iba aumentando la visión. La llevé a 7 décimas con 8 dioptrías negativas. Eso significa que la hice pasar de la borrosidad absoluta a la visión casi normal. No lo podía creer.

Claro que hay que hacerlo con paciencia, esperando en cada agregado que el ojo lo acepte y forme los canales neurológicos que hacen al complejo de la percepción, a la sensibilidad, a la conexión necesaria para recibir el estímulo tan largamente mezquinado a esos pobres ojitos.

Y la nena respondía. También la nena respondía a mi afecto. Cosa de la que estaba carenciada, por la mamá y por la sociedad entera. Yo celebrara cada vez que ella veía un poquito más. Le acariciaba la manito que tenía sobre la mesada y le expresaba mi contento, como si hubiera metido un golazo de media cancha. Y la nena se iba poniendo ella contenta. Y parecía que quería satisfacerme a mí, más que poder ver ella. No había sonreido hasta que yo empecé a vivarla porque vió un poquito más. Y empezamos como un juego alegre. Un juego por la vida.

Y como dije la llevé a ver 7 décimas, que es lo que ve el promedio de la población. Pero le pedí a la madre que la llevara a otro oculista. Que necesitaba un diagnóstico serio sobre la evolución de esa miopía, el estado de la retina y controlar la presión ocular para descartar un glaucoma. Yo le recomendé el oculista al que tengo más confianza, con el que puedo hablar, que me respeta como profesional y se digna a intercambiar conmigo sus conocimientos. Se llama Héctor Braver.. Héctor me ayudó a salvar a mucha gente como ésta nena.

La salvamos. Dejó de ser tratada como autista. Era miope. Terminó el año y pasó de grado. Hoy es una mujer que hace su vida normalmente. Tiene 30 años y se operó de la miopía. Ni vestigios tiene de esa miopía que se disfrazó de un problema psíquico de comunicación con el mundo.

Un aparte para hablar de la mamá

Mi experiencia me enseñó que el principal factor en contra de los chicos que tienen problemas visulaes, son los padres. Los padres no quieren saber que sus hijos pequeños tengan un defecto en la visión. Cuando llegan a la óptica con una receta, llegan con disgusto, como si eso los descalificara ante el mundo, como si hubieran fracasado en el aporte de su genética. Empiezan a buscar los culpables. Las mujeres separadas pueden llegar a decir: en mi familia no hay nadie que use anteojos, debe ser el padre, encima eso le dejó al nene.

Vergonzantes y negadores, ponen palos en la rueda. Lo primero que dicen casi todos es: ¡¡¡Ay, yo no me imaginaba que mi hijo iba a tener que usar anteojos!!! Lo dicen adelante del chico, y uno observa al pequeño mirar al padre y ve que en sus ojitos se demuestra la preocupación a su vez, la preocupación por haber decepcionado al padre. El chico empieza a sentir que lo espera una cosa desgraciada.

Es ahí cuando dedico una charla para revertir la situación planteada. No permito que las cosas se dirijan por ese rumbo psicótico. Nos sentamos los tres y empiezo a hablar de lo que es un defecto visual, le empiezo a bajar los decibeles al drama y encaro las cosas desde el lado optimista, primero que nada, para recuperar la voluntad de la criatura y allanarle el camino a superar su defecto refractivo y continuar la vida como si nada pasara.

Por otro lado, los defectos refractivos en su enorme mayoría no son signo de una enfermedad, sino obedecen a las exigencias de la civilización que hace indispensable tener cierta agudeza visual mínima, que no era necesaria en la vida prehistórica. La maravillosa ciencia de la Óptica, interfiere en el camino de los rayos de luz y los desvía para que lleguen a la retina y formen las imágenes nítidas. Lo principal es el estado de la retina, y del nervio óptico. Estos dos factores son óptimos en la mayoría absoluta de las personas con defectos refractivos. No hay por qué hacer un drama de esta situación.

Un aparte para el gran culpable

La culpa del estado de ánimo de los padres, y de casi todos los que descubren un problema refractivo en sí mismos, no es sólo psicología indivudual, también es el mercado. El mercado se ha ocupado y se ocupa de meter miedo en la gente, esa es la mejor manera de hacerlos correr a gastar plata. Créanme, a ningún mercachifle de la Medicina le conviene que se aligere la dramatización de un problema médico. Con cuántas cosa pasará lo mismo aparte de la Óptica. Yo tengo prevención contra eso, me cuido de aceptar los términos dramáticos, me pongo a estudiar cada situación en la que me presentan un panorama único que me lleva sólo a gastar plata en un sentido. Pregunto, averiguo, y muchas veces descubro que hay otras oportunidades que no me fueron planteadas, u otra versión de las mismas cosas.


Un aparte para Héctor Braver.

Héctor, con su respeto por mí, siempre dijo que no le daba bolilla a ningún óptico, que hablaba sólo conmigo, que nunca había concido a un óptico como yo. Y me mandó siempre a todos sus amigos y su familia. Teniendo tantas ópticas en Buenos Aires, sólo Eva para sus hijos, para sus amigos, para su familia. Me confió lo más preciado a mí. ¿No es un orgullo?

Lo más interesante fue cuando me mandó dos recetas de dos amigos que se había hecho en Cuba. En ese tiempo en Cuba no había bifocales. Esos amigos de Cuba necesitaban bifocales y no podían tenerlos. Les dijo que que iba a hacerlos en Buenos Aires y se los iba a enviar a Cuba.

Me mandó las dos recetas y me preguntó si podía hacer los dos bifocales sin ver a las personas. Él sabía que hacer un bifocal es como una dentadura postiza, que sin el paciente para medirle sus particularidades es imposible. Sin embargo, le pedí la descripción de cada uno, el peso, la altura, la descripción del rostro. Por mi experiencia tengo ya una estadística en mi cabeza de valores en relación a los físicos, que no pueden fallar. Salieron bien. Las dos personas saltaban de la alegría cuando les llegaron los anteojos.

Cuando yo le he enviado a alguien a Héctor, sea problemático o no, él siempre tomó el teléfono ni bien había salido el paciente, sin que yo lo llamara, y me pasaba un diagnóstico compelto, a toda velocidad porque tenía el consultorio continuamente lleno. Un diagnóstico serio, que me dejó siempre tranquila de que estamos haciendo las cosas bien.

Algunas veces yo superé recetas de Héctor mismo. Lo he llamado para decirle que había encontrado algo que mejoraba la visión del paciente. Siempre me dió la razón y anotó el cambio en su historia clínica. Algunas veces me mandó él a mí un problema, para que yo le diera mi opinión, inclusive de personas que no iban a hacerse el anteojo en mi óptica, porque lo compraban en la de su Obra Social. Siempre colaboré con él y él conmigo, en una mancomunión donde no hubo jamás el mínimo interés secundario. Una mancomunión que duró cuarenta años. El dolor es demasiado grande hoy para mí, la pérdida de Héctor Braver para mí es una catástrofe. Por fin lo puedo contar. Acaba de fallecer hace dos meses. Y era joven todavía y estaba con todas las luces. Cáncer en el páncreas.

No tengo consuelo. No tengo.

Un aparte para la maestra

¡Qué lección la de la maestra! Su percepción del problema de la nena es admirable. ¿Dónde se estudia esa dedicación, esa preocupación? ¿Es una materia pedagógica? Este cuento debería ser una lección para las maestras. Ver más allá de la superficie. Interrogarse, llamarse al criterio, observar al alumno pequeño. Ella salvó a la nena. Pero no hubiera sido suficiente. La cadena mágica se hubiera cortado en el oculista aquél. Cualquier óptico le hubiera hecho los anteojos según la receta. Tal vez la madre hubiera obligado a la hija a usarlos. Y seguramente la nena no los hubiera usado, porque no tenían ninguna acción sobre su visión. Y quién sabe cuál hubiera sido el destino de la nena. Tal vez ahondarse más en su desconexión con el mundo. Tal vez haberse convertido de verdad en una autista.

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18 de julio de 2009

ESTOY AGRADECIDA

Ayer se cayò Geocities, pero luego volvió a estar y luego se volvió a caer. El aviso de cierre es para el 26 de octubre. Gracias a la colaboración e indicación de los compañeros, tengo casi todo guardado. Pero hubo un ángel que cruzó la cordillera para ayudarme. Marcelo, hasta me hizo una nueva Web de mis lámparas, no lo puedo creer, y en seguida que pudo me mandó el documento en Word de todo el testimonio de mi hermana. No se puede creer. Estoy agradecida. No tengo palabras. Si la vida fuese siempre así. Si cuando tuviéramos un problema siempre alguien corriera a socorrernos, sería hermoso vivir. No hay otra cosa que sea más importante que la solidaridad entre las personas. Uno no está acostumbrado, uno se ha acostumbrado a que siempre está solo. Sigo estando sorprendida, como si fuera Cenicienta después del baile, que vuelve a su casa pero ya no es la misma que era antes del encantamiento que le hizo el Hada Buena.

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17 de julio de 2009

HOLOCAUSTO WEB: UNA BOMBA ATÓMICA CAYÓ EN INTERNET

Si no tenías una página Web en Geocities, probablemente no te hayas dado cuenta de lo que acaba de pasar, ni puedas darte cuenta de lo que ésto significa. Una bomba ha caido sobre la Web. Una bomba sin sonido. Sin imagen.

Yo tenía varias páginas Web muy importantes en Internet. Geocities me envió hace unos días una comunicación de que iba a retirar todo el material en 26 de octubre. Aconsejaba bajar las páginas a una carpeta, y ofrecía un alojamiento con costo a 5 dólares por mes el primer año, luego no me acuerdo ya, pero el precio se incrementaba mucho. Yo estaba pensando qué hacer, pero tenía tiempo hasta el 26 de octubre.

Hoy a la madrugada, cuando terminaba un post relatando la historia de una de mis páginas que tuvo trascendencia en España porque movilizó un caso judicial que se hizo famoso, descubro que ya el sitio ha desaparecido.

Estoy en una especie de shock. Lo que perdí no tiene nombre. Perdí el testimonio de mi hermana, víctima del Holocausto. Espero tener una copia en alguna carpeta. Perdí la página que hicimos para España junto a Manuel Borraz, que juntaba documentación inenarrable de un hecho muy trascendente. Perdí también mi página sobre lámparas Tiffany, con toda mi obra fotografiada, que me valió el ingreso a la Asociación de Artistas de Vidrio Estañado de los EEUU, por la calidad de mi obra en vidrio. De ésto jamás había hablado en este blog. Estaba por contarlo. Se perdió un montón de caricaturas de mi marido de las cuales no hay copia.

En fin, me siento derrotada. He tomado contacto con el fenómeno Internet en su aspecto más inquietante. ¿Quién dispone de nuestro material? ¿Qué pasaría si hoy mismo Blogger borrara todos los blogs?

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Geocities cierra para siempre. Manuel Borraz. (Tercera Parte)

Geocities va a borrar pronto la página Web que ayudé a hacer a Manuel Borraz, página que es el fiel testimonio del afán incansable de Manuel, de su lucha de años sin desmayo por ayudar a un desconocido, que logró sacar de la cárcel a un inocente, que logró conmover conciencias adormecidas, que logró mover expedientes, que logró por fin cortar el martirio de un hombre en una cárcel de Cataluña.

(continuación del post anterior)

Iba aprendiendo sobre la marcha, e iba haciendo mi página Web que se llamó igual que la lista: "estafados". Si quieren verla, échenle un vistazo que dentro de dos meses va a desparecer para siempre. También hice la primera exposiciòn Web de las caricaturas de mi marido Bob Row. Cuando hube publicado la página "estafados", Manuel Borraz me escribió a mi correo privado contándome una historia conmovedora.

Hacía unos años, había ocurrido en Cataluña una serie de violaciones que correspondían a la misma autoría. Dos hombres en un pequeño auto sometían mujeres y las violaban. El arma con el que amedrentaban a las mujeres era un palo de béisbol. Manuel Borraz siguió las alternativas a través de los diarios. Ya eran varias mujeres las violadas y la población empezaba a manifestar su malestar porque el caso no se resolvía. La policía y la Justicia eran cuestionadas por la opinión pública.

Un día se detiene a dos personas sospechadas de haber cometido las violaciones. El diario El País publica un artículo firmado por un periodista, donde aparecen las fotos de los sospechosos antes de que se hubiera hecho la ronda de reconocimiento. En la ronda de reconocimiento las mujeres reconocen a los hombres cuyas fotos fueron publicadas con anticipación y los detenidos quedan encarcelados acusados de los crímenes, esperando juicio.

Al tiempo uno de los dos acusados le escribe una carta al periodista que publicó las fotos, diciéndole que era inocente y que la publicación de su foto fue lo que indujo a las mujeres a reconocerlo. El periodista publicó la carta en el diario. Se sensibilizó tanto con la carta, que comenzó a preocuparse de los presos, martirizado por la culpa de haber cometido un error que tal vez le costó la libertad a dos inocentes. El periodista fue a visitar al preso que le escribió, también fue a visitar a su familia y se condolió de la situación en la que habían quedado. Comenzó a pedir desde el diario que se revise el caso, pero ya su prédica no interesaba a nadie, porque la tranquilidad había vuelto después de haberse "resuelto el caso". El periodista por fin, abandonó el afán de compensar su error.

Cuando el periodista publicó la carta del preso, Manuel Borraz la leyó, y como simple lector, sintió que ese caso no podía quedar así, que si los hombres eran inocentes, los ciudadanos no debían permitir que fueran acusados ni menos condenados. Entonces Manuel le escribió al periodista, quien le respondió contándole todo lo que expuse en el párrafo anterior, que se había convencido de que eran inocentes, que la culpa lo carcomía y que habìa hecho todo lo que podía para ayudar a estos hombres, pero no estaba en sus manos hacer algo efectivo por ellos, cosa que lamentaba profundamente.

Manuel empezó a preocuparse por saber más sobre el caso, a conocer todos los detalles: el expediente, cómo se detuvo a esos hombres, el nombre de los abogados defensores, todas las minucias que le eran posible conocer. Lo que disparó la indignación de Manuel, y a nadie más en Cataluña, fue que al tiempo volvieron a suceder nuevas violaciones con el mismo método de las anteriores, incluyendo al palo de béisbol, estando los acusados presos, cosa que para Manuel era signo de que éstos hombres eran efectivamente inocentes. Pero la Justicia no lo consideró así. Los nuevos casos eran nuevos casos, fueron investigados y se descubrió a los culpables. Uno de ellos era increíblemente parecido a uno de los dos que estaban acusados de la serie anterior de violaciones.

Estando presos los cuatro acusados de dos series idénticas de violaciones, al tiempo, surgió como novedad la prueba de ADN como método para determinar la autoria de un violador. Los abogados defensores lograron que se investigara si en los elementos guardados en el expediente existían restos de semen para comparar con el ADN de sus defendidos. Desgraciadamente había restos de semen en sólo dos casos de los varios más. Esos dos restos de semen fue demostrado que no pertenecían a ninguno de los dos detenidos primero, con lo que se exculpó sólo de esos dos casos a los acusados. Pero más, los abogados lograron que los restos de semen se compararan también con los de la pareja de violadores presos en segunda instancia por crímenes idénticos. Y el resultado fue que efectivamente, los dos casos probados que no eran adjudicables a la pareja acusada de la primera serie, eran sí a su vez adjudicables a uno de los dos apresados en segundo término. Añadiendo la declaración del jefe del penal que estaba convencido de que los dos hombres eran inocentes y recomendaba a la Justicia revisar el caso, los abogados peticionaron la revisión, dados los tantos elementos que inducían a pensar en la inocencia de dos hombres. Pero la Justicia consideró que no había elementos suficientes como para revisar el caso.

Ahí fue que Manuel comenzó una lucha personal, enviando cartas a los diarios, a magistrados, a organizaciones, a todo lo que podía. Entonces Manuel me pidió que en mi página "estafados" publicara el caso de los dos hombres inocentes acusados por violación. Y por supuesto que le dí lugar, y ubiqué el caso con el título "Estafados por la Justicia". Comencé a hacer la pàgina, pero era muy fatigoso preguntar a Manuel por mail y esperar la respuesta sobre cómo pensaba él que se debía diseñar la página. Entonces le propuse a Manuel darle un curso por mail. Que le iba a indicar cómo se hacía una página Web de Geocities, paso por paso, transmitiéndole todo lo que yo había aprendido.

Y asì hicimos en jornadas de alumno abnegado y profesora dispuesta a vencer la enorme distancia geográfica entre Barcelona y Buenos Aires, la imposibilidad de hablar por teléfono y las dificultades de enseñar una cosa tan compleja.

Primero hice una página Web de doble comando, en la que Manuel podía entrar a la par mía y hacer todo lo que yo hacía, e ir aprendiendo los secretos hasta poder largarse por sí mismo, que era lo que yo quería. Ví que Manuel tenía un afán tan impresionante por ayudar a salvar a estos hombres de la injusticia atroz en la que vivían, que debía adquirir la independencia necesaria para poder dar rienda suelta al caudal de energía que tenía acumulada. Fueron jornadas agotadoras para mí, y supongo que para él. Al final, Manuel aprendió todo y pudo largarse solo a hacer la página Web que soñaba. Esa página fue el sustento de lo que siguió a favor de los hombres. Uno de ellos murió en la cárcel.

Desde que Manuel hizo su página Web asociada a la mía, su impulso se multiplicó. En la página él mismo cuenta todo lo que movió cielo y tierra para interesar a las autoridades en el caso. Y fue logrando despertar algunas conciencias. Al preso sobreviviente se le propuso que firmara la solicitud de indulto ya que la revisión le era negada, pero el hombre se negó a firmar, porque decía que era inocente y que prefería morir en la cárcel antes de admitir ser culpable, cosa que admite alguien que pide indulto.

Al que le interese seguir los detalles del caso hasta su final, y la lucha de Manuel, puede leer la página Web.

Comento sólo que por fin hubo muchos que se involucraron gracias a Manuel, y se solicitó el indulto a pesar del preso, cosa que le fue concedida después de 15 años en la cárcel. En todo ésto intervinieron periodistas famosos, y hasta se hizo un libro basado en la historia, y pronto se hará una pelìcula del caso.

Manuel y yo seguimos en contacto cada vez más esporádico, pero con un enorme cariño mutuo, que se ha soldado en esta lucha solidaria juntos. Tengo que decir que Manuel Borraz no debería pasar desapercibido por el mundo entero, si yo pudiera, recomendaría a Manuel Borraz para el premio Nóbel de la Paz, porque jamás he visto ni nadie ha visto a un simple ciudadano que dedica años de su vida a un hombre que no conoce para salvarlo de la cárcel, solamente porque una vez leyó en un diario que un periodista reconoció la culpa de haber publicado fotos antes de una ronda de reconocimiento, y que a nadie le preocupaba esa injusticia en toda España.

Y esta página Web, tan significativa, está a punto de desaparecer del espacio virtual para perderse para siempre sin que queden ni vestigios de ella, ni del esfuerzo realizado por salvar a un inocente.

(continuará mañana)

Nota de úlitma hora:

Queridos amigos: cuando iba a poner los links hacia las páginas que menciono, veo con enorme tristeza que ya todo ha desaparecido. Sólo pueden verse en cachet algunos restos de nuestro trabajo. No sé cuánto tiempo durará esa reserva del cachet. Me dijeron que borrarían todo el 26 de octubre, y ya hoy no encuentro más nada. El dolor me consume. Estuve por copiar las páginas, pero pensé que tenía tiempo. Ahora ya es tarde.

Pero encontré entre decenas de artículos referidos a Manuel Borraz y a Ahmed Tommouhi, que se llamaba el condenado inocente, un artículo de todos los muchos que escribió Arcadi Espada. Este artículo es el mejor, donde cuenta de Manuel lo que yo acabo de contar. En este artículo se hace mención a la desaparecida página que hicimos Manuel y yo, miren la dirección, ahí está mi nombre compuesto por eva bobrow:

www.geocities.com/eva_bobrow/Tommouhi.html

Lean por favor, este artículo, pinchen que tiene el link al diario El País, de Cataluña

Dos hombres

ARCADI ESPADA 13/04/2004

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16 de julio de 2009

Geocities cierra para siempre. (Segunda Parte)

Geocities, borra todo, manda al tacho de basura el cúmulo de trabajo de tanta gente, es un escàndalo universal, es como quemar la biblioteca de Alejandría, habrá mucha gente fallecida, obras inéditas en papel, la primera obra Web de la humanidad, debería ser preservada como patrimonio histórico, cultural, no sé, me desespera saberlo.


(continuación del post anterior)

Decidí entonces hacer la lista de correo que yo soñaba. Invité a cuatro o cinco cyberateos a participar de una lista que se llamara "estafados". La cosa era considerar "estafa" no solamente a la religión, sino a todo intento de manipulación, englobando todo dentro de un mismo fenómeno que denominaríamos "estafa".

Le dí de entrada a la lista un formato y una dinámica diferentes. Comencé a enviar mensajes con noticias de los diarios que hablaban de diferentes estafas. Alguien de los invitados comunicó a otros conocidos suyos del ciberespacio la existencia de esta lista, y unos cuantos me pidieron entrar. Entró un grupo que participaba en el mundo de la lucha contra pseudociencia. Da la casualidad que cuatro eran argentinos y tenían en la Argentina una filial de la internacional Ciscop, una entidad que devela racionalmente los llamados misterios, los Ovnis, las supersticiones, las mancias, las propiedades paranormales, videncias, curas milagrosas, etc. Junto con ellos entró Manuel Borraz.

Manuel Borraz, un ingeniero catalán especialista en refutar el tema Ovni, a lo que ha dedicado su tiempo libre y publicado en diversos medios españoles, fue un magnífico colistero, colaborador y entusiasta de la lista.

Todos los días alguien enviaba un artículo de un diario con el tema de la estafa. Yo lo hacía también todos los días, buscando entre todos los diarios del mundo. El material era inagotable. Todos los sábados yo hacía un mail con un gráfico de esos que se llaman "trampe a l´oeil", que traduje como "trampa al ojo". Se trataba de graficar la metáfora de la "estafa". Los colisteros esperaban cada sábado mi nuevo hallazgo de trampa al ojo. Fui publicando toda la obra de Escher.



Prácticamente no dialogábamos entre nosotros. Sí, se hacían comentarios sobre cada artículo publicado. No sé cómo entró también un joven de Costa Rica, y también entró otro colistero que abandonaba la lista por cuatro meses porque se iba a trabajar a alta mar y no podía conectarse a Internet. Los dos años que estuvo la lista "estafados", hubo una despedida y un regreso del fiel colistero que se alejaba hacia islas remotas del Pacífico. La gente de la Ciscop me había otorgado el título de "estafóloga". Fuimos conociendo todos los abusos de las empresas, las trampas de facturación, las distintas denuncias de los damnificados a las entidades de Derecho del Consumidor como la famosa estafa de las vacaciones por tiempo compartido, las ventas de productos en sistema piramidal, los afectados de todo el mundo divulgando sus daños. Fueron dos años de mucho trabajo de todos y de compartir cosas de mucho interés.


Llegó el desastre del 2001 y los compañeros de España y el colistero de Costa Rica me preguntaban cómo era mi situación en la Argentina. Conté desesperada que tenía todos mis ahorros en el Corralito, que no había circulante, que no había trabajo. Ellos veían en la televisión los desmanes, los asaltos a los supermercados, esas imágenes que dieron la vuelta al mundo. Me emocionó un mail privado que me enviaron de común acuerdo: estaban dispuestos a mandarme dinero a través de una colecta que harían entre ellos y me preguntaban cuánto necesitaba para sobrevivir. La oferta me sobresaltó, y me emocionó hasta las lágrimas. Por supuesto que no acepté. Entonces los de España me pidieron por favor que les buscara una entidad para donar dinero porque no podían permanecer ajenos a tal desastre.

Hice el contacto para que enviaran una donación a un Comedor infantil del conurbano. El colistero de Costa Rica no encontró forma de enviarme su solidaridad y con una carta bellísima llena de amor y solidaridad latinoamericana me despachó por correo varios libros de literatura de un clásico autor costarricense que conservo y sigo releyendo. Una de las prosas poéticas más bellas que he leído en mi vida. Algùn día voy a publicar acá algún cuento de esos.

Mientras tanto, la mirada introspectiva del triste espectáculo de mi ansiedad por lo que estaba pasando en mi patria, y en mi vida por culpa del desastre, me llevó a la conclusión de que debía usar esa energía brotada de la indignación y colocarla en trabajo enfervorizado, para contrarrestar la parálisis a la que estaba condenada, como todos en la Argentina. Hice dos cosas, una: dedicarme a aprender a hacer una página Web en forma autodidacta para rescatar el material que se publicaba en la lista y tenerlo a la vista, y la otra: aprender una técnica que había descubierto que se llama Vitraux Tiffany, pero esto último lo cuento en otro capítulo.

El aprendizaje de hacer una página Web sin tener idea de lo que estaba haciendo, me consumía horas y horas de jugar al acierto y error, de concentración e irritación de la vista, hasta que los ojos se me caían de sueño. Así fui llevando adelante el proyecto hasta poder cumplir el sueño de hacer una página Web en el sitio Geocities. Y así fue cómo no caí en la depresión, pasando horas vacías de clientes en la òptica, con la sensación de que el mundo se había terminado, pensando en un futuro que se veia impredecible en sus consecuencias aterradoras. Pero no quería desesperarme. Decidí pelear contra la caída de los brazos moviendo los brazos para cualquier lado. Hacer, hacer, hacer cosas, construir, construir, aprender, aprender. No pensar, no desmayar, no desesperar.

Por fin llegaron a los comercios de la capital los "patacones" que salvaron apenas el parate absoluto del mercado de circulación, luego los "lecops". Empezó a moverse algo el trabajo, que no servìa para mucho pero dos o tres cositas por día entraban en la óptica. Cosas sin importancia, todos arreglos mínimos. Asì pasaría el 2002, con los negocios del Once cerrándose y cada vez más locales vacíos. Imposible reponer mercadería. Lo que vendía, que había pagado en dólares, lo vendía en pesos al mismo valor, como si continuara el uno a uno, porque nadie me pagaría 100 dólares por un armazón en enero de 2002 con el dólar a tres pesos, cuando me lo pagaban en diciembre de 2001 con el dólar uno a uno. Entonces me iba deshaciendo de la mercadería acumulada en el stock, a la tercera parte de su valor. Me descapitalizaba por todas partes. Yo entregaba un armazón de origen francés, que había pagado más caro de lo que lo cobraba, y en lugar de sufrir hacía de tripas corazón y pensaba que esa noche íbamos a tener para comprar comida, o para pagar algún servicio, y que no podía perder una venta de ninguna manera, que debía conservar mis clientes, me costara lo que me costara. La mayoría de ellos no supo el sacrificio que hice para sostenerlos. Entregué armazones que me costaron 50 dólares a 100 pesos, así hasta agotar el stock.

Pero yo contrarrestaba la tragedia con la energía metida en hacer una página Web.

(continuará en el próximo post)

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15 de julio de 2009

Geocities cierra para siempre. (Primera Parte)

Se termina Geocities. Me avisaron por mail que retiran el sitio. Allí comencé mis primeras armas en Internet, con una página Web. Pero antes de llegar, el camino fue trabajoso.

Cuando le compré la Commodore a mi hijito y él empezó, yo quise aprender y le pedí que me enseñe. No te metas mami, ésto no es para viejos, me contestó. Ahí comencé a entender que la relación padres-hijos no es simétrica. Y que tenía que arreglármelas sola en un mundo desconocido.



No quise, de ninguna manera, permanecer al costado de este fenómeno que se veía extraordinario desde el comienzo. Al poco tiempo de convertirme en una experta en dos o tres cosas fundamentales en el año 94, le pude contestar una inquietud a mi más ilustre amigo, el autor de Rosaura a las Diez: Marco Denevi.

Marco me dijo por teléfono: Eva, ésto de la computación nos pone fuera del mundo de golpe a los adultos, ¿vió cómo los chicos parece que hubieran nacido sabiendo computación? Y yo le dije: que no lo hagan sentir fuera el mundo Marco, las computadoras en muchos casos no son más que máquinas de escribir, no hay nada que hagan los chicos que no pueda hacer usted.

Entonces me anoté en un curso de la Universidad. Me anoté en "Entorno Windows". Luego en Word y en Excell. Y aprendí lo prinicipal. Después vino Internet. Primero con el teléfono conectando y desconectando para no usar la línea, y tardando horas en bajar una página.

Casi inmediatamente descubrí las listas de correo. Elegí una que se llamaba "Save Bill Clinton". Me metí pidiendo permiso para ver si me aceptaban por no ser norteamericana. Unos me dijeron que sí, alguno me dijo que por qué no me metía en cosas de mi país. Le contesté que desgraciadamente todo lo que pasaba en su país repercutía en el mío. Se calló la boca. Participé de la discusión y mientras, descubrí la herramientas encuestas. Y enseguida puse una encuesta. La cuento porque el resultado fue muy interesante. La encuesta 1 decía: ¿Si la situación económica del país no fuera tan buena como resultó con Clinton, usted igualmente lo defendería por el caso Lewinsky? La mitad contestó que no. Luego, hice una segunda encuesta. Pregunté: ¿Si en lugar de ser Mónica Lewinsky hubiera sido un varón, igualmente usted defendería a Bill Clinton? El 70 por ciento contestó que NO.

Luego de esa participación busqué otras listas y encontré Cyberateos. Un grupo de ateos españoles. Ateos furibundos furiosos enemigos de la Iglesia Católica. Allí conocí a unos cuantos personajes interesantes. Una mujer cultísima y muy mayor, que había vivido en la época de Franco y fue presa, nos contó que fue torturada todos los miércoles por tres meses, que era cuando Franco mandaba sus torturadores oficiales a la Comisaría de su pueblo. En el último tiempo la largaron, volvió a su casa, y al miércoles siguiente la fueron a buscar a su casa, la llevaron a la Comisaría para torturarla, y la volvieron a dejar salir. Esa mujer, atea y furiosa enemiga de la Iglesia Católica, había sido víctima del cura de su pueblo. Ella en confesión le dijo dónde se escondía su marido que buscaban los nacionales para matarlo. El hombre fue inmediatamente descubierto, fusilado, y ella se lo adjudicaba al cura. Pero contaba que su madre la había entrampado y no sabía cómo zafar de la promesa que le había hecho en el lecho de muerte, de hacerle una misa todos los años. La mujer seguía haciéndole la misa a su madre.

En cierto momento uno de los colisteros escribió su problema personal, para que lo ayuden a resolverlo. Dijo que se iba a casar, y que su novia le había dicho que si no se casaba por Iglesia, iba a matar a sus padres de dolor. Nos preguntaba si nos parecía mal que hiciera ese sacrificio por los padres de su novia que eran muy buenos y muy mayores, y no quería causarles daño.

Todos los ateos de Cyberateos le contestaron que estaban de acuerdo, que lo haga por los padres de la novia, y cada uno comenzó a contar las excepciones que tiene que hacer para no hacer daño a su familia. Uno que tuvo que dejar que sus hijos se bautizaran. Otro que va a la Iglesia para la Navidad.

Después de que hubieron contestado todos los que lo hicieron, flotaba en el aire la aprobación. Entonces yo le escribí que qué hubiera pasado si él hubiera tenido padres ateos que se hubieran muerto de dolor si él se casara por la Iglesia, que le pregunte a su novia si ella hubiera estado dispuesta a casarse sólo por civil en ese caso. El colistero nunca me contestó. Nadie volvió a sacar el tema.

(Continuará mañana)

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Pino Solanas, su política buitre y la resolución de Ballesteros

EN QUÉ CONSISTE LA POLÍTICA "BUITRE" DE SOLANAS 9/01/2010
Buitre, porque para conseguir el poder se alía estratégicamente con la derecha como un comensal, y la alienta al proceso de destruir al Gobierno creyendo poder así alzarse con el poder al fin de la destrucción, porque confía en que su discurso más verborrágico e incendiario que el de la misma derecha, va a poder eclipsarlo y finalmente va a poder liderar el último tramo de la destrucción y alzarse con el poder.
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RESUELVO: 1) SOBRESEER DEFINITIVAMENTE en la presente causa N° 14467(expte 7723/98) en la que no existen procesados (art. 434 inc. 2° del Código de Procedimientos en Materia Penal) 2) REMITIR copia de la presente resolución (mediante disco) y poner las actuaciones a disposición de las HONORABLES CAMARAS DE SENADORES Y DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA NACION para su consulta o extracción de copias de las piezas procesales que se indiquen a los efectos que estimen conducentes. TEXTO DEL FALLO Leer comentarios

Cuentos de vida

12/02/2008 EL HOMBRE DEL PODRIDO TORNILLO(cuento)
Voy caminando sin mucho apuro para abrir mi óptica. Desde lejos veo que alguien que no conozco está frente a la puerta. El hombre consulta el reloj en su muñeca. Cruza los brazos sobre el pecho. Levanta la cabeza hacia el cielo. Baja luego la cabeza y mira sus zapatos. Descruza los brazos y mete las manos en los bolsillos. Termina la secuencia espasmódica descansando su esqueleto sobre un auto estacionado, mirando la puerta cerrada de la óptica. Vuelve a mirar el reloj. Sigue...
22/02/2010 - UN ÁNGEL EN COLECTIVO (relato)
Yo estaba tan embarazada, que había pasado la fecha de parto y mi familia me cargaba con la siguiente pregunta ¿y cuándo vas a parir? Y yo me reía, esperando que la naturaleza se ocupara en cualquier momento de que llegara mi bebé.
Lady D también estaba embarazada de su primer hijo. El papá de mi hijo decía que nuestro bebé tenía mejor ajuar que el hijo del Príncipe Carlos. Eran épocas de todo importado, y yo, eufórica por mi maternidad, había comprado el mejor cochecito de Harrod's y las ropas y utensilios para bebé, de lo más hermosos que encontré. Leer completo...
06/03/2008 - LOS GLADIOLEROS (cuento)
En el baño empezó a gotear la ducha. Hace de esto cinco años. Llamé a uno de esos brujos de la humanidad que atesoran saberes aquilatados y añejados en paneles de roble, uno de esos que miramos las mujeres agachando la cabeza, reconociendo nuestra inferioridad por efecto de la prueba contundente.
El plomero, que aparece con su bonete inmenso sobre el cual tiene una estrella, trae consigo herramientas que como la varita mágica, sólo obedecen a su secreto conjuro. La casa es un poco vieja, me dijo al irse, la próxima vez no le va a poder cambiar el cuerito a la canilla, va a tener que cambiar los caños. La sentencia estaba echada.
Cinco años después, es decir, ahora, se volvió a romper el cuerito y volvió a gotear la ducha. Leer más...
9/10/2008 - LOS JUDÍOS Y LOS REYES MAGOS (cuento)
Era la mañana del 6 de enero de 1954. Verano. En ese año yo iría al colegio por primera vez. Era la hija mayor de un matrimonio de judíos polacos inmigrantes. Teníamos un local de comercio seguido de vivienda, como había entonces. En el local, estaba mi papá. En la cocina de la vivienda, estaba mi mamá haciéndome el desayuno. Mis dos hermanitos, de 3 y 4 años, estaban aún en las cunas. Yo desayuné, y como hacía todos los días, salí a la calle a jugar con mis amiguitas. Serían las 10 de la mañana. Salgo a la calle y lo primero que veo es que todas mis amiguitas están juntas, y tienen algún juguete en la mano. Me extrañó muchísimo.
La Susi, mi mejor amiguita, tenía una enorme muñeca de trapo que yo no conocía, y la abrazaba y la ponía en el suelo a caminar, y la muñeca blanduzca se bamboleaba sacudiendo las trenzas rubias de hilos de lana de tejer.Leer Más...
16/09/2008 - MI LIBRO DE LECTURA DEL 55 (cuento)
El 16 de septiembre de 1955 yo tenía siete años, y estaba en "primero superior" (hoy segundo grado) de la escuela primaria.
La Revolución Libertadora trajo un cambio a la Escuela. Desaparecieron los carteles que cubrían las paredes en su parte superior tocando el techo de mi aula. De letras inmensas, decían "Segundo Plan Quinquenal-Perón cumple-Evita dignifica". La palabra "quinquenal" me encandilaba con sus sonidos juguetones, y no entendía bien qué quería decir "dignifica".
La presencia de Perón y Evita se trocó por paredes ascépticas, vacías, que me impresionaron cuando volví a la Escuela, después de unos días de asueto. El retrato de San Martín lucía ahora solitario y único símbolo del aula, como frío testimonio en blanco y negro de una historia lejana, sin la companía de aquellos carteles de colores alegres, de fondo amarillo y letras rojas, que representaban cosas del presente. Leer más...
13/11/2008 - GUEFILTE FISH (cuento)
Como yo soy la intelectual de la familia, mi cuñada Rivke me tiene envidia. ¿Qué creías? Te voy a contar lo que pasó. Era Rosh Hashaná y mamá invitó a hacer fiesta en su casa. Yo no le dije que no, ¿qué, acaso quiero cocinar para diez personas? Si a ella le gusta, que lo haga ella. El día que no esté mamá, va a ser otra cosa. Ahí voy a tener que cocinar yo, porque no voy a esperar que mi cuñada aprenda a cocinar, ni voy a comer esas porquerías que hace que no tienen gusto a nada.
Bueno, te estaba diciendo. Resulta que me puse a leer la historia del guefilte fish, en un libro antiguo de cultura idish. Vos sabés que a mí me gustan los libros, no voy a dejar de leer libros sólo para que mi cuñada no se sienta mal. Entonces leí que el guefilte fish estaba formado por tres distintas clases de pescado por una razón. Yo siempre me pregunté cuál serìa la razón de que fuera necesario hacerlo de distintos pescados. Leer más...
24/12/2008 - UN CUENTO DE NAVIDAD (cuento)
A pesar de ser judía, celebré Navidad mientras duró el matrimonio con el padre de mi hijo, que murió en el año 1994. Era gallego, socialista y agnóstico, pero le encantaba la Navidad, una costumbre que su madre engalanaba con una enorme Empanada a la Gallega que quedó en la memoria de sus cinco hijos. La Empanada a la Gallega de Doña Encarnación, a quien no tuve el gusto de conocer porque llegué tarde a la vida de esa familia, se repetía cada Navidad, con el consiguiente comentario obligado, “nada que ver con la que hacía la vieja”.

Mi nene era muy chiquito, recién ese año se había dado cuenta del personaje de Papá Noel. Su papá se disfrazaba y hacía las delicias de todos los chicos. Le habíamos dicho que iba a venir Papá Noel, con una bolsa de regalos. Leer más...
04/05/2008 - BUNGE ME SALVÓ LA VIDA (relato)
Bunge me salvó la vida con el mismo extraño mecanismo con el que mi hermanito descubrió la palmeta. Primero cuento la historia de mi hermanito. Después retomo con Bunge.
Capítulo 1. El extraño caso de mi hermanito y la palmeta
Un día apareció Raid.
Un aviso novedoso decía por televisión: ¡con la palmeta NO! ¡Llegó Raid! y aparecía en un dibujo animado, una palmeta estrellando insectos en la pared enchastrada de moscas aplastadas, y luego una señorita disparando el Raid por el ambiente. Mi hermanito y yo estábamos mirando televisión, y ambos nos asombramos. Leer más...