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2 de abril de 2011

ODIO

Hoy es 2 de abril Roque, y como siempre te recuerdo en este día.

Hoy es el día en que los argentinos recibíamos la noticia de la invasión a Malvinas. La mayoría de los argentinos la recibió con euforia. Para mí fue un día triste, muy triste. Yo tenía entre mis brazos a mi bebé recien nacido. La felicidad de haber sido madre después de tanto esperar, era inmensa. Y no podía creer que en la época más maravillosa de mi vida, la Argentina había entrado en guerra con Gran Bretaña, nada menos. Con mi bebé en brazos, pensaba, en qué horror nos estaban metiendo los monstruosos dictadores que usurpaban el gobierno. Pero más me preocupaba la euforia general. Todos mis conocidos estaban exultantes, aún los más feroces opositores a la Dictadura. Mi madre por ejemplo, que se compró una bandera argentina para colgarla en el balcón.

Te conocí en la obra de ampliación de la casa de mi hermano, donde trabajabas de albañil los sábados y los domingos. Yo iba a visitar a mi hermano algunos fines de semana. Me contó mi hermano que una vez te acercaste a la obra a pedir trabajo sólo para sábados y domingos, porque estudiabas en la Escuela de Mecánica de la Armada durante la semana. Que cuando te vio llegar vestido de cadete a pedir trabajo de albañil se sorprendió mucho; y que vos le contaste que no tenías familia en Buenos Aires, que tu familia estaba en El Chaco y trabajabas para poder mandar a lavar tu uniforme al lavadero, poder comer y dormir la noche del sábado en un hotel para volver a la Escuela el domingo a la noche. Que lo hacías así porque eras muy pobre.

Mi hermano te tomó de albañil de fin de semana, y vos venías religiosamente a trabajar, y lo hacías empeñosamente como ningún otro albañil. La familia de mi hermano se había encariñado contigo, tanto, que viéndote sacrificarte en el trabajo, mi cuñada decidió lavarte y plancharte el uniforme en casa, invitarte a almorzar y cenar en familia, y que durmieras también allí en una cama limpia y cómoda, todo para que no tuvieras que gastar lo que ganabas.

En una sobremesa nos quedamos solos vos y yo, comiendo una naranja de postre. A mí me llamabas la atención. Eras muy limpio y correcto. Y tenías un lenguaje inteligente. Nunca te reías, ni sonreías. ¿Cómo llegaste a la Escuela de la Armada? Te pregunté. Entonces comenzaste el cuento más dramático de tu vida, que me conmovió intensamente. Me contaste que tu madre te había abandonado de recien nacido, que tu padre no podía atender a los ocho hijos que se habían quedado a su cargo, que a todos los varones los mandaba a la Escuela de Mecánica de la Armada y a las mujeres al servicio doméstico "en casa de familia". Parecía que contar esa historia no sólo no te molestaba, sino que las palabras estaban deseosas de salirte de la boca. "La odio tanto a mi madre, que sólo espero encontrármela algún día para decírselo", dijiste al finalizar el relato.

Yo advertí que ese odio, por un lado, podría ser injusto, dado que la vida de las mujeres, en especial de las más pobres, no debe juzgarse sin conocer las circunstancias. Y por otro lado, que fuera lo que fuera tu madre, el odio seguramente te había sido impuesto por razones ajenas a vos mismo. Y tercero, que el odio carcome la vida de cualquier persona, no dejándolo en paz, por lo que necesitabas sacarte de encima este rencor impuesto sobre vos, que te carcomía vivo.

Contame cómo fue que te abandonó tu madre, te dije. Y me contaste así:

MI padre dice que la encontró con otro hombre cuando yo era todavía un bebé, que a partir de ese momento dudaba de que fuera mi padre. Como católico ferviente, la echó de la casa, le quitó a todos los hijos con el juez, y le impidió volver a acercarse a la casa de por vida. Mi padre me trata como a un hijo ajeno. Y yo no la perdono que me haya dejado con él. Que por lo menos a mí me hubiera llevado con ella, ya que me dejó a cargo de un hombre que no cree ser mi padre.

¿Y cómo sabés que ella no quiso llevarte? te pregunté. No sé, me contestate, mi padre no nos contó qué dijo ella cuando la echó. Nunca nos contó lo que ella dijo. Sólo contó que la echó. Y nos prohibió hablar de ella ni pronunciar su nombre. Y nadie volvió a verla nunca más, ni preguntó por nosotros, ni se acercó para vernos.

Bueno, te dije yo, por lo visto tu padre es de temer. ¿Cómo sabés que ella no lloró e imploró por llevarte consigo? ¿Cómo sabés si tu padre no la amenzó con matarla si volvía? ¿Cómo sabés si ella no piensa en sus hijos todos los días de su vida? ¿Por qué no pensás que puede estar tan avergonzada de su infidelidad, que tiene miedo de acercarse a sus hijos, sabiendo lo que tu padre les habrá inculcado contra ella?

¿Qué tal si soñás con encontrártela y darle una oportunidad para que te explique cómo fue en realidad ? ¿Qué tal si soñás con que ella te va explicar cosas por las cuales vas a dejar de odiarla? ¿Qué tal si soñás con que vas a conocer el amor de una madre a la que quitaron a sus hijos, cosa que muy pocos hacen por más mala que fuera la mujer? ¿Qué tal si pensás que tu padre fue muy cruel sacándole los hijos con el juez e impidiéndole acercarse vaya a saber con qué amenaza? Cambiá el odio por la esperanza Roque, te dije

Y vos, un simple muchacho inocente, me contestaste con los ojos muy abiertos y diría, relajados: Usted tiene razón! Nunca lo había pensado así! No debo odiarla. No debo odiarla.

Ese almuerzo terminó. Y pasaron varios fines de semana hasta que volví a casa de mi hermano un día de lluvia torrencial. Desde el auto te vimos, Roque, parado en la puerta, donde no hay ningún refugio ni siquiera en el techo, ya que la casa tiene jardín en la entrada. Nos acercamos con el auto a la puerta y nos dijiste que mi hermano no estaba en casa, pero seguro volvía enseguida. Estabas empapado bajo la lluvia y te ofrecimos esperarlo dentro del auto. Nos dijiste que la lluvia no te molestaba. Nos fuimos con el auto pero ese día no volvimos. La última imagen que tengo de vos Roque, es la de un sacrificado muchacho del Chaco mojado por la lluvia torrencial, con su uniforme de cadete de la Armada, saludando con su brazo.

Roque, me enteré de tu muerte en el Belgrano y se me hizo un terrible nudo en la garganta. Ahí, fui yo la que sintió odio. Odio contra la vida que se ensañó tanto contigo, tanto, tanto, querido Roque. En el recuerdo tuyo, también evoco a todos y cada uno de los Roques que con distinos nombres, con sus historias como la tuya, murieron inútilmente, inútilmente.

Odio. Mi homenaje a Roque, todos los 2 de abril. Odio.




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Pino Solanas, su política buitre y la resolución de Ballesteros

EN QUÉ CONSISTE LA POLÍTICA "BUITRE" DE SOLANAS 9/01/2010
Buitre, porque para conseguir el poder se alía estratégicamente con la derecha como un comensal, y la alienta al proceso de destruir al Gobierno creyendo poder así alzarse con el poder al fin de la destrucción, porque confía en que su discurso más verborrágico e incendiario que el de la misma derecha, va a poder eclipsarlo y finalmente va a poder liderar el último tramo de la destrucción y alzarse con el poder.
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RESUELVO: 1) SOBRESEER DEFINITIVAMENTE en la presente causa N° 14467(expte 7723/98) en la que no existen procesados (art. 434 inc. 2° del Código de Procedimientos en Materia Penal) 2) REMITIR copia de la presente resolución (mediante disco) y poner las actuaciones a disposición de las HONORABLES CAMARAS DE SENADORES Y DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA NACION para su consulta o extracción de copias de las piezas procesales que se indiquen a los efectos que estimen conducentes. TEXTO DEL FALLO Leer comentarios

Cuentos de vida

12/02/2008 EL HOMBRE DEL PODRIDO TORNILLO(cuento)
Voy caminando sin mucho apuro para abrir mi óptica. Desde lejos veo que alguien que no conozco está frente a la puerta. El hombre consulta el reloj en su muñeca. Cruza los brazos sobre el pecho. Levanta la cabeza hacia el cielo. Baja luego la cabeza y mira sus zapatos. Descruza los brazos y mete las manos en los bolsillos. Termina la secuencia espasmódica descansando su esqueleto sobre un auto estacionado, mirando la puerta cerrada de la óptica. Vuelve a mirar el reloj. Sigue...
22/02/2010 - UN ÁNGEL EN COLECTIVO (relato)
Yo estaba tan embarazada, que había pasado la fecha de parto y mi familia me cargaba con la siguiente pregunta ¿y cuándo vas a parir? Y yo me reía, esperando que la naturaleza se ocupara en cualquier momento de que llegara mi bebé.
Lady D también estaba embarazada de su primer hijo. El papá de mi hijo decía que nuestro bebé tenía mejor ajuar que el hijo del Príncipe Carlos. Eran épocas de todo importado, y yo, eufórica por mi maternidad, había comprado el mejor cochecito de Harrod's y las ropas y utensilios para bebé, de lo más hermosos que encontré. Leer completo...
06/03/2008 - LOS GLADIOLEROS (cuento)
En el baño empezó a gotear la ducha. Hace de esto cinco años. Llamé a uno de esos brujos de la humanidad que atesoran saberes aquilatados y añejados en paneles de roble, uno de esos que miramos las mujeres agachando la cabeza, reconociendo nuestra inferioridad por efecto de la prueba contundente.
El plomero, que aparece con su bonete inmenso sobre el cual tiene una estrella, trae consigo herramientas que como la varita mágica, sólo obedecen a su secreto conjuro. La casa es un poco vieja, me dijo al irse, la próxima vez no le va a poder cambiar el cuerito a la canilla, va a tener que cambiar los caños. La sentencia estaba echada.
Cinco años después, es decir, ahora, se volvió a romper el cuerito y volvió a gotear la ducha. Leer más...
9/10/2008 - LOS JUDÍOS Y LOS REYES MAGOS (cuento)
Era la mañana del 6 de enero de 1954. Verano. En ese año yo iría al colegio por primera vez. Era la hija mayor de un matrimonio de judíos polacos inmigrantes. Teníamos un local de comercio seguido de vivienda, como había entonces. En el local, estaba mi papá. En la cocina de la vivienda, estaba mi mamá haciéndome el desayuno. Mis dos hermanitos, de 3 y 4 años, estaban aún en las cunas. Yo desayuné, y como hacía todos los días, salí a la calle a jugar con mis amiguitas. Serían las 10 de la mañana. Salgo a la calle y lo primero que veo es que todas mis amiguitas están juntas, y tienen algún juguete en la mano. Me extrañó muchísimo.
La Susi, mi mejor amiguita, tenía una enorme muñeca de trapo que yo no conocía, y la abrazaba y la ponía en el suelo a caminar, y la muñeca blanduzca se bamboleaba sacudiendo las trenzas rubias de hilos de lana de tejer.Leer Más...
16/09/2008 - MI LIBRO DE LECTURA DEL 55 (cuento)
El 16 de septiembre de 1955 yo tenía siete años, y estaba en "primero superior" (hoy segundo grado) de la escuela primaria.
La Revolución Libertadora trajo un cambio a la Escuela. Desaparecieron los carteles que cubrían las paredes en su parte superior tocando el techo de mi aula. De letras inmensas, decían "Segundo Plan Quinquenal-Perón cumple-Evita dignifica". La palabra "quinquenal" me encandilaba con sus sonidos juguetones, y no entendía bien qué quería decir "dignifica".
La presencia de Perón y Evita se trocó por paredes ascépticas, vacías, que me impresionaron cuando volví a la Escuela, después de unos días de asueto. El retrato de San Martín lucía ahora solitario y único símbolo del aula, como frío testimonio en blanco y negro de una historia lejana, sin la companía de aquellos carteles de colores alegres, de fondo amarillo y letras rojas, que representaban cosas del presente. Leer más...
13/11/2008 - GUEFILTE FISH (cuento)
Como yo soy la intelectual de la familia, mi cuñada Rivke me tiene envidia. ¿Qué creías? Te voy a contar lo que pasó. Era Rosh Hashaná y mamá invitó a hacer fiesta en su casa. Yo no le dije que no, ¿qué, acaso quiero cocinar para diez personas? Si a ella le gusta, que lo haga ella. El día que no esté mamá, va a ser otra cosa. Ahí voy a tener que cocinar yo, porque no voy a esperar que mi cuñada aprenda a cocinar, ni voy a comer esas porquerías que hace que no tienen gusto a nada.
Bueno, te estaba diciendo. Resulta que me puse a leer la historia del guefilte fish, en un libro antiguo de cultura idish. Vos sabés que a mí me gustan los libros, no voy a dejar de leer libros sólo para que mi cuñada no se sienta mal. Entonces leí que el guefilte fish estaba formado por tres distintas clases de pescado por una razón. Yo siempre me pregunté cuál serìa la razón de que fuera necesario hacerlo de distintos pescados. Leer más...
24/12/2008 - UN CUENTO DE NAVIDAD (cuento)
A pesar de ser judía, celebré Navidad mientras duró el matrimonio con el padre de mi hijo, que murió en el año 1994. Era gallego, socialista y agnóstico, pero le encantaba la Navidad, una costumbre que su madre engalanaba con una enorme Empanada a la Gallega que quedó en la memoria de sus cinco hijos. La Empanada a la Gallega de Doña Encarnación, a quien no tuve el gusto de conocer porque llegué tarde a la vida de esa familia, se repetía cada Navidad, con el consiguiente comentario obligado, “nada que ver con la que hacía la vieja”.

Mi nene era muy chiquito, recién ese año se había dado cuenta del personaje de Papá Noel. Su papá se disfrazaba y hacía las delicias de todos los chicos. Le habíamos dicho que iba a venir Papá Noel, con una bolsa de regalos. Leer más...
04/05/2008 - BUNGE ME SALVÓ LA VIDA (relato)
Bunge me salvó la vida con el mismo extraño mecanismo con el que mi hermanito descubrió la palmeta. Primero cuento la historia de mi hermanito. Después retomo con Bunge.
Capítulo 1. El extraño caso de mi hermanito y la palmeta
Un día apareció Raid.
Un aviso novedoso decía por televisión: ¡con la palmeta NO! ¡Llegó Raid! y aparecía en un dibujo animado, una palmeta estrellando insectos en la pared enchastrada de moscas aplastadas, y luego una señorita disparando el Raid por el ambiente. Mi hermanito y yo estábamos mirando televisión, y ambos nos asombramos. Leer más...