Si recibís este post por mail y querés comentarlo, no respondas a este correo. Escribí a evarow@gmail.com
CHAUVIN
Heróico, exhibicionista e inmodesto, Nicolás Chauvin impulsado por su amor y devoción a Napoleón se alistó como soldado a los 18 años en el Ejército Francés. Salió del Servicio Militar desfigurado y mutilado después de haber sido herido 17 veces, por lo que Napoleón lo condecoró y convirtió en "ícono" del patriotismo nacionalista y el regimen lo consagró como elemento mitológico. En la era post-napoleónica el mito original fue reconvertido en un mito de signo contrario, siendo objeto de burla y ridículo. El término que se conoce hoy como "chauvinismo" pone de relieve ese fenómeno de patriotismo popular obnubilado que provee a las guerras de carne humana joven e ingenua.
El "chauvinismo", detestado en los salones de las clases dominantes como parte del fenómeno populista, es fruto de la pedagogía aplicada al pueblo por esas mismas clases, y alentado e insuflado en su fuego ardiente si la guerra sale a proteger sus intereses subalternos. Las clases populares son víctimas dobles, de una estafa discursiva que las alienta al patriotismo obnubilado que las lleva a entregar a sus propios hijos.
Las víctimas de una estafa no pueden ser cuestionadas como cómplices a la hora de juzgar responsabilidades legales, porque su contribución "voluntaria" se vuelve primero que nada en contra suyo. Pero la condena efectiva existe, aunque no la proclama un juzgado ni la opinión pública. Los hechos se encargan de cobrar el error del patriotismo popular obnubilado, mucho más caro a los sectores populares que a los generales causantes de derrotas y a sus mandantes rentistas.
La ingenuidad no es responsable directa, pero es un elemento partícipe necesario para que el estafador pueda usar a la víctima en su favor y propinarle un perjuicio. De tal manera la víctima resulta también responsable del crimen, porque como dice la definiciòn de "estafa", el estafador lleva a la víctima a realizar una acción por engaño en su perjuicio que de no mediar el engaño no hubiera realizado.
Las personas tienen derecho a defenderse de las estafas. Se lo hace conociendo cada una de las modalidades en su extensión, pero también conociendo el mecanismo que las desarrolla. En este mecanismo participa un engaño tendido por el estafador y la acción de la víctima en su propio perjuicio.
La estafa del patriotismo popular obnubilado se devela describiendo el dominio del componenete emocional sobre la base un patriotismo que podría ser mesuradamente emocional sin llegar a extremos de delirio. Es imposible ser patriota sin la inclusión del sentimiento y la emoción, pero la exaltación del ánimo tiene un límite que no se debe cruzar a menos de caer en la zona de la estafa manipuladora que pone en riesgo al mismo patriota.
EL PATRIOTISMO PEDAGÓGICO COMO ANTÍDOTO CONTRA EL PELIGRO DEL INMIGRANTE
El patriotismo pedagógico tiene una historia en la Argentina.
La Argentina se vio obligada a atraer grandes masas de inmigrantes que vinieran a poblar el vacío y extenso territorio, para consolidar un proyecto económico y político nacional. Uno era el proyecto agrícola ganadero de los terratenientes beneficiados por Roca con el reparto de las tierras, dependiente del Imperio Británico. Otro era el proyecto de Sarmiento que abonaba la idea de un país industrial. Ambos abonaban a la inclusión de inmigrantes. En eso no había discusión.
Los campos se poblaron de colonias agrícolas inmigrantes, para lo cual fue capital la construcción de ferrocarriles -a cargo de Inglaterra-, a cuyo largo trazado se fueron fundando los pueblos del interior. De la riqueza producida por la mano inmigrante mamó el Estado exportador y nació una oligarquía terrateniente arrendataria que como todos sabemos, vivía en la ciudad porteña en palacetes con mucamo de librea y enviaba a sus hijos a tirar manteca al techo a París.
Esta oligarquía gobernó la Argentina con exclusividad hasta que en 1912 se sancionó la Ley del Voto Universal de Sáenz Peña, después de lo cual seguiría gobernando o presionando con golpes militares a los futuros gobiernos.
Para entender el fenómeno del patriotismo popular obnubilado inducido a los inmigrantes, es necesario distinguir dos etapas de la historia del siglo XIX. La primera, la del llamado a la inmigración, y la segunda la de la consolidación del proyecto oligárquico.
Durante la segunda mitad siglo XIX y hasta casi el año 30 del siglo XX, convivió el debate entre el positivismo sarmientino que alentaba un país moderno y las ideas conservadoras apegadas a la Religión Católica que alentaban un país excluyente, tanto en la Educación Popular como en la disputa por la opinión pública y publicada por los diarios. Para convocar a los inmigrantes el Estado argentino tuvo que adoptar la ideología sarmientina en algunos aspectos, mientras subterráneamente iba asentando las bases de un país medieval dependiente, sin industria, exportador de carnes y granos, e importador de todo producto industrial de consumo.
Así se sancionó la Ley 1420 de Educación Universal y el Matrimonio Civil. La pedagogía escolar no se centraba todavía en un patriotismo regado por héroes romanos tallados en bronce, ni encendía de patriotismo urgente a los pueblos que venían de tan diversas nacionalidades con su propio idioma, costumbres de alimentación y lealtad al terruño nacional original que no se disponían a olvidar tan alegremente.
Fue posteriormente que los inmigrantes comenzaron a verse como peligro de disolución nacional, cuando la primitiva industria, que sustituyó importaciones a partir de la Guerra del 14, presentaba una demanda obrera clasista, que demandaba derechos, conectada al histórico movimiento mundial por los derechos del trabajador. Estos inmigrantes fueron vistos como infectos elementos perjudiciales llamados peyorativamente "maximalistas".
El año 30 el golpe de Uriburu cambió las cosas. En el ámbito pedagógico escolar, el positivismo sarmientino que dominaba la pedagogía hasta entonces, fue reemplazado por el idealismo católico y los hombres del pasado histórico empezaron a aparecer en los libros de lectura fundidos en un bronce. Y desde allí es que los argentinos padecimos esa Historia introducida con violencia subterránea con el ánimo de doblegar las diferentes afluencias culturales inmigrantes y fundirlas sin piedad en lo que se llamó "crisol de razas" donde no quedara ningún vestigio del aporte diverso a la cutura general, pretensión que no se logró, como era lógico.
Pero mientras tanto, cristalizó en la cultura popular un sentimiento doloroso que llevaban a cuesta los inmigrantes. Un sentimiento de vergüenza por hablar en otro idioma y no pronunciar bien el castellano, un sentimiento que llevaba a los hijos a avergonzarse de los padres, que eran reiteradamente ridiculizados por su pobreza, rusticidad y sencillez, tanto en historietas en los diarios como en obras de teatro y más tarde en cine, dando lugar al auge del género del "sainete". Está bien recordar que la "tan querida y talentosa" Niní Marshall se ocupó de ridiculizar a las gallegas en especial y con saña racista a la judía Doña Pola.
La Escuela Pública -surgida al calor de las ideas del Fraude Patriótico- daba una batalla desigual y manipulatoria insertando artificialmente un conflicto de lealtades en el hogar de los alumnos, exacerbando en ellos un patriotismo exaltado, afincado en símbolos que marcaban diferencia con los respetados en la nostalgia paterna.
Pero recien en 1941 Malvinas se incorpora como tema obligatorio a la reforma de los planes de estudio escolares. Antes de esta fecha ningún alumno aprendía nada al respecto. Ni ningún maestro podía enseñar nada, porque no sabía nada de Malvinas. Te invito a que al terminar de leer este post leas "Malvinas, el Santo Sepulcro de las Tradicionales Ilusiones", donde relato la historia de cómo el tema Malvinas alcanzó la difusión después de haber estado sepultado por décadas y décadas. Y curiosamente no es ningún miembro de la oligarquía el que lo descubre y lo lleva a la superficie. Fue nada menos que el Socialista Alfredo Palacios, interesado en explotar la veta antiimperialista del asunto, pero le salió el tiro por la culata, porque se lo apropiaron los que hicieron del tema un elemento ideológico manipulatorio del peor nacionalismo.
A partir de 1941 se enseña el asunto Malvinas desde la edad más tierna. Con una desproporción sólo propia de una manipulación impiadosa que espera consolidar réditos subalternos. A los niños se les decía -y dice- que nuestro "honor" fue mancillado, se les hablaba -y habla- de las Malvinas como de dos hermanas secuestradas, humanizándolas. Y antes de que el alumno cobre criterio propio en la adultez, ya su mente se ha colonizado de exaltación ansiosa, absolutamente creído de que Las Malvinas usurpadas son un permanente daño a la dignidad personal y nacional.
Mucho ha cambiado la educación desde entonces. Episodios enteros de la Historia pasaron por el tamiz de diversos revisionismos, y la enseñanza de esa materia fue modernizada. Pero el patriotismo exacerbado en el caracter casi santificado de los símbolos y el bronce de los héroes no fue superado. Sarmiento y Roca fueron empujados del bronce como se hizo con la estatua de Stalin o Saddam Hussein, pero en su lugar se erigen otros bronces tan duros como el devaluado. Rosas, Belgrano, Dorrego, se erigen hoy en el pedestal de mármol, tan abstractos como los caídos.
Creemos que estamos avanzando en la desacralización de los "próceres", pero un dato como el de que Belgrano tenía una voz diminuta y aguda de la que se burlaba Dorrego a quien le parecía afeminada, no pudo ser tomada por la película que protagonizó Pablo Rago. Es mejor mentir que arengó a la tropa con una voz portentosa, porque tener voz de pito lo hacía menos valioso. ¿Qué hubiera pasado si Belgrano se hubiera ahogado gritando sin poder ser oído? ¿No habría sido una muestra más de lo doloroso y dificultoso de la gesta de ese abogado metido a general por puro coraje y convicción? No. Todavía resulta muy estúpida la visión de los idealistas que nos convocan a mirar el pasado.
En la Argentina no se concibe un patriotismo que no sea chauvinista. El daño cultural de la oligarquía permanece inammovible. Las Malvinas siguen siendo un desgarro en la carne viva por donde caen lágrimas de corazón doliente, cuando se trata de un conflicto por un territorio usurpado que con todo derecho debe reclamarse sin necesidad de comoción anímica ninguna.
CONCLUSIÓN
La Dictadura Militar invadió Las Malvinas con la absurda intención de salvar su imagen de gobierno que además de haber desaparecido a 30 mil ciudadanos -y como si esto fuera poco- hundió al país en una catástrofe económica y social que todavía no se termina de revertir.
Pretendió "salvar la imagen" de su gobierno de facto que dejó una deuda externa desmesurada, desarticuló el sistema productivo inciando el proceso de importación que dio muerte a las pymes más chicas, a las empresas mayores, y abrió las puertas a los grandes Bancos destruyendo el crédito para la vivienda de las Cooperativas de Crédito, dejando al pueblo argentino incluso hasta hoy, sin poder tener una vivienda propia con un crédito accesible, porque todavía hoy ese crédito no aparece. Nadie pudo haber hecho más daño que ese atroz gobierno inepto y revulsivo.
Si la Dictadura pudo elaborar la hipótesis de que su imagen era recuperable, fue por el dato cierto de que la población está imbuída de un patriotismo popular obnubilado. Los dictadores genocidas destructores de la economía nacional, sólo podian apostar a salvar su imagen después de tanto despropósito inaudito, en la certeza de que tenían enfrente a una población incapacitada de razonar libremente, como corresponde a una inteligencia medianamente sana. Y en esa percepción no se equivocaron.
De haber habido en la población una consciencia criteriosa respecto del asunto Malvinas, de no haber sido un tema enquistado en la población mediante resortes emocionales captadores de la pasión más primitiva, los Dictadores no hubieran cifrado en ello la posibllidad de la resurrección.
Si no fuera por este amor desmedido a las hermanitas perdidas, no hubiera habido Guerra de las Malvinas. No se les podía ocurrir salir a invadir Malvinas si hubieran tenido la certeza de que la población les iba a dar la espalda. No lo hubieran hecho.
El párrafo anterior es mi hipótesis. Estoy convencida de ello. Sostengo que ha sido responsabilidad de la población general, donde tengo que incluir forzosamente a los líderes de las diversas tendencias ideológicas, desde la izquierda al peronismo, que no pudieron escapar a las generales de la ley, que demostraron sostener la manipulación escolar infantil por encima de toda lógica racional que los hubiera debido impulsar a dejar la Plaza vacía, o llenarla con carteles que dijeran "Fuera dictadores del suelo patrio, incluso el de Malvinas".
Por eso estoy poniendo con este post mi granito de arena en una batalla cultural que creo que hay que dar y nadie ha comenzado, para terminar con esta secuela de la ideología de los íconos santificados, para impedir que vuelva a ocurrir la entrega resignada de hijos al sacrificio, o cualquier otra consecuencia de daños inútiles que podrían ser gravísimos. Pero distinguiendo claramente de la posición que sorpresivamente ha tomado hoy la derecha, sólo para ir en contra del gobierno, que es desestimar el derecho que tiene la Argentina a reclamar las Islas, como a reclamar tantas otras cosas que menoscaban nuestra soberanía, que no es sólo territorial.
-----------------------------------------------
Lectura recomendada:
"El Santo Sepulcro de las Tradicionales Ilusiones"
"Los ingleses nos ofrecieron las Malvinas"
"Odio"
CHAUVIN
Heróico, exhibicionista e inmodesto, Nicolás Chauvin impulsado por su amor y devoción a Napoleón se alistó como soldado a los 18 años en el Ejército Francés. Salió del Servicio Militar desfigurado y mutilado después de haber sido herido 17 veces, por lo que Napoleón lo condecoró y convirtió en "ícono" del patriotismo nacionalista y el regimen lo consagró como elemento mitológico. En la era post-napoleónica el mito original fue reconvertido en un mito de signo contrario, siendo objeto de burla y ridículo. El término que se conoce hoy como "chauvinismo" pone de relieve ese fenómeno de patriotismo popular obnubilado que provee a las guerras de carne humana joven e ingenua.
El "chauvinismo", detestado en los salones de las clases dominantes como parte del fenómeno populista, es fruto de la pedagogía aplicada al pueblo por esas mismas clases, y alentado e insuflado en su fuego ardiente si la guerra sale a proteger sus intereses subalternos. Las clases populares son víctimas dobles, de una estafa discursiva que las alienta al patriotismo obnubilado que las lleva a entregar a sus propios hijos.
Las víctimas de una estafa no pueden ser cuestionadas como cómplices a la hora de juzgar responsabilidades legales, porque su contribución "voluntaria" se vuelve primero que nada en contra suyo. Pero la condena efectiva existe, aunque no la proclama un juzgado ni la opinión pública. Los hechos se encargan de cobrar el error del patriotismo popular obnubilado, mucho más caro a los sectores populares que a los generales causantes de derrotas y a sus mandantes rentistas.
La ingenuidad no es responsable directa, pero es un elemento partícipe necesario para que el estafador pueda usar a la víctima en su favor y propinarle un perjuicio. De tal manera la víctima resulta también responsable del crimen, porque como dice la definiciòn de "estafa", el estafador lleva a la víctima a realizar una acción por engaño en su perjuicio que de no mediar el engaño no hubiera realizado.
Las personas tienen derecho a defenderse de las estafas. Se lo hace conociendo cada una de las modalidades en su extensión, pero también conociendo el mecanismo que las desarrolla. En este mecanismo participa un engaño tendido por el estafador y la acción de la víctima en su propio perjuicio.
La estafa del patriotismo popular obnubilado se devela describiendo el dominio del componenete emocional sobre la base un patriotismo que podría ser mesuradamente emocional sin llegar a extremos de delirio. Es imposible ser patriota sin la inclusión del sentimiento y la emoción, pero la exaltación del ánimo tiene un límite que no se debe cruzar a menos de caer en la zona de la estafa manipuladora que pone en riesgo al mismo patriota.
EL PATRIOTISMO PEDAGÓGICO COMO ANTÍDOTO CONTRA EL PELIGRO DEL INMIGRANTE
El patriotismo pedagógico tiene una historia en la Argentina.
La Argentina se vio obligada a atraer grandes masas de inmigrantes que vinieran a poblar el vacío y extenso territorio, para consolidar un proyecto económico y político nacional. Uno era el proyecto agrícola ganadero de los terratenientes beneficiados por Roca con el reparto de las tierras, dependiente del Imperio Británico. Otro era el proyecto de Sarmiento que abonaba la idea de un país industrial. Ambos abonaban a la inclusión de inmigrantes. En eso no había discusión.
Los campos se poblaron de colonias agrícolas inmigrantes, para lo cual fue capital la construcción de ferrocarriles -a cargo de Inglaterra-, a cuyo largo trazado se fueron fundando los pueblos del interior. De la riqueza producida por la mano inmigrante mamó el Estado exportador y nació una oligarquía terrateniente arrendataria que como todos sabemos, vivía en la ciudad porteña en palacetes con mucamo de librea y enviaba a sus hijos a tirar manteca al techo a París.
Esta oligarquía gobernó la Argentina con exclusividad hasta que en 1912 se sancionó la Ley del Voto Universal de Sáenz Peña, después de lo cual seguiría gobernando o presionando con golpes militares a los futuros gobiernos.
Para entender el fenómeno del patriotismo popular obnubilado inducido a los inmigrantes, es necesario distinguir dos etapas de la historia del siglo XIX. La primera, la del llamado a la inmigración, y la segunda la de la consolidación del proyecto oligárquico.
Durante la segunda mitad siglo XIX y hasta casi el año 30 del siglo XX, convivió el debate entre el positivismo sarmientino que alentaba un país moderno y las ideas conservadoras apegadas a la Religión Católica que alentaban un país excluyente, tanto en la Educación Popular como en la disputa por la opinión pública y publicada por los diarios. Para convocar a los inmigrantes el Estado argentino tuvo que adoptar la ideología sarmientina en algunos aspectos, mientras subterráneamente iba asentando las bases de un país medieval dependiente, sin industria, exportador de carnes y granos, e importador de todo producto industrial de consumo.
Así se sancionó la Ley 1420 de Educación Universal y el Matrimonio Civil. La pedagogía escolar no se centraba todavía en un patriotismo regado por héroes romanos tallados en bronce, ni encendía de patriotismo urgente a los pueblos que venían de tan diversas nacionalidades con su propio idioma, costumbres de alimentación y lealtad al terruño nacional original que no se disponían a olvidar tan alegremente.
Fue posteriormente que los inmigrantes comenzaron a verse como peligro de disolución nacional, cuando la primitiva industria, que sustituyó importaciones a partir de la Guerra del 14, presentaba una demanda obrera clasista, que demandaba derechos, conectada al histórico movimiento mundial por los derechos del trabajador. Estos inmigrantes fueron vistos como infectos elementos perjudiciales llamados peyorativamente "maximalistas".
El año 30 el golpe de Uriburu cambió las cosas. En el ámbito pedagógico escolar, el positivismo sarmientino que dominaba la pedagogía hasta entonces, fue reemplazado por el idealismo católico y los hombres del pasado histórico empezaron a aparecer en los libros de lectura fundidos en un bronce. Y desde allí es que los argentinos padecimos esa Historia introducida con violencia subterránea con el ánimo de doblegar las diferentes afluencias culturales inmigrantes y fundirlas sin piedad en lo que se llamó "crisol de razas" donde no quedara ningún vestigio del aporte diverso a la cutura general, pretensión que no se logró, como era lógico.
Pero mientras tanto, cristalizó en la cultura popular un sentimiento doloroso que llevaban a cuesta los inmigrantes. Un sentimiento de vergüenza por hablar en otro idioma y no pronunciar bien el castellano, un sentimiento que llevaba a los hijos a avergonzarse de los padres, que eran reiteradamente ridiculizados por su pobreza, rusticidad y sencillez, tanto en historietas en los diarios como en obras de teatro y más tarde en cine, dando lugar al auge del género del "sainete". Está bien recordar que la "tan querida y talentosa" Niní Marshall se ocupó de ridiculizar a las gallegas en especial y con saña racista a la judía Doña Pola.
La Escuela Pública -surgida al calor de las ideas del Fraude Patriótico- daba una batalla desigual y manipulatoria insertando artificialmente un conflicto de lealtades en el hogar de los alumnos, exacerbando en ellos un patriotismo exaltado, afincado en símbolos que marcaban diferencia con los respetados en la nostalgia paterna.
Pero recien en 1941 Malvinas se incorpora como tema obligatorio a la reforma de los planes de estudio escolares. Antes de esta fecha ningún alumno aprendía nada al respecto. Ni ningún maestro podía enseñar nada, porque no sabía nada de Malvinas. Te invito a que al terminar de leer este post leas "Malvinas, el Santo Sepulcro de las Tradicionales Ilusiones", donde relato la historia de cómo el tema Malvinas alcanzó la difusión después de haber estado sepultado por décadas y décadas. Y curiosamente no es ningún miembro de la oligarquía el que lo descubre y lo lleva a la superficie. Fue nada menos que el Socialista Alfredo Palacios, interesado en explotar la veta antiimperialista del asunto, pero le salió el tiro por la culata, porque se lo apropiaron los que hicieron del tema un elemento ideológico manipulatorio del peor nacionalismo.
A partir de 1941 se enseña el asunto Malvinas desde la edad más tierna. Con una desproporción sólo propia de una manipulación impiadosa que espera consolidar réditos subalternos. A los niños se les decía -y dice- que nuestro "honor" fue mancillado, se les hablaba -y habla- de las Malvinas como de dos hermanas secuestradas, humanizándolas. Y antes de que el alumno cobre criterio propio en la adultez, ya su mente se ha colonizado de exaltación ansiosa, absolutamente creído de que Las Malvinas usurpadas son un permanente daño a la dignidad personal y nacional.
Mucho ha cambiado la educación desde entonces. Episodios enteros de la Historia pasaron por el tamiz de diversos revisionismos, y la enseñanza de esa materia fue modernizada. Pero el patriotismo exacerbado en el caracter casi santificado de los símbolos y el bronce de los héroes no fue superado. Sarmiento y Roca fueron empujados del bronce como se hizo con la estatua de Stalin o Saddam Hussein, pero en su lugar se erigen otros bronces tan duros como el devaluado. Rosas, Belgrano, Dorrego, se erigen hoy en el pedestal de mármol, tan abstractos como los caídos.
Creemos que estamos avanzando en la desacralización de los "próceres", pero un dato como el de que Belgrano tenía una voz diminuta y aguda de la que se burlaba Dorrego a quien le parecía afeminada, no pudo ser tomada por la película que protagonizó Pablo Rago. Es mejor mentir que arengó a la tropa con una voz portentosa, porque tener voz de pito lo hacía menos valioso. ¿Qué hubiera pasado si Belgrano se hubiera ahogado gritando sin poder ser oído? ¿No habría sido una muestra más de lo doloroso y dificultoso de la gesta de ese abogado metido a general por puro coraje y convicción? No. Todavía resulta muy estúpida la visión de los idealistas que nos convocan a mirar el pasado.
En la Argentina no se concibe un patriotismo que no sea chauvinista. El daño cultural de la oligarquía permanece inammovible. Las Malvinas siguen siendo un desgarro en la carne viva por donde caen lágrimas de corazón doliente, cuando se trata de un conflicto por un territorio usurpado que con todo derecho debe reclamarse sin necesidad de comoción anímica ninguna.
CONCLUSIÓN
La Dictadura Militar invadió Las Malvinas con la absurda intención de salvar su imagen de gobierno que además de haber desaparecido a 30 mil ciudadanos -y como si esto fuera poco- hundió al país en una catástrofe económica y social que todavía no se termina de revertir.
Pretendió "salvar la imagen" de su gobierno de facto que dejó una deuda externa desmesurada, desarticuló el sistema productivo inciando el proceso de importación que dio muerte a las pymes más chicas, a las empresas mayores, y abrió las puertas a los grandes Bancos destruyendo el crédito para la vivienda de las Cooperativas de Crédito, dejando al pueblo argentino incluso hasta hoy, sin poder tener una vivienda propia con un crédito accesible, porque todavía hoy ese crédito no aparece. Nadie pudo haber hecho más daño que ese atroz gobierno inepto y revulsivo.
Si la Dictadura pudo elaborar la hipótesis de que su imagen era recuperable, fue por el dato cierto de que la población está imbuída de un patriotismo popular obnubilado. Los dictadores genocidas destructores de la economía nacional, sólo podian apostar a salvar su imagen después de tanto despropósito inaudito, en la certeza de que tenían enfrente a una población incapacitada de razonar libremente, como corresponde a una inteligencia medianamente sana. Y en esa percepción no se equivocaron.
De haber habido en la población una consciencia criteriosa respecto del asunto Malvinas, de no haber sido un tema enquistado en la población mediante resortes emocionales captadores de la pasión más primitiva, los Dictadores no hubieran cifrado en ello la posibllidad de la resurrección.
Si no fuera por este amor desmedido a las hermanitas perdidas, no hubiera habido Guerra de las Malvinas. No se les podía ocurrir salir a invadir Malvinas si hubieran tenido la certeza de que la población les iba a dar la espalda. No lo hubieran hecho.
El párrafo anterior es mi hipótesis. Estoy convencida de ello. Sostengo que ha sido responsabilidad de la población general, donde tengo que incluir forzosamente a los líderes de las diversas tendencias ideológicas, desde la izquierda al peronismo, que no pudieron escapar a las generales de la ley, que demostraron sostener la manipulación escolar infantil por encima de toda lógica racional que los hubiera debido impulsar a dejar la Plaza vacía, o llenarla con carteles que dijeran "Fuera dictadores del suelo patrio, incluso el de Malvinas".
Por eso estoy poniendo con este post mi granito de arena en una batalla cultural que creo que hay que dar y nadie ha comenzado, para terminar con esta secuela de la ideología de los íconos santificados, para impedir que vuelva a ocurrir la entrega resignada de hijos al sacrificio, o cualquier otra consecuencia de daños inútiles que podrían ser gravísimos. Pero distinguiendo claramente de la posición que sorpresivamente ha tomado hoy la derecha, sólo para ir en contra del gobierno, que es desestimar el derecho que tiene la Argentina a reclamar las Islas, como a reclamar tantas otras cosas que menoscaban nuestra soberanía, que no es sólo territorial.
-----------------------------------------------
Lectura recomendada:
"El Santo Sepulcro de las Tradicionales Ilusiones"
"Los ingleses nos ofrecieron las Malvinas"
"Odio"
8 comentarios:
Es un escrito, tipico de totalitario, de la parte izquierda ! No le faltan razones, pero el obnubilado, es el resultado de los que prefieren dejarse engañar por el demagogo-populista, porque promete una alpargata...; que luchar por la propia elevacion del nivel, con la practica diaria, del sentido de Ciudadania Conciente ! Aunque las hordas de borrachos en demagogia-populismo, vengan matando !
Lamentablemente, la inconciencia fue vencedora, en estos ultimos 60 años ! Pero..., no hay mal que dure 100...! Incluido el perfido peronismo ! Y el comunismo !
Firmado: idea. Puesto que Uds., tipicos totalitarios, al recibir una onda de ideas que sean contrarias a los estribillos, que sus lideres les mandan recitar sin parar..., enseguida reaccionan con la descalificacion automatica !
Ayer compré un kilo de yerba, al doble de lo que la pagué la última vez.Será que para pistola moreno es un artículo de lujo?
Vos que tenés contacto con él vía el blog, podrías preguntárselo?
O es que este modelo finalmente fracasa, incluso antes de lo previsto?
Eva: Si bien su análisis es muy interesante, creo que en el caso de la reacción popular ante la guerra de Mlavinas las cosas son mucho más complejas, como bien lo señalaba Wainfeld ayer en Página 12. Y me baso en mi experiencia personal. El 2 de abril del 82 no festejé la "recuperación de las islas". Tenía claro, quizás porque tengo familiares desaparecidos, que era una maniobra de los dictadores genocidas para perpetuarse en el poder. Recuerdo que mi hijo adolescente nos acusaba entonces de "antipatriotas". Lo mismo pensaban mis alumnos de la escuela secundaria. Teníamos grandes discusiones. Sin embargo, cuando los ingleses hundieron el Gral Belgrano, mi repudio a los militares pasó a segundo plano. Surgió en mí un sentimiento nacionalista basado en el horror por ese hecho y el recuerdo de las depredaciones y crímenes cometidos por el colonialismo y el imperialismo en todo el mundo. No creo por lo tanto que esta reacción haya sido la expresión de un "sentimiento nacionalista obnubilado". En lo personal, tuve después una satisfacción. En el 83 mi hijo hizo el servicio militar sufriendo en carne propia los vejámenes que los milicos dispensaban a los colimbas. Entonces entendió que el sentimiento de patria no está ligado a las marchas militares y que la reinvindicación por las Malvinas se inscribe en la larga lucha de los pueblos contra el colonialismo imperial de los países centrales.
Atentamente. Blanca
Blanca
estoy de acuerdo con usted, yo tengo un amigo muerto (desparecido) en el Belgrano. Claro que no todos tienen el patriotismo obnubilado, me refería a quienes sí lo tienen, no a todos. Y que de no existir ese nivel primario, elemental de patriotismo, los milicos no hubieran pensado en salvar su prestigio haciendo la guerra.
Gracias por escribir.
Eva , muy esclarecedor el articulo , pero no sirvio para que anonimo lo comprendiera, la demagogia es una palabra inventada por un aristocrata para denostar al verdadero democrata que cumple al pueblo y desgraciadamente no hubo 60 años de "demagogia" y por promesas de alpargatas nadie va a la guerra.
marcelorub @ yahoo.com. ar
Despues de algunos dias que escribi el primer comentario, al re-leer los muchos blogs de aprendices de demagogos-populistas, se me ocurre una idea: Eva, es la que tiene uno de los blogs, mas concientes ! Voy a escribirle, para preguntar: por que la Rapublica Argentina, es formada por amantes del patriotismo obnubilado ?
Es un caso de Psicologia ?
O Psiquiatria ?
Es como si analizasemos un drogado, que a pezar de pesimas experiencias, aun no se decide a largar la droga ! En este caso: la demagogia-populismo ! Que no lo hace crecer ! Avanzar en el contexto del mundo !
Si te atreves a querer mostrar avanzo y crecimiento..., diré que es una consideracion mediocre !
Que solo quiere justificar la dictadura del demagogo-populista de turno !
Si decis que es culpa del capitalismo, o del neo..., no sé que..., diré que tu comunismo, no te permite VER !
Pues: si el drogado, sigue drogado, es solo y unicamente, por culpa de el !
La Republica Argentina, esta drogada en demagogia, desde 1820 !
Aun no se consigue librar ?
Ah, si ! Firmado: idea !
No entiendo. EN primer lugar, los FFCC comenzaron a ser construidos por argentinos. Luego fueron vendidos a los ingleses. Usted reivindica en cierto modo el positivismo de Sarmiento, quizás porque lo cree emparentado con los de Aníbal Ponce y José Ingenieros. Sarmiento no alentaba la industrialización sino la propiedad de la tierra productiva en manos de granjeros. Fue un miembro típico de la oligarquía, Carlos Pellegrini, el primero que alentó la inversión industrial. Y como antecedente, es preciso recordar al ministro de economía de la Confederación, Mariano Fragueiro.
Muy buen posteo, Eva. Qué bueno que siempre hay alguien que pone en palabras lo que una piensa.
Mi vieja compró medio kilo de yerba a 7 pesos. ¿Será porque no lee Clarín o porque no es boluda como Cachito?
Publicar un comentario
No te olvides de tildar la casilla de suscribir a comentarios, si querés seguir este debate.
La autora del post lee TODOS los comentarios.
ANÓNIMO: ¡FIRMÁ CON ALGÚN NOMBRE O UN SEUDÓNIMO! para poder dirigirte una respuesta. Si no lo hacés, es porque no te interesa que te respondan. Por lo tanto borraré el comentario si veo que el anonimato tiene esa intención.