Lucas Carrasco: hay una diferencia entre vos y yo.
Yo busqué siempre y sigo buscando la forma de no entregar mi vida a la lógica del capitalismo, ni a la lógica impuesta por cualquier poder que nos oprima, sea la moral burguesa, nuestros padres, el diario Clarín, la Iglesia Católica, o el rabino Bergman. Y siempre encuentro la forma. Siempre hay un recoveco por donde me escapo raspando, como mi hermana se escapó del ghetto de los nazis, por un espacio ínfimo entre dos tablas que encontró, buscando con minuciosidad obsesiva, sólo pensando en salvarse y respirar "el aire libre".
Claro que ella pasó la guerra en campo minado, pero se escapó del ghetto. Se escapó ¿me entendés? Ella pudo escaparse mientras Ana Frank fue capturada. Claro que la que pasó a la gloria fue Ana Frank y que a mi hermana no la conoce nadie. Pero la que se salvó fue mi hermana.
La gloria, Lucas, es un invento cristiano para los giles. Lo que vale es estar vivo y ser feliz por eso. Los judíos de verdad (no los empresarios socios del Imperio, no los místicos que heredaron al cristianismo) los judíos de verdad no creemos en la gloria eterna. Creemos que nuestra vida va a parar al "sheól", la tumba. Creemos que ahí van a para nuestros huesitos y que todo se termina. Y que por eso tenemos que vivir y aprovechar la vida, la única vida posible.
El capitalismo, Lucas, es un ghetto donde nos tienen a todos acorralados.
Algunos sueñan con destruirlo. Son delirios de los que se afilian al PO, que así pasan la vida, en una lógica contraria que termina habilitando la primera. Otros, miserables, como el Judenrat, a pesar de ser ellos mismos la carne que devora la fiera, piensan que si entregan la de otros, podrán salvarse a sí mismos. Ahí están los empresarios como Macri, viviendo una vida al pedo, como bien dice Barragán. Es decir: tratan a la fiera por su lógica, y también están habilitándola sobre sus propias miserables vidas intrascendentes y ridículas, por medio de la cual (lógica) pierden lo único que la vida tiene de bueno, la humanidad. Todos los empresarios terminan por tragarse el bigote alguna vez. Todos.
A mí no me van a convencer de ninguna lógica que no sea la de la maravilla de la vida misma, ni capitalista ni nazi, ni burguesa ni comunista. La única lógica que habilito es la de ser feliz, todo lo feliz que se pueda, burlando las lógicas que te convierten en carne desgarrada. Si sos carne desgarrada, ganaron ellos, los imbéciles, habilitás sus lógicas.
Escapate del encierro Lucas, vivís en un ghetto, encerrado por tu propia mente que se ha convencido del poder de la fiera que te va a devorar. Y pusiste tu cuerpo en la fila de los condenados a muerte, con toda inocencia.
Quise hacer algo apenas, para darte vuelta la lógica de la entrega. Pero vos estás convencido de que encarnando la víctima sos el testimonio vivo de la crueldad impuesta a la vida del ser humano, y creés que de esa forma estás encarando alguna lucha valiosa. Y te equivocás. Hay un montón de gente que chupa la sangre ajena y se divierte a costa tuya y de todos los desgarrados de la tierra. Ellos se divierten mientras vos sufrís.
Cuando Néstor le hizo "chás chás en la cola" en público al dueño del Supermercado más famoso en La Argentina y lo reconvino con esa frase "¡Señor Cotto!", ahí me dí cuenta de que Néstor era de los míos y me puse en la fila para seguirlo, porque me dí cuenta de que ese hombre, Néstor Kirchner, me iba a dar felicidad. Y vaya si me la dio.
La felicidad Lucas, es nuestra, con lo poco que tengamos. Felicidad. Felicidad. Felicidad de ser humanos. Esa es la única lucha posible. La de ser humanos felices por ser humanos.
Si el kirchnerismo no te hace feliz, Lucas, no le sacaste el provecho.
El kirchnerismo te hace feliz hoy, ya. No mañana, sino hoy.
Y yo también te adoro. No es negociable ni condicionable.
Pero no sabés lo que te perdiste este domingo, pelotudeando en la plaza donde está la Sinagoga de la calle Seguridad, del rabino Bergmangoglio. Je!
Perdonen los que no entiendan, pero algo de lo que escribí les va a ser útil, estoy segura.
Yo busqué siempre y sigo buscando la forma de no entregar mi vida a la lógica del capitalismo, ni a la lógica impuesta por cualquier poder que nos oprima, sea la moral burguesa, nuestros padres, el diario Clarín, la Iglesia Católica, o el rabino Bergman. Y siempre encuentro la forma. Siempre hay un recoveco por donde me escapo raspando, como mi hermana se escapó del ghetto de los nazis, por un espacio ínfimo entre dos tablas que encontró, buscando con minuciosidad obsesiva, sólo pensando en salvarse y respirar "el aire libre".
Claro que ella pasó la guerra en campo minado, pero se escapó del ghetto. Se escapó ¿me entendés? Ella pudo escaparse mientras Ana Frank fue capturada. Claro que la que pasó a la gloria fue Ana Frank y que a mi hermana no la conoce nadie. Pero la que se salvó fue mi hermana.
La gloria, Lucas, es un invento cristiano para los giles. Lo que vale es estar vivo y ser feliz por eso. Los judíos de verdad (no los empresarios socios del Imperio, no los místicos que heredaron al cristianismo) los judíos de verdad no creemos en la gloria eterna. Creemos que nuestra vida va a parar al "sheól", la tumba. Creemos que ahí van a para nuestros huesitos y que todo se termina. Y que por eso tenemos que vivir y aprovechar la vida, la única vida posible.
El capitalismo, Lucas, es un ghetto donde nos tienen a todos acorralados.
Algunos sueñan con destruirlo. Son delirios de los que se afilian al PO, que así pasan la vida, en una lógica contraria que termina habilitando la primera. Otros, miserables, como el Judenrat, a pesar de ser ellos mismos la carne que devora la fiera, piensan que si entregan la de otros, podrán salvarse a sí mismos. Ahí están los empresarios como Macri, viviendo una vida al pedo, como bien dice Barragán. Es decir: tratan a la fiera por su lógica, y también están habilitándola sobre sus propias miserables vidas intrascendentes y ridículas, por medio de la cual (lógica) pierden lo único que la vida tiene de bueno, la humanidad. Todos los empresarios terminan por tragarse el bigote alguna vez. Todos.
A mí no me van a convencer de ninguna lógica que no sea la de la maravilla de la vida misma, ni capitalista ni nazi, ni burguesa ni comunista. La única lógica que habilito es la de ser feliz, todo lo feliz que se pueda, burlando las lógicas que te convierten en carne desgarrada. Si sos carne desgarrada, ganaron ellos, los imbéciles, habilitás sus lógicas.
Escapate del encierro Lucas, vivís en un ghetto, encerrado por tu propia mente que se ha convencido del poder de la fiera que te va a devorar. Y pusiste tu cuerpo en la fila de los condenados a muerte, con toda inocencia.
Quise hacer algo apenas, para darte vuelta la lógica de la entrega. Pero vos estás convencido de que encarnando la víctima sos el testimonio vivo de la crueldad impuesta a la vida del ser humano, y creés que de esa forma estás encarando alguna lucha valiosa. Y te equivocás. Hay un montón de gente que chupa la sangre ajena y se divierte a costa tuya y de todos los desgarrados de la tierra. Ellos se divierten mientras vos sufrís.
Cuando Néstor le hizo "chás chás en la cola" en público al dueño del Supermercado más famoso en La Argentina y lo reconvino con esa frase "¡Señor Cotto!", ahí me dí cuenta de que Néstor era de los míos y me puse en la fila para seguirlo, porque me dí cuenta de que ese hombre, Néstor Kirchner, me iba a dar felicidad. Y vaya si me la dio.
La felicidad Lucas, es nuestra, con lo poco que tengamos. Felicidad. Felicidad. Felicidad de ser humanos. Esa es la única lucha posible. La de ser humanos felices por ser humanos.
Si el kirchnerismo no te hace feliz, Lucas, no le sacaste el provecho.
El kirchnerismo te hace feliz hoy, ya. No mañana, sino hoy.
Y yo también te adoro. No es negociable ni condicionable.
Pero no sabés lo que te perdiste este domingo, pelotudeando en la plaza donde está la Sinagoga de la calle Seguridad, del rabino Bergmangoglio. Je!
Perdonen los que no entiendan, pero algo de lo que escribí les va a ser útil, estoy segura.