El tema de la sexualidad estuvo presente rondando la discusión sobre el matrimonio igualitario, evidenciando una gran carencia conceptual. Apareció en las afirmaciones descalificadoras de la homosexualidad. Incluso en las preguntas francas y hasta bien intencionadas.
Y lógicamente, no había que seguir esa corriente. Estratégicamente, lo correcto era a su vez descalificar afirmaciones ignorantes para desnudar la intención subterránea de correr el eje del debate, intención que tienen los enemigos de generalizar los derechos, esos que forman parte del Congreso de la Nación. No era la ocasión de hablar sobre sexualidad, sino sobre derecho. Porque lo central era hacer visible la existencia de un sujeto de derecho que estaba injustamente excluído.
Dada la realidad de la profunda ignorancia que hay sobre el tema de la sexualidad, quiero aprovechar ahora que ya la cuestión del derecho no es más el tema central, para hablar de sexualidad en general y ver cúanto podemos intercambiar de conceptos sobre el asunto. Quiero saber cuántos están de acuerdo conmigo, y estoy dispuesta a aprender todo lo que ignore y me puedan enseñar. El tema me resulta apasionante.
En estos debates a los que asistimos, a la homosexualidad se la trató de poner en un lugar aparte de lo normal, o aparte de lo natural, o inclusive aparte de lo moral. ¿Estamos seguros de contar con conceptos que puedan ahondar con certeza sobre estos asuntos?
Bruno Bimbi, un bloguero y periodista homosexual hizo un post didáctico donde dividió el texto en 22 temas y a pesar de que no correspondía, explicó algunas cosas sobre sexualidad referidas a la homosexualidad. (link acá)
1)A la afirmación de que la homosexualidad no es natural, responde que en la historia siempre hubo una porción estable de homosexuales, que también existe en varias especies animales, y que por lo tanto la homosexualidad es natural.
2)A la afirmación de que la homosexualidad no es normal, contesta que se confunde lo mayoritario con lo normal, y da el ejemplo de los diestros y los zurdos; los primeros son mayoría, por eso durante mucho tiempo se pensó que ser zurdo era una anormalidad que había que corregir, pero hoy se entiende que eso ha sido una aberración, que ser zurdo es tan normal como ser diestro. Por lo tanto la homosexualidad es normal.
3)Sobre la necesidad de que los niños tengan una figura materna y otra paterna, y sobre si los hijos de homosexuales van a ser homosexuales, Bruno responde con estadísticas de Universidades que aseguran que los chicos se crían igual con parejas hetero como con homosexaules, que no se registran diferencias estadísticas.
¿Ustedes están conformes con estas respuestas? Yo no.
Porque son respuestas estilo Miguel de Unamuno: afirma lo que quieras que yo te demuestro lo contrario. Don Miguel de Unamuno tenía la capacidad de dar vuelta cualquier argumento, de puro "oficio". Este método tiene un valor operativo alto, pero se enfoca en el plano de preguntas de baja altura. Estratégicamente son respuestas perfectas para mentes que se cierran con la misma llave primitiva con la que se abren, y como en definitiva son estas mentes las que impiden la extensión de los derechos, está bien enfocada la lucha, porque es contra ellos que hay que pelear.
Así que yo empiezo aquí mi batalla por analizar seriamente las cosas, batalla que no intenta cambiar en absoluto la existencia de un sujeto de derecho homosexual apto para el matrimonio civil. Lo que van a cambiar son las respuestas. No le discutí nada a Bruno, porque no quise interferir en la pelea de lo justo contra las tinieblas de la ignorancia. Pero ahora ya está. Ya puedo hablar de sexualidad.
¿QUÉ HAY DE LA NATURALEZA SEXUAL?
1) La homosexualidad no es natural. Simplemente porque la sexualidad humana no es natural. Tampoco es natural la heterosexualidad. Tampoco. No hay nada natural en la sexualidad humana. ¿Por qué entonces se cree que la sexualidad es natural, instintiva? Por ignorancia.
Nacemos con órganos genitales, nada más, es todo lo que puede decirse con certeza. No nacemos con ninguna tendencia hacia el otro sexo, con ninguna tendencia hacia el propio sexo, con ninguna tendencia natural.
El ser humano se corrió de la animalidad y del instinto sexual a tal punto, que la hembra humana es la única que no tiene época de celo ni segrega sustancias olorosas que desatan la apetencia sexual del macho. Puede suponerse que todos esos mecanismos animales hayan desaparecido en la evolución darwiniana de la especie, en el fantástico desarrollo del cerebro. No quedó nada del animal original. No hay instinto sexual que maneje mediante sustancias químicas el deseo, ni que organice ni dirija un órgano genital hacia otro.
Tenemos, gracias a nuestro inusual cerebro, la capacidad de que se forme en nuestra psiquis un objeto de deseo sexual que apunta hacia otros individuos de la especie. Una vez ubicado, una vez establecido el objeto sexual que enciende nuestro deseo, tampoco seremos guiados por ningún olor ni sustancia segregada para formular correctamente la cópula. Todo se torna un camino azaroso de prueba y error, de arrojo, coraje y exploración, a suerte y verdad, donde el éxito no es lo habitual, sino el fracaso. La intensidad del deseo sexual que es capaz de generarse en el ser humano, a veces es puro deseo carnal que se satisface con un coito o se extingue si no hay coito, pero a veces es una pasión emocional que puede hacer sentir felicidad constante durante años o tristezas insoportables de sobrellevar por enormes períodos de tiempo.
Lo que va moldeando como a una masa blanda e informe nuestro objeto de deseo es la cultura que nos rodea en la vida familiar y social desde la infancia y durante toda la vida, mediante los modelos de la gente más próxima, pasando por el tamiz de las represiones morales que nos imponen a la sexualidad, con amenazas de castigo, presionados por objetivos morales que nos imponen para la elección de pareja en el futuro, así va formándose dificultosamente el objeto de deseo. Se forma también por las perversiones de los que nos rodean, por los que abusan de nosotros en la infancia, los que abusan directamente de nuestro cuerpo, y los que abusan de nuestra mente apoderándose de nuestra voluntad.
El camino hacia la sexualidad humana es en general muy duro y difícil. Es un recorrido lleno de espinas y doloroso. En el mejor de los casos, si el niño no tiene gran perversión que lo amenace y lo rodee desde el mundo adulto, puede empezar sin culpa por la exploración de su propio cuerpo para seguir de adolescente por la exploración del cuerpo ajeno, que puede ser igual o distinto al propio. Todo depende de la historia del niño, y de su suerte. Nada tiene que ver con su naturaleza.
Hacer el amor con otro cuyo cuerpo es de distintos genitales a los propios es mucho más complejo que hacerlo con alguien que es nuestra réplica. El desafío de explorar territorio desconocido y a veces insondable, ajeno, incomprensible, es el gran desafío que asumen quienes por verdadero azar no tomaron por la ruta de amarse con otro de los mismos genitales. Nadie elige el camino voluntariamente. Nadie es heterosexual porque quiere, nadie es homosexual porque quiere.
Por eso no existe ni virtud ni inmoralidad en la elección del objeto sexual. Ser homosexual o ser heterosexual no aporta ninguna categoría moral al individuo. Ninguna.
(CONTINÚA...)
PD: Si sos lector por mail, te animo a que me hagas comentarios a mi correo, si es tu deseo. Muchos han optado por hacerlo así, y es muy bienvenido ese modo de comentar. Para enviarme un mail, podés pinchar acá: evarow@fibertel.com.ar
Y lógicamente, no había que seguir esa corriente. Estratégicamente, lo correcto era a su vez descalificar afirmaciones ignorantes para desnudar la intención subterránea de correr el eje del debate, intención que tienen los enemigos de generalizar los derechos, esos que forman parte del Congreso de la Nación. No era la ocasión de hablar sobre sexualidad, sino sobre derecho. Porque lo central era hacer visible la existencia de un sujeto de derecho que estaba injustamente excluído.
Dada la realidad de la profunda ignorancia que hay sobre el tema de la sexualidad, quiero aprovechar ahora que ya la cuestión del derecho no es más el tema central, para hablar de sexualidad en general y ver cúanto podemos intercambiar de conceptos sobre el asunto. Quiero saber cuántos están de acuerdo conmigo, y estoy dispuesta a aprender todo lo que ignore y me puedan enseñar. El tema me resulta apasionante.
En estos debates a los que asistimos, a la homosexualidad se la trató de poner en un lugar aparte de lo normal, o aparte de lo natural, o inclusive aparte de lo moral. ¿Estamos seguros de contar con conceptos que puedan ahondar con certeza sobre estos asuntos?
Bruno Bimbi, un bloguero y periodista homosexual hizo un post didáctico donde dividió el texto en 22 temas y a pesar de que no correspondía, explicó algunas cosas sobre sexualidad referidas a la homosexualidad. (link acá)
1)A la afirmación de que la homosexualidad no es natural, responde que en la historia siempre hubo una porción estable de homosexuales, que también existe en varias especies animales, y que por lo tanto la homosexualidad es natural.
2)A la afirmación de que la homosexualidad no es normal, contesta que se confunde lo mayoritario con lo normal, y da el ejemplo de los diestros y los zurdos; los primeros son mayoría, por eso durante mucho tiempo se pensó que ser zurdo era una anormalidad que había que corregir, pero hoy se entiende que eso ha sido una aberración, que ser zurdo es tan normal como ser diestro. Por lo tanto la homosexualidad es normal.
3)Sobre la necesidad de que los niños tengan una figura materna y otra paterna, y sobre si los hijos de homosexuales van a ser homosexuales, Bruno responde con estadísticas de Universidades que aseguran que los chicos se crían igual con parejas hetero como con homosexaules, que no se registran diferencias estadísticas.
¿Ustedes están conformes con estas respuestas? Yo no.
Porque son respuestas estilo Miguel de Unamuno: afirma lo que quieras que yo te demuestro lo contrario. Don Miguel de Unamuno tenía la capacidad de dar vuelta cualquier argumento, de puro "oficio". Este método tiene un valor operativo alto, pero se enfoca en el plano de preguntas de baja altura. Estratégicamente son respuestas perfectas para mentes que se cierran con la misma llave primitiva con la que se abren, y como en definitiva son estas mentes las que impiden la extensión de los derechos, está bien enfocada la lucha, porque es contra ellos que hay que pelear.
Así que yo empiezo aquí mi batalla por analizar seriamente las cosas, batalla que no intenta cambiar en absoluto la existencia de un sujeto de derecho homosexual apto para el matrimonio civil. Lo que van a cambiar son las respuestas. No le discutí nada a Bruno, porque no quise interferir en la pelea de lo justo contra las tinieblas de la ignorancia. Pero ahora ya está. Ya puedo hablar de sexualidad.
¿QUÉ HAY DE LA NATURALEZA SEXUAL?
1) La homosexualidad no es natural. Simplemente porque la sexualidad humana no es natural. Tampoco es natural la heterosexualidad. Tampoco. No hay nada natural en la sexualidad humana. ¿Por qué entonces se cree que la sexualidad es natural, instintiva? Por ignorancia.
Nacemos con órganos genitales, nada más, es todo lo que puede decirse con certeza. No nacemos con ninguna tendencia hacia el otro sexo, con ninguna tendencia hacia el propio sexo, con ninguna tendencia natural.
El ser humano se corrió de la animalidad y del instinto sexual a tal punto, que la hembra humana es la única que no tiene época de celo ni segrega sustancias olorosas que desatan la apetencia sexual del macho. Puede suponerse que todos esos mecanismos animales hayan desaparecido en la evolución darwiniana de la especie, en el fantástico desarrollo del cerebro. No quedó nada del animal original. No hay instinto sexual que maneje mediante sustancias químicas el deseo, ni que organice ni dirija un órgano genital hacia otro.
Tenemos, gracias a nuestro inusual cerebro, la capacidad de que se forme en nuestra psiquis un objeto de deseo sexual que apunta hacia otros individuos de la especie. Una vez ubicado, una vez establecido el objeto sexual que enciende nuestro deseo, tampoco seremos guiados por ningún olor ni sustancia segregada para formular correctamente la cópula. Todo se torna un camino azaroso de prueba y error, de arrojo, coraje y exploración, a suerte y verdad, donde el éxito no es lo habitual, sino el fracaso. La intensidad del deseo sexual que es capaz de generarse en el ser humano, a veces es puro deseo carnal que se satisface con un coito o se extingue si no hay coito, pero a veces es una pasión emocional que puede hacer sentir felicidad constante durante años o tristezas insoportables de sobrellevar por enormes períodos de tiempo.
Lo que va moldeando como a una masa blanda e informe nuestro objeto de deseo es la cultura que nos rodea en la vida familiar y social desde la infancia y durante toda la vida, mediante los modelos de la gente más próxima, pasando por el tamiz de las represiones morales que nos imponen a la sexualidad, con amenazas de castigo, presionados por objetivos morales que nos imponen para la elección de pareja en el futuro, así va formándose dificultosamente el objeto de deseo. Se forma también por las perversiones de los que nos rodean, por los que abusan de nosotros en la infancia, los que abusan directamente de nuestro cuerpo, y los que abusan de nuestra mente apoderándose de nuestra voluntad.
El camino hacia la sexualidad humana es en general muy duro y difícil. Es un recorrido lleno de espinas y doloroso. En el mejor de los casos, si el niño no tiene gran perversión que lo amenace y lo rodee desde el mundo adulto, puede empezar sin culpa por la exploración de su propio cuerpo para seguir de adolescente por la exploración del cuerpo ajeno, que puede ser igual o distinto al propio. Todo depende de la historia del niño, y de su suerte. Nada tiene que ver con su naturaleza.
Hacer el amor con otro cuyo cuerpo es de distintos genitales a los propios es mucho más complejo que hacerlo con alguien que es nuestra réplica. El desafío de explorar territorio desconocido y a veces insondable, ajeno, incomprensible, es el gran desafío que asumen quienes por verdadero azar no tomaron por la ruta de amarse con otro de los mismos genitales. Nadie elige el camino voluntariamente. Nadie es heterosexual porque quiere, nadie es homosexual porque quiere.
Por eso no existe ni virtud ni inmoralidad en la elección del objeto sexual. Ser homosexual o ser heterosexual no aporta ninguna categoría moral al individuo. Ninguna.
(CONTINÚA...)
PD: Si sos lector por mail, te animo a que me hagas comentarios a mi correo, si es tu deseo. Muchos han optado por hacerlo así, y es muy bienvenido ese modo de comentar. Para enviarme un mail, podés pinchar acá: evarow@fibertel.com.ar
14 comentarios:
Querida amiga, quiero decir con respeto pero con firmeza que de ninguna manera me sumo a la defenestración sumaria y rápido menosprecio que hacés del viejo y querido método dialéctico (técnica de la conversación) que decís aplicaba Unamuno. Era un método ya aplicado por Platón con mucha altura y que resulta muy interesante y útil para elucidar la posible validez de los mecanismos del razonamiento filosófico; método además muy utilizado luego por muchísimos filósofos tales como Hegel, Marx y Engels. Me reservo entonces la potestad de aplicarlo si así lo creyera conveniente en este debate. Por mail te mando mis aportes a tu propuesta. Abrazo.
Muy buen post. Totalmente de acuerdo, Eva. Menos mal que se votó rápido porque el debate estaba yendo para atrás, se estaba volviendo a discutir algo que la sociedad, mayoritariamente, ya acepta desde hace tiempo. En alguos discursos (el del senador Torres por ejemplo) a favor de la ley, los argumentos eran esos, que es natural y que hubo en la historia gays brillantes. Sólo se trataba de ampliación de derechos.
Un saludo.
Hola Eva, de acuerdo en lo que respecta al matriomonio iguslitsrio. Sin embargo discrep en algunas cosas con tu texto. Primeramente... si, todavia tenemos substancias que la "embra" humana segrega en el momento de la ovulacion que la hace mas atractiva al "macho" ( se siente mas caliente, en terminos populares). la feromona humana existe y esta probada a traves estudios serios (busca en la WEB). Por otra parte creo encontrar cierta contradiccion entre tu postulado y lo que creo que piensas. Estas diciendo que no se nace con una predisposicion hacia alguna de las sexualidades humanas y que es el medio el que la dirige. Bien, entonces seria acertado lo que afirman los 'anti matromonio igualitario", en el sentido que un niño educado en un medio homosexual sera tambien homosexual. esta probado tambien que la sexualidad responde a sustratos muy rpofundos de la personalidad humana. estoy de acuerdo con vos en cuanto a que la sexualidad no se elije, sin embargo creo que, contrario a lo que afirmas, tiene una fuertisima carga genetica complementada por el medio. (perdon por los acentos mi teclado es ingles, por faltas gramaticales o de sintaxis... espaniol no es mi idioma principal)
Brian
Claro Ram (creo que nos conocemos). El orden natural es tener sexualidad, el resto es "cuentito" como lo dices vos (muy bien dicho ademas).
Oh, y soy bisexual, muy feliz de serlo al punto no deseo ser hetero o gay, simplemente lo que soy: bi!
Brian
MC
Lo tuyo es tan importante, sobre todo el texto que me mandaste por mail, que voy a ponerlo en la continuación del post anterior, en el post que sigue. Estoy segura de que vas a permitirme divulgar lo que me mandaste por mail. Te contesto en el post que sigue.
Mariano;
Completamente de acuerdo. Gracias por participar en este debate.
Brian,
Tengo que profundizar un poco lo que empecé, porque fui demasiado drástica en algunas cosas que merecen más finura, aunque no me arrepiento porque he sido provocativa, cosa que me satisface a los fines de disparar el debate. En el post que sigue quedará mejor explicada mi posición respecto de lo instintivo y lo cultural.
Te adelanto que no estoy negando lo físico, químico, genético, en fin lo material orgánico e inorgánico, lo fisológico. Sólo digo que todo ello TODO ELLO en cuanto se refiera a la sexualidad, queda sometido a los valores simbólicos que forman a cada psiquis humana.
Lo que decís que el día de la ovulación la mujer está más "caliente", eso de la feromona, pudo decirte que esa "feromona" no es capaz de manifestar ni mínimamente su existencia cuando tiene que lidiar con la barrera de la frigidez de una mujer. La barrera está construida por su interior psíquico.
Todo lo constititutivo genéticamente en cosas como la sexualidad humana, está diluído fatalmente en la sopa de lo simbólico. Digamos que el elemento "natural" es una cosa que existe en el ser humano, pero que tiene que entrar en "combinación" con lo psíquico, por lo que queda transformado, como cuando se realiza una combinación química de un elemento con otro: lo que resulta no es una suma de los dos elementos, sino algo diferente. Si sabés química, una cosa es la solución química de dos elementos, otra cosa es la combinación. Sería bueno buscarle un nombre.
Respecto de mi contradicción sobre que la homosexualidad si no es natural entonces podría transmitirse como temen los que esgrimieron ese argumento para defenestrar el matrimonio igualitario, te digo que hay que entender primero cómo se construye la homosexualidad para saber si tener padres homosexuales influye o no en ello. Es posible, ¿por qué no? ¿eso es motivo para impedir la educación de un niño?¿por qué no nos ponemos de acuerdo?¿la homosexualidad es mala? Estoy buscando sinceramente contestar estas preguntas. ¿Existe una sexualidad mejor que otra? Tal vez sí. ¿Qué podés contestarme?
Ram,
Excelente lo tuyo, magnífico, lo disfruté.. Además, hay diversidad en la forma de entender lo natural.
Hay que leer a Spinoza. Según él, dios es la naturaleza. Para mí eso quiere decir una cosa distinta de lo que leen los religiosos. Eso ocurre como fruto de la diversidad interpretativa.
Para los religiosos Spinoza afirma la existencia real de dios porque la ubica en algo tangible como la naturaleza. Para mí, Spinoza es primer exégeta del hebraísmo que entiende al dios de los hebreos como inexistente, como simbólico, y por eso ubica el símbolo de lo divino en lo real.
Para mí Spinoza entiende que lo que el hombre llama dios no es nada más que la naturaleza, algo que está ahí tan incomprensible que se la simbliza mediante el ícono dios. Pero no sólo eso. También dice que el hombre forma "parte" de la naturaleza, por lo tanto también en el hombre estaría esa esencia divina.
Esto indica que no hay forma posible de discutir con un relgioso sobre temas donde ellos meten a un dios en el medio. El religioso ve una cosa y yo mirando la misma cosa la veo distinta. ¿Cómo se pude uno poner de acuerdo? Es imposible. Para eso existe el Estado de Derecho, no para poner de acuerdo a partes que se disputan una cosa, sino para asegurar que van a seguir viviendo cada uno pensando lo contrario del otro, pero la cosa va a ser de quien tenga derecho.
Excelente, Eva, yo también creo que sobre el tema de la ley de matrimonio hay infinidades de subtemas, por decirlo de alguna manera, y que a partir de ahora, ya con la ley aprobada, al discusión se vuelve más profunda.
Sobre la adopción, la discusión también es muy diversa, ya que se trata del poder de las clases medias-altas y altas por sobre los derechos de las bajas y pobres. Saludos, Gimena Vazquez.
De acuerdo Gimena, hay que hablar de muchas cosas, también de la adopción, que es un tema quemante cuando ésta no es por la desgracia que dejó a un hijo sin sus padres, sino que fue la miseria, algo que es una desgracia pero no una fatalidad.
Hablar del derecho a la adopción me hace correr escalofríos. La adopción no debería ser ni siquiera pensada como la solución a las parejas estériles. Es como decir que la muerte de alguien es tu solución. Se adopta porque ocurren tragedias que dejan hijos sin padres, entonces la sociedad ubica a esos hijos en otras familias, que no tienen por qué ser estériles.
Pareciera como si la sociedad mantuviera un "vivero" de hijos para parejas estériles. No puede no debe ser de ese modo. Hay que terminar con ese "vivero". Ojalá no haya nunca más niños para adoptar. No lo escuché ni una vez decir así.
No estoy de acuerdo con que toda sexualidad humana sea más una construcción psicológica y cultural más que instintiva.
Para empezar, si observamos la evolución de la especie, lo que es abiertamente antinatural es que los que tenemos más de 45 estemos vivos dando vueltas por ahí. Por eso nuestras iopiniones son un tanto sesgadas por nuestra antinatural existencia. Nuestra especie son los jóvenes, llenos de hormonas. Un homo sapiens de hace 5000 años (la especie tiene más de 2 millones)llega a la pubertad a los 12, a los 15 es madre (la paternidad puede estar reservada a los machos de 20 a 30, que son los adultos), a los 30-35 abuela si esta viva, y después chau, un estorbo.
Entonces estudiemos la conducta sexual de los que llamamos adolescentes y jóvenes, que son los verdaderos representantes de la especia, y no la nuestra, que somos un apéndice hipertrofiado gracias a la medicina y la vida sana sin tener que ir a cazar leones o parir 8 crías entre los 15 y los 30.
Por más que la cultura que les imponenmos trata de disminuir o postergar la actividad sexual, vemos en nuestros hijos como las hormonas bullen e inciden en su comportamiento. Son muy interesantes los trabajos de los antropólogos que han estudiado el tema en comunidades que llamamos "primitivas", por ejemplo en Oceanía. Cuanto más liviana es la pátina cultural, el sexo adquiere características más instintivas.
No podemos ver todo desde nuestra postura occidental del siglo 21.
Eva: en la película LA GUERRA DEL FUEGO, Anaud hace una linda interpretación de la sexualidad humana. Creo que es una versión de un libro de Golding. Al principio, las mujeres están lavando la ropa en el río, llega el macho, y páfate. Así de espaldas. Una buena vez, ella se vuelve, o él la vuelve, entonces se miran a los ojos y ahi nace el amor humano. Creo que en estos dos post hay confusiones sobre qué es sexualidad, genitalidad, y qué es cultural. Aquí lo que se logró fue un derecho civil.
Mariano T.
precisamente el hecho de que no morimos a los 45 años es la prueba de que de lo biológico se "subordina" a la cultura. No hay que confundir sexo biológico, genitalidad, con sexualidad. A los jóvenes que están llenos de hormonas lo que los acosa es el sexo biológico, pero van a tener que cumplir con las pautas de su cultura para darle cabida a la actividad sexual. Según sea su entorno cultural tendrán que abstenerse hasta cierta edad, o quizá podrán casarse siendo adolescentes.
En la especie Homo Sapiens no se conoce ninguna prueba de que exista una cultura por más primitiva que sea, que no paute su sexualidad.
En la infinidad de pautas culturales hay algunas como la nuestra occidental que basada en la Biblia hasta condena la masturbación.
El mito Rousseauniano del Buen Salvaje libre de represiones culturales ha sido ampliamente descartado por el registro etnográfico. Por ejemplo: entre los "Mae Enga" en las tierras altas de Nueva Guinea, los hombres y las mujeres duermen separados. Temen a los efectos del contacto con la menstruación. Piensan que el coito es causa de debilidad; después del coito se someten a un proceso de purificación en una cabaña llena de humo. Los jóvenes deben prometer en ritual la abstinencia sexual hasta que se casen. Lorraine Sexton en 1973 ha sugerido que esta conducta se puede deber al exceso de población, lo que se combatiría disminuyendo la frecuencia del coito.
Jorge Devincenzi,
Esto dije:
"No era la ocasión de hablar sobre sexualidad, sino sobre derecho. Porque lo central era hacer visible la existencia de un sujeto de derecho que estaba injustamente excluído."
Acerca de ese "cambio de posición" que se propone en la película, a mí me pareció no demasiado científica la tesis, ya que la especie Humana no anda en cuatro patas sino que está parada sobre sus dos piés. En las otras especies de cuatro patas el macho "monta" a la hembra, descansa sobre ella mientras copula y de paso la mantiene inmovilizada. No veo por qué el macho humano debía también copular como si anduviera en cuatro patas. A mí me parece que lo más razonable es que el macho acueste a la hembra para él copular sobre ella y contrarrestar su peso en el piso. Entiendo que la posición de ambos mirándose a los ojos es tan probable como sería la inversa. Pero es una ficción.
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