CONTINÚA EL DIÁLOGO CON MARTÍN CAMPOS DEL BLOG "EL BALDÍO"
Querida amiga:
Bien, puestos de acuerdo con respecto del tema del método y sus alcances, juntos damos nuestro rotundo NO al diálogo sin método y un SÍ al debate.
Continuando esto del tema del “instinto”, es cierto que nuestras formulaciones al respecto no difieren sustancialmente. Pienso definitivamente que es desde el desarrollo del psiquismo y de la supremacía y colonización de éste mecanismo sobre el instinto que el ser humano comienza a producir cultura, sean éstos artefactos reales o virtuales, materiales o ideales, pero por cierto ya nunca más “naturales”. Por lo menos éste sería el marco desde el que me resulta más cómodo discurrir.
Rousseau postulaba que la diferencia entre el hombre y el animal no estaba en la razón sino en la voluntad de hacer uso de la razón (elegir) para regular los actos de la propia conducta en algún sentido.
Solo para ir marcando los límites del debate, y aportando a lo que llamaríamos el marco conceptual, me gustaría decir que en el origen, la sexualidad en tanto conducta, se construye desde lo social colonizando a la genitalidad, apropiándose de ella y dándole un significado simbólico a través de los mecanismos que provee el discurso determinado por la cultura.
De este modo la sexualidad sería, en cada momento histórico, el conjunto de conductas que el pensamiento hegemónico considera verdaderas y normales sobre las conductas que involucren la genitalidad. Ahora bien, creo que la genitalidad como “cosa” precultural sobrevive pero es retenida prisionera de la cultura a los efectos de que pueda ser resignificada, simbolizada y mostrada como la animalidad civilizada por el paradigma hegemónico imperante. Algo así como eran considerados aquellos miembros de pueblos originarios los “especímenes primitivos” que en el siglo XIX eran llevados desde las colonias a las metrópolis europeas para ser estudiados y admirados. Habían sido transformados en esos “especímenes”, o sea en símbolos de la dominación y la quintaesencia de la responsabilidad civilizatoria de las potencias pero al mismo tiempo nunca dejaron de tener existencia real como seres humanos verdaderos.
Entonces Eva, si bien coincidimos en general yo no quiero olvidar que la genitalidad o por lo menos algo de ella está allí sumergida en la sopa de las cultura y pretende alcanzar la superficie de a ratos.
Por otra parte debo decir que mis conocimientos de psicología son escasos, de modo que no pienso meterme demasiado por esos andariveles donde tal vez tenga más para aprender que para aportar. Respecto de las teorías de la constitución del Yo y lo que las rodea, toco de oído. En su lugar prefiero pensar que sería interesante salirse por un momento de ése ámbito, en tanto miradas del individuo desde y hacia su propia interioridad y reflexionar sobre este tema de la sexualidad de cara a lo social, hacia las relaciones entre los individuos y grupos sociales, sus modos de constitución y su dinámica.
Aquí dividiría en dos el análisis.
En un sentido me inclino a considerar a la sexualidad como algo definitivamente “no natural” sino más bien un artefacto cultural del tipo del “hecho social” durkhemniano, es decir una construcción colectiva superestructural (no tanto en el sentido marxista) y anterior al individuo, coercitivo, simultáneamente mutable e immutable como la lengua.
Es decir que por allí coincidiríamos en cuanto a que la elección sexual es algo tan imposible como lo sería la posibilidad de elegir nuestra lengua materna a los 30 años, ya fue.
Por otra parte la dominación que se ejerce a través del pensamiento hegemónico que conforma a los hechos sociales nunca significa el sometimiento total y absoluto de cada individuo todo el tiempo como para dejarnos en el lugar de aquellos “idiotas estructurales” de los que hablé en mi primer comentario. Las formas de dominación ponen límites y muchas veces muy estrictos y represivos pero aún en los peores casos, aún en los más extremos, dentro de aquellos límites siempre aparecen fisuras, lugares, oportunidades de confrontar, de disputar, de lograr lo que desde arriba serán concesiones pero desde abajo son victorias del que resulta sometido por sobre lo que aparece como sometedor.
El margen de operación siempre será muy estrecho por cierto, como vos decís, pero eso, creo, es solo circunstancia, nada más y nada menos que historia y somos sujetos históricos. No debiera significar condena eterna, espero no sea un determinismo tal que terminara colocándonos en el umbral de alguna una nueva religión dogmática.
El punto sería poder averiguar cómo, cuándo y de que modos, cada individuo podrá construir su propia consciencia individual/social acerca de las posibilidades y oportunidades que se tiene de re-apropiarse de la libertad de elección perdida, de recuperar esa autonomía intelectual para proceder a usarla en beneficio propio y/o del grupo de pertenencia.
A esta altura la tensión entre la coerción ordenatoria (represión) y la voluntad de rebelatoria (expresión) podrían verse como fuerzas sociales en permanente dinámica explosiva/implosiva que parecieran ser el verdadero motor de la historia del hombre.
En conclusión, pienso que no hay tal cosa como una orientación sexual “natural” o “cultural” oculta a ser asumida o reprimida. Creo sí que existe en el individuo la posibilidad de una elección sexual aunque a partir de una impuesta coercitivamente al principio y que tendrá que ser corrida de su lugar de privilegio tal como se puede incorporar una nueva lengua por encima de la materna.
Esto sería el resultado de aplicar la voluntad por sobre el instinto (deseo) y de esa forma transformar un objeto de deseo impuesto en otro elegido.
Abrazo militante y solidario
Martín Campos
Querido Martín:
No puedo evitar hacer una digresión a nuestro tema, y festejar tu hilarante ingenio en la comparación de la genitalidad con esos pobres individuos oriundos de las Colonias que eran llevados a mostrar a la metrópoli como curiosidad y a la vez trofeo. No pude evitar recordar que la reina Victoria cuando cumplió 80 años era la dueña del mundo, y en el festejo desfilaron por las calles de Londres todos los distintos tipos de trofeos humanos, así como las distintas especies animales como el elefante de la India. Y me imaginé los genitales marchando en fila en esa procesión de excentricidades. Hecha la digresión, vuelvo al tema.
Todo tu texto me resulta apasionante. Hemos llegado a una síntesis entre vos y yo en muchas cosas y se nota el acuerdo.
Me movilizó profundamente tu propuesta de averiguar cómo cada individuo podrá construir su propia consciencia individual/social. Y decís "recuperar esa autonomía intelectual para proceder a usarla en beneficio propio y/o del grupo de pertenencia". En principio me llamó la atención la palabra "recuperar". Estás casi inventando un mito: el dios Election que perdió la autonomía, y vive atrapado en las cavernas de la diosa Hegemonía. Está bueno.
En cuanto a la consciencia social, creo que las consciencias no pueden despertar cada una por las suyas al unísono, sino que alguien arenga a las consciencias a despertarse, alguien que pone el discurso con las palabras que disparan la adhesión. Creo en los liderazgos que interpretan la necesidad de muchos.
Y llegamos de nuevo al punto de partida, y estamos igual que como empezamos:
claro que sí, el objeto de deseo no sólo puede cambiar, sino que definitivamente cambia siempre en el transcurso de la vida de una persona, el objeto impuesto al principio puede desplazarse acompañando otros cambios. La persona puede decidir sobre muchos tipos de cambios en su vida que como consecuencia pueden trasmutar el objeto de deseo sexual, complejizarlo, simplificarlo, mutarlo. Pero siempre los cambios voluntarios son aledaños, el objeto de deseo sexual se modifica como consecuencia de esos cambios aledaños.
El ser humano es conducido hacia el objeto de deseo sexual, NO lo conduce. Es conducido por la cultura, desde el principio y en transmutación durante la vida. No existe la decisión, no existe la elección sexual.
NADIE PUEDE DESEAR ALGO POR VOLUNTAD. EL DESEO ES AUTÁRQUICO, CAPRICHOSO, INCONVENIENTE, INDESCIFRABLE.
Gracias por participar en esta polémica
Eva Row
Querida amiga:
Bien, puestos de acuerdo con respecto del tema del método y sus alcances, juntos damos nuestro rotundo NO al diálogo sin método y un SÍ al debate.
Continuando esto del tema del “instinto”, es cierto que nuestras formulaciones al respecto no difieren sustancialmente. Pienso definitivamente que es desde el desarrollo del psiquismo y de la supremacía y colonización de éste mecanismo sobre el instinto que el ser humano comienza a producir cultura, sean éstos artefactos reales o virtuales, materiales o ideales, pero por cierto ya nunca más “naturales”. Por lo menos éste sería el marco desde el que me resulta más cómodo discurrir.
Rousseau postulaba que la diferencia entre el hombre y el animal no estaba en la razón sino en la voluntad de hacer uso de la razón (elegir) para regular los actos de la propia conducta en algún sentido.
Solo para ir marcando los límites del debate, y aportando a lo que llamaríamos el marco conceptual, me gustaría decir que en el origen, la sexualidad en tanto conducta, se construye desde lo social colonizando a la genitalidad, apropiándose de ella y dándole un significado simbólico a través de los mecanismos que provee el discurso determinado por la cultura.
De este modo la sexualidad sería, en cada momento histórico, el conjunto de conductas que el pensamiento hegemónico considera verdaderas y normales sobre las conductas que involucren la genitalidad. Ahora bien, creo que la genitalidad como “cosa” precultural sobrevive pero es retenida prisionera de la cultura a los efectos de que pueda ser resignificada, simbolizada y mostrada como la animalidad civilizada por el paradigma hegemónico imperante. Algo así como eran considerados aquellos miembros de pueblos originarios los “especímenes primitivos” que en el siglo XIX eran llevados desde las colonias a las metrópolis europeas para ser estudiados y admirados. Habían sido transformados en esos “especímenes”, o sea en símbolos de la dominación y la quintaesencia de la responsabilidad civilizatoria de las potencias pero al mismo tiempo nunca dejaron de tener existencia real como seres humanos verdaderos.
Entonces Eva, si bien coincidimos en general yo no quiero olvidar que la genitalidad o por lo menos algo de ella está allí sumergida en la sopa de las cultura y pretende alcanzar la superficie de a ratos.
Por otra parte debo decir que mis conocimientos de psicología son escasos, de modo que no pienso meterme demasiado por esos andariveles donde tal vez tenga más para aprender que para aportar. Respecto de las teorías de la constitución del Yo y lo que las rodea, toco de oído. En su lugar prefiero pensar que sería interesante salirse por un momento de ése ámbito, en tanto miradas del individuo desde y hacia su propia interioridad y reflexionar sobre este tema de la sexualidad de cara a lo social, hacia las relaciones entre los individuos y grupos sociales, sus modos de constitución y su dinámica.
Aquí dividiría en dos el análisis.
En un sentido me inclino a considerar a la sexualidad como algo definitivamente “no natural” sino más bien un artefacto cultural del tipo del “hecho social” durkhemniano, es decir una construcción colectiva superestructural (no tanto en el sentido marxista) y anterior al individuo, coercitivo, simultáneamente mutable e immutable como la lengua.
Es decir que por allí coincidiríamos en cuanto a que la elección sexual es algo tan imposible como lo sería la posibilidad de elegir nuestra lengua materna a los 30 años, ya fue.
Por otra parte la dominación que se ejerce a través del pensamiento hegemónico que conforma a los hechos sociales nunca significa el sometimiento total y absoluto de cada individuo todo el tiempo como para dejarnos en el lugar de aquellos “idiotas estructurales” de los que hablé en mi primer comentario. Las formas de dominación ponen límites y muchas veces muy estrictos y represivos pero aún en los peores casos, aún en los más extremos, dentro de aquellos límites siempre aparecen fisuras, lugares, oportunidades de confrontar, de disputar, de lograr lo que desde arriba serán concesiones pero desde abajo son victorias del que resulta sometido por sobre lo que aparece como sometedor.
El margen de operación siempre será muy estrecho por cierto, como vos decís, pero eso, creo, es solo circunstancia, nada más y nada menos que historia y somos sujetos históricos. No debiera significar condena eterna, espero no sea un determinismo tal que terminara colocándonos en el umbral de alguna una nueva religión dogmática.
El punto sería poder averiguar cómo, cuándo y de que modos, cada individuo podrá construir su propia consciencia individual/social acerca de las posibilidades y oportunidades que se tiene de re-apropiarse de la libertad de elección perdida, de recuperar esa autonomía intelectual para proceder a usarla en beneficio propio y/o del grupo de pertenencia.
A esta altura la tensión entre la coerción ordenatoria (represión) y la voluntad de rebelatoria (expresión) podrían verse como fuerzas sociales en permanente dinámica explosiva/implosiva que parecieran ser el verdadero motor de la historia del hombre.
En conclusión, pienso que no hay tal cosa como una orientación sexual “natural” o “cultural” oculta a ser asumida o reprimida. Creo sí que existe en el individuo la posibilidad de una elección sexual aunque a partir de una impuesta coercitivamente al principio y que tendrá que ser corrida de su lugar de privilegio tal como se puede incorporar una nueva lengua por encima de la materna.
Esto sería el resultado de aplicar la voluntad por sobre el instinto (deseo) y de esa forma transformar un objeto de deseo impuesto en otro elegido.
Abrazo militante y solidario
Martín Campos
Querido Martín:
No puedo evitar hacer una digresión a nuestro tema, y festejar tu hilarante ingenio en la comparación de la genitalidad con esos pobres individuos oriundos de las Colonias que eran llevados a mostrar a la metrópoli como curiosidad y a la vez trofeo. No pude evitar recordar que la reina Victoria cuando cumplió 80 años era la dueña del mundo, y en el festejo desfilaron por las calles de Londres todos los distintos tipos de trofeos humanos, así como las distintas especies animales como el elefante de la India. Y me imaginé los genitales marchando en fila en esa procesión de excentricidades. Hecha la digresión, vuelvo al tema.
Todo tu texto me resulta apasionante. Hemos llegado a una síntesis entre vos y yo en muchas cosas y se nota el acuerdo.
Me movilizó profundamente tu propuesta de averiguar cómo cada individuo podrá construir su propia consciencia individual/social. Y decís "recuperar esa autonomía intelectual para proceder a usarla en beneficio propio y/o del grupo de pertenencia". En principio me llamó la atención la palabra "recuperar". Estás casi inventando un mito: el dios Election que perdió la autonomía, y vive atrapado en las cavernas de la diosa Hegemonía. Está bueno.
En cuanto a la consciencia social, creo que las consciencias no pueden despertar cada una por las suyas al unísono, sino que alguien arenga a las consciencias a despertarse, alguien que pone el discurso con las palabras que disparan la adhesión. Creo en los liderazgos que interpretan la necesidad de muchos.
Y llegamos de nuevo al punto de partida, y estamos igual que como empezamos:
claro que sí, el objeto de deseo no sólo puede cambiar, sino que definitivamente cambia siempre en el transcurso de la vida de una persona, el objeto impuesto al principio puede desplazarse acompañando otros cambios. La persona puede decidir sobre muchos tipos de cambios en su vida que como consecuencia pueden trasmutar el objeto de deseo sexual, complejizarlo, simplificarlo, mutarlo. Pero siempre los cambios voluntarios son aledaños, el objeto de deseo sexual se modifica como consecuencia de esos cambios aledaños.
El ser humano es conducido hacia el objeto de deseo sexual, NO lo conduce. Es conducido por la cultura, desde el principio y en transmutación durante la vida. No existe la decisión, no existe la elección sexual.
NADIE PUEDE DESEAR ALGO POR VOLUNTAD. EL DESEO ES AUTÁRQUICO, CAPRICHOSO, INCONVENIENTE, INDESCIFRABLE.
Gracias por participar en esta polémica
Eva Row
18 comentarios:
Si lo natural es la genitalidad y lo cultural la sexualidad, dónde ponemos el erotismo?
aunque nos salimos de tema, quizás tenés razón en cuanto a una sociedad de subnormales como por ejemplo
Hola Eva
Un breve, sucinto e insuficiente aporte desde el Psicoanálisis.
La identidad sexual es un punto de llegada (atravesamiento por la cultura) y no de partida (naturaleza). En el humano, en tanto ser hablante, sujeto del lenguaje, la naturaleza está perdida. Ya antes de nacer somos deseados, llegamos al mundo de la mano del deseo del Otro: un nombre, proyectos, fantasías, etc.
La sexualidad en el Psis no es la genitalidad: no hay instinto, hay pulsión, que no tiene "objeto adecuado" para su satisfacción.
En rigor, en Psis no debería hablarse de identidad, sino de identificación. La identificación sexual masculina o femenina, así como la pertenencia a alguna estructura psicopatológica (como p/ej. neurosis) son producto del pasaje por el Complejo de Edipo.
La cuestión es mucho más larga, más compleja, más profunda, porque Edipo es la dimensión de la ley reguladora del deseo, y más aún, posibilitadora del deseo humano, en tanto instala una dimensión de ley: prohíbe algunas mujeres (la madre), pero posibilita todas las demás...
Repito: esto es tipo revista "Para Tí", pero a grandes rasgos da una idea desde la óptica freudiana.
Como se verá, si algo está perdido, y lo estuvo desde el inicio, es la naturaleza.
Saludos
Che anònimos? uds nunca pudieron diferenciar un burro de un lavarropas cierto? Operaciòn de prensa saben què es o estàn laburando de trolls? La verdad que esta EVA es demasiado buena, igual que nuestra presidenta, demasiado democràtica. Les deja decir cualquier cosa a cualquiera. Y buè. Que les gaure finito.
Desgraciadamente no hice a tiempo de borrar los comentarios de los trolls porque tuve mucho trabajo, por eso el comentario de Jorge y de MC no se van a entender faltando los que borré. Se trata de anónimos sin conexión con el post, que hacen guardia en este blog para diluir el debate en un caldo mololiente. No cabe la menor duda de que es una tarea pagada a pobres tipos que se ganan la vida tan aburridamente.
Pero sigamos con el tema del post.
Jorge Devincenzi,
Es interesante lo que preguntás ¿dónde está el erotismo? Si uno mira ciertas seducciones anteriores a la cópula entre algunas especies animales, parecería que tienen erotismo. Podemos decir que eso que dispara las artes seductoras de los animales no es el pensamiento ni la fantasía, sino el instinto.
Los pájaros no tienen nada de cerebro, pero algunos son capaces de construir un nido para que vivan los futuros polluelos que van a engendrar. Y lo hacen con tanta afección al trabajo, que parecieran personas de convicciones ideológicas burguesas asentadas, capaces de soñar con una construcción tan compleja como la familia, parecen haberse leído el manual del buen cristiano, parecen estar ejecutando la idea de que el sexo tiene el fin de la procreación. Pero no. Es el instinto. No tienen capacidad de tener ideología. Sólo nos parece.
El erotismo es cultural.
Sujeto de la Historia,
tu aporte es sustancial. No creo que haya podido leerse algo así en Para Tí.
Aprovecho para hacerte un comentario que me viene a la fuerza sobre el siguiente texto, y que implica que yo entiendo bien seguramente la cuestión del Edipo:
"Edipo es la dimensión de ley reguladora del deseo, y más aún, posiblitadora de deseo humano, en tanto instala una dimensión de ley: prohibe algunas mujeres (la madre), pero posibilita todas las demás"
Si se dice madre no, todas las demás sí, ¿no se está hablando sólo de quien siente deseo por una mujer?. ¿No se está hablando sólo del varón que desea una mujer? ¿No se está dejando afuera al deseo de una mujer que desea a un varón? ¿Cómo es que la prohibición del incesto determina, regula, el deseo humano general donde hay varones y mujeres? Yo sólo veo la prohibición del deseo de un hijo por su madre. En el Edipo yo sólo veo la regulación del deseo del varón cuando se dirige a una mujer.
Aunque el Edipo también resulte en la prohibición del deseo de una madre por su hijo, ésto no alcanza para considerar el Edipo como regulador del deseo humano, porque la humanidad está constituída además por mujeres.
Y después debería preguntarte ¿qué hay de los varones que desean varones? ¿y de las mujeres que desean mujeres? ¿cómo regula el Edipo estos objetos de deseo?
Ojalá que pudas contestarme y que no sea demasiado trabajo para vos, porque no será fácil seguramente.
Gracias por adelantado ;)
Por favor en el comentario anterior quise decir que YO NO ENTIENDO BIEN y me tragué el NO.
Fuera del tema que da para mucho
Gracias Eva por su amable comentario en mi blog.
Me hubiera gustado su opinion en lo que escribí acerca del tema Amia,he basado parte de la opinion en ese escrito en una informacion levantada de su blog,a su vez opino acerca del tema matrimonio igualitario en otra entrada
saludos cordiales
Nando,
claro que voy a comentarte.
Muy sutil el término "colonización".
Me pregunto, y muy en serio, si acaso no se está produciendo una paulatina colonización del deseo humano por parte de las corporaciones privadas
Jorge ¿por qué no aclarás un poco? ¿a qué corporaciones te referís?
A ver si puedo sintetizarlo en pocas palabras. La Revolución industrial trajo aparejada una serie de consecuencias a nivel, digamos, ideológico. En lo legal, se estableció una frontera clara entre conductas públicas y privadas. El romanticismo convive con la revolución industrial: la interioridad herida y macerada por una realidad exterior horrorosa. Goethe, el mundo pastoral de Beethoven, con muchos etcéteras. Y cito al romanticismo porque me parece paradigmático. Doy un salto en el tiempo y llegó a esta nueva época donde lo privado se hace público y deja de haber una frontera clara entre uno y otro. Los privados se apoderan de lo público. Neoliberalismo, capitalismo financiero. Lo privado se muestra, se exterioriza. Es una nueva moral, en la que para ser políticamente correcto, lo privado se hace público, por ejemplo, circulando libremente en las redes sociales. Y esa elección moral o ética no es democrática, no es voluntaria: uno está obligado ahora a exhibirse. Se me dirá que esto no es cierto, pero tengo una respuesta: estamos en una época de cambio donde convive lo viejo y lo nuevo. La industria cultural te dice no solo qué está bien y qué está mal, sino además, cómo debés sentir, desear, que tenés que pensar y qué no, qué idea, que conducta, que actitud tenés que consumir para ser parte de algo, para identificarte. Y el proceso de identificación, que en el pasado estaba en manos de lugares precisos (la familia, la madre, el padre, la escuela, etc.) ahora lo está en los íconos de la economía, en las corporaciones privadas. Uno es porque va al McDonald, etc., siempre con muchos etc. Un enmascaramiento central de este proceso de apropiación de la interioridad, cuyo objetivo es lograr que el tipo piense y sienta lo que desde afuera se quiere que piense o sienta, es que simula (nunca mejor aplicado esto: simulación) ser un proceso de liberación cuando es todo lo contrario. Un avance hacia una nueva forma de esclavitud por parte de las corporaciones privadas, que usan los métodos de manipulación que comenzaron con el conductismo o la reflexiología, desarrollados con nuevas palabras (PNL por ej., que se refiere precisamente a "programar que se debe pensar y cómo se debe actuar"). Es una especie de nuevo hitlerismo del consumo donde las conductas, actitudes, etc están cada vez más intimamente asociadas con los productos que uno consume. Lo peor es que todo esto se está dando en una época donde la gente cree haber llegado por fin al reino de la libertad. Las corporaciones colonizador el espacio, el capitalismo ocupó todos los espacios, y cuando ya no hay espacio por ocupar, ¿que queda sino ocupar al ser humano? El capitalismo es una ideología de dominio. Por eso Nietszche habla de voluntad de dominio, etc. Y no me pidas más a esta hora: la seguimos cuando esté más despierto. Abrazo
Eva, creeme que hace horas que voy y vengo buscando cómo explicar ésto. Freud decía que tenemos una disposición constitucional a la bisexualidad, y que ésta resalta más en la mujer que en el varón, por tener vagina (femenino) y clítoris (análogo al miembro viril). En el desarrollo femenino hay un tansporte de la fase masculina a la específicamente femenina (que no ocurre en el varón). Otra diferencia es que para ambos, la madre es elprimer objeto sexual, lo que el caso de la mujer conlleva que debe efectuar el pasaje a que el varón(padre) se convierta en el nuevo objeto sexual.
Edipo no es simétrico: en el varón se pulveriza por el Complejo de Castración, en la mujer no: "ya está castrada" (desprovista de pene), ante lo cual habrá tres posibles caminos:la renuncia a la sexualidad ; otra es el Comp. de Masculinidad: ya le va a crecer el pene (salida que puede terminar en la homosexualidad) y la tercera, la del padre como objeto, salida femenina. Son grandes diferencias entre ambos pasajes por Edipo.
Aquí estuve siguiendo, a grandísimos rasgos, el texto de 1931 "Sobre la Sexualidad Femenina". Te recomiendo lo leas; es un texto complejo, pero te va a aclarar más que esto que escribí.
Podés encontrar el texto en www.elortiba.org , cuadernos de psicología (o psicoanálisis, no recuerdo bien)Espero haber podido aclarar algo, pero recomiendo acudas al texto.
Saludos
Interesante sujeto. Desde la perspectiva de don Sigmundo, entonces, la mujer aparece como "careciendo de". Así se construye la civilización judeo-crist.
Escribiendo en la oficina, a las apuradas, pregunto: acaso la vida misma no está siendo privatizada en un amplio sentido? Por qué no el deseo, su motor?
Hola Jorge:
También estoy yo escribiendo en la oficina y a las corridas.
Te recomiendo leas a un filósofo esloveno, lacaniano él, llamado Slavoj Zizek, que también lo vas a encontrar en www.elortiba.org, no recuerdo si en cuadernos de psicología o del pensamiento. El tipo articula con mucho talento Psicoanálisis lacaniano, política, ideología, sociedad. Tiene muchos artículos, y en todos bordea estas cuestiones. De todos modos, podemos ir pensando algunas de estas cuestiones, y un día de estos armar un petit debate.
Un Abrazo
P.S.: estoy leyendo un libro de este tipo, que me está haciendo pensar bastante, se llama "En defensa de la intolerancia", que se baja de elortiba
Sujeto,
Voy a leer lo que me recomendaste.
También te quería comentar que hace mucho leí en El Segundo Sexo de Simone de Beauvoire una crítica muy interesante de ella a Freud. Ella dice que el complejo de castración y el prestigio del pene son situaciones relativas temporalmente a la sociedad machista. Que esto no es intrínseco a la persona sino circunstancial a una época que por más larga que sea debe cambiar. De hecho las cosas han cambiado. Si bien el machismo persiste, se va haciendo menor y puede que pronto, quizá en la próxima generación se caiga del todo. Igual voy a leer.
Eva:
Freud era un médico vienés, burgués, judío, que desarrolló su teoría en la época victoriana. la historia del Psicoanálisis, la teoría psicoanalítica se fue construyendo en base a la clínica, a lo que descubría en los tratamientos de personas neuróticas, psicóticas, etc.
Era hijo de su tiempo y de sus tradiciones.
Ahora bien, en Psicoanálisis no importa el pene, sino el falo.
Saludos
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