Anoche leí el último post de Mendieta en Artepolítica, habla de fútbol en una mezcla invisible con la política. Y ahí yo le hacía este comentario:
"Te sigo el juego Mendieta. Yo soy fanática de esta Selección, creo que ya te habrás dado cuenta hace rato. Además del DT me quedo maravillada por las figuras que la integran. Hay unos cuantos valores de oro que juegan en equipo y por la camiseta. Y tenemos dos capitanes de lujo. Yo con eso solo, estoy contenta. Pero desgraciadamente en el fútbol igual que en la política, sólo vale el resultado. Nadie se va a resignar haber perdido porque “hubo buen juego”. Será por eso que el fútbol es tan interesante, para mí que es una metáfora de la política. Porque fijate, todo el tiempo estás tratando de tener la pelota y de llevarla al arco, y todo el tiempo el contrario está tratando de que la pierdas y tirarla para el otro arco. Por suerte no existe la posibilidad de judicializar los goles. Imaginate si mañana después de metido un gol de la Argentina, un juez de Mendoza le hace lugar a un recurso de amparo del equipo de México que dice que el goleador estaba en posición adelantada. Y hay que parar el partido, y después va a cámara, y luego a Corte Suprema. Así no se podría jugar ¿no? Y sin embargo el equipo soporta jugar así, y vuelve a conseguir la pelota, y sigue corriendo en la cancha porque muestra que tiene para más. Yo, qué querés que te diga, el partido de un año a ahora se puso tan emocionante que si al final no ganamos, voy a sentir rabia y tal vez miedo, pero habré pasado emocionada todo el año, el año que más goles metió mi Selección.
Y que mañana ganemos.
Hermoso artículo Mendieta."
Por las dudas, si no te diste cuenta la "Selección" a la que me refiero es el gobierno del FPV, las "figuras" son los ministros diputados y senadores oficialistas, el "DT" es Cristina, los dos capitanes son Rossi y Picchetto. Lo cuento porque los que comentaron en Artepolítica ni se dieron cuenta del juego de Mendieta con su post.
Eso fue ayer. Pero ahora quiero hablar en serio de fútbol, no de política.
Después de haber visto a la mañana Alemania-Inglaterra, y a la tarde a Argentina-México, pude comparar los dos partidos:
Alemania-Inglaterra fue un partido con resultado justo porque le dio el triunfo a Alemania que fue el mejor equipo. A un equipo que tuvo el dominio de la pelota y actuó articulando jugador con jugador realizando con éxito la estrategia planificada. Inglaterra sin embargo no jugó nada mal, pero fue inferior aunque no tanto como para tener tanta mala suerte. El ganador ganó con justicia. Pero el resultado en goles no fue justo. A Inglaterra le anularon un gol que había hecho con toda legitimidad.
En cambio, en el partido Argentina-México, no fue tan clara la justicia del triunfo. Todos sentimos que México hizo un esfuerzo supremo y supo tener la pelota la mayor parte del tiempo, pero si en el partido anterior la mala suerte se ensañó anulando un gol merecido de Inglaterra, esta vez la mala suerte se ensañó con México agregándole un gol a la Argentina..
Sucedieron dos injusticias con el perdedor de cada uno de los dos partidos, en una se le anuló un gol merecido del perdedor, en la otra se le otorgó un gol inmerecido al ganador. Injusticias.
Independientemente de los errores que adjudican goles o sanciones equivocados, es moneda corriente del fútbol la frustración a los esfuerzos. Todo el tiempo se realizan magníficas jugadas que terminan perdiéndose y que no suman ningún punto. No existe la valoración del juego y su calificación por jueces, como en los rounds del boxeo. Sólo valen los goles. Por lo tanto, si el que jugó mal hizo goles, gana. Y si el que jugó bien no hizo goles, pierde. El futbol reedita inquietantemente metáforas: el que tiene plata vale, el que no tiene plata se desprecia, por ejemplo. Al pobre se lo llama "concubino", al rico "la pareja de". Hay una especie de crueldad en el fútbol, de poner sobre el tapete la crudeza de ciertos aspectos de la vida.
La sensación de Injusticia del Fútbol es absoluta y permanente. Entonces nos preguntamos por qué es así el fútbol, y por qué es tan querido por tantos fanáticos. Y nos respondemos que el fútbol se ha diseñado precisamente así, porque es un juego que replica la vida, y por eso es tan apasionante. El fútbol como juego, te ofrece durante dos tiempos de 45 minutos replicar la vida que vivimos, esencialmente injusta.
Estamos siempre luchando contra algo que nos tira en contra. Nacemos con limitadas oportunidades de vivir felices, de acuerdo a las condiciones económicas y culturales de nuestros padres, limitados por las capacidades psíquicas o físicas, por la belleza, por la salud, por el momento histórico, y por nuestra ignorancia de todas las cosas, algunas que sólo aprendemos después de haber fracasado y que a veces no nos dan otra oportunidad.
La vida es una lucha permanente, acompañada constantemente por la injusticia. Amén de que la mayoría de los seres humanos de este planeta vive una vida infame y miserable no digna de ser vivida y que la minoría vive una vida holgada llena de placeres y estabilidad, queda un margen de injusticia que se desparrama igualitariamente para todos, aunque ésta se agrava o aligera en el contexto de las otra.
Pero ¿por qué querría uno reeditar una lucha tan cruel haciéndola un juego que se desarrolla como deporte? En el deporte, Igual que en el teatro o en la ficción del cine o la literatura, todos nos damos otra oportunidad.
En las artes de relato como el teatro o el cine, nos "identificamos" con un personaje por un rato, cambiamos de piel, somos bellos, somos ricos, somos reyes o somos muchachas pobres que se casan con el Príncipe, como Cenicienta, o somos pobres víctimas de horrendos crímenes que en el acto de ser recordados se les da una reparación que nos releva de la culpa de haberlos olvidado, o somos héroes sacrificados de una batalla por la Justicia para que cambien las cosas en la sociedad. El teatro y el cine nos da otra oportunidad de poder salir de la frustración, de disfrutar de los deseos incumplidos, aunque el conjuro tenga vencimiento.
El deporte es un caso especial. En el deporte no hay relato concreto. Tiene un lenguaje abstracto, como las matemáticas. Se basa en metáforas que la mayoría no alcanza a comprender, y es por eso que el deporte atrapa tan fácilmente a todos, porque lo hace por el lado del inconsciente. ¿Qué batalla estamos peleando cuando queremos vencer al contrincante en un deporte? Cada uno conoce la propia batalla con parámetros puntuales, y cada uno tiene la propia de seguro. Ponerse una camiseta desde el público provee de una oportunidad de ganar una batalla. Los humores interiores se segregan dándonos la ilusión de ganar por un rato, o el placer de haber ganado, en compensación de las frustraciones que hemos tenido y tenemos siempre en la vida ordinaria.
Pero el fútbol es especial, porque además de ganar o perder, tiene pocos goles y el triunfo suele ser injusto, tanto como la derrota. Se parece demasiado a la vida. Por eso es tan popular.
"Te sigo el juego Mendieta. Yo soy fanática de esta Selección, creo que ya te habrás dado cuenta hace rato. Además del DT me quedo maravillada por las figuras que la integran. Hay unos cuantos valores de oro que juegan en equipo y por la camiseta. Y tenemos dos capitanes de lujo. Yo con eso solo, estoy contenta. Pero desgraciadamente en el fútbol igual que en la política, sólo vale el resultado. Nadie se va a resignar haber perdido porque “hubo buen juego”. Será por eso que el fútbol es tan interesante, para mí que es una metáfora de la política. Porque fijate, todo el tiempo estás tratando de tener la pelota y de llevarla al arco, y todo el tiempo el contrario está tratando de que la pierdas y tirarla para el otro arco. Por suerte no existe la posibilidad de judicializar los goles. Imaginate si mañana después de metido un gol de la Argentina, un juez de Mendoza le hace lugar a un recurso de amparo del equipo de México que dice que el goleador estaba en posición adelantada. Y hay que parar el partido, y después va a cámara, y luego a Corte Suprema. Así no se podría jugar ¿no? Y sin embargo el equipo soporta jugar así, y vuelve a conseguir la pelota, y sigue corriendo en la cancha porque muestra que tiene para más. Yo, qué querés que te diga, el partido de un año a ahora se puso tan emocionante que si al final no ganamos, voy a sentir rabia y tal vez miedo, pero habré pasado emocionada todo el año, el año que más goles metió mi Selección.
Y que mañana ganemos.
Hermoso artículo Mendieta."
Por las dudas, si no te diste cuenta la "Selección" a la que me refiero es el gobierno del FPV, las "figuras" son los ministros diputados y senadores oficialistas, el "DT" es Cristina, los dos capitanes son Rossi y Picchetto. Lo cuento porque los que comentaron en Artepolítica ni se dieron cuenta del juego de Mendieta con su post.
Eso fue ayer. Pero ahora quiero hablar en serio de fútbol, no de política.
Después de haber visto a la mañana Alemania-Inglaterra, y a la tarde a Argentina-México, pude comparar los dos partidos:
Alemania-Inglaterra fue un partido con resultado justo porque le dio el triunfo a Alemania que fue el mejor equipo. A un equipo que tuvo el dominio de la pelota y actuó articulando jugador con jugador realizando con éxito la estrategia planificada. Inglaterra sin embargo no jugó nada mal, pero fue inferior aunque no tanto como para tener tanta mala suerte. El ganador ganó con justicia. Pero el resultado en goles no fue justo. A Inglaterra le anularon un gol que había hecho con toda legitimidad.
En cambio, en el partido Argentina-México, no fue tan clara la justicia del triunfo. Todos sentimos que México hizo un esfuerzo supremo y supo tener la pelota la mayor parte del tiempo, pero si en el partido anterior la mala suerte se ensañó anulando un gol merecido de Inglaterra, esta vez la mala suerte se ensañó con México agregándole un gol a la Argentina..
Sucedieron dos injusticias con el perdedor de cada uno de los dos partidos, en una se le anuló un gol merecido del perdedor, en la otra se le otorgó un gol inmerecido al ganador. Injusticias.
Independientemente de los errores que adjudican goles o sanciones equivocados, es moneda corriente del fútbol la frustración a los esfuerzos. Todo el tiempo se realizan magníficas jugadas que terminan perdiéndose y que no suman ningún punto. No existe la valoración del juego y su calificación por jueces, como en los rounds del boxeo. Sólo valen los goles. Por lo tanto, si el que jugó mal hizo goles, gana. Y si el que jugó bien no hizo goles, pierde. El futbol reedita inquietantemente metáforas: el que tiene plata vale, el que no tiene plata se desprecia, por ejemplo. Al pobre se lo llama "concubino", al rico "la pareja de". Hay una especie de crueldad en el fútbol, de poner sobre el tapete la crudeza de ciertos aspectos de la vida.
La sensación de Injusticia del Fútbol es absoluta y permanente. Entonces nos preguntamos por qué es así el fútbol, y por qué es tan querido por tantos fanáticos. Y nos respondemos que el fútbol se ha diseñado precisamente así, porque es un juego que replica la vida, y por eso es tan apasionante. El fútbol como juego, te ofrece durante dos tiempos de 45 minutos replicar la vida que vivimos, esencialmente injusta.
Estamos siempre luchando contra algo que nos tira en contra. Nacemos con limitadas oportunidades de vivir felices, de acuerdo a las condiciones económicas y culturales de nuestros padres, limitados por las capacidades psíquicas o físicas, por la belleza, por la salud, por el momento histórico, y por nuestra ignorancia de todas las cosas, algunas que sólo aprendemos después de haber fracasado y que a veces no nos dan otra oportunidad.
La vida es una lucha permanente, acompañada constantemente por la injusticia. Amén de que la mayoría de los seres humanos de este planeta vive una vida infame y miserable no digna de ser vivida y que la minoría vive una vida holgada llena de placeres y estabilidad, queda un margen de injusticia que se desparrama igualitariamente para todos, aunque ésta se agrava o aligera en el contexto de las otra.
Pero ¿por qué querría uno reeditar una lucha tan cruel haciéndola un juego que se desarrolla como deporte? En el deporte, Igual que en el teatro o en la ficción del cine o la literatura, todos nos damos otra oportunidad.
En las artes de relato como el teatro o el cine, nos "identificamos" con un personaje por un rato, cambiamos de piel, somos bellos, somos ricos, somos reyes o somos muchachas pobres que se casan con el Príncipe, como Cenicienta, o somos pobres víctimas de horrendos crímenes que en el acto de ser recordados se les da una reparación que nos releva de la culpa de haberlos olvidado, o somos héroes sacrificados de una batalla por la Justicia para que cambien las cosas en la sociedad. El teatro y el cine nos da otra oportunidad de poder salir de la frustración, de disfrutar de los deseos incumplidos, aunque el conjuro tenga vencimiento.
El deporte es un caso especial. En el deporte no hay relato concreto. Tiene un lenguaje abstracto, como las matemáticas. Se basa en metáforas que la mayoría no alcanza a comprender, y es por eso que el deporte atrapa tan fácilmente a todos, porque lo hace por el lado del inconsciente. ¿Qué batalla estamos peleando cuando queremos vencer al contrincante en un deporte? Cada uno conoce la propia batalla con parámetros puntuales, y cada uno tiene la propia de seguro. Ponerse una camiseta desde el público provee de una oportunidad de ganar una batalla. Los humores interiores se segregan dándonos la ilusión de ganar por un rato, o el placer de haber ganado, en compensación de las frustraciones que hemos tenido y tenemos siempre en la vida ordinaria.
Pero el fútbol es especial, porque además de ganar o perder, tiene pocos goles y el triunfo suele ser injusto, tanto como la derrota. Se parece demasiado a la vida. Por eso es tan popular.
10 comentarios:
No es cierto que en el futbol prime la injusticia. A la larga (salvo contadísimas excepciones) gana el que mejor juega. Hoy Argentina no ganó injustamente. México tuvo mucho la pelota pero no hizo nada eficaz con ella. El fútbol no es popular por ser cruel. Es popular porque es el arte más bello del mundo. Y un arte verdaderamente colectivo.
Raúl Lasa
Los criterios de justicia futbolísticos tienen que ver con el arreglo a una estética en el juego que, como en otros campos, se correlacionan con una etica fundante.Cuando la diosa fortuna se inclina para nuestro lado, los futboleros viejos y con memoria recuerdan muchas y costosas cachetadas recibidas en otras ocasiones.Por ahí Messi se anticipó al partido cuando soltó que "el peor enemigo de la argentina es la argentina misma".Es cierto que el juego de los juegos (junto con el ajedrez)es una lucha permanente como la vida misma.Pero muchas veces la lucha es contra uno mismo, para no apartarse del camino que se siente como propio.Como el el sufrimiento producido por regalar la pelota para aguantar el partido.A otro equipo, no le parecería errado o desdoroso.A nosotros sí.A los hermanos uruguayos, probablemente también.Algo debe querer significar eso.Aunque siendo lucha, no todo es pura competencia despiadada:Hoy Higuaín,despreció la posibilidad de patear al arco en el segundo tiempo por buscarlo a Messi para que,de una vez por todas, pudiera convertir su gol.Y antes, el festejo por el gol de Palermo en un partido definido y que no afectaba la clasificación, desató una corriente eléctrica de afecto que habla de algunas compensaciones inexplicables que se viven a veces en una cancha de futbol.Independientemente de cómo termine esta historia, creo que lejos de estar constituído "por metafóras que las mayorias no alcanzan a comprender" El futbol es justamente el ejemplo de la metáfora construída colectivamente.Y donde los factores de poder pesan, y cómo.Que entre Pastore.Este hincha sufrido de San Lorenzo de Almagro lo pide a gritos mientras brinda por el indiscutido jugador del pueblo Carlitos Tevez.
Muy bello texto, Eva. Pero la injusticia del fútbol tiene arreglo, aceptando que se usen las cámaras para las decisiones arbitrales, por ejemplo, o hasta incorporando un árbitro más de cada lado, cosas que la FIFA rechazó por razones que probablemente poco tengan que ver con la filosofía y mucho con presión mafiosa. A mí gol en offside me arruinó el disfrute del partido, y no debo ser el único. A mí me gustan los resultados lo más justos posibles, en el fútbol y en la vida. No creo que la injusticia le agregue belleza al fútbol, ni que haga filosofar a la gente sobre su parecido con la vida: a mí, al menos, la injusticia me amarga. Un abrazo.
hola Eva,
muy bueno tu ánimo de pensar el futbol, de asociarlo con la vida y la experiencia teatral de identificacion con sus efectos de liberacion y catarsis. La verdad ahora a la manañana en un ratito, me queda grande condensar alguna otra idea aunque las hay, por eso este deporte es tan rico. En principio hay algo tribal de los deportes de equipo que tiene un efecto colectivo y movilizador . Nuestros antepasados, la especie hombre como cazador-recolector- dependía de las habilidades de un grupo para correr, coordinarse, acertar a un blanco y conseguir un objetivo con el cual garantizar una fragil supervivencia. Está en nuestros genes, como dice Carl Sagan, y aún nacemos provisto del mismo set de impulsos y gusto por la acción. El deporte es por lo tanto un sustituto de esa necesidad de emplearnos en algo que el cuerpo nos pide. Una de las cosas valiosas que tiene es que siendo una perfomance real, en la que cada quien se expresa sin doblecez es un excelente ámbito de aprendizaje sobre nosotros mismos y sobre los demas.
Sobre ese fondo primario, el futbol además esta enriquecido por particularidades culturales con las que es posible identificarse (la garra, el orden tactico, el virtusismo tecnico, la repentizacion creativa, etc) que representa una marca identitaria fuerte o deseada de cada grupo particular.
No estoy tan de acuerdo respecto a la tesis de que la injusticia es un componente necesario porque replica a la vida. Creo al reves, que ensucia la experiencia porque le quita las referencias de ser "esa otra cosa" que es necesario para que no se desmadre y se desate una lucha de verdadero full-contact por ejemplo. Si las rayas no fueran necesarias, ¿para que pintarlas? si los arbitros asistentes no pitan lo que se supone en la regla a la que todos se avienen, ¿para que estan? Ellos son la justicia, y la necesidad de justicia es uno de los buenos consensos establecidos para mantenerlo en el espacio lúdico. En ese sentido estoy convencido de que la tecnología para asistir el juego hace falta. ¿que tal si los postes en lugar de estar (tecnologicamente) fijos al suelo estuvieran sostenidos por otros incompetentes ayudantes del referí y se torcieran como producto del viento o de sus distracciones? Instalar una regla sofisticada como la del offside, y carecer de la capacidad de medirla por un prurito mal entendido de mantenerlo simple me parece un desprósito. Lo escencial es el gusto de correr, dominar la pelota, en todo el rango de destrezas que esta permite para anotar y vencer y simbólicamente al rival. Lo demás no debiera contar.
Chau y gracias por el post.
Eva, maestra espiritual del lugar común, felicitaciones por el texto!
Yo me referí a la injusticia de los malos fallos, pero eso puede superarse, lo entiendo perfectamente.
Lo que más me interesa es la injusticia de llevar una pelota desde lejos, pasar por varios jugadores que la llevan adelante en jugadas de enorme esfuerzo y que todo termine pegando en el poste. Eso es el fútbol. A eso me referí fundamentalmente cuando hablo de "injusticia", de metáfora de la vida.
Ustedes dirán que pasa en todos los deportes de competición, pero no tanto como en el fútbol. En el fútbol la rutina es el "no gol". No creo que haya otro deporte que pueda terminar en 0 a 0 como no es raro que ocurra en el fútbol.
Me refiero a los "pocos premios" al esfuerzo enorme. Hablo de que a veces el gol es más casualidad que mérito, y a veces el mérito no termina en gol. A eso me refiero cuando hablo de la injusticia. Hablo de no llegar, hablo de no poder. Creo que eso es el fútbol, un permanente no poder, no llegar.
Claro, en eso estoy de acuerdo la tasa de esfuerzo/premio es muy baja. Es común que un equipo domine a otro en la mayoría de las facetas del juego y sin embargo pierda por su falta de acierto o efectividad en las chances que tuvo de anotar, o por circunstancias impredecibles como un un gol por rebote fortuito, etc. Eso da lugar a una cierta flexibilidad, son tantos los imponderables que hay una incertidumbre en el resultado final que le da sabor a las victorias. Hay componentes anímicos tambien, muchas veces los poderosos caen ante equipos limitados pero más voluntariosos, pícaros, o estratégicos. Parte de la belleza del futbol, que da lugar a interpretaciones épicas, heróicas y todos los demases que le quieras sumar.
un abrazo
jajaja...
No solo la metáfora es tan directa que casi deja sde serlo, sino que además requiere explicación!
Oh Dios!
Esta señora está decididamente chiflada!
Ignacio, (y también Raúl Lasa)
Sí, en eso consiste el "atractivo" de este deporte, en esa poca tasa de esfuerzo/premio, y en la variable azar interviniendo con una tasa alta de premio/azar. Esa combinación de factores hace del fútbol un deporte dramático, de ansiedad constante, de entusiasmo enorme, de frustración tras frustración hasta el final, hasta el úlitmo minuto del segundo tiempo. El fútbol es el deporte que mejor representa el escenario global de la vida, además porque todo ocurre en equipo, donde el individuo necesariamente tiene que articular con los que pelean para defender el mismo arco. Es, por supuesto, una propuesta de colectivismo. El boxeo también es dramático, pero es el esfuerzo solitario, y tiene jueces que otorgan puntaje al buen desempeño, y no siempre se termina en knock out. Estuve mirando un partido de rugby y comparado con el fútbol me resulta una propuesta violenta a diferencia del fútbol que tiene reglas estrictas de la pelota con el hombre que no debe tocarla con las manos. No encuentro otro deporte que tenga circunstancias tan refinadas en tanto metáfora de la realidad.
Si sos de acá:
Chiriquí-Chiriquí
Villavicencio-México
Guadalajara-Jalisco
Lima
Santiago-Región Metropolitana
Contame por qué te interesa este post. Me llama la atención tantas visitas de México y del resto de los países de hispanoamérica.
Publicar un comentario
No te olvides de tildar la casilla de suscribir a comentarios, si querés seguir este debate.
La autora del post lee TODOS los comentarios.
ANÓNIMO: ¡FIRMÁ CON ALGÚN NOMBRE O UN SEUDÓNIMO! para poder dirigirte una respuesta. Si no lo hacés, es porque no te interesa que te respondan. Por lo tanto borraré el comentario si veo que el anonimato tiene esa intención.