En 5 días se termina el Corralito.
(Este texto lo escribí en Twitter. Es una serie de reflexiones en 140 caracteres que varios lectores me sugirieron que los transforme en un post)
El Corralito fue la obra de lo que hoy se llama "la oposición”. Lo levantaron Néstor y Cristina.
La brutalidad militar, los intereses de la oligarquía agro-financiera, la ineptitud y genuflexión de todos los demás, acabó en el CORRALITO.
En el CORRALITO está el dinero de todos los que tenían ahorro en los Bancos en diciembre de 2001. De todos, fuera mucho o poquito.
En 5 días se termina EL CORRALITO. Eso fue el fin de la Argentina. Nos dejaron sin dinero a todos. Por seguir las reglas del FMI.
Nos hicieron creer que entrábamos al Primer Mundo, como el de España y los países europeos que hacían las cosas bien y terminamos todos mal.
Al Corralito lo pagaron Néstor y Cristina. Con orden e inteligencia en el manejo de nuestra plata. Pagaron las deudas que "otros" generaron.
Los que generaron la deuda, la que pagaron Néstor y Cristina, ellos dicen ahora que este es un gobierno corrupto.
Los que generaron la deuda (el muerto que levantó este gobierno) se atreven ellos a hablar de corrupción, y al pagador lo acusan de corrupto.
Nos llevó más de una década pagar sus deudas, las de los borrachos como Galtieri, los ricos como Biolcatti, los imbéciles como Cavallo.
La deuda que generó una cretina hipócrita como Patricia Bullrich, que no mueve el culo del asiento del Congreso.
Los miembros de la oposición política debían ser acusados de MALA PRAXIS y que no vuelvan a disponer ellos de las reservas del Banco Central.
Yo soy una víctima del Corralito. No me avergüenza haber cobrado el dinero de la casa donde mi familia vivió, de mis padres inmigrantes.
Sinceramente Cristina, yo haría Feriado Nacional el día en que se termina el Corralito. Y una jornada de reflexión para todos los habitantes.
No me avergüenza haber tenido en el banco la indemnización por despido de 17 años de trabajo de mi marido y la casa de mis padres muertos.
Toda mi vida fue a parar al Corralito y allí se quedó desmigajada. Tengo memoria y piel sensible. No perdono. No olvido. Los K me revivieron.
Si alguien podía robarme de esa manera, dejarme sin un centavo, de dinero que era legítimo y legal, yo había estado equivocada toda la vida.
El mío es un testimonio de vida. Me hundí en diciembre de 2001. No sólo por el dinero. Se hundió mi dignidad. Y todo en lo que había creído.
Todas los valores morales de mis padres y los míos fueron a dar al Corralito. Ahí se terminó el valor del esfuerzo del trabajo y del ahorro.
Y llegaron Néstor y Cristina y comenzamos de nuevo, de las cenizas. Lentamente fuimos recuperando. Mucha más dignidad que plata.
Néstor y Cristina me recuperaron la dignidad, eso hizo que haya podido levantar la cabeza y decir otra vez que vuelvo a creer en algo.
No se si se dieron cuenta algunos, los más jóvenes. Empezamos el país de vuelta con NyCFK. De cero. República Argentina SA había quebrado.
Volví a creer con Néstor y Cristina, pero en cosas tangibles, no en mentiras. Esto funciona. Lo otro nunca funcionó. Lo otro fue una trampa.
Por muchos meses, hasta agotar mi stock, yo seguí vendiendo considerando que un peso era un dólar. No podía aumentar los precios al triple.
Con una retracción del mercado como no había vivido en 30 años de trabajo, no podía poner mi mercadería, toda importada, al cambio real.
Así que, en ese fatídico 2002, yo miraba mi mercadería irse a la tercera parte de su valor, para poder comer. Mientras me comía una vida.
Me detuve a mirar en especial un armazón francés de lujo, que pagué 90 dólares y lo estaba vendiendo a 50 pesos, para pagar las expensas.
El armazón francés se quedó en mi retina como una fotografía hiriente que me lastima y lastimará, porque cuando se fue se llevó mi inocencia.
Y ese armazón francés, me quedó en los ojos como una fotografía. Lo sigo mirando. Y lo seguiré mirando, con sus volutas doradas y su finura.
Y yo tuve suerte. Mucha suerte. Al lado de tantos otros que lo pasaron infinitamente peor que yo. Me acuerdo de una familia cartonera.
Los cartoneros hurgando en la basura, aparecieron de golpe por decenas en cada cuadra de la Capital. No eran indigentes ni desarropados. No.
Los cartoneros que aparecieron de la noche a la mañana por mi cuadra eran limpios, bien vestidos, gente que hasta ayer tenía trabajo.
Elegí ayudar a una familia cartonera. Cuando venían, los chicos entraban a darme un beso. Yo les juntaba la basura de toda la cuadra. Papel.
¿Los volveré a ver algún día?¿Habrán resistido?¿El papá tendrá trabajo? Los chicos ya serán adolescentes. ¿Habrán podido estudiar?
Yo tenía una mujer que limpiaba que no pude pagar más. Ella me contó llorando que el hijo había cartoneado y se clavó una aguja de jeringa.
Qué mierda que tantos tengan tan mala memoria. ¿O los que más sufrieron están muertos porque no resistieron?
Néstor me devolvió la esperanza y la dignidad. Néstor me rescató del túnel oscuro sin final en el que vivía, sin creer más en nada. Sí, él.
Un día vino Néstor y empezó a jugar con el bastón de mando. Esa metáfora yo la entendí de entrada. Vengo a dar vuelta las cosas, decía.
José Pablo Feimann escribió "Un flaco como cualquiera" en Página 12. Y yo volví a sonreir y a imaginar un futuro de revancha. De revancha!!!
En mi barrio comercial las cortinas se habían bajado. Con Néstor se empezaron a levantar y aparecían cartelitos a mano "busco empleado".
¿Qué me iba a decir a mí Ernesto Tenembaum que el gobierno era malo? En la desgracia no sólo te acosan los enemigos, se les suman tus amigos.
La desgracia que viví, con tantos argentinos, algunos con memoria, otros que se habrán perdido, me hizo cambiar de amigos. Llegaron nuevos.
Desde que salí la primera vez en 678, descubrí un montón de vecinos que no conocía, que hoy son amigos entrañables.
Cuando alguien me saluda desde la esquina y se corre un poco para que lo vea sacudiendo el brazo, se que tengo una nueva oportunidad.
Desde que por mi blog me invitaron a 678, los vecinos que no conocía que piensan igual que yo, me saludan hasta de lejos moviendo el brazo.
Ningún precio pagué, pura ganancia no monetaria, ganancia real, amigos, fraternos, que nos reconocemos.
Y tantos amigos de Internet, como Mordi que está en Francia, o Ariel en Brasil y tantos que no nos hemos visto la cara pero tiramos igual.
Por todo lo anterior, el día en que se termine el Corralito, dentro de 5 días, voy a festejar con sidra, brindando por N y CFK.
Para los que logramos sobrevivir y recuperarnos del fondo del pozo, aunque más no sea que sacando la cabeza, la caída fue una lección total.
Y otra vez somos apetecibles. Tenemos unas reservas en el Bco Central que más les gustaría robárselas para sí mismos y tomar crédito.
Minga me van a instalar una duda sobre el gobierno, no se gasten, gángsters.
A veces pienso en tantos que se fueron antes de ver este momento de la historia que ya lleva una década, y me siento privilegiada por vivir.
En 5 días se termina el Corralito. El Corralito fue la obra de lo que hoy se llama "oposición" Lo levantaron Néstor y Cristina.
No se gasten, gángsters. Ya se llevaron mi vida anterior. Esta no se las voy a entregar.
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