La Argentina ocupa el cuarto lugar entre países de América Latina por la cantidad de femicidios cometidos por violencia de género, dijeron organizaciones que realizaron una movilización en el centro porteño para reclamar políticas públicas contra ese tipo de crímenes, cuando fueron 260 las víctimas mortales en 2010.
Soy una mujer en riesgo, y no puedo hacer nada. Esas fueron sus palabras, ayer en la óptica. Cuando se fue, me envió por mail la invitación a la Feria del Libro para este domingo, donde hace la presentación de su libro.
Ella y el marido son dos intelectuales conocidos en el ambiente. Nadie sabe el drama que viven en su matrimonio. Ella dice que él puede terminar matándola. Que hizo lo que pudo pero no hay forma.
Tienen una gran afinidad intelectual. Parecen una pareja maravillosa. Todo el que los conoce los estima. A cada uno de los dos por razones propias. Elaboran juntos los asuntos que necesitan comentarse. El aporta su enorme conocimiento de una cultura general pocas veces vista. Ella su aptitud literaria, su capacidad de análisis y su criterio. Ella lo admira en su trabajo. El la apoya y la ayuda en el suyo.
Es el segundo matrimonio de los dos. Los dos tienen hijos que viven solos, pero ninguno en común. Hasta podría decirse que en el fondo subsiste un amor enrevesado, pero sin sexo hace rato. Siendo el sexo un asunto de dos, él, que entiende de psicoanálisis, la acusa a ella de haber terminado la vida sexual. Ella dice que nunca se negó, sólo que no se le despierta más el deseo, y no se siente culpable por eso, sino más bien víctima de la situación, pero nunca se quejaría a él por eso. En cambio él sí se da el gusto de culpabilizarla, según ella, sólo para hacerla sentir culpable.
La pareja vive una violencia intermitente, mechada de períodos de paz. De pronto surge un enfrentamiento. Ella dice que viven discutiendo diferencias conceptuales y política, tanto como cuestiones domésticas, pero no sabe cómo de repente él estalla. Que no sabe por qué él estalla. Que no sabe qué hace a la diferencia entre discutir normalmente o armarse entre ellos una escena de locura.
Las escenas violentas las protagoniza el marido. Grita: sobre todo, grita. Mientras ella le pide que se calme por favor, rogándole que no grite. El rompe objetos contra el piso. Patea sillas. Le tira todo lo que tiene arriba del escritorio arrasando con el brazo. Ella dice que en ese momento le pide perdón de cualquier cosa y se asume culpable de lo que él quiera con tal de calmarlo.
¿Y los vecinos no escuchan? le pregunté. No se meten, me dijo. Ni el portero quiere meterse. Los gritos que salen del departamento son atroces, dice ella. Todos deben escuchar. Pero nadie quiere meterse. A veces deseo que alguien llame a la Policía. Pero nadie lo hace.
¿Y no se trataron? le pregunté. Sí, me contestó, fuimos a un psiquiatra, una sola vez. El tuvo un estallido frente al psiquiatra. El psiquiatra trató de hacerle entender que su reacción era desmesurada en relación al asunto que se trataba, pero no consiguió nada, siguió enfurecido. El no quiso volver. Ella fue sola a ver al psiquiatra después de eso. El psiquiatra le dijo que no podía hacer nada si él no quería volver. Ella le preguntó qué tenía que hacer frente a esos estallidos. Le contestó "no puedo aconsejarla si él no quiere tratarse."
¿Por qué no hacés una denuncia a la Policía por mal trato psicológico? le dije. Ya fui la Policía, me contestó. Pero lo que te ofrecen es la separación por la fuerza. No te ofrecen ninguna otra alternativa. Y yo no puedo separarme. Primero por la situación económica en la que quedaríamos ambos, totalmente destruídos, totalmente. El sobre todo, quedaría en la ruina. Con su entrada de monotributista no le alcanza para mantener una casa solo. Y segundo porque estoy segura de que tiene que haber alguna instancia que lo amenace lo suficiente como para evitar esas escenas de terror y nerviosismo extremo, que en cualquier momento terminan en la muerte de alguno de los dos. A veces pienso que yo también puedo enloquecer y perder el dominio, en medio del terror que padezco.
¿Y qué pasó cuando fuiste a la Policía? le pregunté. Mirá, me contestó, ese día él estalló en el supermercado. Llegó al supermercado cuando yo había cargado el changuito casi hasta el último peso que tenía en la billetera. Y empezó a comprar más cosas y agregarlas al changuito. Entonces yo le hice la pregunta que disparó la locura: ¿vos tenés plata? Se lo dije con fastidio, porque sabía que él no tenía plata, ya que todo el dinero que ganó en ese mes se había destinado a los gastos fijos. Fue suficiente para empezar a hacerme esas escenas de violencia. Consideró que lo estaba humillando por no tener dinero en el bolsillo.
Desgraciadamente el supermercado estaba medio vació, continuó. No gritaba, pero me azuzaba con el cuerpo y con una cara monstruosa, insultándome. Un hombre entró a la góndola, pero al ver eso, se fue inmediatamente, como escapando. Entonces me puse en la cola de la caja para pagar. El estaba a mi lado enfurecido, pechándome, y yo tomé mi celular para llamar a la Policía. El me lo arrebató con violencia de las manos. Yo grité que me devuelva el celular. Nadie de los de la cola se inmutó. El salió a la puerta a esperarme, enfurecido y con mi celular.
Esa vez decidí que no ocultaría más mi drama - continuó - estaba aterrorizada. Le grité en la calle que me devolviera el celular y salió para casa con el celular, sabiendo que yo no tenía más remedio que subir, y que ahí me tendría cautiva para hacerme padecer de las suyas con sus gritos y escenas. Pero yo me fui en taxi con todas las bolsas del supermercado a la Comisaría. Con tanto pánico y nervios, y vergüenza, que al bajarme del taxi olvidé el llavero con las llaves de mi casa.
En la Comisaría me ofrecieron hacer la denuncia al Juez. Yo me negué. Les pedí sólo que me acompañaran, para calmarlo y para que sirva de amenaza a su comportamiento, para la próxima vez sí hacer en serio la denuncia y terminar con esto. Pero ahora yo no tenía las llaves de mi casa, y él me esperaba enfurecido habiéndome arrebatado el celular. Sin el celular no hubiera podido ni llamar a mis hijos en auxilio. La Policía me acompañó, aunque me dijeron que eso no es regular. Llamaron a un psiquiatra que lo revisó. El se había calmado, porque los arrebatos le duran un tiempo y luego se calma. como si nada hubiera pasado. El psiquiatra no consideró que en ese momento fuera peligroso. La Policía se retiró habiendo hecho un expediente bastante largo.
Y todo se calmó. Pero la experiencia no le sirvió, y volvió a estallar varias veces. En particular ayer, porque lo interrumpí en su trabajo para pedirle que ponga una lamparita que se había quemado. Parece que el trabajo le salió mal porque yo lo interrumpí, y tenía que entregarlo urgente. Sé que tengo que separarme, sé que tengo que ir a la Comisaría a hacer la denuncia y terminar de una vez, y que no me importe nada su destino. Pero sé que está enfermo, que es una buena persona, que me ayuda y lo necesito. No sé. No sé.
¿Y qué dicen tus hijos? le pregunté. Que me separe. Pero les molesta el asunto. Lo escuchan con desagrado. Ellos hacen su vida. Y yo no quiero molestarlos, así que no están enterados de la mayor parte de los estallidos. Siempre digo que está todo bien, cuando me preguntan cómo va la cosa.
Así terminó el cuento. El domingo me voy a encontrar con los dos. Porque él la acompaña a todos lados.
Soy una mujer en riesgo, y no puedo hacer nada. Esas fueron sus palabras, ayer en la óptica. Cuando se fue, me envió por mail la invitación a la Feria del Libro para este domingo, donde hace la presentación de su libro.
Ella y el marido son dos intelectuales conocidos en el ambiente. Nadie sabe el drama que viven en su matrimonio. Ella dice que él puede terminar matándola. Que hizo lo que pudo pero no hay forma.
Tienen una gran afinidad intelectual. Parecen una pareja maravillosa. Todo el que los conoce los estima. A cada uno de los dos por razones propias. Elaboran juntos los asuntos que necesitan comentarse. El aporta su enorme conocimiento de una cultura general pocas veces vista. Ella su aptitud literaria, su capacidad de análisis y su criterio. Ella lo admira en su trabajo. El la apoya y la ayuda en el suyo.
Es el segundo matrimonio de los dos. Los dos tienen hijos que viven solos, pero ninguno en común. Hasta podría decirse que en el fondo subsiste un amor enrevesado, pero sin sexo hace rato. Siendo el sexo un asunto de dos, él, que entiende de psicoanálisis, la acusa a ella de haber terminado la vida sexual. Ella dice que nunca se negó, sólo que no se le despierta más el deseo, y no se siente culpable por eso, sino más bien víctima de la situación, pero nunca se quejaría a él por eso. En cambio él sí se da el gusto de culpabilizarla, según ella, sólo para hacerla sentir culpable.
La pareja vive una violencia intermitente, mechada de períodos de paz. De pronto surge un enfrentamiento. Ella dice que viven discutiendo diferencias conceptuales y política, tanto como cuestiones domésticas, pero no sabe cómo de repente él estalla. Que no sabe por qué él estalla. Que no sabe qué hace a la diferencia entre discutir normalmente o armarse entre ellos una escena de locura.
Las escenas violentas las protagoniza el marido. Grita: sobre todo, grita. Mientras ella le pide que se calme por favor, rogándole que no grite. El rompe objetos contra el piso. Patea sillas. Le tira todo lo que tiene arriba del escritorio arrasando con el brazo. Ella dice que en ese momento le pide perdón de cualquier cosa y se asume culpable de lo que él quiera con tal de calmarlo.
¿Y los vecinos no escuchan? le pregunté. No se meten, me dijo. Ni el portero quiere meterse. Los gritos que salen del departamento son atroces, dice ella. Todos deben escuchar. Pero nadie quiere meterse. A veces deseo que alguien llame a la Policía. Pero nadie lo hace.
¿Y no se trataron? le pregunté. Sí, me contestó, fuimos a un psiquiatra, una sola vez. El tuvo un estallido frente al psiquiatra. El psiquiatra trató de hacerle entender que su reacción era desmesurada en relación al asunto que se trataba, pero no consiguió nada, siguió enfurecido. El no quiso volver. Ella fue sola a ver al psiquiatra después de eso. El psiquiatra le dijo que no podía hacer nada si él no quería volver. Ella le preguntó qué tenía que hacer frente a esos estallidos. Le contestó "no puedo aconsejarla si él no quiere tratarse."
¿Por qué no hacés una denuncia a la Policía por mal trato psicológico? le dije. Ya fui la Policía, me contestó. Pero lo que te ofrecen es la separación por la fuerza. No te ofrecen ninguna otra alternativa. Y yo no puedo separarme. Primero por la situación económica en la que quedaríamos ambos, totalmente destruídos, totalmente. El sobre todo, quedaría en la ruina. Con su entrada de monotributista no le alcanza para mantener una casa solo. Y segundo porque estoy segura de que tiene que haber alguna instancia que lo amenace lo suficiente como para evitar esas escenas de terror y nerviosismo extremo, que en cualquier momento terminan en la muerte de alguno de los dos. A veces pienso que yo también puedo enloquecer y perder el dominio, en medio del terror que padezco.
¿Y qué pasó cuando fuiste a la Policía? le pregunté. Mirá, me contestó, ese día él estalló en el supermercado. Llegó al supermercado cuando yo había cargado el changuito casi hasta el último peso que tenía en la billetera. Y empezó a comprar más cosas y agregarlas al changuito. Entonces yo le hice la pregunta que disparó la locura: ¿vos tenés plata? Se lo dije con fastidio, porque sabía que él no tenía plata, ya que todo el dinero que ganó en ese mes se había destinado a los gastos fijos. Fue suficiente para empezar a hacerme esas escenas de violencia. Consideró que lo estaba humillando por no tener dinero en el bolsillo.
Desgraciadamente el supermercado estaba medio vació, continuó. No gritaba, pero me azuzaba con el cuerpo y con una cara monstruosa, insultándome. Un hombre entró a la góndola, pero al ver eso, se fue inmediatamente, como escapando. Entonces me puse en la cola de la caja para pagar. El estaba a mi lado enfurecido, pechándome, y yo tomé mi celular para llamar a la Policía. El me lo arrebató con violencia de las manos. Yo grité que me devuelva el celular. Nadie de los de la cola se inmutó. El salió a la puerta a esperarme, enfurecido y con mi celular.
Esa vez decidí que no ocultaría más mi drama - continuó - estaba aterrorizada. Le grité en la calle que me devolviera el celular y salió para casa con el celular, sabiendo que yo no tenía más remedio que subir, y que ahí me tendría cautiva para hacerme padecer de las suyas con sus gritos y escenas. Pero yo me fui en taxi con todas las bolsas del supermercado a la Comisaría. Con tanto pánico y nervios, y vergüenza, que al bajarme del taxi olvidé el llavero con las llaves de mi casa.
En la Comisaría me ofrecieron hacer la denuncia al Juez. Yo me negué. Les pedí sólo que me acompañaran, para calmarlo y para que sirva de amenaza a su comportamiento, para la próxima vez sí hacer en serio la denuncia y terminar con esto. Pero ahora yo no tenía las llaves de mi casa, y él me esperaba enfurecido habiéndome arrebatado el celular. Sin el celular no hubiera podido ni llamar a mis hijos en auxilio. La Policía me acompañó, aunque me dijeron que eso no es regular. Llamaron a un psiquiatra que lo revisó. El se había calmado, porque los arrebatos le duran un tiempo y luego se calma. como si nada hubiera pasado. El psiquiatra no consideró que en ese momento fuera peligroso. La Policía se retiró habiendo hecho un expediente bastante largo.
Y todo se calmó. Pero la experiencia no le sirvió, y volvió a estallar varias veces. En particular ayer, porque lo interrumpí en su trabajo para pedirle que ponga una lamparita que se había quemado. Parece que el trabajo le salió mal porque yo lo interrumpí, y tenía que entregarlo urgente. Sé que tengo que separarme, sé que tengo que ir a la Comisaría a hacer la denuncia y terminar de una vez, y que no me importe nada su destino. Pero sé que está enfermo, que es una buena persona, que me ayuda y lo necesito. No sé. No sé.
¿Y qué dicen tus hijos? le pregunté. Que me separe. Pero les molesta el asunto. Lo escuchan con desagrado. Ellos hacen su vida. Y yo no quiero molestarlos, así que no están enterados de la mayor parte de los estallidos. Siempre digo que está todo bien, cuando me preguntan cómo va la cosa.
Así terminó el cuento. El domingo me voy a encontrar con los dos. Porque él la acompaña a todos lados.
63 comentarios:
Bueno, que función cumple aquí el hecho de que sean intelectuales progresistas y no cabecitas del conurbano bonaerense?
Justamente, cumple la función que tiene que cumplir, avivar que el problema de la violencia en la pareja no tiene que ver ni con la cultura, ni con la posición social, ni con el color de la piel.
Seguramente que la mía no es una mirada profesional, pero estoy convencido que la clave de este tipo de abusos es la impunidad, el abusador no paga ninguno de los costos y lo único que hace es aumentar la frecuencia y el número de episodios.
Mi idea de la solución es un tanto drástica pero estoy seguro de que funciona.
Una paisana de mi abuelo catalán tuvo la mala fortuna de tener un marido que en cuanto tomaba un vaso de más la molía a golpes; después se dormía y después, claro, se disculpaba y espantaba por lo hecho, prometía no reincidir, hasta el próximo vaso de más.
Una noche, con el vaso de más a cuestas, cometió el error de no pegarle mucho y se durmió. La señora, esa vez no tan estropeada vió una lucecita al final del túnel, con mucho cuidado ató al héroe a la cama y acto seguido, con un palo y un cinto, ambos de respetables dimensiones procedió a molerlo a él, le pegó tanto que se asustó y el héroe terminó en el hospital - evidentemente ahí lo atendieron muy bien y ese buen señor hasta se curó para siempre de su mal hábito y junto a su esposa vivieron el resto de sus años, felices.
Moraleja, más vale un sartenazo Essen en la jeta, bien pegado, que denuncias en la policía. "Letra con sangre entra" dicen, y si se trata de impunidad entra muy bien.
Todo muy bien con los buenos modales y la corrección pero, a veces, la necesidad tiene cara de hereje.
El problema, ram, es que no siempre funcionan esos métodos. Por otro lado, la víctima puede terminar siendo denunciada por malos tratos, uso de la violencia o, si la Essen pega en el lugar incorrecto, por asesinato.
Aparte, una persona no violenta no siente ningún placer ni ningún alivio al practicar la violencia y al verse confrontada a esa situación.
Yo me pongo muy mal cuando debo respoder a agresiones morales o verbales. No puedo imaginarme cuan mal me sentiría si me viera involucrado en un hecho de violencia física.
Entiendo que una persona que pierde los límites y la conciencia pueda ser un enfermo.
En una de ésas, a esta mujer del cuento no le quede otra más que separarse. Su marido no está en condiciones de convivir con alguien.
Mordi, es cierto, puede fallar la receta pero, si no leí mal tu respuesta, más o menos podés coincidir en la impunidad como estimulante del abusador.
La historia relatada es real, y sé de algunas otras parecidas con el mismo resultado; el abuso se termina.
Lo del Essen es medio un exceso para resaltar la idea.
Idea que, más allá del gusto o disgusto personal por la salida violenta, a veces no hay otra salida y hay un aprendizaje que se trae desde siempre, ¿o en el patio de la escuela no se da, que terminás a las piñas con alguien para que no te jodan más?, y en cuanto demostrás que de arriba no se la van a llevar, "mágicamente" no te joden más.
No sé si esta persona debe separarse o no, sí creo que debe ser la persona que mejor sabe dónde "pegarle" al marido para hacerle recíproca la gentileza y que le duela. No necesariamente debe ser el sartén Essen, puede funcionar el ridículo, un show en el super, etc. Ella sabe, uno por acá solamente puede opinar al voleo.
Eva, disculpe la intromision, pero Ud tiene llegada a 678 y ayer creo que se tocaron temas muy ligeremente, especificamente el tema adicciones, lo trato en mi blog ,con alguna bronca,pero creo que el tema es tratado a la ligera y no se escuchan voces autorizadas, la invito a visitar mi blog
http://poesiayramosgenerales.blogspot.com/
ram
si la mujer agarra la Essen seguro que se la saca el marido y la que termina mal es ella. Hay mujeres fuertes, pero la mayoría son más débiles que sus maridos. Por otro lado, tenemos que recordar que han muerto muchas mujeres quemadas. El marido les tira alcohol y enciende un fósforo, eso en un segundo. No les da tiempo para nada.
De cualquier manera se trata de acabar con la violencia. No entiendo cómo después de una paliza de revancha se puede vivir en paz.
El Estado tiene aportar nuevas soluciones. Sobre todo ayuda con subsidios a las madres con hijos pequeños, vivienda, trabajo.
Y tal vez podría haber un Hospital de la Mujer, donde la mujer pueda concurrir a un Servicio con especialistas en el asunto. Mi idea es que exista el aviso al marido por intermedio de un Juez. Que el juez lo llame y le explique a qué se expone, y que lo obligue a hacer terapia, sin romper el vínculo.
Mordi,
exacto, la persona no violenta no quiere entrar en un círculo de violencia. Y repito, ¿por qué no se puede denunciar al marido y que el Juez lo envíe a terapia, o los envíe a terapia a los dos, y monitoreados para evaluar el progreso o determinar la peligrosidad de la relación?
¿Sabés cómo son las cosas en Alemania Mordi?
No sé por qué no copiamos las soluciones de otros países, por qué ignoramos lo que se hace en otros lados.
Prevención al femicidio debería ser un proyecto decidido.
Nando, yo no tengo idea del tema, no pude evaluar si estuvieron mal o bien. Yo entendí que estaban tratando de difundir una situación terrible de un joven que fue denunciado por un vecino por plantar marihuana. Veo tu blog.
No existen estadísticas serias respecto de la famosa "violencia de género", hay cifras contradictorias, con parámetros mal definidos y en base a encuestas dudosas.
El aviso publicado en este post es un excelente ejemplo: forma parte de una campaña intimidatoria llevada a cabo en España, donde vivo y donde existe un régimen de terror impuesto sobre los varones: cualquier mujer puede denunciar a su marido por violencia y la policía no cumple ninguno de los protocolos de actuación: el marido va inmediatamente en cana.
Ya ha habido denuncias ante el tribunal de Estrasburgo por este problema, porque -muchas veces aconsejadas por abogados inescrupulosos ante juicios de divorcio- la denuncia por maltrato obtiene la encarcelación automática, libre de la menor presentación de pruebas del marido. La jueza Maria Sanahuja denunció en más de una ocasión el aumento sideral de denuncias de maltrato falsas, lo que además genera un problema administrativo considerable.
La original solución que propone ram -bastante irresponsable- deja de lado el hecho de que en EEUU ha habido muchísimos casos de mujeres que matan al marido y simplemente alegan defensa propia frente a nebulosos maltratos. El caso de Theresa Knorr -que empezó matando a su primer marido y terminó torturando y matando a sus propias hijas- es sólo uno de una larga cadena.
La categoría "maltrato" incluye el "psicológico" que según una encuesta española (que sirvió de justificante para publicar en las portadas de TODOS los diarios que "Una de cada cuatro mujeres es maltratada" y la publicación del amenazante, bravucón e innecesario afiche) se infiere de la siguiente pregunta:
- ¿Tu pareja critica tu vestimenta?
Es decir que si un varón le dice a una mujer que ese color no le va, entra en la categoría de "maltratador psicológico", merecedor seguramente de que lo aten a la cama y le rompan la cara de un sartenazo.
Por último: esta pareja que describe el post tiene a mano una solución muy simple, que es la que está al alcance de cualquiera que se sienta conviviendo con alguien que lo/la amenaza: separarse.
La excusa económica que se presenta en este post es -perdón por el exceso de adjetivos- patética, ridícula y absurda. Si vivís con alguien que te maltrata, entonces esa convivencia no es sana, ni para vos ni para tus hijos. Por la posición social que ocupan ambos no parece que se vayan a morir de hambre, y hoy en Argentina un laburo se consigue ¿no? Una vida más modesta pero libre de todo tipo de violencia es siempre preferible.
Y si él es el maltratador y la separación lo dejaría en la ruina, que se joda y aprenda a controlarse. Eso de ir con la policía para "amenazarlo" para mantener esa relación es otro planteo patético: arreglar una relación de conviviencia con una simple amenaza policial realmente parece una excusa muy pobre.
Hay una judicialización de toda desavenencia matrimonial, leída invariablemente en clave: "macho maltrata pobre mujer", cualquier mala relación en un matrimonio es automáticamente asumida como "violencia de género". Es realmente un ASCO:
Todo el relato -y pido no se olvide que se está escuchando a UNA campana- es más que sospechoso. Suena mucho más a alguien que quiere utilizar la fuerza legal para someter dentro del matrimonio a la otra parte en el marco de un conflicto. Querida: sos culta, educada y no parece que incapaz de ganarte el pan, así que si es verdad que él es un terrible maltratador no es tu derecho sino -con hijos de por medio- TU DEBER separarte, mandarlo al carajo y darte a vos misma y a ellos una vida normal.
Si es que las cosas son como decís, que lo dudo pero muchísimo.
Y repito: ese afiche es una mierda y cualquier mujer (o tipo) que me mire así y me diga eso se llevaría de mi parte un "Pero por qué no te comprás un burro y te hacés cagar a patadas, gil/a".
Notesé que esta angelical mujercita habla de la posible "muerte de uno de los dos". Yo que el marido no estaría nada tranquilo.
Porque como este relato será tomado por única verdad por los medios, los jueces y los bienpensantes de todas las latitudes, si es ella la que muere el marido irá en cana ipso facto, al toque, ya mismito. Ni se te ocurra decir que fue defensa propia o nada por el estilo, porque nadie te va a dar ni cinco de pelota: el varón no puede ni ser agredido ni defenderse.
Pero si es él el que muere... ah, no hay inconveniente: defensa propia. Pido a cualquiera con un poco de objetividad que piense cuáles serían las penas en uno y en otro caso.
Una más y no jodo más: notesé que lo que sabemos de este señor contado por ella (el varón, como es habitual NUNCA es consultado para contar la historia desde su punto de vista) es que rompe cosas y es muy maleducado, desagradable y neurasténico. No dice siquiera que le haya puesto una mano encima.
Ahora bien: ella es la que habla de "la muerte de uno de los dos", lo que lleva las cosas de los gritos y malos modos a la muerte sin estaciones intermedias. Eso es una amenaza de muerte lisa y llana que profiere esta fémina con toda frescura e inocencia.
¿Quién es más violento?
Yo en lugar del marido la denuncio.
Hola Eva, tengo que hacer un comentario políticamente incorrecto: me inclino a pensar que la violencia sí está ligada al nivel cultural y social. Creo que ud. tiene la mejor intención al afirmar lo contrario, la intención de no estigmatizar a los que menos tienen. Sin embargo es allí donde hay que poner toda la atención, en los sectores más vulnerables porque precisamente no cuentan con información y redes de contención adecuadas. Además, algunas prácticas violentas están legitimadas en ciertos sectores sociales y no en otros. Estos son algunos de los factores que me hacen disentir en el punto que ud plantea en su comentario.
Un saludo.
Jack Celliers, no se ponga así, muchacho, ya va a encontrar un varón que lo quiera y lo respete.
Eva, no sé si lo notó pero en el relato que puse, la mujer (una persona de físico menudo) esperó su momento; el tipo dormido y lo ató, recién ahí hizo lo que quería hacer y el mensaje finalmente fue escuchado. No se arriesgó.
Me va a disculpar pero creo que el planteo no violento a ultranza, es tanto o más dudoso en su eficacia, que una respuesta en similares términos; si alguien se expresa violenta e impunemente tenga por seguro que va entender más una respuesta violenta que la persuasión, eliminada la impunidad, lo más probable es que lo piense muy bien antes de repetir la jodita. Una persona que actúa así, por lo general es bastante floja, por no decir que un tipo así, es un vulgar cagón.
Personalmente descreo en la solución "institucional", me ha tocado ver como en la policía se instruía a un golpeador para que zafe sin drama.
Es un tema complejo, los puntos de vista son infinitos pero como por lo general se parte de situaciones desiguales, lo primero debiera ser terminar con la impunidad, lo más desigual de todo, si es por las buenas, mejor; y si no, no hay que descartar por las malas.
No es una receta infalible, pero sí efectiva muchas veces.
Lo del necesario rol de contención en los sectores sociales más desprotegidos y sin lugar a dónde acudir es relativo. Hace unos días apareció en los medios la hija de Cacho Rubio, periodista de espectáculos contando su drama de haber sido golpeada (le quebró la nariz olímpicamente) por su ex-marido y declaraba no conocer en absoluto las Comisarías de la Mujer que existen a nivel de la ciudad y nacional
Flavia
Me parece clarísimo que en un caso así lo primero es la separación. El problema es que en muchos casos la mujer golpeada pareciera seguir enamorada de su golpeador (o algún tipo de Estocolmo?) y no puede separarse. Si lo logra y aún así sigue sufriendo algún tipo de violencia creo que ya tiene más argumentos para realizar denuncias, seguramente es más fácil comprobar hechos de violencia entre dos personas que no conviven.
Con respecto a las clases sociales, creo que a una mujer de guita hasta le puede dar más verguenza que a una pobre contarle a alguien o hacer algún tipo de denuncia.
Nada que ver con el tema, pero ya que hablaron de 6,7 8, fue muy rara la primera nota, con pase de factura a Página y Tiempo con invitados y conductores de esos diarios no?
Por cierto Ram, no me parece tu método. Coincido en que es un comportamiento que pueda servir en la escuela frente a los abusones, pero usarías el mismo método con un amigo? Onda, si un amigo te gasta todo el tiempo hasta un punto en que no lo soportás, lo cagás a piñas? y después sigue todo bien? Básicamente, me parece que es un método que no sirve para relaciones voluntarias. Tal vez en la España de hace 100 años no había opción de separación, y ahí te la puedo entender.
Uno, para empezar, yo no sé cómo me manejaría en una situación así; sí sé que si me agreden, no me quedo quietito.
Lo que comenté tiene que ver con cosas que ví o me enteré y que sostiene mi sensación de que el principal estímulo a la violencia y el abuso familiar es la impunidad para el abusador. A esa idea de la impunidad, ningún comentario la refutó por lo que supongo hay acuerdo en que es así.
Los abusones del patio de la escuela crecen y si no los paran a tiempo, se acostumbran a abusar. Ahora, suele haber una forma muy efectiva de pararlos y que aprendan las ventajas de tratar bien al prójimo y es directa y drástica. Otra no hay.
"Gastar", o sea fastidiar, molestar, no es lo mismo que "abusar físicamente". Eso no pasa con los amigos.
No digo que una salida violenta sea preferible, sí digo que puede ser inevitable; el trámite de la denuncia también falla, y muchas veces falla mal.
Si puede haber abusadores enfermos, quizás, aunque no creo que sean la mayoría - una mujer, un chico, son "rivales" fáciles, por vergüenza o por cagazo van a contar lo menos posible, no va a faltar tampoco quien le diga que se joda o se la aguante y hay muchas chances de zafar (salvo que cometás la tontería de matar a la víctima y que salga por tele).
¿Cuál es el drama de asumir que no siempre sirve lo correcto? que no hay más alternativa que pagar con la misma medicina? ¿Qué pasa con la mujer separada y que es acosada peor?
Hablamos de personas reales y nos declaramos puntillosos y capaz que si lo vemos en una película (Jennifer López entrenándose para liquidar al marido, por ejemplo) nos resulta "natural".
Andamos por la vida sin libreto y casi nunca las cosas pasan como nos gustaría.
Lamentablemente la justicia le presta mas atención a una denuncia por acoso sexual, que por estos echos. Una mujer golpeada no puede ocultar las marcas del castigo,y aun así en las comisarias no proceden como debieran, en cambio una denuncia por acoso no deja rastros y es mas dificil de probar, y sin embargo tiene mas relevancia.
El el palacio de tribunales, Talcahuano 550 anda la jueza de la corte Highton de Nolazco que tiene organizado una oficina judicial para este tipo de violencia de género, creo que es 5to piso, está en guía y cerca de tu óptica. Eso por un lado.
Y por otro, el marido del cuento no sé, pero a la mujer habría que explicarle que si el marido no quiere hacer psicoanálisis de pareja nada obsta a que ella se trate y entienda que el Estado no puede suplantarla a ella en ciertas decisiones que son personales. No se puede pretender que la policía esté para dar "sustos" a la gente que no está en condiciones de afrontar problemas conyugales, si cree que ese es el método que le pida el favor a un par de amigos grandotes.
Mi hipótesis personal (como boga): las cosas están mal, obviamente y la casa donde viven es de él, por tanto el tipo no se mueve y ella a esta altura no quiere/es dificil irse. Apuesto que esa es la madre del borrego del porqué la señora no se decide verdaderamente a poner una distancia. Jodido pero habrá que afrontarlo. Tal vez incluso la obra social que tiene al psiquiatra de marras es de él y puede atenderlos como pareja pero no a ella sola y la señora no quiere atenderse/se le complica en sector público, etc, etc...típico de los que somos clase media, nada raro. Pero la poli no está para esos menesteres Eva.
Siempre recuerdo la frase de Unamuno respecto de Sancho y el Quijote: ¿quien está mas loco? el loco o el cuerdo que sigue al loco? Si la apreciás hacela razonar en vez de embarullarse en teorías psicologistas de aquella villa freud
Eva: si sos vos la de la historia nos comunicamos por privado, creo que te puedo dar una mano.
En fin, nunca se sabe
G.
Siempre uno se puede ir. Es el camino. NO quiere perder status social? ¿Tiene miedo al que dirán? Siempre se puede, por lo que contás Eva dispone de su propio dinero. Que agarre sus cosas y se vaya a una pensión. A veces el quedarse estimula la violencia. Nadie le está prohibiendo agarrar sus valijas. Quizá su condición de clase media le sea un despropósito para estas cosas.
Muy bien todos los relatos, pero para mi entender partimos de una base falsa.Cuando se conocen un hombre y una mujer, en éste caso con un matrimonio anterior, cada uno tiene su carácter y forma de ser ya hechos de molde. Generalmente, y casí nunca se dice, si el de mal talante es el marido, la mujer siempre piensa que lo va a hacer cambiar. ERROR. El señor está ya moldeado. Por otro lado todo es muy lindo en el noviazgo, pero luego en el matrimonio y a través del tiempo, cada uno puede tomar caminos distintos, pensamientos distintos, lo que no es aceptado por el otro, y comienzan a horadar la piedra, la que en algún momento se rompe.Como dijo el boga, la solución es muy simple : Tribunales, separación de bienes y de persona si son intratables. Pero para muchos la separación de bienes le trae urticaria, pues pierden la mitad de lo ganado en el matrimonio. Que vas a hacer, es la única solución, pues a lo mejor el sin la presencia de ella, que lo considera que no puede vivir solo porque no le alcanzaría para llegar a fin de més, cambia, se concentra más en su trabajo y puede llegar a triunfar, y ella, puede rearmar su propia vida nuevamente, sin castigos, tanto físicos ni psicológicos. Para mi entender el de ir a un psicólogo de familia juntos, es una cosa, pero ir al psicólogo de ella, es para él entrar a un campo minado, pues el o la profesional ya están imbuídos de las cosas que le relata ella, y al final él termina siendo un pelele (ojo tema que toco de oido pero me sucedió con un cliente que terminó diciendo : ....es buena mina, yo soy una porquería" etc. y terminó con enfermedades, separación temporaria, que no podía vivir sin ella e intento de suicidio por parte de él. Ella vive gracias a las inversiones que hizo quien fuera su marido en vida (una vez rompió una puerta de un puñetazo, pues no la aguantaba más de tantos reproches) y las inversiones de la que ella goza las hizo consultándome a mí como profesional que lo atendía en su negocio antes que comentarlo con su mujer, que siempre le tiraba abajo todos sus proyectos.-
Hay matrimonios que se separan bien, distribuyen sus bienes sin pensar en lo que pierden, pero a veces alguno de los dos prosiguiendo su vida la ruleta se da vuelta y encuentran algo peor. Otras/os extrañan los gritos, amenazas y palizas y se quedan quietos sin tomar ninguna acción par acabar con el problema. El caso que vos traes a colación es unilateral, hay que escuchar a la otra parte, y eso es tarea de profesionales, como ser abogados, psicólogos (separados), etc.-
Bueno, espero que la integrante de la historia que contás tome en cuenta alguno de los consejos (menos el del orangután español del sartenazo) que si para él el sistema sirvió, lo fue para que una de las partes viviera luego toda su vida sometido a la otra. ASI NO VALE LA VIDA.
Saludos
Prosigo un cachitito más : Este tema de la violencia familiar no se da solamente en las mujeres, también la sufren los hombres (algunos no pueden vivir sin una mujer a su lado, anque lo maltrate)y se da en todas las capas sociales, en el conurbano, en el barro, en palermo chico y demás barrios bien y en las mejores familias. Algunas no lo hacen "por lo que dirán", y otros aunque aparecen ante la sociedad como una pareja y familia espléndida, en su casa ni se hablan y cada uno tiene sus cosas por su lado. El tema es tapar ante la familia y que no se enteren, pues algunos dentro de una sociedad pacata, hasta pueden perder su trabajo.-
No es tan fácil decir ¡me voy!. El macho lloron, muchas veces recurre a la justicia acusandola de abandono de hogar,.No es tan facil.
Claro Sin dioses que puede irse: puede vivir por sus medios. Pero , y cuando la pobreza no permite eso? Y cuándo el abandonar a los hijos no permite eso? cuándo el tipo es más que un violento y la sigue ahí donde la mujer vaya y en cuanto puede la mata? Eso existe , la pobreza y la ignorancia, la alteración de la soledad y el resugardo cuestan vidas.
Jack Cellier: podrías opinar sobre la sra en cuestión, de su actitud entre cobarde y perdida. Pero que de esto hagas una perorata misógena, despierta mi asco.
Un trosco facho? más que facho...
Para tu información, te dejo algunos datos sobre la violencia de género, hermano, que vas más allá de tu encuesta sobre la ropa y la pareja.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-153788-2010-09-25.html
ram: tomo el siguiente comentario tuyo que menciona otra forma de abuso:
' ¿o en el patio de la escuela no se da, que terminás a las piñas con alguien para que no te jodan más?, y en cuanto demostrás que de arriba no se la van a llevar, "mágicamente" no te joden más.'
Es que eso demuestra que el que no es capaz de "cagar a piñas" está en total indefensión. Eso deja al agresor en situación de impunidad. Para el caso de lo chicos, la justicia no debe llegar de la capacidad de cagarse a piñas, sino de la capacidad de los educadores, valiéndose de herramientas reglamentarias, organizativas, pedagógicas, para resolver los conflictos entre los alumnos.
En el caso de la violencia de género, la justicia, el apoyo a la víctima, debe venir del Estado por medio de legislación y de acción.
Creo entender que eso es lo que propone Eva. En todo caso, yo creo que la solución deberá pasar por allí. Lo que pueda sentir cada uno o como se reaccione en cada caso particular, no se puede predecir. Sí creo que una persona que abusa de otra, que agrede a otra, no es alguien que quiera al abusado o agredido. En ese caso, la víctima deberá alejarse, separarse del abusador. Pero cuando se llega a una situación de abuso, en muchos casos, la víctima no puede actuar en libertad y reflexionar acerca de qué es lo que le convenga más o de cómo resolver sus conflictos sentimentales. Por eso la ayuda de un tercero es necesaria.
Mordi, una cosa que no se puede hacer cuando uno opina de las cosas complicadas - y dolorosas - por la que pasa mucha gente es irse a los extremos, cosa que estás haciendo con el ejemplo patio-colegio-piñas; no necesariamente tiene que haber literalidad ni suceder igual todas las veces.
Una cosa que se aprende en ese patio es que muchas veces estás al aire, sin la sombra protectora de papá ni de "la autoridad", estás solo y a tu suerte y te tenés que arreglar como puedas y si no podés, palmarás. Es a las piñas, reales o metafóricas, que te "vas haciendo" tu lugarcito y el respeto ajeno, y no es complicado de entender ni tan horrible de soportar (ni cuando iba yo a la escuela ni en la mayoría de las escuelas ahora, vas a encontrar nenes con una 38). Y sí, si en ese patio, no dás unas cuantas piñas (ganes o pierdas es casi igual) no te van a dejar de joder. No es tan terrible, aunque parezca cruel, peor es en Inglaterra que no cambió tanto desde "Nicholas Nickelby" o desde la tatcher que restableció el castigo físico a los chicos que se porten mal..
Si vos creés que la autoridad, el estado te van a proteger, siempre y en cada situación, hablamos de un universo paralelo, la normalidad es que no suceda eso y sea en el patio del colegio como en las cuestiones de género, a quien le toca padecerlo, lo va a paceder solo/a e incluso con "apoyos" en contra.
Estaría muy bueno que todo funcione civilizadamente, pero no funciona así, seguramente mejorará con el tiempo, con un mejor diseño de las sociedades y las institucioones pero por ahora, si tengo que elegir, prefiero que toda víctima enfrente a todo abusador - con las armas (no es literal, es usado como síntesis) de que disponga, legales y decentes pero también de las otras que nadie arriesga tanto como la víctima y tampoco nadie pierde tanto si el abuso se eterniza.
Y es maravilloso ésto, según otro comentarista (seguramente un simpatiquísimo monito tití él) vengo a ser un "orangután español" porque me ocupo del aspecto no oficial (pero sí muy concreto y verificable) de los abusos y no descarto el pago al abusador con su propia medicina y en sus mismos términos. ¿receta universal? No, pero tampoco la otra, la dogmática de la "ayuda profesional" que llega de a ratos, si llega.
Para hacerla corta, si una hermana tuya, tiene la desventura de juntarse con un bicho que la tiene de puching ball, ¿qué hacés vos?, esperás al 7mo. de caballería?, te hacés el distraído? o, metés la cuchara en el problemita? - frescos, la respuesta ideológica es fácil; en la práctica, no se sabe hasta que te toca y ahí se ve qué te resulta más, si la persuasión o el sartén.
Precisamente porque el abusador no quiere a tu hermana y vos sí (y al 7mo. caballería, es muy probable que ni le interese). Ah!, para colmo sos un (o el) tercero involucrado y vaya si te necesita.
Mordi: de acuerdo, pero en el planteo particular del post lo que la mujer ansía es que el Estado tome cartas en el asunto para "enderezarle" el carácter de merda al marido y así de ese modo puedan convivir aceptáblemente ambos
en la casa de él y con el aporte económico de ella y todos comiendo perdices con sus bemoles.
Pero eso es imposible, no existe Estado ni alemán ni de la conchinchina que le solucione a cada cual lo que le joda la existencia, y menos tratándose de adultos. No se puede ni corresponde, el Estado es una organización jurídico política que no tiene entidad para reemplazar las decisiones afectivas de los contribuyentes. Lamentablemente es uno el que tiene que hacerse cargo y saber que algo va a perder, después será cuestión de encontrarle la vuelta y ver que herramientas ofrece el Estado para facilitar algunas cosas.
ram, cuando vas al ejemplo de una hermana golpeada, no estás yéndote a los extremos vos también? En mi caso particular si tuviera una hermana en esa situación te juro que haría la misma que Santino en el Padrino, pero como bien muestra esa película el final puede no ser feliz.
Con esto a lo que voy es que una cosa es recomendar cosas desde la calentura y otra es tratar de pensar en frío qué es realmente lo mejor.
Si le preguntás a la gente que es víctima de la delincuencia que opina de la pena de muerte seguramente tendrías un resultado muy sesgado.
En este caso puntual creo que lo que recomendás puede agravar las cosas, no veo por qué el marido no buscaría venganza. Coincido con voz en el tema de la imnpunidad, pero no en la solución. Como dije antes la única para mí es la separación, después la justicia puede actuar.
Estimados:
le avisé a la protagonista de esta historia que publiqué este post. De esta manera quiero mostrarle que si bien no soy el Estado, estoy interviniendo de alguna forma desde afuera con la intención de ayudarla, cosa que siente que no existe de parte de nadie.
En realidad estamos interviniendo todos, tanto yo como los que hacen comentarios. Ella leerá este post y los comentarios. Y sería bueno que se lo diera a leer al marido.
Así estamos participando de una experiencia inédita. Vamos a ver qué sucede.
Me gustaría que ella escribiera un comentario.
Tema complicadísimo. Nadie que haya vivido una escena tan paralizante como otra persona ejerciendo violencia sobre uno creería que replicar puede ser una solución general... A veces sencillamente, no se puede, y el desafío se paga más caro. No sé si la violencia es un tema exclusivamente social o económico, si hay una precariedad que tiene que ver con otra. Desde mi punto de vista son bestiales faltas de herramientas para lidiar con las situaciones que cada uno vive. En el lugar más bajo y precario de todos de no soportar lo que otro dice/hace, está el golpe. Dudo de la calidad 'intelectual' del tipo que no tiene otra manera de manejar un desacuerdo cualquiera con su mujer. Dudo mucho.
El lugar de ella es muy dificil. El está 'enfermo', dice ella, pero está dispuesta a ver si puede 'curarlo' con su vida? Que no se separe por un tema de guita, me parece más una traba propia del miedo que un argumento. Que lo deje, y si no tiene guita, que se joda. En esas circunstancias ella no puede ser la víctima y la salvadora, mucho menos si termina sintiéndose culpable. Por qué no va a terapia ella al menos? o si no van los dos, ella no puede? En fin...muchas preguntas. y mucho asombro de leer respuestas que, asumo, son de personas que solo leyeron - o ni siquiera - sobre violencia de género.
Un beso grande Eva.
El problema con la analogía niño-patio-escuela-piñas, es que el mecanismo de último recurso, creo, que hace que uno llegue a las piñas y el otro tenga que asumir por eso que el golpeador merece un lugar, no sale del circuito de la violencia. El problema es que lo que se busca es salir, no hacerla funcional a una intención. Porque eso mismo, es lo que piensa el golpeador. No le quedó otra, ella no entiende, él 'merece' ser entendido: golpe.
Puedo incluso ver en eso una relación algo borrosa, pero relación al fin, en por qué las 'clases' que menos oportunidades tienen de equiparar sus posibilidades con otros, son las que naturalizan más esas actitudes. No quiero hacer una generalización irresponsable, pero muchas veces el hacerse lugar como sea, la denigración insoportable a la que son sometidos, los dejan como a ese chico en el patio de la escuela. Estoy de acuerdo en que el Estado no puede hacerse cargo de una decisión, dificil, personal. No puede amenazar, en un rol casi actoral. Entiendo la vergüenza, el medio, las trabas mentales autoimpuestas en el momento de no poder decir, chau, me voy de acá. Pero en el caso de esta mujer, y perdón por el atrevimiento de plantear este tema, debería preguntarse tal vez...cuánto la quiere ese tipo? si él no quiere ir a terapia, entonces, quiere ayuda? cambiará él contra su voluntad solamente porque ella quiere? cuánta pena vale esa relación? en fin...muchas preguntas que en definitiva, cada uno responde como mejor puede. A lo que voy, más allá de cualquier estadística o estudio, las situaciones de violencias terminan siendo preguntas dentro de uno mismo, y solo de esas respuestas, sale una verdadera solución.
Perdón por extenderme tanto.
[pd. offtopic o no tanto. el otro día pude ver media hora de la programación de paka-paka, que nunca había visto (porque no tengo cable,je). vi un programa que se llamaba 'mediadores' donde hablaban chicos de escuelas primarias y secundarias, aprendiendo y contando sus experiencias en mediación de conflictos dentro de la escuela. Me pareció, más que antes, imprescindible ese canal, por cosas que de alguna manera, también tienen que ver con este post.
Uno, no, no me voy al extremo, me voy a la realidad, a ese lugar donde o se acaban o se llevan adelante las teorías, a ese simpático momento donde lo que sigue depende de lo que uno decide hacer, en el sentido que sea.
Parece, o tengo la impresión, de que acá o no se fue a la escuela, o la memoria es frágil, me gustaría saber a quién le tocó hacerse un lugar entre sus compañeros a fuerza de diálogo, buenos modales y pajaritos cantando en derredor y no en el patio, con algunas piñas o en la cancha con algunas otras piñas mechada con patadas. Disculpen la incorrección de haber leído poquísima psicología y estar convencido de que en las relaciones humanas hay violencia (a escala variada, claro que sí, pero haber, hay) y que las salidas, digamos institucionales, abundan en su escasez.
A mí me resulta interesante ésto de estar en el lado "violento" de la discusión ya que no se me cuestiona el planteo de la impunidad en el abuso ni de la insuficiencia estatal para solucionarlo.
También es interesante que al plantear algo muy simple como qué haría alguien si le toca el problema, me "voy al extremo", cuando lo que hago es plantear una pregunta sin yo dar una respuesta, ni violenta ni nada, está la pregunta y la respuesta queda abierta para cada uno.
Personalmente me parece una tontería descartar a priori la reacción personal ante el abuso. ¿Cómo puedo descartar alternativas en un problema ajeno, si yo no sé qué haría en concreto si me tocara?
Hasta acá mi hermana parece haber elegido bien y no tengo que plantearme el dilema de si le parto la cabeza al cuñado o llamo a la policía y un abogado (entre otras cosas porque tampoco sé lo que mi hermana piensa y siente al respecto).
De oído y de afuera, todos los sistemas funcionan, es cuando te toca bailar que empiezan los pisoteos. Ni el sartenazo ni un expediente judicial son solución en sí; como en todo, dependerá de las situaciones y los personajes.
"me gustaría saber a quién le tocó hacerse un lugar entre sus compañeros a fuerza de diálogo"
En la escuela primaria, no siempre y acaso me hayan respetado poco. Me toco, ciertametne, una época de mierda para hacer el primario, pues estaba la dictadura y las autoridades ejercían abuso de poder sobre los chicos.
Pero a partir del secundario, mi lugar me lo gané sin agarrarme a piñas con nadie.
El año pasado, en mi laburo, recibí una agresión no física, pero sí por medio de difamación y amenazaz (Eva conoce la historia). Mi reacción no fue responder con más agresión, sino con altura y con el Derecho. Diálogo con los agresores no hubo, claro, pero ninguna otra interacción directa tampoco.
Además debí lograr que se respetaran mis derechos sociales y laborales. De la misma manera, logré hacerme un lugar y hacerme respetar recurriendo a los mecanismos legales correspondientes. Sí debí pelearla (no a las piñas) y con perseverancia y con los recursos legales correspondientes logré hacerme respetar.
El caso de una relación de pareja donde hay un agresor y una víctima, la situación de la víctima es mucho más complicada. No siempre se puede contar con un hermano o hermana que venga a ayudar. En ese caso, la víctima está sola y presa de su miedo o de sus limitaciones no racionales, sentimentales, perceptivas. En ese caso se hace difícil tomar una decisión de cómo actuar. Muy probablemente, si la persona agredida responde a la agresión, muestra que puede defenderse, el agresor sentirá que no es impune ni invulnerable y, en consecuencia, ceje en su actitud agresiva. El problema real existe cuando la víctima no puede defenderse ni responder a la agresión.
¿Cómo puede hacer la víctima de agresiones para saber que no está sola, que puede contar con quién la ayude? ¿A dónde puede recurrir? Creo que la solución podría vislumbrarse, si la víctima dispusiera de información a este respecto.
Ojalá que nuestros comentarios sirvan para ayudar a quienes padezcan este tipo de situaciones.
Otro punto a tener en cuenta: no siempre es un hombre agresor y una mujer agredida, puede darse en todas las combinaciones y en todos los sentidos.
ram, tu comentario es para que hombres te respondan que si o no tuvieron que pelearse con alguien en el patio de un colegio? porque yo no viví eso y con muchos compañeros me llevé mal. En el relato de Eva, la otra parte es una mujer, que probablemente tampoco le haya pegado a nadie en ningún patio. En teoría tu idea funciona (solo para hombres?), o vos, pensando qué harías en el lugar de otro. No te enojes porque algunos no compartimos tu idea. Yo leo lo que decís desde un lugar completamente distinto, no sé los demás desde dónde. Pero el tema de la violencia tiene toda otra dimensión que muchas veces excede el andar haciéndose los guapos y mostrando fuerza. Tiene consecuencias también. Y una de esas, es el miedo paralizante. Antes de poder medir fuerzas con un agresor, antes que nada de nada, hay que hacer algo con ese terror que acompaña a cualquier abuso.
Estimada Paola:
Pero , y cuando la pobreza no permite eso?
Hay muchísimos varones pobres, si quiere se los muestro, y no pueden solucionar su pobreza mediante el matrimonio. Pregunto: ¿son menos seres humanos?
Y cuándo el abandonar a los hijos no permite eso?
Por favor, léame las estadísticas -ya que le gustan tanto- de cómo se resuelven los casos de tenencia de los hijos. Luego relea su pregunta y mida su relevancia. Sugiero usar microscopio.
cuándo el tipo es más que un violento y la sigue ahí donde la mujer vaya y en cuanto puede la mata?
Abandono precipitado de la lógica más elemental: ¿estar CERCA de alguien violento es más seguro que estar LEJOS? Ya mismo me voy a convivir con Chikatylo.
Eso existe , la pobreza y la ignorancia, la alteración de la soledad y el resugardo cuestan vidas.
Sí Paola, y redactar una frase coherente cuesta también varias vidas.
Salud.
PD: No soy su hermano, al menos tuve esa suerte.
Un ejemplo bonito del tratamiento que se da en la prensa a este asunto.
Con suficiencia bastante grosera se me invita a leer esto, que alguien llama "algunos datos sobre la violencia de género":
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-153788-2010-09-25.html
Bien, aquí no hay "datos". Lo que hay es la enumeración de 4 (cuatro) casos de muerte o internación por fuego de mujeres. En ninguno de ellos se ha podido probar que hayan sido sus parejas los autores, y lo más jodido es que en el último caso la muy seria periodista sólo habla de las "sospechas" que tiene la familia sobre un chico de 19 años, lo cual es suficiente para que la periodista incluya esto como un "dato sobre la violencia de género", cagándose olímpicamente en la presunción de inocencia del muchacho de marras.
Pregunto: ¿y si el muchacho es inocente? ¿Basta que una mujer muera para que de manera automática su pareja tenga que ser sospechosa o "impune" si la justicia no encuentra pruebas de un asesinato? ¿Estos son los "datos" sobre los que se fundan los análisis sobre "violencia de género"?
En España ya ha habido varios varones detenidos automáticamente por muerte de sus esposas, comprobándose luego que se había tratado efectivamente de accidentes. El resultado fue detenciones, pérdida de trabajo, y el sufrimiento de alguien que acaba de perder a su mujer para encontrarse de pronto en un calabozo.
¿Sufrimiento psicológico? Nah, los hombres no lloran.
También me encantaría saber qué parte de mi comentario merece el neologismo de "misógena", con qué fundamento se la califica así, etc. etc. Pero es al cuete.
No puedo parar de llorar , mi situacion es igual, estoy viviendo un infierno desde hace mucho tiempo, tambien vamos a terminar mal, todo coincide tanto con este caso , tampoco se que hacer, el niega todo cuando hago alguna denuncia, vivo en una ciudad chica donde el conoce mucha gente influyente y no puedo hacer nada.
EF, por si te sirve acá figuran varios organismos y teléfonos, deberían poder orientarte mejor que los que estamos opinando acá pienso:
http://www.jus.gov.ar/atencion-al-ciudadano/guia-de-derivaciones/violencia-familiar.aspx
ram, como lo veo yo estabas criticando a Mordi por lo mismo que hiciste vos, lo de "extremo" lo tomé de tu comentario anterior, me pareció muy parecido el planteo.
Jack. Sabés que, sos un excelente analista, desglosás, y te agradezco, mi texto humilde y mal escrito. Sos muy buen crítico, es verdad, la nota-link- que "con suficiencia bastante grosera" te paso ( ¿debía atender a algún protocolo que no sé, quizás?)no dá datos estadísticos. SÍ,da un pantallazo algo menos doméstico que el anecdotario que ofrecés. Ahora bien, tu análisis de lo escrito es brillante, sobre la tenencia , lo lejos, lo cerca del agresory demás. Pero frente a la realidad de patear zangas y pasillos de villa, de escuchar historias como la de Eva muy seguido en un entorno pobre y desvastado de toda seguridad, el análisis del discurso te queda chico.
Con esto, no es mi intención seguir discutiendo con vos, mucho menos invitarte groseramente, como ponés, a leer nada, porque deduzco de tus aires, que tenés todo leído. Creeme, que si un tipo pone en duda la culpabilidad del hombre frente a casos extremos- las mujeres quemadas- y reniega de la existencia de la violencia de género, creeme que yo también estoy muy feliz de no ser tu hermana.
Perdón por atreverme a "poner en duda la culpabilidad del hombre".
Es que no soy sexista paola, por eso considero que la pertenencia al sexo masculino no implica culpabilidad automática. Creo en la presunción de inocencia y en la necesidad de demostrar lo que se afirma con idéntico rigor sea un varón o una mujer ¿Sabés cómo se llama eso? igualdad palabrita fácil de pronunciar, pero difícil de asumir en su significado estricto.
Vos no, para vos un varón es culpable antes de que se demuestre nada y atreverse a ponerlo en duda te habilita la facilísima palabrita "facho". Para vos la sola acusación constituye prueba si la persona que la formula pertenece al sexo correcto. Eso tiene un nombre: sexismo.
Dar por válida sin pruebas la acusación de una mujer contra un varón es idéntico a dar por válida la acusación sin pruebas de un blanco contra un negro, aún si hubiera una estadística seria que respalde una proporción indicativa (por ej: "los negros cometen más delitos").
Si tenés estadísticas serias sobre todas las villas que pateaste (y es complejo, porque "las villas" no son todas iguales) y las condiciones de vida de uno y otro sexo, con gusto comparto el modesto conocimiento que tengo sobre el particular. Y digo modesto porque para conocer realmente una villa no basta con "patearla", hay que vivir en ella. Hasta que no lo hagas lo tuyo es hacer frases.
La historia que recuenta Eva es parcial. Lo que se deduce de ella es que el tipo no le puso un dedo encima mientras que ella ya habla de muerte.
Si vive con un cretino o incluso un maltratador (que por supuesto los hay) no tiene más que hacer lo lógico: alejarse de él. Tal parece que no quiere, sino que busca echarle a la policía encima dentro del matrimonio. Las razones que esgrime son de orden económico, que frente a la violencia o el peligro de muerte resultan débiles por decir lo menos.
Te puedo dar estadísticas reales sobre falsas denuncias por "violencia de género", la metodología y el ambiente elegido. También te puedo brindar estadísticas de "femicidios" con errores tan ridículos que dan vergüenza ajena.
Si te interesa, que no lo creo. Lo tuyo es agitar dogmas, a mí me gusta pensar por mi cuenta.
Que te vaya bien.
Jack,
¿Vos leíste "El Segundo Sexo" de Simone de Beauvoire?
Eva: hubo un tiempo en que el que miraba el feminismo con simpatía, mi acercamiento al feminismo fue de hecho amistoso. Y sí, leí ese libro.
¿Por?
Jack, perdoname que tardé en contestarte, pero tengo algunas ocupaciones que no me permiten estar todo lo que me gustaría.
Te preguntaba por ese libro por saber si te interesó también instruirte en el asunto del problema de la mujer. Lo de S de Beauvoire es la cosa más imporante que a mi entender se ha escrito sobre el tema. Si lo leíste, es una garantía de que estás habilitado para opinar. Por eso te preguntaba, ya que te leía muy enojado con el tema y hubiera podido ser que como muchos, no hubieras profundizado en el tema.
Como mujer a veces siento una dicotomía cuando es favorecida en la legislación, me parece que el establecer privilegios es otra forma de consagrar la inferioridad , y que estos privilegios conspiran contra la igualación a la que la mujer puede llegar por sus propios medios. Pero también sé que hay muchos motivos que inferiorizan a la mujer en sus posibilidades autónomas, como es la preocupación por la provisión y el cuidado del hogar y la crianza de los hijos.
Sinceramente creo que toda la posición débil de la mujer por este asunto de la familia se soluciona con apoyo económico o material del Estado a las familias en problemas. Y cuando digo familias me refiero también al padre familiar. Si un varón al divorciarse debe dejar la vivienda a los hijos menores y él no tiene adonde ir, debería haber una ayuda a estos varones que salen expulsados de su casa, por culpa de quien sea. Pero es tan habitual el problema que es difícil que el Estado pueda arreglarlo. Hace falta crédito. Hace falta que los bancos presten dinero a quien lo necesita en situaciones como estas.
Heller tiene un proyecto de entidades financieras extraordinario, donde se incluye el aporte de los bancos en préstamos a muy bajo interés para cuestiones domésticas. El proyecto establece un cupo mínimo obligatorio de préstamos de los bancos a bajo interés en cuestiones específicas.
Es un problema mucho más extenso, que Simone de Beauvoir omite olímpicamente. Aunque realmente si comparo El Segundo Sexo con la basura feminista que se escribe hoy, es apenas un libro parcial, incompleto.
El problema es que la "perspectiva de género" se aplica de manera unilateral. El feminismo de la igualdad (del que El Segundo Sexo es una referencia) tuvo que ser matizado con "el feminismo de la diferencia" cuando las feministas se dieron cuenta de que "igualdad" es un término muy bonito, pero incompatible con los intereses del lobby.
El varón hace en esta sociedad los trabajos más insalubres, riesgosos y peor pagos sin que jamás se abra un debate desde una "perspectiva de género". No pude menos que sentir una oleada de asco cuando el feminismo vernáculo protestó ante el envío de una revista de mujeres desnudas a los mineros chilenos enterrados a 800 metros.
Los mineros chilenos son... oh, qué sorpresa: varones. Ese destino atroz, bestial, y que no se agota en el angustioso accidente sino que se cobra vidas y salud cambio de una miseria todos los días, ahora mismo; esa esclavitud moderna sólo puede tocarle a un varón.
El feminismo ha despotricado infinitamente porque el varón no barre la casa, pero ¿quién limpia la basura de las calles? ¿quién destapa las cloacas? ¿quién va a morir a la guerra? ¿quién va a apagar incendios, rescatar personas, cagarse a tiros? Sobre esto prudente silencio.
El "femicidio" está configurando peligrosas desigualdades ante la ley: cuando muere una mujer es "femicidio", cuando muere un varón, simplemente muere "gente". Ciudad Juarez es un ejemplo: se trata de una ciudad violenta en la que mueren mujeres, claro. Pero mueren muchos más varones. Y el informe de Amnistía Internacional señala como "preocupante" el siguiente hecho: en los últimos años la proporción de muertes por sexo M-V creció de (no recuerdo las cifras exactas, pero ponele) 2-10 a 6-10. Nadie se asombra: la vida de los varones en la "sociedad patrarcal" no es importante.
La muerte delo varón es tomada como algo natural, normal, su destino es matar y morir. En Ciudad Juarez las mujeres consiguen trabajo en la maquila (que es una explotación horrible, no cabe duda), pero los varones sencillamente no consiguen trabajo alguno, y son expulsados al margen: narcotráfico, violencia, etc. Como consecuencia su muerte es prácticamente un hecho cotidiano. Pero esto importa cero, lo que importa es aprovechar la muerte de esas mujeres... ¿para qué?
Para que el lobby feminista clasemediero (al que las mujeres de Ciudad Juarez le importan un reverendo bledo) imponga AQUI (no en Ciudad Juarez) la total judicialización de la vida privada: cualquier desavenencia en un matrimonio ha alcanzado el grado de "tortura psicológica", la simple relación sexual heterosexual se ha convertido en violación ante la mera denuncia de la mujer. Fijate el caso de Assange, pero no es el único, hay muchísimos que son invisibilizados. El lobby feminista reclama incluso la inversión de la prueba: ante la denuncia de la mujer es el varón el que debe probar que el sexo fue consentido. Semejante locura convierte en violación a priori toda relación sexual.
Porque en el fondo (y esto es un rasgo tanto del feminismo como del antiguo "patriarcado") el sexo y la violación de la mujer siempre se han considerado hechos casi indistinguibles. El feminismo impone una nueva moral represiva que reíte de la iglesia: denuncia del piropo como "violación", tesis que consideran a cualquier varon "violador en potencia", denuncias de violación por un mero cumplido (sic). Te muestro ejemplos si querés.
Tomá el caso de Romina Tejerina: acuchilló a su bebé y luego denunció que era fruto de una "violación"... que antes jamás se preocupó en denunciar, y sobre la que no hay la menor prueba. En este caso la izquierda pide "cárcel" para una jamás probada violación y libertad para una infanticida. El infanticidio obtiene todos los miramientos del contexto social por parte de la izquierda, pero para el violador (que ni siquiera es comprobado sino apenas supuesto) la izquierda reclama la horca exactamente igual que lo hace la derecha más cerril: nada de consideraciones ambientales, nada de fragilidad psicológica, nada de nada. Matar un bebé: OK, violar a una mujer: dios te libre.
Esta consideración de la mujer como un ser frágil, infantiloide, irresponsable por sus actos, fundamentalmente "débil" tanto física como psicológicamente está muy lejos de configurar opresión alguna, por el contrario: asegura un margen importante de impunidad para mujeres que asesinan varones o los denuncian sin pruebas. Te pido investigues las estadísticas de infanticidios en EEUU y las consideraciones increíbles que han atenuado o incluso suprimido las consecuencias judiciales para las mujeres: depresión posparto, fragilidad emocional, los eternos "maltratos", necesidad de ayuda, el terrible contexto social... consideraciones que un varón jamás puede ni soñar para sí mismo.
Por eso la mujer "no puede" separarse de ese tipo al que denuncia como maltratador. Como la fuerza física no basta normalmente para retener a alguien en una casa, ahora hemos inventado un vaporoso "dominio psicológico", una fuerza atávica de la psiquis masculina que se impone sobre la pobre, desvalida psiquis femenina.
En Pagina/12 leo con indignación: "Por una justicia de género" respecto de una mujer que mató al marido y denunció "malos tratos".
O sea que ya no hay Justicia, una sola y para todos. En nombre de una extrañísima "igualdad" ahora hay justicias distintas según "género". Y esto es hoy una realidad en España: las leyes ya establecen penas distintas para el mismo delito, según lo cometa un varón o una mujer.
¿Qué es un "mal trato" y dónde se justifica el asesinato? Pagina/12 habla de golpes, insultos e... ¡infidelidad! El caso que mencionás en este post ni siquiera habla de golpes, te pido consideres con sinceridad los dos escenarios: muere el varón / muere la mujer, los grados de impunidad posibles en cada caso, y la mirada de la progresía en cada uno.
Y por último: ¿conocés alguna "perspectiva de género" aplicada a las condiciones carcelarias que esperan al varón y a la mujer que delinque? No, ¿no? Es que no importa en lo más mínimo.
De nada de esto habla El Segundo Sexo, ni el feminismo en su conjunto. Pero eso sí: todo en nombre de la "igualdad".
Ya que me recomendás un libro, te recomiendo la trilogía El Varón Polígamo, el Varón Domado y Guía para un nuevo machismo (título desafortunado pero de contenido preciso) de la mujer responsable de no todas pero sí muchas de mis posiciones al respecto: Esther Vilar.
Salute.
Todavía algo más, una muestra de cómo el imaginario colectivo hace circular las noticias y las transforma en símbolos, ocultando la realidad.
Si yo ahora escribo aquí Josef Fritzl, el Montruo de Amstetten te va a sonar por lo menos familiar. Y no es para menos, lo que hizo recorrió el mundo de la mano de las ideas establecidas: varón encierra mujer, sociedad patriarcal, violencia machista, etc. etc. Josef Fritzl salió hasta en la sopa para recordarnos a todos hasta dónde puede llegar el machismo.
Sin embargo, con muy poca distancia temporal y geográfica, ocurría otro caso. Este, mirá qué loco, no tuvo la menor repercusión. Se trata de Katerina Mauerova, de la que me juego nunca oiste hablar.
Si querés saber qué hizo, buscala en internet, pero ojo porque es jodido.
No pretendo hacer un concurso de monstruos con esto sino señalar la expansión muy distinta que tiene la violencia intrafamiliar masculina y femenina, la cual -si se incluye el maltrato a niños- te vas a dar cuenta que está muchísimo más repartida de lo que nos hacen creer.
Jack,
te vas a sorprender con mi respuesta. Mi pensamiento no es del montón. Más bien soy bastante autista. Estoy TOTALMENTE de acuerdo contigo. Pero esperá un poco más para asombrarte, porque sigo.
Espero que estés de acuerdo en afirmar que el machismo existe. No creo que lo niegues. Bien. Siempre dije que la principal víctima del machismo es el varón. Fijate lo que estoy diciendo "el varón", no la mujer. No entiendo cómo no se entiende esto que es tan sencillo.
Simone de Beauvoire presentó al machismo como un privilegio masculino en detrimento de la libertad de la mujer, y a su vez niega la feminidad y la presenta como artificial, como modelo impuesto a la mujer por el macho que es el dueño y señor de la vida humana. Pero se olvida de que si lo femenino es falso, por ende lo masculino lo es también, ya que descansaría su cuota de poder extra de quitársela a la mujer. Pero S de B. toma al macho como "lo neutro" y a la fémina como la "alteridad". Cuando debío haber hecho la operación correcta diciendo que tanto uno como otro son modelos forzados.
sigo...
continúo...
En el reparto de roles artificiales, ambos tienen mucho que perder, pero el varón es el principal objeto de sacrificio. Como vos decís, va a la guerra, le llenan la cabeza de ideales patrióticos y hasta su madre lo entrega por la patria, y va a llorar orgullosa a su tumba; hace todos los trabajos existentes, lavar inodoros públicos, barrer las calles, lidiar con la basura en camiones pestilentes, ser los matarifes de los animales que comemos diariamente, los enterradores que abren a pala las fosas, y ser explotados y expuestos a las tareas más peligrosas, como ese albañil al que se le vino encima la estructura del edificio y se enterró en el cemento todavía líquido hace unos días en Buenos Aires.
sigo...
continúo...
pero lo peor a mi entender se da en el plano sexual. Se habla de esclavitud sexual de la mujer, pero no se toma en cuenta la terrible esclavitud sexual del varón-macho.
Al revés de lo que todos creen, que el macho tiene el gracioso privilegio de la libertad sexual, y el sexo promiscuo no le trae ninguna condena social y sí algarabía, esa libertad (de dudoso beneficio) la paga caro con la "obligación del pene erecto" tanto el pene real como el simbólico, bajo apercibimiento de convertirse en un despojo humano rechazado y desprestigiado, enviado al exilio de la vida digna, en caso de fracaso en la erección real o simbólica.
Ese "pene" sobrevalorado en la sociedad machista, que Freud vio inequívocamente como el ícono de la sociedad, del poder, de la dominación, es el elemento que ata al macho al machismo, y lo lanza a pasar de hembra en hembra en una vorágine de saltimbanqui, tanto para probarse a sí mismo, como para eludir quedar atrapado por ninguna mujer concreta, a lo que tiene pánico, porque lo espera el peligro supremo, las cadenas que lo atan más que la cárcel. Porque allí, en el seno del hogar conyugal, lo espera el desafío mayor. Debe tener el pene simbólico siempre erecto: debe convertirse en proveedor, en el que marca la ley, en el rudo que no llora ni flaquea, para a su vez educar a sus hijos varones con el ejemplo. Y debe tener el pene real erecto toda la vida, y satisfacer a la mujer y saber proveerle orgasmos, y entender sus silencios, y adivinar sus deseos jamás expresados porque ella espera que él adivine. Y si no tiene erección con todo esa carga, no tendrá perdón, será desprestigiado, y deberá tratarse por una enfermedad.
sigo...
continúo,
Más todavía: si digo que el macho violador de mujeres es una víctima, me van a quemar por bruja en la plaza pública. Pero eso es lo que pienso.
Ese pene colgado de un hombre que no consigue desentrañar el dificultoso regimen de conquistar a una mujer, se convierte en espada de venganza, en lanza que atraviesa la carne, que penetra como cuchillo, que lastima, y destroza a ese objeto de deseo inexpugnable, que se ha transformado en revulsivo a la vez que deseado.
Estoy segura de que si no hubiese machismo no habría violadores. Si no hubiese educación machista, madres machistas que transmiten el machismo a sus hijos varones y a sus hijas mujeres la feminidad, Iglesia machista controladora del cuerpo de la mujer, posiblemente no habría violadores de mujeres.
En el machismo debemos contar con la contraparte, la curiosa fémina producto de los falsos roles impuestos. El macho duro y la hembra compleja e indescifrabe, son un dúo explosivo.
Pero los tiempos están cambiando aceleradamente, y las mujeres jóvenes, las mujeres nuevas, ya no son como eran sus madres. Ellas saben hacerse entender y demandan sin misterios ni tragedia lo que ellas desean sin necesidad de que el varón los descifre. Hoy el macho no se usa tanto entre los varones jóvenes. El varón puede ganar menos que la mujer, y lavar los platos y poner pañales y llorar. E imagino que puede decirle a la mujer que no tiene ganas de hacer el amor porque está cansado, y no tiene por qué correr el riesgo de no tener una erección y quedar crucificado por eso. Y si alguna vez no tiene erección, podrá pensar que el deseo por esa mujer se le terminó, como es lógico que pueda suceder, en lugar de tener que concurrir a costosos y sacrificados tratamientos que llegan a la cirugía.
sigo...
continúo...
Y me queda aún lo peor. Hablar de la homosexualidad como producto del machismo. Ese es otro tema parecido al del feminismo compulsivo. Y la verdad que es difícil decir lo que pienso, pero vamos, ya que estamos.
No nacemos con ninguna sexualidad. Nacemos con órganos distintos. Los seres humanos hemos evolucionado de nuestra animalidad y nos faltan los olores y humores estimulantes, en épocas de celo, que conducen unos genitales hacia los otros. La hembra humana es el único mamífero hembra que no tiene época de celo.
La humanización rompió los recursos naturales para el sexo. De alguna manera la organización de la sociedad humana, la cultura humana primigenia, interfirió en el sistema de que un macho atrape a una hembra para penetrarla en medio minuto por la espalda y seguir caminando después sin haberle ni siquiera visto la cara, ni la hembra al macho, ni al revés, como ocurre con nuestros antepasados los simios, y no sabemos si ya ocurría o no con los homínidos.
De tal manera la sexualidad empieza a tener que ver con la organización de la sociedad, y empieza a regularse socialmente las relaciones del macho con la hembra. Y la procreación comienza a ser parte del conflicto, y lo será cada vez más, cuando comience a interferir la propiedad y la herencia.
En ese derrotero comienzan los deseos humanos a inclinarse hacia prototipos o modelos idealizados según las necesidades de preservación social.
"El origen de la familia, la sociedad y el Estado" de Engels, es un libro indispensable.
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/index.htm
sigo...
sigo...
Ya que lo que determinaba ahora la condición para la sexualidad era la elección de un objeto sexual según un "deseo" y no un olor, es lógico que el deseo se encaminara por distintas vías aleatorias, según la historia del individuo, sus ideales y sus circunstancias. Por eso no es nada raro que exista la homosexualidad tanto como la heterosexualidad.
Pero héte aquí que algún día un tipo de sexualidad comenzó a estar condenada: la homosexualidad. Seguramente para asegurar la existencia del stock de machos con fines procreativos. Y también fueron condenadas otras cosas como la pérdida de la virginidad femenina, el sexo fuera del compromiso matrimonial, la infidelidad femenina.
Es mentira que exista algo natural que determine la homosexualidad. Ni tampoco es una decisión. No es natural tampoco la heterosexualidad. Nadie "decide" cuál va a ser su deseo. El deseo no es del orden de la razón. El deseo se impone por modelos. Es cultural.
Si la sociedad humana adscribe ferozmente al modelo masculino-femenino de pareja, y lo exalta, y lo complejiza con valores aledaños que tienen que ver con más deseos, como el consumismo de todos los objetos que hacen a la vida de pareja y al hogar, y además con valores morales de condena feroz a quien se atreva a desviarse de este modelo practicando la homosexualidad, los que "desvían" los deseos afuera del prototipo, es porque ó recibieron la influencia del modelo homosexual de alguna manera transversal y subterránea, o sintieron insoportable la presión enorme que desnaturaliza al deseo transformándolo en una obligación, y se hacen resistentes por vía de la homosexualidad, o no soportaron la práctica de la heterosexualidad confinada a un modelo machista-femenino.
sigo...
continúo...
El acto sexual entre homosexuales es menos complejo de realizar con éxito para ambas partes que entre heterosexuales, ya que se trata de dos cuerpos de genitalidad idéntica, y uno comprende la funcionalidad del genital de su pareja, sin necesidad de ningún aprendizaje esmerado. En cambio, la relación heterosexual trae aparejado el desconocimiento absoluto del cuerpo del otro, y resulta un desafío compartir una acción que no resulta idéntica para uno y para el otro. Si a esta complicación básica e insoslayable se le agrega el modelo machista, en el que el macho tiene la obligación de la erección y la hembra la incapacidad de hacerle comprender a su pareja cómo funcionan sus genitales, y detrás de esto hay demandas morales, entonces tendremos un fracaso que tranquilamente puede llevar a la decepción de la heterosexualidad y a buscar la paz a los conflictos en la homosexualidad donde todo es más seguro.
Cualquiera de nosotros puede ser homosexual, en cualquier momento de la vida, no necesariamente desde la pubertad. Y se puede ir y volver. Y se puede practicar la bisexualidad. Y también la asexualidad, como la autosatisfacción sin que tenga uno que hacerse drama por ello.
Pero...habiendo recibido el modelo heterosexual de nuestros padres con éxito, y habiendo accedido al acto sexual heterosexual con éxito y satisfacción, existe el legítimo derecho a desear la continuidad del modelo en nuestos hijos menores de edad y por ende a promocionarlo, sin presiones ni obligaciones ni modelos inhumanos como el machista, protegiéndolos de adultos que los abusen generando una sexualidad inmadura o temprana, o induciéndolos abusivamente hacia la homosexualidad, que de alguna manera resulta una claudicación de la sexualidad compleja que es la heterosexual, un verdadero desafío humano que vale la pena encarar por la felicidad que depara a pesar del esfuerzo.
Y por supuesto, si el modelo deseado no triunfa y un hijo se revela homosexual, aceptarlo sin titubeos, e integrarlo en todo lo posible al proyecto familiar, sin ningún tipo de desvalorización machista. No tiene nada que ver la heterosexualidad con el machismo. Nada.
sigo...
Apéndice final
La prueba de que cierto tipo de homosexualidad masculina es una reacción del varón al modelo machista, es que se simula el estereotipo del otro sexo con impostaciones, emulando un modelo artificial de feminidad que la sociedad debe superar y va a superar. Si un varón se enamora de otro varón, ¿por qué tendría que parecer afeminado en el peor sentido de la palabra femenino? ¿por qué un homosexual varón tendría que adoptar el estilo de lo peor de la mujer que es su feminidad en términos de modelo machista superable?
No sucede lo mismo con la homosexualidad femenina, en la que las dos mujeres se afirman en su feminidad, o de lo contrario la superan, abandonando el estereotipo.
Pero el caso más doloroso es el de las travestis que desean amputarse el miembro viril. Para mí, es el extremo de resistencia a ser varón hasta el punto de mutilarse.
Repito que no hay deseos sexuales naturales, que la travesti debió haber sido seducida, quizá en la temprana infancia, por un modelo donde la mujer debio ser benévola y el macho debió haber tenido un papel tan atroz, tan deplorable que ella descarga sobre su propio cuerpo la repulsión que le genera.
El caso de la travesti que se amputa, es el más terrible de los casos donde el varón resulta víctima del machismo.
La vida es muy difícil. Pero puede ser bella con suerte.
¿por qué un homosexual varón tendría que adoptar el estilo de lo peor de la mujer que es su feminidad en términos de modelo machista superable?
Por ahí leí que en realidad esa impostación es parte de un proceso de amor-odio, mitad emulación, mitad burla.
No sucede lo mismo con la homosexualidad femenina, en la que las dos mujeres se afirman en su feminidad...
Mmmmmmhhhh... ¿vos viste a Cumbio?
En realidad hay tantas sexualidades como personas ¿no? Hay lesbianas lipstick, gays osos, gente que aparenta una cosa y es otra... Qué se yo. Las formas de la sexualidad me son indiferentes, mera cuestión estética. Puedo aceptarlas o no en base a los mismos criterios por los que acepto un gusto de helado.
Si a un tipo le encanta disfrazarse de loca quizás me podría parecer grotesco, pero he visto a tipos vestidos de mina sorprendentemente convincentes. Y está bien, qué se yo, es mera estética.
Una vez un gay muy afeminado en un tren que iba a Madrid me vio pasar se produjo este diálogo:
Él: Tu lugar es aquí, guapo, al lado mío.
Yo: Lo siento pero lo nuestro es imposible.
Él: ¿Pero por qué dices eso, majete?
Yo: Es que me gustan los hombres.
Eva, coincido con tus opiniones en este tema. Digo opiniones porque son varias. También creo que el machismo es el peor enemigo de los hombres. Coincido en tu posición sobre la sexualidad. Sé en cabeza propia lo que cuesta salir del modelo femenino que me instiló la iglesia en el cerebro desde los seis años y del estereotipo cultural en boga. Creo que si hoy los jóvenes pueden vivir de otro modo, fue mi generación -tengo 70 años- la que hizo el esfuerzo para sí y la que trató de que las cabezas de los hijos permanecieran abiertas y con criterio propio.
Ahhh esto no es sensación de inseguridad? Lisandro.
Publicar un comentario
No te olvides de tildar la casilla de suscribir a comentarios, si querés seguir este debate.
La autora del post lee TODOS los comentarios.
ANÓNIMO: ¡FIRMÁ CON ALGÚN NOMBRE O UN SEUDÓNIMO! para poder dirigirte una respuesta. Si no lo hacés, es porque no te interesa que te respondan. Por lo tanto borraré el comentario si veo que el anonimato tiene esa intención.