A Cristina la llamó la "vecina de enfrente"
Con eso está todo dicho. Ella allá, yo acá, y en medio, el abismo. Ella es la Presidenta de la Nación, pero para Macri, no es más que una "vecina de enfrente". Pero ¿qué es una "vecina de enfrente"?
La palabra "vecino" está en el lenguaje de Macri, seguramente propuesta por Durán Barba para identificar a su votante, con un apelativo correcto y específico. Hoy el "vecino" en Buenos Aires es el ajeno, el desconocido, aquel con el que no me saludo ni converso cuando me cruza en el pasillo, salvo si lo conozco de una asamblea o viajo seguido con él en el ascensor, o llego a casa a la misma hora, ocasiones en las que intercambio "qué calor que hace, o qué frío, deje que yo cierro, muy amable, muchas gracias, buenas noches, buenas noches."
Pero antes no eran las cosas así en el Buenos Aires, cuando "vecino" quería decir otra cosa. En el Buenos Aires que yo he vivido, por suerte, para mis más bellos recuerdos, "vecino" era palabra mágica, que tenía que ver con los inmigrantes, con gente que compartía, que se preocupaba por el otro, que era solidaria y afectuosa.
A la hora de tomar "la leche" mi mamá me mandaba a buscar a la casa de mi amiguita la Susi. Mi hermanito más chico, entraba a la bicicletería de Don Rodolfo, el papá de la Susi, como "Pancho por su casa", la cruzaba, y entraba por la puerta que estaba abierta, al patio de la casa de Doña María. Entraba del patio a la cocina y decía ¿Buenas tardes Doña María, está la Evita? Sí, ya viene, contestaba Doña María. Salía yo de la habitación de la Susi y mi hermanito me decía: dice mamá que vengas a tomar la leche.
Don "Rodolfo bicicletero", como se llamaba a sí mismo, exigía a todos los chicos del barrio que cuando le traían las biciletas, saludaran al entrar a su local de Federico Lacroze y Córdoba. Si alguno se olvidaba y le hablaba directamente sin saludar, Don Rodolfo lo paraba en seco con un ¿Qué se dice cuando se entra a un lugar? Buenas tardes, contestaba el chico medio avergonzado. Buenas tardes ¿y qué más? insistía Don Rodolfo. Buenas tardes, Don Rodolfo, decía el chico con los ojos puestos en la pared, como si el bicicletero fuera el maestro. El buen esloveno estaba educando a todos los chicos del barrio, porque los sentía a todos como si fueran propios.
Cuando Doña María pasaba por delante del negocio de mi papá, entraba siempre a saludar y cambiar algunas palabras. Recuerdo las conversaciones de mi papá con Doña María, cada uno en su media lengua, ella eslovena, él polaco, intercambiaban cuestiones domésticas y era un azar que se entendieran, solamente podía suceder por el milagro de la voluntad y el optimismo de estar integrándose a la Argentina. Mi papá tenía confusiones con el verbo ser, que no existe en idish, como en inglés, que ser y estar son el mismo verbo, pero encima, al infinitivo de "ser" él entendía que había que agregarle la preposición "a". En lugar de decir "ser" decía "a ser", que se escuchaba como"hacer".
Una vez mi papá había comprado un pajarito con una jaula. Doña María ya estaba enterada. ¿Así compra pajarito con jaula, Don Enrique? le preguntó Doña María. Mi papá le quiso comentar que le parecía que el pajarito debía ser una hembra. Pero le dijo lo siguiente:" El pajarito tiene que a ser pajarita". Lo que sonó claramente como "tiene que hacer pajarita". A lo que Doña María le contestó: Si quiere hacer pajarita, compra esposa para pajarito, don Enrique. Mi papá no le contestó nada pero puso cara de no entender. Yo, que era muy chica, tomé la dimensión del problema del inmigrante con el idioma.
Don Enrique, tengo malla la Susi nueva, quedó chica, puede servir la Evita. Pase Doña María, diga mi mujer, le dijo mi papá. Nosotros también teníamos negocio con vivienda y la puerta al comedor de la casa siempre estaba abierta. Doña María entró a la casa y aplaudió con las manos mientras pegó el grito ¿Doña Ana, puede pasar? Sí Doña María, venga a la cocina gritó mi mamá. Hablaron de la malla de la Susi que podía servirme a mí. ¿Y cuánto quiere por la malla Doña María? preguntó mi mamá. No, Doña Ana, yo quiere olla para budín usted no usa, está colgada en pileta de patio, dijo Doña María. Bueno, llévesela, le dijo mi mamá.
¿Cómo te va en la escuela? era típico que te preguntara cualquier vecino. Y la pregunta terrible a fin de año era ¿pasaste de grado?. Doña María nos contaba a la Susi y a mí los cuentos del campo en Yugoeslavia, que ella le decía Eslovenia. Yo escuchaba absorta que Doña María contaba cómo se levantaban con las gallinas y que todavía seguían levantándose juntos a las cuatro y media o cinco de la mañana con Don Rodolfo, que no saben qué hacer a esa hora, y que toman mate juntos hasta que amanece, "juntito con mi viejo" decía la mamá de mi amiga, que no tendría más de treinta años cada uno.
Esa palabra que recordamos todos como una palabra querida, "vecino", ya no se usa más para identificar al que comparte con vos la vida, sino al que está metido en su casa igual que vos en la tuya. Esa persona a la que llamamos "el tipo que vive en el décimo", o la "vieja del cuarto piso", o la mina que está rebuena, la hija de la abogada del noveno "b".
No me meto en la vida de nadie, cada uno en su casa, hace de su culo un pito. Esos son los vecinos de hoy. Los vecinos a los que alude Macri. Esos que tienen su departamentito de dos ambientes, y se sienten "propietarios". Esos que no quieren que voten los inquilinos en las Asambleas. Esos que deciden ir a la Comisaría a denunciar a unos bolivianos que invitan a gente extraña que andan por los pasillos, con los que uno se tiene que cruzar.
Los bolivianos se compraron la esquina de la verdulería. ¿De dónde sacan plata? De la verdura no puede ser. Venden droga. Esa es la explicación.
Con eso está todo dicho. Ella allá, yo acá, y en medio, el abismo. Ella es la Presidenta de la Nación, pero para Macri, no es más que una "vecina de enfrente". Pero ¿qué es una "vecina de enfrente"?
La palabra "vecino" está en el lenguaje de Macri, seguramente propuesta por Durán Barba para identificar a su votante, con un apelativo correcto y específico. Hoy el "vecino" en Buenos Aires es el ajeno, el desconocido, aquel con el que no me saludo ni converso cuando me cruza en el pasillo, salvo si lo conozco de una asamblea o viajo seguido con él en el ascensor, o llego a casa a la misma hora, ocasiones en las que intercambio "qué calor que hace, o qué frío, deje que yo cierro, muy amable, muchas gracias, buenas noches, buenas noches."
Pero antes no eran las cosas así en el Buenos Aires, cuando "vecino" quería decir otra cosa. En el Buenos Aires que yo he vivido, por suerte, para mis más bellos recuerdos, "vecino" era palabra mágica, que tenía que ver con los inmigrantes, con gente que compartía, que se preocupaba por el otro, que era solidaria y afectuosa.
A la hora de tomar "la leche" mi mamá me mandaba a buscar a la casa de mi amiguita la Susi. Mi hermanito más chico, entraba a la bicicletería de Don Rodolfo, el papá de la Susi, como "Pancho por su casa", la cruzaba, y entraba por la puerta que estaba abierta, al patio de la casa de Doña María. Entraba del patio a la cocina y decía ¿Buenas tardes Doña María, está la Evita? Sí, ya viene, contestaba Doña María. Salía yo de la habitación de la Susi y mi hermanito me decía: dice mamá que vengas a tomar la leche.
Don "Rodolfo bicicletero", como se llamaba a sí mismo, exigía a todos los chicos del barrio que cuando le traían las biciletas, saludaran al entrar a su local de Federico Lacroze y Córdoba. Si alguno se olvidaba y le hablaba directamente sin saludar, Don Rodolfo lo paraba en seco con un ¿Qué se dice cuando se entra a un lugar? Buenas tardes, contestaba el chico medio avergonzado. Buenas tardes ¿y qué más? insistía Don Rodolfo. Buenas tardes, Don Rodolfo, decía el chico con los ojos puestos en la pared, como si el bicicletero fuera el maestro. El buen esloveno estaba educando a todos los chicos del barrio, porque los sentía a todos como si fueran propios.
Cuando Doña María pasaba por delante del negocio de mi papá, entraba siempre a saludar y cambiar algunas palabras. Recuerdo las conversaciones de mi papá con Doña María, cada uno en su media lengua, ella eslovena, él polaco, intercambiaban cuestiones domésticas y era un azar que se entendieran, solamente podía suceder por el milagro de la voluntad y el optimismo de estar integrándose a la Argentina. Mi papá tenía confusiones con el verbo ser, que no existe en idish, como en inglés, que ser y estar son el mismo verbo, pero encima, al infinitivo de "ser" él entendía que había que agregarle la preposición "a". En lugar de decir "ser" decía "a ser", que se escuchaba como"hacer".
Una vez mi papá había comprado un pajarito con una jaula. Doña María ya estaba enterada. ¿Así compra pajarito con jaula, Don Enrique? le preguntó Doña María. Mi papá le quiso comentar que le parecía que el pajarito debía ser una hembra. Pero le dijo lo siguiente:" El pajarito tiene que a ser pajarita". Lo que sonó claramente como "tiene que hacer pajarita". A lo que Doña María le contestó: Si quiere hacer pajarita, compra esposa para pajarito, don Enrique. Mi papá no le contestó nada pero puso cara de no entender. Yo, que era muy chica, tomé la dimensión del problema del inmigrante con el idioma.
Don Enrique, tengo malla la Susi nueva, quedó chica, puede servir la Evita. Pase Doña María, diga mi mujer, le dijo mi papá. Nosotros también teníamos negocio con vivienda y la puerta al comedor de la casa siempre estaba abierta. Doña María entró a la casa y aplaudió con las manos mientras pegó el grito ¿Doña Ana, puede pasar? Sí Doña María, venga a la cocina gritó mi mamá. Hablaron de la malla de la Susi que podía servirme a mí. ¿Y cuánto quiere por la malla Doña María? preguntó mi mamá. No, Doña Ana, yo quiere olla para budín usted no usa, está colgada en pileta de patio, dijo Doña María. Bueno, llévesela, le dijo mi mamá.
¿Cómo te va en la escuela? era típico que te preguntara cualquier vecino. Y la pregunta terrible a fin de año era ¿pasaste de grado?. Doña María nos contaba a la Susi y a mí los cuentos del campo en Yugoeslavia, que ella le decía Eslovenia. Yo escuchaba absorta que Doña María contaba cómo se levantaban con las gallinas y que todavía seguían levantándose juntos a las cuatro y media o cinco de la mañana con Don Rodolfo, que no saben qué hacer a esa hora, y que toman mate juntos hasta que amanece, "juntito con mi viejo" decía la mamá de mi amiga, que no tendría más de treinta años cada uno.
Esa palabra que recordamos todos como una palabra querida, "vecino", ya no se usa más para identificar al que comparte con vos la vida, sino al que está metido en su casa igual que vos en la tuya. Esa persona a la que llamamos "el tipo que vive en el décimo", o la "vieja del cuarto piso", o la mina que está rebuena, la hija de la abogada del noveno "b".
No me meto en la vida de nadie, cada uno en su casa, hace de su culo un pito. Esos son los vecinos de hoy. Los vecinos a los que alude Macri. Esos que tienen su departamentito de dos ambientes, y se sienten "propietarios". Esos que no quieren que voten los inquilinos en las Asambleas. Esos que deciden ir a la Comisaría a denunciar a unos bolivianos que invitan a gente extraña que andan por los pasillos, con los que uno se tiene que cruzar.
Los bolivianos se compraron la esquina de la verdulería. ¿De dónde sacan plata? De la verdura no puede ser. Venden droga. Esa es la explicación.
16 comentarios:
Brillante, Eva. Ni más ni menos, el rescate de lo humano.
Por eso luchamos, es esto lo que tenemos que defender con uñas y dientes: el derecho a seguir siendo humanos.
Un cariño enorme para vos (y también para Bob, que no se ponga celoso)
Bueno, también está el tango "los cosos de al'lao", que tiene sus décadas encima...
El origen de la palabra "vecino" entre los belfos de Macri es más simple y siniestro. Todo gobierno autoritario sabe que debe operar sobre el pensamiento de las mayorías. Son ignorantes de toda ignorancia, pero conocen la importancia de la programación neurolingüística. Por eso en estos gobiernos cobra tanta importancia la propaganda.
Algo más: Macri no es heredero cultural de Menem, a pesar de sus coincidencias ideológicas. Es heredero cultural del grupo Sushi. Como el novio de Shakira, como Lopérfido, supone que basta una buena campaña publicitaria para gobernar. El grupo Sushi, claro, se equivocó. Pensamos la realidad mediante el lenguaje. Pero cambiar el lenguaje no cambia la realidad. Sólo nos impide pensarla claramente.
Desde esa convicción, Macri tiene como jefe honorario del partido a Durán Barba, quien se encargó de rediseñar el lenguaje político para presentar a este contrabandista herrumbrado como "lo nuevo". Así, las promesas de campaña, propias de cualquier político, pasaron a ser propuestas. Eran lo mismo, e igual de incumplibles que las promesas delirantes de cualquier político de poca monta. Pero se nombraban distinto. A poco de asumir, Macri o alguno de sus laderos describió como parte del plan de gobierno, nombrar un representante en cada barrio para dialogar con el municipio. De haber sido peronistas, los diarios los llamarían punteros. Pero no: son representantes. Y en el mismo esquema, el discurso de Macri carece de ciudadanos, una entidad activa que reclama derechos y cumple obligaciones. En su lugar, menciona una entidad pasiva: vecino. Para ser vecino, alcanza con estar al lado, con quedarse. No hay ningún mérito en ser vecino. Nadie se enorgullece de ser vecino. El vecino tiene un ámbito acotado a su vereda, el patio, la cocina. El ciudadano, tiene un ámbito abierto: el barrio, la ciudad, la provincia, la nación. Uno habla de ciudadanos de Latinoamérica. Nunca de vecinos de Latinoamérica. Un ciudadano tiene entidad política y es por lo tanto, un votante y un contendiente. Alguien que pide y a quien rendirle cuentas. Un vecino tiene, en cambio, las miras estrechas que Durán Barba sueña en sus votantes: que no le afeen el frente de la casa, que la vereda esté limpia. Y lo demás, le ne frega.
Muy acertada tu mirada, Eva.
Macri habla con palabras prestadas y vaciadas de contenido. Su contacto con "sus vecinos" es un spot apenas.
Saltarà una zanja que en realidad es la cuadra anterior a la cancha de Boca. Irà a una villa y se pararà en una tarima, ¡a ver si en la tierra hay bichos¡.
Nada le sienta bien, ni las palabras porque las prostituye. Cuando habla de los vecinos, los separa de los que no pagan ABL.
Nosostros y los otros.
Alguna vez preguntè por los vecinos de La Cava y un derechoso me contestò "esos no son vecinos, para ellos fòsforo y kerosene".
Terminamos a los gritos..
A Macri le falta sincerarse y decir esto, estarìa todo màs claro, para los que ahora no quieren ver la manipulaciòn Duranbarbiana.
Por zona norte hay una fundaciòn "solidaria" que se llama "los otros", serìa mejor que dijeran, los negritos, los "de baja calidad" La fundaciòn anda muy horonda publicitando su fundaciòn de ayuda, no sienten ni un poquito de verguenza. M
Mira si la van a sentir si se ocupan de "los otros", se sienten piadosos y buena gente.En esa visiòn abreva Macri.
Me hiciste enternecer con tu semblanza del barrio de los 50, yo me criè en uno parecido de mayorìa italianos de primera oleada inmigratoria, principio de sigo xx.
Y la cosa era asì, jugar en la vereda hasta tarde, en verano hasta laS 10 mientras los padres sentados en la calle se espantaban los mosquitos con ramas de àrbol cortada a tal efecto.
Me mudè a otro barrio, tambien lleno de italianos llegados en los 50, son con los que me sigo tratando como vecina-vecino. Me prestas un martillo, te presto la escalera, che se me cortò la luz, espera que te traigo tapones. Son mis vecinos històricos, los vecinos en serio.
Despuès de la dictadura, el barrio se lleno de gente nueva, ni mejor ni peor, pero no la conozco, algùn encuentro en el supermercado chino, en la peluquerìa, en la reuniòn de la escuela.
Yo sigo funcionando como vecina a la antigua, "ponè el auto en mi arboleda, mirà que viene piedra" Dos veces salì de noche, una a proteger a una vecina que el marido corrìa con un cuchillo, otra, un remisero que se estrello contra un container.
Las dos veces estuve parada hasta que llegara la policìa y la ambulancia. Sola, ningùn "vecino" se acercò, desde atràs de los visillos, seguramente pispeaban a las victimas y a la loca muerta de frìo que ayudaba.Esos son los vecinos que miran con odio al otro, esos son los vecinos con los que Macri se siente còmodo.
Yo no. Eva, tenès una tacita de azùcar?, mañana te la devuelvo. Me hace falta para digerir esta realidad social amarga.
Vivo en la casa donde nací, que es la misma que hace 95 años construyó mi abuelo. Y el barrio tiene mi misma historia. Los vecinos que preguntaban si necesitabas algo del almacén cuando estabas enfermo; los que llenaban las veredas para ver salir a "la nena" vestida de novia; los que acompañaban los velorios del viejo... Compartir el pan, las alegrías, los dolores, armar un muñeco horrible con porquerías viejas y quemarlo el 31 de diciembre para ahuyentar la mufa... Eramos vecinos. Y la gran mayoría, eran inmigrantes. Y se mezclaban y casaban con criollos y con otros inmigrantes y parían una sociedad nueva. Pero Macri no salió de un "barrio", Eva. No tiene calle, ni cordón de vereda. Se lo perdió. Y por eso su pobre y patética alma derrama desprecio o, tal, envidia nuestra hermandad.
Un abrazo, Eva.
No me parece mal lo planteado por Eva, al contrario coincido con la postura y la crítica que hace a Macri. Y conste que no vivo en la CABA. Quizás por esta circunstancia es que me gusto y coincido con la postura de Diego E. reconociendo que se debe a que al no tenerlo como Jefe de Gobierno no lo tengo que soportar en forma tan directa como los habitantes de esa ciudad. Me gusta la palabra ciudadano por todos los derechos, y deberes, que ello implica. Y me duele cuando esos derechos son pisoteados, sean en la CABA como en cualquier ciudad o provincia. Algo que quizás no caiga bien, pero prefiero ser honrado conmigo mismo, es expresar mi deseo y la ansiedad que tengo de saber que nuestra Presidente Cristina, a la que voté y pienso seguir votándola, ha concedido la audiencia que nuestros Hermanos del Pueblo Qom solicitan para plantear los derechos que les son negados y los atropellos que sufren. Tal vez, ojalá, la reuniòn se ha producido y no me he enterado, si es así este comentario está de más. El haberlo hecho no significa en absoluto que haya perdido mi fé en que por fin Cristina se reunirá con ellos y los escuchará. Esa ha sido su manera de gobernar y por eso será nuestra Presidente por cuatro años más. JUAN CARLOS de LA PLATA
Muy bueno, Eva. Me gustó mucho este relato. Y es muy cierto. Para ratificar la última parte: soy inquilina y los propietarios no quieren que opine en las asambleas a pesar del poder firmado por el propietario. Y vivo en un monoblock en La Boca... clase media bien baja. Poca fe tengo en el género humano. Un abrazo.
Chela.
A lo tuyo le ponemos musica y está completo.
Gracias.
Por tu comentario parecería que todo tiempo anterior la palabra vecino era similar a la del amigo, compinche, los que saliamos a la tarde a sentarnos a la vereda de casa a tomar mate en camiseta con los amigos y vecinos del barrio. Pero en toda época existió el otro "vecino" como el de Macri. Mi familia, de inmigrantes polacos y ruso,lo vivió allá por la época de la segunda guerra mundial. Mi viejo tenía un taller de composturas de zapatos en floresta sur. El barrio estaba constituído por una colectividad italiana, de la cual cada uno tenía su casita.Pero cuando los rusos echaron a los italianos de Stalingrado (San Petesburgo hoy )y que por el frío se murieron de hambre y frío, no entraba un alma al negocio, y teníamos que rascar las moneditas para comprarnos algo de salame para comer, o calentar el pan de ayer a la llama y untarlo con aceite y ajo ( bien tano). Pero en ésa época estaban las colectividades de inmigrantes de todas las nacionalidades unidas, aunque a veces no daban pie con bola con el idioma. Mi padre tuvo en ése entonces la colaboración de un "gallego" que teniendo un local a diez cuadras donde vendía zapatos nuevos, puso un cartel en su vidriera que decía " se aceptan composturas " y se las traía todos los días a mi padre. Es decir estaba el verdadero vecino y el vecino receloso por la política. Sin embargo, al mudarnos a un sector netamente peronista para ése entonces, mi viejo discutía de política pues leía la prensa, pero ninguno de los que no estaban de acuerdo con el dejaron de ser clientes y amigos. Se discutía de política con altura y se cambiaban impresiones. Lo que hace Macri es discriminar "a la señora de enfrente", no tiene nombre ni apellido, ni siguiera sobrenobre, como ser Cris, etc. para dejar asentada la distancia que separa al pueblo que el dice representar del resto, que no son rubios de ojos celestes ni han tenido un padre que como inmigrante vino a hacer la américa. A el le sirvieron todo en bandeja, por lo cual es un inutil, pues no sabe lo que es el trabajo, ni el respeto a las demás personas.Ahora dice que no es xenófobo porque tiene un director de asesoramiento que es de Ecuador - Durán Barba. Según él eso lo hace multiracial y no xenófobo. Y como podemos saber si éste Durán Barba no es xenófobo respecto a los nativos de Ecuador u otro lugar del universo?, solamente porque es amigo de Macri? Realmente nunca vi en mi vida un estúpido tan grande. Ese muñeco que se dice Jefe de Gobierno es lo que los porteños votaron como extraordinario, cosa nueva en política, el que no tiene culpa de nada, que la "aseñora de enfrente" le hace la vida imposible y no lo deja jugar con sus jugetitos. Lamentablemente, aparte de aguantarlo quienes lo votaron lo tenemos que aguantar quienes no somos del mismo palo. En fin ya se acercan las nuevas elecciones, y veremos como se conduce con su voto la Ciudad.
Excelente , Eva! la cita de Bruchtein me parece oportuna “Mientras la señora boliviana se mantenga sentada en la puerta del súper es fácil hacerse el civilizado supremo y comprarle unos pimientos por dos pesos. Hasta se puede sacar una foto para mostrarles a los amigos. Pero si la señora sale a reclamar tierras para vivienda, tenga razón o no, se convierte en parte de una “inmigración desenfrenada” y, como dijo la piba (la periodista Sandra Borghi de TN) “de baja calidad”. La esencia de las personas se pone de manifiesto en situaciones límites."
Muy buen comentario y lo comparto..Quizás por haber vivido esa época que tan bien expresás, y haber sido integrante de "Juntas vecinales" -en otras ciudades son Comisiones de Fomento- la palabra vecino tiene connotaciones de proximidad, de conocimiento.
Algunas definiciones:
+vecino, na: Cercano, próximo, semejante, parecido:
+habitante: Que vive u ocupa habitualmente un lugar o casa:
+ciudadano, na: De la ciudad o relativo a ella. Persona que habita en un Estado como sujeto de derechos civiles y políticos.
Aunque estos términos suenen parecidos y se utilicen como sinónimos, los significados no son los mismos...alguién que "ocupa habitualmente un lugar o casa" , una "persona que habita en un Estado como sujeto de derechos civiles y político" pueden ser pefectos desconocidos y no alguién semejante, próximo.
Bergoglio hace una distinción: "El habitante busca beneficios y sólo exige derechos. El ciudadano, en cambio, construye la Nación, porque además de exigir sus derechos, cumple sus deberes"..
Quizás, para nosotros, los simples habitantes, ese que vive en la esquina, en la otra cuadra puede ser un "vecino" aunque no conozcamos más que ese detalle, no haya mayor proximidad, pero para Macri, aún cuando lo llame vecino, no es otra cosa que un "ciudadano" que debe cumplir con las leyes, pagar impuestos... ahora, ni siquiera en toda su acepción..ya que para él no todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, los "okupas" inmigrantes descontrolados, presuntos delincuentes no pueden tomar un predio.. pero él puede ceder terrenos de los Bosques de Palermo para actividades comerciales...privadas, por supuesto. En todo caso..¿lo importante no sería, más allá de las definiciones, el trato, la atención que se dé a cada persona..?
El país es un polvorín y los kirchneristas teorizan boludeces.
Subsidian con cifras millonarias a trenes privatizados pero no le garantizan a decenas de miles el servicio si una deocena cortan ñas vías.
Todo está listo para que explote, o para que alguien prenda la mecha.
Y luego sobreviene la especialización K, buscar culpables, trazar teorías conspirativas.
Una gestión que no propone reglas claras, donde no se entiende cual es la ley, cual la obligacion , cual el derecho.
Todo el logro es "no reprimir"
Para Garré, la policía holandesa es la que necesitamos. No importa que se trate de una de las sociedades mas pacíficas en los ultimos dos siglos, que nada tiene que ver con la sociedad de la furia en la que nos toca vivir.
El kirchnerismo dejará secuelas culturales tremebundas.
Y un par de vetustos militares presos como gran logro general.
Importantisimo: Chicos no nos dejemos engañar. les cuento algo. Ayer mi cuñado estaba en Constitucion unos minutos antes del quilombo... se le acerco un flaco y le dijo andate porque se arranca, en ese momento caen tres grupos de personas cada grupo con un coordinador. Se pararon en el medio de la plaza y empezar a coordinar a la gente. El flaco le seguia insistiendo andate, que esta gente está paga, nos es joda. segui
Mi cuñando le pregunto pero vos quien sos, el flaco le contesto que era productor de canal 13 y que ellos desde ayer ya sabian que esto iba a pasar, le dijo" esto esta bancado por canal 13 y duhalde. No me crees en un rato empiezan los saqueos" y un rato despues asi fue. Mi cuñado se acerco y le dijo que no le creia que era de canal el flaco le saco la credencial y se la mostro. Mi cuñado le pregunto porque no lo denunciaban si lo sabian antes y el flaco le contesto que si lo hacian se queda sin trabajo. POR FAVOR POSTEEN ESTO DONDE PUEDAN PARA QUE SEPA, SAQUEMOSLE LA MASCARA A LOS GOLPISTA DE SIEMPRE.
Perdón Eva (me encantó saber que te decían EVITA), esto tiene un poquito que ver con tu presentación del día, pero sinceramente, no sé a quién recurrir que le tenga la confianza suficiente de que no va a mentirme con la respuesta: -tenés conocimiento si alguien denunció ante el INADI a la "señorita periodista" de TN Sandra Borghi por las expresiones vertidas en televisión ante miles y miles de personas?. Yo las conocí a través de "6 7 8". Gracias, un abrazo grande. Te sigo porque si bien hay algunos matices en que puedo no estar de acuerdo, te siento sincera en tus apreciaciones. María, de La Plata.-
Eva, dejando de lado el comentario de las 09,47,preferí aprovechar mejor mi tiempo para desearte a vos y a todos los compañeros del proyecto NAC&POP felicidades en estas fiestas y en paz.
Abrazos.
Todo bien, pero en realidad Macri se refirió a Cristina como "la señora de acá enfrente" con una vocesita de sorna. Y ahí Matías Martin lo paró en seco: ¿por qué sos tan despectivo con la presidenta?¿no te parece de mala educación?
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