Decime que es mentira, que es mentira que se fue. Parece ayer que Feinmann escribió ese artículo hablando por boca nuestra. Estábamos encandilados con Néstor. Con su bastón rodando, la banda vuelta a poner, igual que la esperanza. Y al poco tiempo se plantaba ante un micrófono para retar al Señor Coto. ¿Te acordás? Fue ayer. Decime que es mentira que se fue. Se fue un flaco, que vos y yo sabemos, que no es como cualquier otro.
-----------------------------------
Un Flaco como cualquier otro
Por José Pablo Feinmann
El Flaco se llama Néstor, como el Presidente. También podría decirse –sin faltar a la verdad– que el Flaco es el Presidente, porque el Flaco, desde el domingo 25 de mayo de 2003, es el Presidente de este país en que todos estamos y también él; nosotros como ciudadanos, él como Presidente.
Pero cuando amaneció el 25 el Flaco todavía no era el Presidente. Le tenían que poner la banda, tenía que jurar, saludar a los granaderos, advertirles a los ministros que Dios y la Patria les iban a demandar algo que jamás le demandaron a nadie, así estamos. Entonces, volvemos: empieza el 25 y el Flaco todavía no es Presidente. Para colmo, le hicieron una trampa muy fea, tan fea como podía hacerla el Gran Tramposo, que se bajó del ballottage y lo bajó al Flaco del 70 por ciento al que, cómodo, llegaba. Porque el Flaco, además de Flaco, es alto, de modo que puede llegar al 70 por ciento y hubiera llegado si no fuera porque el Gran Tramposo, que, entre otras calamidades, es muy petiso, no se hubiera bajado, pero se bajó y no hay quién no sepa por qué, el Gran Tramposo se bajó porque cuando sus Amos le dicen “Suba”, él sube, y cuando le dicen “Baje”, él baja, y esta vez le tocó bajar. Tanto, que ya ni petiso es. Tanto, que lo enterraron. Porque de un petiso podrá decirse cualquier maldad menos una: que no ocupa algún espacio en la realidad, que un cacho del ser no le pertenece, por menguado que sea. Al Gran Tramposo, en cambio, nada, tanto lo bajaron que ya no se lo ve. Y creo que somos muchos los que queremos que siga así: ausente de la realidad durante algún tiempo. De aquí a la eternidad, digamos.
Volvemos al Flaco. Que, la sinceridad ante todo, no se había lucido durante la campaña electoral. Le decían mucho lo de Chirolita. Que Duhalde lo chiroleaba. Que era el Chirolita de Duhalde. Cosas así. Y el Flaco hablaba aquí, hablaba allá, hablaba donde podía, pero no lo escuchaban mucho. Para qué lo voy a escuchar al Flaco –pensaban todos–, si abre la boca y habla Duhalde, para eso lo escucho a Duhalde, que, por suerte, habla poco, ya que la juega de Prócer Prescindente o de Presidente en Tránsito. Y uno no escuchaba a nadie, ni a Duhalde ni al Flaco. Sin embargo, el Flaco lo necesitaba a Duhalde (y seguramente lo sigue necesitando, pero ésta es otra cuestión) porque el Gran Jefe Bonaerense tenía lo único que restaba de un país que se llamaba Argentina, tan hecho polvo, tan amainado que sólo le restaba un aparato, el duhaldista. Y ahí se montó el Flaco, ahí puso el pie, encontró un pedazo de la realidad. Lo menos que se le puede pedir a la realidad –se dijo– es que exista, y aquí ya no existe nada. Están los piqueteros y los asambleístas, de acuerdo. Pero los asambleístas existen porque les dejaron de existir los ahorros, no bien vuelvan los ahorros se van los asambleístas. Y los piqueteros existen pero como pura negación, existen como expulsión, marginación, desechos de un podrido sistema que no puede integrarlos. Hacen lo que pueden y lo hacen bien, pero yo, piensa el Flaco, quiero ser Presidente y ver si desde ahí puedo hacer algo por traerlos de nuevo a ese viejo y venerable circuito que ya no existe, el de la producción. De modo que el Flaco se pregunta qué tiene y tiene dos cosas: el frío patagónico y el aparato de Duhalde. Llega con esas dos cosas. Se banca lo de Chirolita y empuja. Por fin, gana. Pero por descarte. Gana porque el Otro, el Gran Embaucador, se va. O sea, el Flaco, que llegó como Chirolita, que llegó por medio de Otro, del Gran Caudillo Bonaerense, gana por defección de Otro, del Gran Embaucador. No soy yo, se dice. Soy un resultado. Llegué por Otro y gané por Otro. Llegué porque Otro me hizo llegar y gané porque Otro decidió huir.
Entonces, en esta feroz encrucijada, el Flaco toma la decisión de su vida. Decide inventarse. Sabe, como el hombre sartreano, que es nada. Pero sabe que esa nada le abre el infinito, la tarea vertiginosa de ser sus posibilidades, de elegirse, de darse el ser. El Flaco, entonces, inventa al Flaco. (Que nadie crea, en este punto, que lareferencia a la ontología de Sartre es casual, que surgió porque sí. No, el Flaco es sartreano. Lo es, ante todo, porque tiene que inventarse, elegir, y, eligiéndose, darse el ser. Y también es, el Flaco, sartreano, porque como el Gran Virola francés, el Flaco es el Gran Virola argentino. Se le pianta un ojo. El mismo que al autor de la Crítica de la razón dialéctica, el derecho. Suele creerse que esto es un defecto, una carencia. Pero no, el Virola ve más que el pobre tipo que tiene los dos ojos para el mismo lado. El Virola, con un ojo, ve el Todo. Y con el Otro ve lo que el Todo tiene al Costado. O sea, ve el Todo y su Costado. Que alguien diga si puede ver tanto. Privilegio de pocos ver todo eso, ver el Todo y el Costado. Privilegio de grandes. Como Sartre. Como el Flaco.)
¿En qué momento empieza a inventarse, a crearse, a darse el ser el Flaco? Cuando el Gran Embaucador renuncia. Ahí se pone frente a un micrófono y dice: “Sólo este rostro nos faltaba conocerle: el de la cobardía”. Caramba, qué frase. Algo así no sale del aparato duhaldista. Los aparatos dan muchas cosas. Poder, por ejemplo. Pero no inteligencia, que es, siempre, más que el poder, ya que es su creación y no su mera acumulación burocrática. Después el Flaco va al programa de la Señora que Almuerza. Y la Señora que Almuerza le dice eso tan feo, lo del zurdaje que se viene. Y el Flaco le dice Señora, por esa frase, Señora, murieron treinta mil personas en este país. Y todos empiezan a decir El Flaco es Zurdo, qué Zurdo es el Flaco, qué Zurdaje se viene, cuánta razón tiene la Señora. Pero el Flaco sigue. Es posible conjeturar, aquí, que el Flaco está acostumbrado a que le digan zurdo.
Ahora es el 25. Y el Flaco hizo venir a cada gente, vea. Gente que, pongamos por caso, si ganaba López Murphy, no venía. Pero ganó el Flaco y vinieron. Fidel, Chávez, Lula, un horror. Una verdadera acumulación de zurdaje. Pero el Flaco los quería tener porque es afecto a los buenos recuerdos y dijo, después, en el discurso, que tenía algunos, algunos buenos recuerdos, el de la plaza del 25 de mayo de 1973, por ejemplo, la de Cámpora, Allende y Dorticós. Y dijo pertenezco a una generación diezmada. Y ahí –los que todavía no se habían dado cuenta, se dieron cuenta para siempre– ¡el Flaco es un Flaco de la Jotapé! El Flaco es un Flaco del setenta. Un Flaco de la izquierda peronista. Y si no, vean esa foto que aparece en los diarios: el Flaco, más flaco que ahora, como declinando en una silla, los brazos cruzados, escucha a dos o tres barbudos, circa 1972, en Río Gallegos, y los dos o tres barbudos son la imagen de la subversión, son perucas de izquierda de los más bravos, y por ahí el único que queda de esa foto es el Flaco, que los mira y aprende, y cree que del peronismo puede salir algo así como el socialismo, mirá vos las cosas en que creía el Flaco, si habrá sido joven, si habrá sido gil, creer eso, creer eso en lo que creyó la generación más revolucionaria de la historia de este país, la más castigada, la diezmada, como dijo el Flaco. Creer eso, creer que de un movimiento político con un general nazi a su frente podía salir la lucha de clases y la liberación nacional. Pero hay que comprender: el Flaco, en esos años, no leía a Uki Goñi sino a Fanon, a Cooke, a Jauretche, a Hernández Arregui. Y hasta, me juego, el Flaco leía la revista Envido, la única revista teórica que hizo la izquierda peronista, escrita, desde adentro, por flacos de la misma edad que el flaco, que eran, en ese entonces, tan flacos como él, y tan jóvenes y tan apasionados. Que eran, sin más, la izquierda peronista. Reducida después –por el canallismo ideológico de tantos canallas– a la mera historia de los Montoneros, y luego a la mera historia de Firmenich y Galimberti. Y luego al desprestigio y a la despolitización. Porque todos lloran por los desaparecidos pero olvidan en qué creyeron y por qué.
Y por fin, el domingo, el Flaco gana por goleada. Se come la cancha. Se mete a la gente en el bolsillo. Se hace querer. Se crea a sí mismo. Es un flaco como cualquier otro. Cruza hacia el Congreso. Jura. Juega con el bastón. Tiene el saco desabrochado. Y ahí está Lula. Y Castro. Y Chávez. Y el Flaco está feliz. Y con un ojo los mira a todos. Y con el otro, con el sartreano, de costadito la mira a Cristina.
-----------------------------------
Un Flaco como cualquier otro
Por José Pablo Feinmann
El Flaco se llama Néstor, como el Presidente. También podría decirse –sin faltar a la verdad– que el Flaco es el Presidente, porque el Flaco, desde el domingo 25 de mayo de 2003, es el Presidente de este país en que todos estamos y también él; nosotros como ciudadanos, él como Presidente.
Pero cuando amaneció el 25 el Flaco todavía no era el Presidente. Le tenían que poner la banda, tenía que jurar, saludar a los granaderos, advertirles a los ministros que Dios y la Patria les iban a demandar algo que jamás le demandaron a nadie, así estamos. Entonces, volvemos: empieza el 25 y el Flaco todavía no es Presidente. Para colmo, le hicieron una trampa muy fea, tan fea como podía hacerla el Gran Tramposo, que se bajó del ballottage y lo bajó al Flaco del 70 por ciento al que, cómodo, llegaba. Porque el Flaco, además de Flaco, es alto, de modo que puede llegar al 70 por ciento y hubiera llegado si no fuera porque el Gran Tramposo, que, entre otras calamidades, es muy petiso, no se hubiera bajado, pero se bajó y no hay quién no sepa por qué, el Gran Tramposo se bajó porque cuando sus Amos le dicen “Suba”, él sube, y cuando le dicen “Baje”, él baja, y esta vez le tocó bajar. Tanto, que ya ni petiso es. Tanto, que lo enterraron. Porque de un petiso podrá decirse cualquier maldad menos una: que no ocupa algún espacio en la realidad, que un cacho del ser no le pertenece, por menguado que sea. Al Gran Tramposo, en cambio, nada, tanto lo bajaron que ya no se lo ve. Y creo que somos muchos los que queremos que siga así: ausente de la realidad durante algún tiempo. De aquí a la eternidad, digamos.
Volvemos al Flaco. Que, la sinceridad ante todo, no se había lucido durante la campaña electoral. Le decían mucho lo de Chirolita. Que Duhalde lo chiroleaba. Que era el Chirolita de Duhalde. Cosas así. Y el Flaco hablaba aquí, hablaba allá, hablaba donde podía, pero no lo escuchaban mucho. Para qué lo voy a escuchar al Flaco –pensaban todos–, si abre la boca y habla Duhalde, para eso lo escucho a Duhalde, que, por suerte, habla poco, ya que la juega de Prócer Prescindente o de Presidente en Tránsito. Y uno no escuchaba a nadie, ni a Duhalde ni al Flaco. Sin embargo, el Flaco lo necesitaba a Duhalde (y seguramente lo sigue necesitando, pero ésta es otra cuestión) porque el Gran Jefe Bonaerense tenía lo único que restaba de un país que se llamaba Argentina, tan hecho polvo, tan amainado que sólo le restaba un aparato, el duhaldista. Y ahí se montó el Flaco, ahí puso el pie, encontró un pedazo de la realidad. Lo menos que se le puede pedir a la realidad –se dijo– es que exista, y aquí ya no existe nada. Están los piqueteros y los asambleístas, de acuerdo. Pero los asambleístas existen porque les dejaron de existir los ahorros, no bien vuelvan los ahorros se van los asambleístas. Y los piqueteros existen pero como pura negación, existen como expulsión, marginación, desechos de un podrido sistema que no puede integrarlos. Hacen lo que pueden y lo hacen bien, pero yo, piensa el Flaco, quiero ser Presidente y ver si desde ahí puedo hacer algo por traerlos de nuevo a ese viejo y venerable circuito que ya no existe, el de la producción. De modo que el Flaco se pregunta qué tiene y tiene dos cosas: el frío patagónico y el aparato de Duhalde. Llega con esas dos cosas. Se banca lo de Chirolita y empuja. Por fin, gana. Pero por descarte. Gana porque el Otro, el Gran Embaucador, se va. O sea, el Flaco, que llegó como Chirolita, que llegó por medio de Otro, del Gran Caudillo Bonaerense, gana por defección de Otro, del Gran Embaucador. No soy yo, se dice. Soy un resultado. Llegué por Otro y gané por Otro. Llegué porque Otro me hizo llegar y gané porque Otro decidió huir.
Entonces, en esta feroz encrucijada, el Flaco toma la decisión de su vida. Decide inventarse. Sabe, como el hombre sartreano, que es nada. Pero sabe que esa nada le abre el infinito, la tarea vertiginosa de ser sus posibilidades, de elegirse, de darse el ser. El Flaco, entonces, inventa al Flaco. (Que nadie crea, en este punto, que lareferencia a la ontología de Sartre es casual, que surgió porque sí. No, el Flaco es sartreano. Lo es, ante todo, porque tiene que inventarse, elegir, y, eligiéndose, darse el ser. Y también es, el Flaco, sartreano, porque como el Gran Virola francés, el Flaco es el Gran Virola argentino. Se le pianta un ojo. El mismo que al autor de la Crítica de la razón dialéctica, el derecho. Suele creerse que esto es un defecto, una carencia. Pero no, el Virola ve más que el pobre tipo que tiene los dos ojos para el mismo lado. El Virola, con un ojo, ve el Todo. Y con el Otro ve lo que el Todo tiene al Costado. O sea, ve el Todo y su Costado. Que alguien diga si puede ver tanto. Privilegio de pocos ver todo eso, ver el Todo y el Costado. Privilegio de grandes. Como Sartre. Como el Flaco.)
¿En qué momento empieza a inventarse, a crearse, a darse el ser el Flaco? Cuando el Gran Embaucador renuncia. Ahí se pone frente a un micrófono y dice: “Sólo este rostro nos faltaba conocerle: el de la cobardía”. Caramba, qué frase. Algo así no sale del aparato duhaldista. Los aparatos dan muchas cosas. Poder, por ejemplo. Pero no inteligencia, que es, siempre, más que el poder, ya que es su creación y no su mera acumulación burocrática. Después el Flaco va al programa de la Señora que Almuerza. Y la Señora que Almuerza le dice eso tan feo, lo del zurdaje que se viene. Y el Flaco le dice Señora, por esa frase, Señora, murieron treinta mil personas en este país. Y todos empiezan a decir El Flaco es Zurdo, qué Zurdo es el Flaco, qué Zurdaje se viene, cuánta razón tiene la Señora. Pero el Flaco sigue. Es posible conjeturar, aquí, que el Flaco está acostumbrado a que le digan zurdo.
Ahora es el 25. Y el Flaco hizo venir a cada gente, vea. Gente que, pongamos por caso, si ganaba López Murphy, no venía. Pero ganó el Flaco y vinieron. Fidel, Chávez, Lula, un horror. Una verdadera acumulación de zurdaje. Pero el Flaco los quería tener porque es afecto a los buenos recuerdos y dijo, después, en el discurso, que tenía algunos, algunos buenos recuerdos, el de la plaza del 25 de mayo de 1973, por ejemplo, la de Cámpora, Allende y Dorticós. Y dijo pertenezco a una generación diezmada. Y ahí –los que todavía no se habían dado cuenta, se dieron cuenta para siempre– ¡el Flaco es un Flaco de la Jotapé! El Flaco es un Flaco del setenta. Un Flaco de la izquierda peronista. Y si no, vean esa foto que aparece en los diarios: el Flaco, más flaco que ahora, como declinando en una silla, los brazos cruzados, escucha a dos o tres barbudos, circa 1972, en Río Gallegos, y los dos o tres barbudos son la imagen de la subversión, son perucas de izquierda de los más bravos, y por ahí el único que queda de esa foto es el Flaco, que los mira y aprende, y cree que del peronismo puede salir algo así como el socialismo, mirá vos las cosas en que creía el Flaco, si habrá sido joven, si habrá sido gil, creer eso, creer eso en lo que creyó la generación más revolucionaria de la historia de este país, la más castigada, la diezmada, como dijo el Flaco. Creer eso, creer que de un movimiento político con un general nazi a su frente podía salir la lucha de clases y la liberación nacional. Pero hay que comprender: el Flaco, en esos años, no leía a Uki Goñi sino a Fanon, a Cooke, a Jauretche, a Hernández Arregui. Y hasta, me juego, el Flaco leía la revista Envido, la única revista teórica que hizo la izquierda peronista, escrita, desde adentro, por flacos de la misma edad que el flaco, que eran, en ese entonces, tan flacos como él, y tan jóvenes y tan apasionados. Que eran, sin más, la izquierda peronista. Reducida después –por el canallismo ideológico de tantos canallas– a la mera historia de los Montoneros, y luego a la mera historia de Firmenich y Galimberti. Y luego al desprestigio y a la despolitización. Porque todos lloran por los desaparecidos pero olvidan en qué creyeron y por qué.
Y por fin, el domingo, el Flaco gana por goleada. Se come la cancha. Se mete a la gente en el bolsillo. Se hace querer. Se crea a sí mismo. Es un flaco como cualquier otro. Cruza hacia el Congreso. Jura. Juega con el bastón. Tiene el saco desabrochado. Y ahí está Lula. Y Castro. Y Chávez. Y el Flaco está feliz. Y con un ojo los mira a todos. Y con el otro, con el sartreano, de costadito la mira a Cristina.
20 comentarios:
Cuando la mañana te tira
cuando no sabés que decir
salvo carajo
y salís a la calle con lágrima
inesperada
cuando te sentís dolor y bronca
cuando te sorprende la ausencia
y te acordás de este y de aquel
o de aquella tarde
que descubriste a un tipo que hablaba
como uno
cuando pensaste ¿podrá ser?
cuando le viste mandar clarito
a los mandones
"baje el cuadro"
y se le plantó al Imperio y dijo
basta
y se te despertó de nuevo
una esperanza
cuando ves a las hienas mostrando
olor a muerte
cuando pensás en el seguro llanto
cuando pedís fuerza para seguir
este camino y hacer otros
cuando en el golpe sigue en pie
la militancia por la vida
Gracias Néstor K! Gracias por despertar en nuestro pueblo la pasión política, anestesiada por tantos años. Por lograr k la juventud vuelva a ocupar un lugar de lucha. Sólo tanta pasión puede despertar tanto odio.
Eva, la primera frase k escribí en este blog fue “ladran Sancho, señal k cabalgamos”, ahora debemos continuar su lucha, seguir cabalgando aunk sigan oscureciendo el camino. La empezamos en los ’70, Néstor: vos no nos fallaste, ahora somos nosotros quienes no podemos ni queremos bajar las banderas! Compañero, hasta la victoria siempre!!!
Todo tristesa, muchas pensamientos, muchas preguntas.
Hoy soy todo dolor pero tambien esperanza mañana haremos vida de esta muerte lo haremos por vos Nestor.
Hoy todos dolor, todos pensamientos, todos preguntas mañana a defender el modelo y a Cristina.
Hoy todo dolor a la plaza a regalarle una noche de antorchas y a llorar todos juntos que mañana hay que seguir luchando.
Q lindo, pero q lindo recordar esto.
Gracias por postearlo.
Hoy –luego del golpe-se me escamotean las palabras
se escabullen las banderas
¿Cómo era aquello? Justa Libre Soberana
Patria o Colonia
Liberación o Dependencia
Como era, como sonaba ¿Libres o…como era?
Hasta la victoria
Y más acá / Memoria Verdad Justicia
Nunca Más en vano dicho tantas veces
¿Cómo eran las palabras convocantes?
las que juntan patria y pueblo
y hoy luego del golpe –después del desconcierto-
cuando asoma el odio de los necios
cuando el dolor cimienta la mañana
y sabemos que ya no está el compañero
me siguen las palabras en el duelo
Eva, estoy con usted en este dolor! Me siento desolada, completamente. Pero, sabe qué? ayer me di cuenta de que realmente no estamos solos y este modelo nos da la esperanza y hay que hacer que ello prevalezca ante todo.
Saludos!
Hola Eva, conocí tu blog por otro blog (un dia peronista) y te ví un rato de refilón en 678 el otro día... (mientras me iba por un compromiso que tenía) así que me metí acá para conocerte mejor, y me encontré a una mujer muy culta y con las ideas muy claras.
Vengo de una familia bastante nazi, a pesar de la cual salí zurdita, y para más inri me junté con un re-zurdo y entre los dos estamos llorando esta pérdida que hasta que no existió, no sabíamos que era, también, nuestra.
Como dicen todos, ahora hay que seguir, no podemos dejar que se caiga lo que con tanto esfuerzo se construyó.
Un abrazo de una azafata de una aerolineas recuperada.
"En mi pais somos duros
el futuro lo dirá.
Dice mi padre que un solo traidor
puede con mil valientes
el pueblo en su inmenso dolor......"
Zitarrosa
El dolor de nuestro pueblo, es el soporte de Cristina.
Los traidores gorilas no podrán con nosotros.
Eva enlacé tu blog en el mío:
http://kriticokrispado.blogspot.com
Sorpresa, incredulidad al principio.... dolor... temor, por imaginar a las hienas hambrientas...indignación por ver el cinísmo de los que querían tirarlo del tren, lo acusaban de nazi, de todos los males y ahora pretenden hacernos creer que lo sienten...
bronca al ver los comentarios que algunos hacen creyendo ser graciosos y no son más que la muestra de su falta de humanidad y respeto por el dolor ajeno...
Recuerdos del 2000 y la angustia de no saber que mundo vivirían nuestros hijos..o peor...imaginar ese mundo sin ideologías, elogio del individualismo, del éxito fácil y sin importar a quien pisotear para llegar, tan lejano de nuestros sueños...
Recuerdo de amigos y compañeros que lucharon por un mundo más justo y hoy no están.. que seguramente se sentirían expresados por quienes devolvieron la esperanza, el valor de la entrega, el sentido del compromiso..
Más tarde, el encuentro con mucha gente dolida, viejos luchadores de tiempos de resistencia..otros más jóvenes pero igualmente luchadores y jugados por un mundo mejor.. pero fundamentalmente, muchos pibes y pibas, los ojos brillantes por las lágrimas, pero con la decisión de continuar por esa senda, recogiendo las banderas que muchos llevaron y defendieron con su vida...
Aunque parezca mentira y contradictorio... entre tantos sentimientos sentí alegría... ahora sé que me puedo ir tranquilo...mis hijos y sus hijos van a vivir en un mundo mejor...
Eva, estoy desolado, no paro de llorar, y no puedo escribir porque cada vez que pienso vuelvo a llorar. Te dejo un abrazo enorme y gracias por acompañarme siempre desde tu blog.
Una pérdida terrible, Eva.
Un abrazo grande.-
estamos sin palabras, todavia no lo creemos. pero pienso en cuantos de nosotros le damos las gracias por cosas que no pensabamos darle las gracias a nadie. yo quiero darle las gracias, porque a pesar de no haberlos votado, me hicieron creer. mi abuela que fallecio el año pasado me decia: nena no seas "tiraculo" que estos van a cambiar algo. Y que razon tenia.
gracias por hacerme sentir orgullosa por primera vez de ser latinoamericana. es increible y triste que lo diga, pero es la verdad. quisiera que mi hija crezca con el mismo orgullo que yo.
gracias, y hasta la victoria siempre.
Qué lindo el aplauso en 6,7,8 Eva, qué emocionante, cuánta energía que ojalá le llegue a Cristina para darle toda la fuerza.
Toda la fuerza que no será nunca demasiada.
Y otra vez tengo un nudo en la garganta y los ojos nublados.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
10 de enero de 1936
Sorpresa, incredulidad al principio.... dolor... temor, por imaginar a las hienas hambrientas...indignación por ver el cinísmo de los que querían tirarlo del tren, lo acusaban de nazi, de todos los males y ahora pretenden hacernos creer que lo sienten...
bronca al ver los comentarios que algunos hacen creyendo ser graciosos y no son más que la muestra de su falta de humanidad y respeto por el dolor ajeno...
Recuerdos del 2000 y la angustia de no saber que mundo vivirían nuestros hijos..o peor...imaginar ese mundo sin ideologías, elogio del individualismo, del éxito fácil y sin importar a quien pisotear para llegar, tan lejano de nuestros sueños...
Recuerdo de amigos y compañeros que lucharon por un mundo más justo y hoy no están.. que seguramente se sentirían expresados por quienes devolvieron la esperanza, el valor de la entrega, el sentido del compromiso..
Más tarde, el encuentro con mucha gente dolida, viejos luchadores de tiempos de resistencia..otros más jóvenes pero igualmente luchadores y jugados por un mundo mejor.. pero fundamentalmente, muchos pibes y pibas, los ojos brillantes por las lágrimas, pero con la decisión de continuar por esa senda, recogiendo las banderas que muchos llevaron y defendieron con su vida...
Aunque parezca mentira y contradictorio... entre tantos sentimientos sentí alegría... ahora sé que me puedo ir tranquilo...mis hijos y sus hijos van a vivir en un mundo mejor...
Que dia mas triste Eva, ayer te vi en la tele y vi que tu estado de animo no era mejor que el mio.
Al final TN tenia razon, que censo de mierda
Si quieren leer las sensaciones de otro militante que hoy no la esta pasando bien les dejo la dire de mi blog
http://pacifistaenelpentagono.blogspot.com/
amiga creo q lo q mejor nos deja Kirchner es su lucha incansable por construir y vivir en un país mejor. ESE ES SU MEJOR LEGADO. Tenemos una gran oportunidad de seguir construyendo más allá de los odios y las rivalidades, pero teniendo claro quienes son los verdaderos enemigos de la patria.
Hermana EVA esta es una tristeza q inspira. ARRIBA Y ADELANTE y hasta la victoria siempre.
Silvana por respeto deberías citar q el autor de lo q publicas es Miguel Hernández y la poesía se llama Elegía.
Trolls esta canalla cobarde y anónima está por todos lados hasta en el cel me llega su mierda. CAGONES!!!
En 1976 nací por primera vez.
Me enseñaron a callar mientras crecía, y aunque nunca me convenció esa idea, estaba ahogada.
Hace un tiempo que mi voz se suelta en hilos. Anoche finalmente pude gritar, y lo hice en comunión con el colectivo de compañeros que me demostraron que no estoy sola. Aunque no sepa bien por dónde ir puedo encontrar el camino siguiendo el vector que el líder me ha marcado.
En 2010 siento que renazco.
Esta vez haré que mi voz se escuche para quien quiera oír que oiga, porque callar ya no es una opción.
Gracias Eva por este espacio, escuché tu testimonio hace pocos días, y anoche en la plaza caminando sin rumbo por el rumbo que todos allí marcábamos recordé lo que decías y me animé a participar.
linadolque@gmail.com
Ese hombre llamado Néstor
Me lagrimean los ojos,
me duele el corazón,
me tiembla el pulso,
y me habla la conciencia.
Se fue el que estaba,
se fue el que hizo,
se fue el que quiero.
Se fue.
Veo la realidad,
pienso en lo que vendrá.
Me ilusiona saber
que sola no va a estar.
Lic. Matías Colantoni
www.protagonistasweb.blogspot.com
Nestor, fuiste un hito en la lucha de los pueblos por su liberación. No te olvidaremos.
Cristina no estás sola.
Publicar un comentario
No te olvides de tildar la casilla de suscribir a comentarios, si querés seguir este debate.
La autora del post lee TODOS los comentarios.
ANÓNIMO: ¡FIRMÁ CON ALGÚN NOMBRE O UN SEUDÓNIMO! para poder dirigirte una respuesta. Si no lo hacés, es porque no te interesa que te respondan. Por lo tanto borraré el comentario si veo que el anonimato tiene esa intención.