Ustedes habrán visto que este blog estuvo en silencio desde que empezó el festejo del Bicentenario. En el post anterior recordábamos el Cabildo Abierto del 22 de mayo, reponiendo el mismo cuento que ya van tres años que publicamos en la misma fecha, porque como dice Mirta Legrand (única cosa en la que acierta): el público siempre se renueva.
Y antes aún, en el post anterior, dimos un apoyo al ánimo de los festejos futuros, aún ignorando que iban a ser tan extraordianarios, contra los malos humores de dos queridos blogueros que ponían su gota de intelectualidad amarga en la blogosfera, uno diciendo que el Bicentenario lo tenía podrido, la otra diciendo algo parecido, excusas por temor de enfrentar la pasión cuando te llama, miedo de perder el control del intelecto sobre las emociones, cosa que hay que dejar que a uno le pase, cuando en la vida llega "la hora señalada". Por tener unos años más que ellos, que no me pasaron en vano, yo aposté al Bicentenario y gané.
Amigos queridos, Lucas y Marisol, no sé todavía qué dijeron de los festejos. No sé todavía si vuestra dura posición anterior fue doblegada por la enorme realidad de un pueblo que sale a la calle, no para tirar a un Gobierno como el de De La Ruina, no para enterrar a Mercedes Sosa, no para vivar al campeón mundial de fútbol cuando es la Selección. Sino para encarnarse en el papel de Pueblo, en el de Soberano, que es pueblo "si y sólo si" una masa humana amorfa sin historia ni destino, reconoce pertenecer a una Patria, que la haga trascender desde el mito fundacional, hacia el mañana.con un sueño de redención.
La inauguración
Estuve ahí en primer día, no me hubiera permitido no estar. Llegué cuando Cristina se acababa de ir después de haber inaugurado los eventos. Fue en el atardecer muy temprano. A esa hora yo todavía estaba trabajando cuando Cristina inauguró el Paseo del Bicentenario. Fue algo así como a las 19hs.
Llegamos con el auto hasta allí mismo y quisimos estacionar al lado de las carpas. Yo me bajé del auto y le pregunté a dos policías que estaban en la esquina de enfrente a las carpas. Sí pueden, pero no tapen la ambulancia que está estacionada, me dijeron. ¿Digo que ustedes me dieron permiso? les pregunté. NOOOO, me contestaron a coro. Y riéndose, irónicos, sarcásticos, ampulosos, dijeron: estos temas le corresponden a la Ciudad, nosotros no somos de la Ciudad....!!! ¿Qué son, de la Nación? les pregunté riendo, como tratando de ver qué cara ponían cuando la seguía en los mismos términos que ellos la habían empezado. Por supuesto, contestaron (sin ironía y sonriendo) ¡Somos de la Nación! Me satisfizo un poco que hubiera esa rivalidad de la Federal contra la fracasada policía de Macri. Crucé la calle, a Roberto lo echaron y lo mandaron a estacionar a otro lado. Se vé que la Federal ya no corta ni pincha en esta ciudad tan paqueta.
Había mucha gente cuando llegamos, pero no tanto como después. Por donde entramos estaba el escenario presidencial pero yo no sabía. Estaban las cámaras de televisión recogiendo sus cables. ¿Qué me perdí? Le pregunté a dos camarógrafos. No te perdiste nada, me contestó uno, estuvo Cristina inaugurando ésto. Ah!!! entonces me la perdí a Cristina dije mortificada. Los dos tipos miraron para otro lado. Les mandé una puteada de la boca para adentro.
Todavía se circulaba a esa hora. Las gentes se agolpaban en los kioscos de las provincias. Yo me compré un queso de cabra y un dulce de cayote. Pasamos por un escenario donde un conjunto estaba cantando "Paisaje de Catamarca" y se me encendieron todos los faroles, canté con todos a coro, y la alegría me desbordaba junto a la belleza del cuadro pintado en la canción, una de las más bellas letras de las canciones argentinas. Seguimos el paseo, nos cruzamos con el buenazo de Piumato, a quien dimos un beso que recibió con alegría, como si nos conociera, con la familiaridad de estar saludando a un vecino en la vuelta al perro en la Plaza del Pueblo, sin recordar que estábamos caminando nada menos que sobre la 9 de Julio, la fría pista de autos, de la fría ciudad porteña, sobre la fría avenida "máis ancha do mondo". Intentamos entrar a un stand de una Provincia, pero ya había una cola enorme. ¡Una cola para entrar a ver el stand de la Provincia de Buenos Aires! ¿Y qué pude tener de tan interesante? Tenía unos dinosaurios, esos bichos que cautivan a los chicos. Ya era bastante para mí, era hora de cenar y lo que estaba cenando la gente era locro. Pero yo no iba a comer locro habiendo preparado un locro en casa. Cuando fuimos a buscar el auto, me crucé con los dos policías "de la Nación", que me hicieron una reverencia cómplice y sonriente, a lo que yo devolví con la misma sonrisa cómplice. Qué feliz deberé haber estado para llegar a saludarme con la Federal !!! Cosas vederes...
En casa me esperaba el primer locro que hice en mi vida, y que según mi marido, deberé repetir la próxima vez "sin hacerle ningún cambio por favor, porque te salió riquísimo". Maíz pisado, pechito de cerdo, panceta ahumada, chorizo colorado, chiquizuela, porotos, zapallo y mucho sabor picantito y dulzón con el pimentón, la pimienta negra, el diente de ajo, ají molido y sal, por supuesto sal, aunque tenga hipertensión, porque el Bicentenario se vive una sola vez y a mí me tocó estar presente.
El encuentro con Lucas Carrasco
El paseo del Bicentenario bullía de gente al otro día después de la lluvia. Me cité con Lucas en la diagonal norte, en un bar con mesas en la vereda, con un clima bellísimo, en un anochecer de novela. La charla con Lucas siempre para mí es un viaje a las mil y una noches, un privilegio. De pronto lo llaman al celular, del programa de radio que Lucas debía estar conduciendo en Paraná, y se pone a dar una charla de historia que me deja deslumbrada. Les juro, todo lo que explicó la historia de Entre Ríos y los hechos de las guerras intestinas, y dando vuelta los errores que había en un folleto oficial. Me preguntaba mientras escuchaba, cómo tuvo tiempo para saber tanto este chico genial, y para deglutir y analizar y contextualizar.
De pronto, así no más, le dice a su interlocutor ¿a que no sabés con quién estoy? con Eva, una amiga tuya y mía (o algo así, no me acuerdo), ipso facto le dice "te paso con ella", y me da el celular y me dice: salís al aire, del otro lado está el Beta. Y me da el celular y me saluda el Beta (queridísimo por tantas razones) y salgo al aire por LT14 de Paraná. No se puede creer este Lucas, que se fue al baño y no le pude volver a pasar el teléfono, dejando al Beta haciendo malabares para cubrir el neorrealismo italiano de Lucas Carrasco, un personaje mezcla de Vittorio Gasman y Marcello Mastroiani en "Los desconocidos de siempre". Nos acercamos al inmenso gentío abarrotado y apareció Marisol. Yo ya tenía bastante de expriencia "in vitro" y decidí que mejor iba a casa a verlo todo por televisión. Saludamos a los bellos jóvenes y los dejamos vivir el bullicio.
Por televisión hasta el ocaso
Me quedé monosilábica, estúpida, con la boca siempre abierta, viendo los finales del Bicentenario, diciendo todo el tiempo ¡oh! y ¡ah!, absorta mirando por televisión la escena cambiante de los festejos, inagotable. Estas sensaciones me remitieron a un recuerdo antiguo y escondido en la baulera de la memoria. La evocación de las tardes de vacaciones en mi adolescencia, cuando íbamos a Embalse de Río Tercero. Me agarraba ahí ese mismo sortilegio único de pasión encendida que me estaba agarrando ahora mientras miraba la televisión, viendo los cuadros de Fuerza Bruta.
Tiempos esos en que se presagian todos los calores del amor que habita ya en el cuerpo adolescente, me pasaba todos los anocheceres, esperando la hora de la cena, mirando la puesta de sol sobre las sierras, con sus picos nadando en imagen invertida, sumergidos en el agua azul del río cordobés.Y de pronto el cielo largaba sobre el agua pinceladas de rabiosos fucsias y calipsos del ocaso. Me quedaba mirando eso muda hasta que se hacía de noche, como escuchando los últimos acordes de una sinfonía en el Colón, de esas que se van terminando en un sinfín de notas eufóricas hasta que el director marca el compás final y baja la batuta. Sin hesitar, esperaba hasta sentir ese viento helado que anuncia que ya llegó la noche y se corrió el telón.
Viví asi el final de los festejos del Bicentenario. Me quedé hasta que a las dos de la mañana de la última noche, los fuegos artificiales de luces de colores, parecían reventar los perfiles edilicios de Buenos Aires contra el cielo renegrido, como si los edificios fueran los picos de aquellas sierras y como si los colores de los fuegos artificiales fueran de un ocaso.
Y se bajó la batuta del director de orquesta para dejar en la Historia a Cristina, como la maravillosa presidenta del Bicentenario de la Nación Argentina, en el que un Pueblo se reencontró con su Patria.
19 comentarios:
Que lindo Eva, que lindo es leerte !! También vi toda la fiesta hasta las 2 de la mañana y aún me dura el asombro por el espectáculo y la gente. Maravilloso.
Tambien estuve,pero llegué al día siguiente de la inaguración y ya no pude acercarme a ningún estand. Pero disfruté como nunca de la fiesta. Pensé en un momento en la alegría de las calles cuando ganó el tío Campora (ya hace rato que militaba y fue impresionate lo que se vivió) y cuando volvió Perón. Pero decidí que esto era distinto, como debe ser, la historia no se repite. Pero me alegra poder haber vivido todas esta experiencias en mi vida,puedo decir estoy completa. De la oscuridad total y el miedo a la luz de esta alegría. Soy feliz!
Carlos,
gracias por leerme, sin lector no hay escritura que valga ¿no? así que gracias otra vez. Y gracias por compartir conmigo tu emoción. Inolvidable.
Elena,
la diferencia con las otras veces es que esta no fue para festejar el triunfo de otra persona, o el de una idea de un sector de la sociedad, esta vez fuimos a festejarnos nosotros mismos como ciudadanos de una sociedad. ¡Y te viniste no más a Buenos Aires para estar presente!¡Bravo Elena!
Fue impresionante!
Cuánta energía positiva, cuánta buena onda de la de verdad!
No tengo palabras para describir lo que estos festejos me han hecho sentir.
Quedé cargado de optimismo, de fe en el futuro.
No sé, ojalá que este extraordinario festejo sea, como pudo parecer, un nuevo comienzo.
Escribite algo sobre esto, EVA:
Ex vice de Santa Cruz acusó a Néstor Kirchner de "robarse" los fondos.
O mejor, comprate un cerebro!
Los grandes acontecimientos de la historia no suelen tener avances como las películas que preanuncian sus mejores escenas para reclutar espectadores.
Si bien sería exagerado situar a los festejos del Bicentenario en esa categoría, no puede desconocerse que ha sido un punto de inflexión en cuanto a desvirtuar de manera rotunda, la mala onda, insatisfacciòn colectiva, hartazgo y otras calamidades que las corporaciones mediàticas venìan atribuyendo al humor popular.
Me alegro por haberme equivocado y expresar como lo dije en varios lados - tu blog uno de ellos - que el gobierno se habìa equivocado en patrocinar un evento lavado y que lo entendìa por no jugarse a abrir un frente que le diera un contenido real, aunque polèmico, a la exhibiciòn de los principales hitos de la historia patria.
Si bien comprueba ello que la vi mal, cargado de pesimismo, me consta que la magnitud de la convocatoria sorprendiò a los propios equipos que armaron todo el andamiaje que se instalò.
Es una buena señal que el pueblo brinde respuestas superiores a las que los analistas auguran.
El 17 de octubre se hizo asì.
Carlos G,
¿Viste que faltan las palabras? Eso pasa cuando la emoción es tan grande que supera. Todavía no podemos medir la magnitud que tuvo este evento en las conciencias de tanta gente. Lo que escucho de los tradicionales escépticos es halagüeño. Un vendedor callejero que estaba contra Cristina hoy andaba diciendo que le fue bárbaro, que vendió banderas sin parar, que hizo 2 "lucas" limpias, y que estaba muy contento con "la negra" (por Cristina).
Anónimo,
no te das cuenta pobrecito que te estamos gozando viendo cómo sangrás por la herida...
Luis,
habla muy bien de vos lo que escribiste, es cierto que nadie se imaginaba lo que pasó, y lo bien que fue pensado, tan generosamente enmarcado sin mensajes politizados. La gente salió sin rótulos, sólo la cuestión de festejar la argentinidad. Habiendo logrado eso, el Gobierno que es acusado de dividir a los argentinos, se lleva un laurel que puede dar vuelta la historia.
¿Escuchaste a Cristina monitorear a Fuerza Bruta e indicar qué cosas no podían estar en los cuadros? Esto no fue una improvisación, sino un mensaje pleno de respeto por la ciudadanía, y amor también.
Lo que resulta aterrador del Festejo del Nacionalismo Olimico es que tanto en el cierre del post, como las palabras de Forster en 6,7,8, coinciden casi textualmente con las de Videla en al fin del Mundial.
"El pueblo reencontrándose consigo mismo".
LA Dialéctica Nacionalista no cambia, solo sus enunciadores.
Con Galtieri también se encontró para apoyar la Guerra mas absurda de todos los tiempos.
Tanto Fervor de un país sin Gloria siempre trajo fracasos posteriores.
Allá Vamos al nuevo.
Au Revoir!!
Anónimo de las 12:53
Es interesante rebatir tu argumento porque mucha gente cae atrapada en ese tipo de argumentación y me gustaría emancipar a quienes no tienen respuesta.
Se trata de la misma frase supuestamente dicha por Videla, por Fôrster y por mí: que el Pueblo se econtró consigo mismo.
1)yo dije "el Pueblo se reencontró con su Patria"
Anónimo de las 12:53
El tipo de argumentación al que aludí en el anterior comentario es el Nº3 de la siguiente lista:
1)la "falsedad por mentira simple",
2)la "falsedad por calumnia"
3)la "flasedad por inducción impropia",
La Nº1, es una mentira absoluta, sobre un dicho, o un hecho sucedido, con ningún asidero de verdad, ni siquiera parte, y ni siquiera semejanza ni parte de semejanza.
La Nº2, es la invención de una culpa falsa sobre un hecho real o falso, protagonizado por una persona. El argumento presenta a la consideración la existencia de un hecho condenableque puede ser un delito, o sólo mancilla el honor de una persona. El hecho puede ser falso, puede no haber ocurrido totalmente o puede que haya ocurrido pero que la falsedad radique en que ese acto sea condenable.
La Nº3, la "inducción impropia" es una mentira sobre un dicho o un hecho de una persona, que tiene parte de asidero en la verdad. Se llama "impropia" porque juega con el efecto que hace sobre un oyente escuchar una parte de la verdad que lo induce a creer cierta la otra parte que es falsa.
Hola Eva:
Me alegra mucho leer tu disfrute del Bicentenario.
Jamás voy a olvidar la escena, en la medianoche del 24, de estar con toda mi familia cantando el himno y emocionándome hasta las lágrimas.
Agradezco poder haber vivido ese momento. Y los que no dudo están por venir...
Un saludo con el afecto de siempre.
Todo está igual de mal que antes del festejo, pero con una banderita en la mano y una esperanza en el mundial.
"LA Hora señalada", el "momento historico", ya sucedió con textuales palabras en el Mundial de Videla, en la Guerra de Galtieri.
La subnormalidad es así.
Sujeto,
gracias a vos
Anónimo,
sangra por la herida...sangra...
Bueno Eva... comparto aquí mis palabras y sensaciones que también compartí en el blog del compañero Conu. Estuve en la vigilia, el 24 a la noche y volví a las 4 de la mañana del 25... y de sólo recordarlo vuelvo a moquear!! Absolutamente conmovedor. Hace rato ya que, no sólo yo, sino toda mi familia andamos muy conmovidos, muy movilizados. La Marcha de los Pueblos Originarios del jueves 20/05/2010 nos sorprendió a mi viejo y a mi abrazados, llorando desconsoladamente de emoción en medio de la Plaza de Mayo. Algo que jamás en la vida me hubiera podido imaginar (y eso que él es 100% sangre europea, las medio indias somos mi vieja y yo -de los Coliqueos de Los Toldos-). Qué se yo... Toda esta respuesta, esta masiva participación del pueblo, alegre, auténtico... HERMOSO, me permite pensar que no estamos tan solos como nos quieren hacer creer. Qué bueno por favor!!!! Qué bueno!!! Gracias Cristina por la concepción de acceso a la cultura que demostró el Bicentenario! Viva Argentina!!! Viva Latinoamérica!!!
Gracias como siempre Eva por expresar con tus palabras la emoción de tantos. Sólo vi todo por televisión, pero igual sentí que compartía con todos esa emoción que me hizo lagrimear muuuuuuuchas veces. Estos acontecimientos históricos se pueden analizar o sentir. Creo k todavía tenemos muy sensible nuestra piel como para entrar en sesudos análisis sociopolíticos. (Y también me pregunto si es necesario). Ver a Cristina bailar junto con la murga (mientras en casa pasaba lo mismo) me hizo saber que esto es, al menos, mi verdad. Comte, Durkheim y los más modernos Touraine y Bauman quedarán para más adelante. Es bueno sentir que Eros pudo más que Thanatos.
Un "chisme" para compartir: Crónica – La Pavada
El lunes en el Obelisco, volvieron a bailar juntos después de 16 años de separación Juan Carlos Copes y María Nieves, en el marco de los festejos del Bicentenario. La noche para el tango incluyó a Susana Rinaldi, quien cantó tres temas, el gran Leopoldo Federico y Horacio Salgán, entre otros. Cabe decir que el virtuoso violinista Julio Peresini, integrante de la Orquesta Filarmónica del teatro Colón, pidió asueto esa noche y no estuvo en la gala-fort, sino con la gente tocando con el “Quinteto real”. El hombre eligió bien.
Espero k Peresini no tenga consecuencias laborales por darse este "gusto".
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