REFLEXIONES SOBRE LA NATURALEZA ANIMAL Y LOS RICOS ARGENTINOS "CON CAMPO".
En la televisión apareció hace un tiempo un sicólogo de perros. En realidad es un sicólogo de seres humanos que tienen perro. Da mucho gusto ver actuar a este hombre, que gana fortunas porque trabaja para muy ricos, pero justamente eso hace más ilustrativo su trabajo.
Los ricos creen que la plata lo consigue todo. Cuando compran un perro desean que el perro funcione según sus expectativas. Quieren que el perro "reconozca" al amo y le devuelva el "amor" que recibe en la misma medida con obediencia. Los ricos se sienten por primera vez muy frustrados, porque el perro hace lo que quiere. Sufren estados de profunda depresión y llaman a este hombre.
Ojo que el mismo problema tienen los menos ricos, que el perro no les obedece, pero su asombro no es tan profundo, ni les viene una depresión fatal por eso, como a los ricos que están acostumbrados a que alrededor suyo todo sea obediencia y genuflexión.
El sicólogo de perros lo primero que hace es explicarles que el perro no es humano, que el perro tiene otra forma de ver las cosas. Esta parte de la tarea es la que es muy interesante. El resto de la tarea consiste en explicar que para constituirse en amo de un perro hay que demostrarle autoridad, y someterlo.
Cuando el sicólogo explica que el perro no es humano, que es un animal y que tiene su punto de mira de las cosas, es cuando el amo frustrado se da cuenta de que hay algo superior a lo que tiene que remitirse irremisiblemente: el poder conseguido con la riqueza tiene un límite.
Es interesante ver cómo el reconocimiento de la animalidad del perro baja las ínfulas del amo. El sicólogo los pone en la necesidad de disputar con el perro quien de los dos es el amo. Y eso los entristece, porque en la vida real ya han ganado esa batalla y duermen sobre los laureles. Han disputado con otros seres humanos para demostrar quién es el amo, y tienen una mediación efectiva entre las dos puntas del conflicto: el dinero depositado en la cuenta bancaria determina quién es y quién no es el amo en las relaciones sociales.
En el programa de televisión, no se ve nunca un final feliz. No se ve nunca a un amo feliz y conforme de aceptar la naturaleza animal. Si el perro no se integra al imaginario del rico que vive en un mundo ordenado según la lógica capitalista, el perro no les sirve. No se sabe nunca si después de pagar al sicólogo de perros no echan al pobre animal a la calle. Pero yo apostaría a que sucede así.
Reconocer que una cuenta bancaria abultada no sea absoluta fuente de respeto y sometimiento es muy frustrante cuando viene de algo tan inferior como un animal. Y también lo es cuando viene de algo tan inferior como la Presidenta de una República, que se atreve a desafiar el poder tradicional de los ricos "argentinos con campo", y sacar resoluciones como la 125, o decretos de necesidad y urgencia para mejorar la vida de los pobres.
A la Presidenta quieren echarla a la calle largándole todos los perros de la oposición.
En la televisión apareció hace un tiempo un sicólogo de perros. En realidad es un sicólogo de seres humanos que tienen perro. Da mucho gusto ver actuar a este hombre, que gana fortunas porque trabaja para muy ricos, pero justamente eso hace más ilustrativo su trabajo.
Los ricos creen que la plata lo consigue todo. Cuando compran un perro desean que el perro funcione según sus expectativas. Quieren que el perro "reconozca" al amo y le devuelva el "amor" que recibe en la misma medida con obediencia. Los ricos se sienten por primera vez muy frustrados, porque el perro hace lo que quiere. Sufren estados de profunda depresión y llaman a este hombre.
Ojo que el mismo problema tienen los menos ricos, que el perro no les obedece, pero su asombro no es tan profundo, ni les viene una depresión fatal por eso, como a los ricos que están acostumbrados a que alrededor suyo todo sea obediencia y genuflexión.
El sicólogo de perros lo primero que hace es explicarles que el perro no es humano, que el perro tiene otra forma de ver las cosas. Esta parte de la tarea es la que es muy interesante. El resto de la tarea consiste en explicar que para constituirse en amo de un perro hay que demostrarle autoridad, y someterlo.
Cuando el sicólogo explica que el perro no es humano, que es un animal y que tiene su punto de mira de las cosas, es cuando el amo frustrado se da cuenta de que hay algo superior a lo que tiene que remitirse irremisiblemente: el poder conseguido con la riqueza tiene un límite.
Es interesante ver cómo el reconocimiento de la animalidad del perro baja las ínfulas del amo. El sicólogo los pone en la necesidad de disputar con el perro quien de los dos es el amo. Y eso los entristece, porque en la vida real ya han ganado esa batalla y duermen sobre los laureles. Han disputado con otros seres humanos para demostrar quién es el amo, y tienen una mediación efectiva entre las dos puntas del conflicto: el dinero depositado en la cuenta bancaria determina quién es y quién no es el amo en las relaciones sociales.
En el programa de televisión, no se ve nunca un final feliz. No se ve nunca a un amo feliz y conforme de aceptar la naturaleza animal. Si el perro no se integra al imaginario del rico que vive en un mundo ordenado según la lógica capitalista, el perro no les sirve. No se sabe nunca si después de pagar al sicólogo de perros no echan al pobre animal a la calle. Pero yo apostaría a que sucede así.
Reconocer que una cuenta bancaria abultada no sea absoluta fuente de respeto y sometimiento es muy frustrante cuando viene de algo tan inferior como un animal. Y también lo es cuando viene de algo tan inferior como la Presidenta de una República, que se atreve a desafiar el poder tradicional de los ricos "argentinos con campo", y sacar resoluciones como la 125, o decretos de necesidad y urgencia para mejorar la vida de los pobres.
A la Presidenta quieren echarla a la calle largándole todos los perros de la oposición.
9 comentarios:
No es la intención del post, pero igual aclaro. Ese "psicólogo de perros" o, más acertadamente, etólogo, es un representante de la escuela instintivista. El adiestramiento de animales ha sido, tradicionalmente, conductista.
El instintivismo plantea que hay que usar los instintos del animal en el entrenamiento, y no simplemente la voluntad del humano. En el caso de los perros, el gran salto se produjo hace pocos años cuando, por estudios genéticos, se llegó a la conclusión de que el perro y el lobo son la misma especie. Sus instintos, por lo tanto, no son similares, sino los mismos.
En latinoamérica -con fuerte presencia en Argentina- el mejor entrenador instintivista es Orlando Eijo, quien estudió concienzudamente las técnicas de quien fue durante años el mejor entrenador de Hollywood, cuyo nombre no recuerdo, pero baste con decir que fue el entrenador de Lassie.
Saltando la parte que en definitiva es un desvío de la intención del post, me gusta más pensar que tanto nuestros militares como nuestra actual oposición (sin caer en ningún momento en la pavada de aunarlos), tienen un importantísimo agujero en su formación académica: no han leído a Maquiavello.
Así es como se asombran los militares de que quienes los llevaron a la cumbre en los 70, luego les soltaron la mano.
Y así es como se asombrarán en poco tiempo los Cobos, los Pino y Carrió. Como se asombró Menem, como se asombró de la Rúa o el propio Alfonsín cada vez que el poder les soltó la mano.
Enseña Maquiavello que el príncipe puede y debe servirse de sicarios. Pero, inmediatamente después de que cumplieron su misión, debe soltarles la mano. No defenderlos, no quedarse pegado a ellos. Que los sicarios se hundan solos, y el pueblo estará feliz de condenarlos, y seguirá amando al príncipe que mostrará su indignación por el accionar de esta mala gente.
¿Suena de algún lado?
Dicho en lenguaje académico, cuando a estos forros los hayan usado lo suficiente, los tirarán a la basura y comprarán otros. Para eso, en definitiva, sirven el poder y el dinero.
A propósito, se viene el cumpleaños de Maquiavello. El 3 de mayo.
Muy lúcido, Eva!
Un botón de muestra para comparar realidades: Durante la campaña presidencial, que en Chile se extendió desde los últimos años de Lagos hasta enero de este año, los noticieros de televisión comenzaban todos con alguna noticia policial. Todos hablaban de inseguridad. La fiesta de "la delincuencia". Desde la asunción de Piñera, todos comienzan con la noticia de algún arresto. "Se les terminó la fiesta, delincuentes".
Vamos a ver cuánto dura la farsa.
Saludos!
Lula es el líder más influyente del mundo, según la revista Time.
Y Kirchner?
No sé , no me suena...será alguna aerolínea de cabotaje?
Eva, te olvidaste de los animales patagónicos dueños de tierras fiscales y de hoteles boutique!
Muy buen post.
¡Qué lindo que es disfrutar del veneno que tienen los opoxitracios!
DiegoE,
es muy interesante todo el comentario.
Marcelo,
qué terrible, qué asco me da todo esto. Ayer o anteayer a un hombre le habían robado y le pusieron una pistola en la cabeza a la hija, esas cosas terribles que se escuchan. Al hombre le pusieron un micrófono y se puso a decir que estas cosas no les pasan a "ellos" porque tienen custodia, donde "ellos" eran el Gobierno. Y la siguió como media hablando contra el Gobierno. Es agobiante, nosotros vivimos en el país y no estamos tan paranoicos con el tema del delito. Y la verdad, a ese hombre que hablaba ni se le ocurrió pensar que teniendo la comisaría a una cuadra, pudieron ser ellos los que abrieron la calle a los ladrones. Dicen que la policía llegó enseguida, lástima que no alcanzó a agarrar a ninguno. ¿Raro no, estando tan cerca?
Matha Burroughs,
qué bueno lo de opoxitracios
Algunas personas tienen un honesto trabajo y es recoger la basura en las calles. Otras tienen como trabajo dispersar basura x los medios de información. Respetemos a los primeros e ignoremos a los otros.
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