1 de marzo de 2010

INFORMA NUESTRO CORRESPONSAL EXCLUSIVO DESDE CHILE

UN LECTOR MUY ESPECIAL DE NUESTRO BLOG, MARCELO, NOS INFORMA DE SU SITUACIÓN EN CHILE

"Hace un rato que vuelvo a tener electricidad y pude conectarme primero para avisar a Eva que estamos bien, y luego para leer este post que está muy en línea con lo que yo también espero. Me parece muy acertada la observación: el país que votó por Piraña (perdón, Piñera...) no es el mismo que vemos hoy.

Y gracias, Eva, por invitarme a leer.

Es cierto que es una cuestión más de fe que de ciencia: el instinto de estos tipos no ayuda. Pero el electo hizo ahora un par de buenas jugadas: ofreció su ayuda y anunció que no hará cambios en el equipo que está actualmente coordinando el manejo de la emergencia. Claro que lo traiciona el inconsciente: su oferta de ayuda no fue "ponerse a disposición" sino decir "aquí vengo yo". Y calculo que tampoco preguntó a la gente de la Oficina Nacional de Emergencias si quería quedarse en su puesto: simplemente hizo su anuncio. Pero vamos, no se puede pedir todo junto.

Mi casa (estoy alquilando) aguantó bien. En la cuadra sólo vi una pared caída y la casa de al lado perdió unas tejas, pero no hubo heridos. La verdad es que podría haber salido todo mucho peor. En el patio tengo una piletita de lona que quedó medio vacía por el zarandeo: tenía mi propio "tsunami a la Pelopincho".

Nos quedamos sin electricidad y sin teléfonos, usamos el celular para escuchar radio para ir enterándonos de lo que pasaba (porque para hablar no sirvieron hasta 12 horas después, y de a ratos). Nos juntamos con algunos vecinos para asegurarnos de que no faltara nada, y esperamos la mañana entre las réplicas.

Me llamó la atención un detalle: cada vez que tenemos un temblor pequeño, todos los perros del barrio aúllan a coro. Esta vez, no escuché un solo ladrido. Se ve que ellos también tienen su límite, y esta vez quedaron mudos.

Pese a que en mi cuadra la situación no era grave, pude ver distintas reacciones a nuestras pequeñas tragedias: la panadería de la esquina se armó como pudo para vender lo que había, sin tocar los precios y prometiendo hornear pan para la tarde; algunos vecinos pasaban saludando y preguntando si faltaba algo; y otros se limitaban a protestar por la falta de luz y contra las empresas de telefonía celular, como si no supieran lo que estaba pasando. Por la noche, con la luz cortada, hubo varios idiotas que pasaron en auto a 80 por la calle a oscuras: menos mal que no agarraron a nadie pero un pelotudo se ensartó en un poste.

Un detalle: de la gente que votó por el Patán, probablemente una parte lo hizo por su perfil neoliberal, otros por su desilusión con la Concertación y el resto porque creyó en sus anuncios al mejor estilo "salariazo y revolución productiva". Hasta el viernes, el primer grupo podía "sentarse" en los otros dos y aguantar las consecuencias. Hoy no creo que les resulte tan sencillo: van a tener que cumplir al menos con una parte de lo que prometieron porque si no están fritos.

Saludos telúricos. M


Marcelo es un argentino que vive en Chile y es un amigo especial y querido de este blog. Siempre estamos en contacto por mail y estuvimos a punto de conocernos la semana pasada que vino a la Argentina, pero no pudo ser porque no pudo llegarse a Buenos Aires. Partió de regreso durante el domingo antes de la noche del terremoto. Yo estaba despierta cuando se informó a eso de las 3 de la mañana desde la televisión chilena, e inmediatamente le puse un mail para saber cómo estaba Marcelo. La angustia me duró hasta que Marcelo por fin pudo contestarme, y luego él se preparó un informe que envió como comentario al post anterior. Aquí lo reproduzco porque resultó un verdadero corresponsal. Son las maravillas que tiene el cultivo de las relaciones humanas por Internet