24 de julio de 2013

Feminismo. Un interesante ejercicio de análisis del discurso

Leé este texto-anzuelo. http://chn.ge/19hy7dghttp://chn.ge/19hy7dg y después de leerlo, volvé acá y seguí leyendo esto:

¿Qué te pasó? ¿Te dieron ganas de firmar la carta? Esperá un poco. Ahora te recomiendo considerar este texto como ejercicio intelectual, de lógica, de análisis y crítica del discurso, en abstracción de la temática que trata.

Fijáte cómo se fragua un texto con alevosía, para lograr un objetivo opuesto al que se declama, tal como el estafador arma el escenario en que el crédulo le prestará la colaboración para concretar la estafa. En este caso, la víctima es el lector. Curiosamente, doña María José Lubertino, exdirectora del Inadi, cayó en las redes y con un tuit, llama a firmar semejante operativo. Espero que mi reacción tuitera inmediata la haya llamado a la reflexión.

Este es el operativo de un machista que se disfraza de ecuánime, regulador de las demandas excesivas de las mujeres. Y les aconseja moderación. Su coartada es salir a criticar una publicidad realmente execrable que ridiculiza la lucha de la mujer por sus derechos simulando apoyo, pero mostrándola impiadosa y violenta y sobre todo, señalándola simétrica a la violencia machista. Dar por habilitada la veracidad de que el feminismo es violencia simétrica al machismo, es lo mismo que descalificar la lucha completamente. Y he aquí el objetivo final del operativo de esta carta, descalificar la lucha de la mujer.

La carta de este personaje que llama a firmarla, encuentra en la desprevenida Lubertino el primer pez que muerde el anzuelo. Pero...

Pero no terminé todavía de elaborar teorías. Podría ser que el que escribe la carta, lo único que busca es hacer que la publicidad de Irsa sea más efectiva. Y para eso también le sirve descalificar la lucha de la mujer.

Fijate que la publicidad llama a vengarse del varón y volverse más linda, gastando plata en todos los locales de ese shopping. De feminista no tiene nada la mujer que odia al macho que la dejó pero como única reacción se pone más linda para enganchar a otro macho. Esto es una provocación bastante denigratoria de la mujer, pero muy certera respecto de la mujer que esperan estos machos tener en casa, o que efectivamente tienen en casa: una boba tan boba que después de que la tiran vuelve a insistir en buscarse otro macho. Y sobre todo, que compre mucho en ese shopping para ponerse linda linda linda y boba boba boba.

Las feministas no queremos machos, queremos varones. Ya sea como pareja, como padre, como hermano, como hijo, como compañero de trabajo. Que el varón que nos toque en suerte tener cerca no sea un machista que nos arruine la vida. Eso queremos. Ni queremos tener madres machistas que nos enseñen a lavar los platos y vestirnos de rosa rococó con voladitos.

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14 de julio de 2013

Hoy TVR me puso triste.


Es inconcebible que no haya avanzado lo necesario la cultura contra el machismo. No se trata solo de que falta una Ley de aborto -sobre todo después de que se alcanzó a aprobar el matrimonio igualitario, dejando a la mujer con su problemática más postergada y grave que involucra a la muerte- como el último orejón del tarro.
El humor es un indicador sensible de la cultura. Uno no se ríe de lo que fomenta sufrimiento. El llamado humor negro ha caído en desgracia, afortunadamente. Ya nadie hace más chistes sobre discapacitados.
Desde que fue aprobado el matrimonio igualitario, y a través del intenso debate, se terminaron las burlas y caricaturas del homosexual. No solo porque puede denunciarse al Inadi, sino porque ocurrió el cambio cultural. Se comprendió que a través del humor se estaba dando vía libre a la persecución y sufrimiento de los homosexuales, y que eso debía terminarse. Aunque no se liberó para nada a las lesbianas de la censura cultural. Es digno de observarse que ni siquiera llegó a haber humor al respecto. Ni siquiera el tema llegó a disfrazarse de simpático y risible. Tanto afecta a la sociedad. Tan inferior es la mujer todavía, que el lesbianismo es algo casi innombrable, invisible.
A cada paso aparece un chiste donde el varón despliega su posición dominante en la sexualidad heterosexual. Los chistes referidos al gran o pequeño tamaño del pene son un clásico, tanto para exaltar la virtud masculina como para detractarla. Y no hablemos de metáforas donde el pene actúa de arma de sometimiento y tortura, como la clásica expresión "la tiene adentro", que no se usa tanto para la mujer como para los conflictos entre varones resueltos a puro machismo salvaje. No importa que no use con la mujer esa expresión, se trata de que el pene adquiere el símbolo de la violencia masculina, que esta sí se aplica contra la mujer. Aceptar esta frase es hablitar el uso de la violencia del portador de un pene.
Hace un rato, en TVR, Gabriel Schultz hizo un chiste sobre prostitución. Otro tema que todavía no ha tomado gravedad en la cultura, sabiendo lo que este asunto se liga con el secuestro de jóvenes chicas como Marita Verón. Y no importa que la prostitución no esté prohibida cuando se la ejerce en forma autónoma. Sigue siendo una tragedia vender el cuerpo. No debería ser humorístico.
El tema del debut con una prostituta, algo muy machista y que creo desterrado hoy porque los jóvenes tienen sexo con las novias, fue el chiste lamentable que hizo Schultz. Contó que cuando debutó estaba octavo en la fila y que a la prostituta la dejó planchada.
En ese momento apagué la televisión. Entristecida.


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